domingo, 31 de diciembre de 2017
Pérez Reverte, El tango ... , Mecha y Dido
Aunque es una imagen y un motivo que podemos encontrar en multitud de obras, creemos que sí, fue casual relacionar unas líneas del libro de Pérez-Reverte, El tango de la Guardia Vieja (2012, 2014), con otra frase similar de la Eneida de Virgilio.
El tango de la Guardia Vieja cuenta una historia de amor que se prolonga a lo largo del principio y los años centrales del siglo XX. Igualmente, transcurre en diferentes lugares a cuál más emblemático: el Buenos Aires de los años viente o treinta, la Costa Azul francesa durante los años de la Guerra Civil española, y la costa amalfitana en los años sesenta.
Entre medio de esta historia de amor tórrida, apasionada y velada, cruzan asuntos como los orígenes del tango en barrios bajos bonaerenses, el espionaje nacional y el republicano en la Guerra Civil española, y una partida de ajedrez de maestros internacionales donde la antigua URSS se juega algo más que un simple campeonato.
La historia de amor entre sus dos protagonistas transcurre interrumpida a caballo de estos tres escenarios históricos y geográficos. Es, parece, aunque uno no lo termine de aceptar, una historia de amor imposible, pero con todas las cartas para que hubiera culminado perfectamente. Sin embargo, la condición social de sus protagonistas, sus propias características personales, ..., hacen que las decisiones que tuvieran que orientarse hacia lo que uno hubiera deseado, no lleguen a buen fin. El amor, Cipris, en el caso de la novela, y en otros, siempre está y, como buena historia romántica, estará en un segundo plano, suspeditado a otras fuerzas por encima de los humanos y que acaban sobreponiéndose siempre al éxito amoroso.
Quizás también es por esto que Pérez-Reverte diga que su novela no es una historia de amor, claro, si es que lo que nos está contando es nada menos que el origen de ese baile hoy tan mundialmente conocido y aceptado como es el tango, una fragmento de la trastienda de espías sórdida que huboen España de la Guerra Civil (¿estaría aquí el origen de la serie Falcó, ahora en pleno boom?) y, por fin, (y otro de los temas con los que empezó el autor), el ajedrez, en una partida en la que intervienen intereses superiores a la misma partida y a las vidas de los propios personajes.
Al menos en la mentalidad de Max, quizás no en la de mecha. Como Max confiesa, los orígenes humildes de una persona conforman totalmente su personalidad, y la hacen prácticamente inexplicable para quien, como Mecha en esta historia, nunca han tenido que luchar por la supervivencia y el buen vivir.
En otras palabras, en las de Max, "mi sable y mi caballo"
Unos versos de la Eneida en El tango... :
En fin, dejando de lado la obra en su conjunto, sólo nos fijaremos en una ínfima parte de la misma. El último fragmento de la novela, en penumbras, Max y Mecha, solos por fin y sincerándose lo callado de tantos lustros y encuentros interrumpidos, es bastante emotivo. Sin saber cómo va a acabar su historia, aunque los protagonistas sí que lo saben, y el autor también, Mecha dice, por fin, con palabras, lo que ha mostrado con sus actos en los encuentros tan intensos y pasionales aunque nunca continuados en el tiempo, verbaliza sus profundos y sinceros sentimientos. En medio de la conversación, en uno de los momentos le dice a Max:
"Cada vez que acariciaba a mi hijo, cuando era pequeño, creía estar acariciándote a ti. Y aún me ocurre cuando lo miro. Te veo en él".
Pues bien, al leer estas líneas, me vino a la mente uno de los fragmentos de la Eneida cuando Dido recuerda, en su ausencia, a Eneas, del que ha caído rendidamente enamorada.
"...Ausente de él, está escuchando y está viendo al ausente.
O retiene en su regazo a Ascanio prendada del parecido con su padre
por si logra engañar así un amor imposible de expresar con palabras
...illum absens absentem auditque uidetque,
aut gremio Ascanium genitoris imagine capta
detinet, infandum si fallere possit amorem.
(Eneida, IV, 83-85)
En este caso, el motivo es el sentimiento amoroso e imposible se trata de canalizar a través de la figura del niño, objeto interpuesto que sirve de consuelo y depósito de melancolía de la protagonista ante la ausencia que todo lo llena de la pareja ausente, Eneas, Max o cualquiera que sea el objeto del amante solitario.
Otros motivos: el motivo padre-hijo
lunes, 30 de octubre de 2017
Ian Rankin y los ladrones de cadáveres
En una de la larga serie de novelas ambientadas en su Edimburgo natal y protagonizadas por el inefable inspector John Rebus (apellido del cual habrá que averiguar de dónde procede, relacionado con el sustantivo latino res, rei o con la expresión rebus como acertijo o juego de palabras ...), titulada Aguas turbulentas, el autor retoma una antigua y famosa tradición de su ciudad, la de los ladrones de cadáveres para exhibirlos en la clases de anatomía que se produjeron en el el siglo XIX.
En esto si parece que tiene vinculación y continuidad con R.L Stevenson, con el Stevenson, claro, del Edimburgo misterioso y sombrío, el de El Dr. Jekyll y Mr. Hyde o el de su cuento Los ladrones de cadáveres, donde toca precisamente en esta historia local.
Se sabe de la base real de la historia, que fue la actividad de ciertos individuos a la hora de proporcionar cadáveres, de forma sospechosa y enigmática, para las clases de anatomía de la Universidad. Sobre esta fondo histórico literario ya tradicional, y otros más, va construyendo Ian Rankin su novela. Aquí y allá, a lo largo de una investigación sobre la desaparición de una estudiante universitaria, se van abriendo diferentes pistas y vías por las que los detectives tienen que abrirse paso en busca de la verdad.
Varias de ellas están conectadas con el tema de la muerte en general. Así, aparecen unos misteriosos ataúdes en miniatura que deben estar relacionados, también, con desapariciones y crímenes ocurridos años atrás, y que ahora vuelven a resurgir en relación con la desaparición de la joven estudiante. En ello también participará el Museo Nacional de Escocia, a través de la sección de creencias sobre la muerte, una de cuyos historiadores titulares, Jean, adquirirá cierto protagonismo en la obra.
Otra de las líneas de trabajo de la policía relacionará las desapariciones con la leyenda histórica de los ladrones de cadáveres de la ciudad de Edimburgo. Como decíamos, esta ha sido tema de diferentes obras y recreaciones literarias, de las que conocemos el cuento de Stevenson Los ladrones de cadáveres. Más documentado que el relato de Stevenson, en la novela se dan más datos de la realidad histórica que hubo tras aquello sucesos del siglo XIX.
Una novela con muchas vueltas y revueltas, donde no faltan los habituales lugares comunes de Rebus y Edimburgo: la música escogida, los pubs, el Oxford, el alcohol en forma de cervezas y chupitos, las relaciones internas entre los miembros del cuerpo de policía, las relaciones personales, etc. Eso sí, a diferencia de las recetas que salpican a cada poco las novelas de Pepe Carvalho o los salmonetes del inspector Montalbano, la escuálida dieta del detective escocés se reduce, en el mejor de los casos, a unos panecillos con algo de tocino, un sandwich y poco más. Incluso en alguna escena de esta novela en que por fin van a un restaurante, asiático por más señas, apenas comen nada de lo que se les pone, ensimismados como están en sus pensamientos. Ante esta famélica comida, si que predomina y en extenso, los largos ratos pasados en los pubs, los chupitos de whisky y las pintas de cervezas en el popular mundo de estos típicos bares escoceses.
domingo, 29 de octubre de 2017
ROMA QVADRATA: G2/L2: La transmisión de la literatura desde la An...
ROMA QVADRATA: G2/L2: La transmisión de la literatura desde la An...: La transmisión de la Literatura Griega y Latina. Fenómenos que influyeron. Soportes de la escritura y materiales de escritorio. Los copi...
Almudena Grandes, la literatura como φάρμακον. La lectura y la Odisea.
De forma inesperada, un caluroso día de principios de octubre visitó el centro IES Las Galletas la escritora Almudena Grandes. Aprovechando la breve estancia de unos días en la isla, la dirección del centro se las arregló como pudo para que la autora visitara el centro, fuese como fuese y, en palabras de la propia directora, darse el pequeño gran homenaje, ella misma, la directora, de ver y oír en persona a una de sus escritoras favoritas.
Como siempre, y aunque vamos reticentes a cualquiera de estos actos, normalmente salimos gratamente sorprendidos, mala costumbre de uno, pues bien, como siempre, con esa resistencia inicial, acudimos al encuentro en el salón de actos del centro pues teníamos que acompañar al curso, curso que, para alivio de ellos, en esa hora debían rendir cuentas de un examen que, claro, hubo de posponerse.
La autora llegó con algo de retraso, y como debe ser, pues no estaba de más recordarnos que la vida era lo que es, con sus retrasos y esperas, y no ese rígido, inflexible y mortal timbrazo que cada cincuenta y cinco minutos nos recordaba con irritación que había acabado algo y empezaba un otro algo, que uno muchas veces no sabía que fuera a ser.
¿Qué toca ahora? se decían entre los alumnos, adormilados de la recién acabada hora, ¿A dónde me toca ir?, nos decíamos muchos docentes que entre el acabar una hora y el empezar la otra no terminábamos de entender, será cosa del jetlag docente, no acabábamos de entender que ya éramos agua pasada y corriente ida en las cabezas de los discípulos, que hasta entonces más menos nos escuchaban, y en la propia vida de uno, penosamente agigantada entre las cuatro paredes de un aula, y entre los muros blancos , grises y mortecinos de todo un centro, vallado y amurado por demás.
Y decíamos que vino la autora , la escritora, vate, musa de la memoria y de la palabra, si, vino un poco tarde, y que pensaba que era como tenía que ser, lejos del tenaz y aniquilador timbrazo de entre horas que atronaba como el feroz dios Cronos que devoraba a sus hijos a merced del paso del tiempo, del cual él era su auténtico dueño y señor.
Las hordas escolares mantenían esa mañana, pues el acto estaba previsto comenzar para las nueve de la mañana, la plebe estudiantil manifestaban una relajada calma, bien dominado el auditorio por la figura y la sonora voz de la directora, la cual, se notaba a simple vista, no cabía en sí de tamaño gozo, y esto, mal que bien, provocaba en los chicos cierta empatía y ayudaba a permanecer en una actitud de calma y respeto mesurado.
Mi ser natural, de continuo inestable, me acosaba, para variar, con lo de siempre, esos que hago yo aquí, si no he leído apenas nada de esta mujer, bueno, si, recordaba, ,menos mal que los artículos de El País Semanal, siempre con alguna moraleja, alguna reflexión que se esconde en los actos cotidianos de cada día, o que se alargan por el tiempo hasta que la pluma de alguien los saca a la luz, como en el caso de ella, y les dan un sentido que se une a la paz y languidez de un domingo cualquiera.
Como Almudena Grandes, los articulistas y escritores Rosa Montero, Manuel Vicent, Millás, y tantos otros, doran la media mañana de los domingos con unas evocaciones y unos recuerdos que nos hacen despertar del misterio y la magia que se adivina detrás de cada pequeño detalle de nuestra vida.
Salí, pues, del salón de actos en dirección al baño, por ese desasosiego de uno, y al fondo de los pasillos, atravesando uno de los espacios abiertos que separa el edificio central de aquel donde se encontraba el salón de actos, por allí ya venía andando andando la escritora acompañada de tres o cuatro personas, entre ellas el también escritor y periodista Juan Cruz Ruiz.
"¡Directora, directora, que ya viene!", le susurré de cerca a la susodicha, a lo que respondió ella dirigiéndose al respetable auditorio escolar transmitiéndoles el mismo mensaje y una advertencia de buenos modales.
En el tiempo en que fui al servicio y aún estaba allí, oí los cálidos aplausos con que fue acogida nuestra escritora. En verdad que estuvo bien tal recibimiento. Por fin una escritora visitaba el centro, (ya antes lo habían hecho otros, pero nunca pude asistir a ellos), por fin un autor de la palabra nos hablaba, ya estaba uno harto cansado de oír a políticos, periodistas y economistas, y vuelta otra vez la misma ronda, con su lenguaje pretendidamente serio y grave, hablarnos de la realidad, si, de eso que llaman realidad, que no llega, de verdad, no alcanza ni de lejos a la buena ficción.
A lo más que llega en el plano del lenguaje esta turbamulta de mensajes, noticias, debates, discusiones, charlas, conferencias y toda esa retahíla de subgéneros de la palabra en la que andamos metidos y sumergidos hasta el cuello y mayormente las orejas, y con el aderezo de las imágenes que nos repiten hasta la saciedad más vomitiva, esto es, a lo más que llega esta palabrería es a embotarnos de verdad y a creernos la mala literetaura que utilizan emplean.
Y tenía sus seguidores, los de siempre, escondidos y callados, pero aguardando la ocasión. Como su fiel seguidora, la directora. Ésta, a modo de presentación, le dirigió unas hermosas y sentidas palabras, sobre todo porque , llegado un momento, la literatura de Grandes, como ocurre con los buenos escritores y los buenos lectores, sobre todo, decíamos, porque en su presentación la regidora de nuestro centro fundió la lectura de los libros de Grandes con su vida personal y momentos determinados de ella. Y se emocionó, claro.
Emoción que tuvo una clara respuesta en Grandes, pues a poco de empezar, dijo aquella lo de que la literatura era fundamentalmente eso, emoción.
Y antes de llegar ahí, ya había correspondido a la sentida presentación de la directrix diciendo que que, ya que había hablado de emoción, pues que había situado la cuestión , al auditorio y a su presencia ese día en aquel lugar del salón de acts a un altra y a un nivel más que subido.
Empezó a desgrabnar Grandes unas palabras de presentación lo que antiguamente se llamaba exordio, una pequeña itroducción de lo que iba a hablar y por qué lo iba a ser sobre ello.
Nos venía a hablar de algo que sólo lo podía hacer ella misma, y nadie más. Utilizando los elementos de una presentación modesta, señaló que no iba a hablar de sus libros, su estilo, su obra literaria, pues había gente que los había estudiado y quizás explicaran mejor que ella misma lo que había querido decir y expresar en ellos.
No, ella no iba a hablar de su obra, que allí estaba y, además, pertenecía a cada lector y a su propio e intransferible mundo.
Ella iba a hablar de por qué se había hecho escritora. Y, como otros muchos han dicho, antes de autora de novelas, ella se consideraba un lectora, una gran lectora, era lo más que le reportaba plenitud, experiencia, fantasía, vivencias. Contra la opinión común de aquellos que desprecian con ese "tú sólo has aprendido eso en los libros", reivindicó el amor y el poder abrasador que tenía y proporcionaba la lectura, y reivindicaba como suya esa experiencia vital que `proporcionaba los libros, los cuales aportaban una infinitud de mundos, lugares , voivencias, que nuestra rutinaria y modesta vida de mortales nos impide alcanzar en ella.
Se oponía así a alguien tan ilustre, recordé entonces, como R.L. Stevenson, quien alguna frase tenía acerca de lla experiencia exangüe que proporcionaba la lectura frente a la vida en sí. Claro, y nos lo decía ´l mismo autor que bebió de pequeños lños cuents de su nodruiza que siempre guardó en su interior.
Almudena Grandes nos vino entonces a recordar las letras, las bellas letras, la humanitas de Cicerón, de los clásicos, vino a recordárnoslo, a revivirlo como ya hiciera el gran orador romano dos mil años atrás, nos vino a recordar de la verdadera fuerza de la lectura y la literatura.
Cicerón nos habla en su discurso en defensa del poeta Archias, al cual tiene que defenderlo pues está a punto de no reconocérsele su derecho a la ciudadanía romana, Cicerón, pues, en medio de ese discurso en defensa del poeta lo enlaza con una defensas de la literatura y de las humanidades. Entre las muchas cosas que dice, para un buen orador , un político, diríamos hoy, la literatura, en general, los studia humanitatis, las humanidades, vienen a enriquecer la vida y la práctica del profesional de la oratoria. Es más, es un elemento fundamental en su formación y no mero adorno floral.
Y sigue diciendo en defensa de las humanidades, que de nuevo se echa en falta en los tiempos que corren, Cicerón como Almudena Grandes encontraron y encuentran en la literatura esto que pusimos como título del post, un fármakon, en palabras griegas, un santo remedio para las pasiones, buenas y adversas de la vida. El propio Cicerón afirma que una buena biblioteca y un huerto es más que suficiente para vivir. En el Pro Archias hace encendidos elogios de la literatura como santo remedio en sus momentos de soledad, práctica reconfortante, restauradora del espíritu, donde siempre puede hallar uno paz, remedi y sosiego.
Y es por ello que reivindicaba la labor de los poetas como Archias, y de los escritores en general, como vital para la existencia.
Y encontramos así a Grandes rememorando pasajes de su infancia y adolescencia en el que la lectura se convirtió para ella en su farmakon, en algo que la hacía indestructible. Recordaba como grabado a fuego su primera adolescencia como una niña regordeta y peluda que no tenía ese éxito social que todos buscamos a esas edades. Rememoraba as funciones de teatro en las que ella anhelaba representar a la virgen María o a un paje, y a lo más que alcanzaba era a representar un árbol en el fondo del escenario.
esas cosas que tan insignificantes parecían, a esas edades importan, vaya que sí. Pese a este sufrimiento personal, este verse gordita y peluda, ella, como reivindicó con orgullo, ella leía. Y eso le hizo fuerte.
Para rematar lo dicho hasta ahora, pues en poco tiempo dijo tantas y tan profundas cosas, para rematar la presentación, volvió otra vez, sin uno esperárselo, volvió a los clásicos, y citó a la primera novela de aventuras de la literatura occidental, es claro, la Odisea.
De la mano de su abuelo, personaje al que evocó con singular detalle y con gran respeto, en el día de uno de aquellos cumpleaños, ella, que esperaba de su adorado progenitor un tutú para la bailarina imposible que había de ser ella, en lugar de eso, su abuelo, que entonces ella no lo sabía, sino ahora, su adorado abuelo le regaló un ejemplar en versión resumida de la Odisea.
Cuántas veces leyó y releyó aquel libro, cuántas veces se sumergió con Ulises en la cueva marina donde moraba con Calipso. Y cuando la venganza de los pretendientes, cuánto vivío ella misma sinti´ñéndose el propio Ulises y vengándose en su imaginación de tantos agravios recibidos en aquella primera adolescencia. Si, indudable, aquí otra vez tenemos a Aristóteles hablándonos de la catarsis, pues también nos habló Grandes de ella sin mencionarla. "¿Acaso no les ha pasado a ustedes cuando leen que se identifican tanto con el personaje que leen en plural? Pues bien, Ulises y Almudena, Almudena y Ulises, cumplían cumplida venganza de agravios y pesares cada vez ella que releía las infinitas veces que lo hizo el libro de la Odisea.
Me tuve que marchar del salón de actos `pues tan embelesado estaba que no oí el timbre, el odioso e irritante timbre del cambio de hora.Es cierto que también ando medio sordo a esta alturas de la vida. Abandoné la volandera silla de plástico mientra Almudena Grandes enumeraba las maravillosas aventuras que corrieron ella y Ulises`por la fantasía marina de un maravilloso mar. Los lestrigones y las flores de loto, el Cíclope,, la hechicera Circe y tantos otros seres maravillosos venían a su boca evocando aquellos placeres de la lectura, ese territorio imaginado por tantos muchos desconocidos. Ese territorio desconocido, ese mapa desierto que, como también dijo, un libro era poner una islita en él, y luego una cabaña, y así sucesivamente, porque, y seguía, se nota que otra de mis lecturas favoritas fue Robinson...
Yo ya andaba en pos del aula B 24 donde esperaba unos alumnos a los que iba a aburrir cn una clase, entre timbre y timbre, olvidado de la vida que uno dejaba atrás, de la vida de las letras, de la vida de las palabras en manos de una artífice de la creación y la imaginación.
sábado, 28 de octubre de 2017
LAS AMAZONAS cabalgan de nuevo
Interesantísimo y excelente libro que está en las librerías desde hace unos meses titulado Amazonas. Guerreras del mundo antiguo, de la autora Adrienne Mayor publicado por la editorial Desperta Ferro.
Sin haberlo terminado y mirando las primeras páginas , la autora deja claro desde el principio, y lo va recalcando a lo largo de las páginas, una idea principal: las amazonas tuvieron una clara y manifiesta realidad histórica.
1. ya los propios griegos de la Antigüedad así lo afirmaban.
2. las recientes informaciones de estudios realizados sobre la cultura escita revelan hallazgos arqueológicos de mujeres guerreras en el ámbito de esos pueblos seminómadas.
3. tradiciones orales de estas zonas traducidas actualmente revelan episodios emparentados con algunos de los que encontramos en las epopeyas griegas. Sin ir más lejos, el famoso episodio de Aquiles y pentesilea narrado por Quinto de Esmirna tiene ya su relato en las tradiciones orales de nart con la reina Amezon.
4. le dedica su tiempo a desmontar las etimologías de amazona como la de "mujeres sin pecho". Según la autora, y aquí echamos en falta, perdón nuestra ignorancia, algo más contundente la explicación etimológica. Aunque está explicada y demostrado, al parecer, bien claramente. Amazona no proviene de la alfa privativa más la palabra griega para pecho, mastos. Según la autora, es una voz no griega, posiblemente escita, y que tiene varias interpretaciones.
Aún así, uno seguirá explicando la etimología de ste nombre de la forma tradicional, porque resulta llamativa.
4.1. y en este sentido sigue una magnífica explicación de lo que puede haber tras la falsa realidad que encubre la palabra amazona, esto es, que dichas guerreras se cortaban el pecho derecho para poder disparar diestramente el arco. n esta explicación no escatima argumentos. Para empezar, la prueba de actuales profesionales del tiro con arco femeninas y del tiro con arco a caballo, donde se evidencia la innecesaria privación del pecho para disparar. Aún así, la más interesante es una explicación que aude a costumbres que hasta no hace mucho se tenían en esa zonas asiáticas entre las mujeres, y que fueron recogidas por viajeros del siglo XIX. La práctica consistía en sujetarse el pecho firmemente, ya desde niñas, para evitar cierto incomodo en pueblos seminómadas como ellos.
5. Es muy interesante el comienzo hablando de la primera amazona en tierras griegas, Atalanta. Comenta aquí el extraño encaje que tiene este mito que fue muy popular en el mundo griego, no en vano figuraba entre los regalos que, de modo incomprensible, se hacían en los matrimonios griegos. De ahí la referencia a Vernat cuando dice que todo lo que hay sobre Atalanta es confuso, máxime cuando siendo el paradigma de mujer salvaje y libre, se presenta como ofrenda de boda a los recién casados. Ahí sigue una pequeña discusión sobre la posible explicación, que no la hay de modo claro, sobre esta costumbre.
Es innegable la argumentación sobre el mundo de las amazonas, las referencias ya desde antiguo de su existencia, y no sólo de los griegos. Aquí tiene otro acierto la autora a la hora de confirmar la tesis de la existencia histórica de mas muejres amazonas escitas. Y es que en otros pueblos colindantes con ellos, en la India, hasta Egipto, Siria, y llegando hasta la China, las tradiciones locales relatan la existencia de dichas mujeres guerreras.
El siguiente paso es su incoprporación al imaginario griego, y la alteridad que supone la existencia de estas mujeres libres al lado de la tradicional mujer griega.
Claro que a veces parece que la autora llega demasiado lejos y llega a afirmar que, refiriéndose a las fuente chinas, la historia de Mulán, un relato tradicional chino, hay que reinterpretarlo en clave amazónica. Esto es, Mulán era una amazona. lo cual puede parecer bastante chocante si, claro, todo lo enfocamos de una sola perspectiva, la de las amazona, y tomando los rasgos delas amazonas como si fueran exclusivos de ella y de nadie más.
Andrómaca, por lo visto, también es un nombre de amazona...
Encontramos también
7. una abundantísima información histórica y arqueológica y, especialmente, iconográfica en aras de demostrar sin lugar a dudas la veracidad de la hipótesis de que las Amazonas eran mujeres escitas guerreras y de cualquier otra tesis. Por ejemplo, las abundantes páginas dedicadas al tatuaje con el que aparecen representadas y documentadas en fuentes escritas también, las mujeres tracias, escitas y población relacionada con estas zonas geográficas
8. las referencias literarias y de tradiciones orales que emparenten leyendas y motivos escitas con temas y tradiciones griegas tienen su apartado correspondiente en la última parte del libro, donde repasa todas las tradiciones legendarias griegas vinculadas con las amazonas. De lo que resulta un dato innegable, las amazonas están relacionadas casi desde los inicios con las leyendas griegas y en la más nacional de ellas, la Guerra de Troya, tienen su aparición estelar. Aunque, cierto es, no figura en la Ilíada, pero sí tienen el protagonismo en los hechos que se relatan a partir del final de la obra, con la muerte del Héctor, el héroe troyano. Comentando una tradición manuscrita que retocaba el final de la Ilíada, a los versos "Tales fueron los juegos funerarios de Héctor", se añadía "Y entonces llegó la amazona, la hija de gran corazón de Hades, el asesino de hombres". Quizás se obligue un poco las cosas al enfocar todo desde la perspectiva amazónica, pero tiene su parte de curiosidad.
9. Igualmente, se podría rastrear que rasgos de la ideología indoeuropea se muestran en esta cultura escita, que, tal como aparece en el texto, es la que sigue viviendo con la tradición de los kurganes o túmulos funerarios, la más identificatoria de los indoeuropeos, como hiciera en su momento Dumézil.
10. la pretensión de tener un volumen enciclopédico, que al fin y al cabo esto es lo que es el libro, un libro de consulta por las muchas referencias históricas y arqueológicas que tiene, decíamos que esta pretensión enciclopédica a veces abruma.
En resumen, un libro intresantísimo y documentadísimo que resume hipótesis y debates que sobre el mundo de estas míticas guerreras se han venido suscitando en los últimos lustros de investigación académica, una investigación que está muy viva, a lo que parece.
viernes, 22 de septiembre de 2017
Romancero de tradición oral de Canarias
En este enlace se pueden oír grabaciones del Romancero tradicional de las islas Canarias.
domingo, 17 de septiembre de 2017
William Wallace "Braveheart" y el mundo clásico
Leyendo estos días el último número de National geographic, uno de sus artículos está dedicado a la figura de William Wallace, alias Braveheart, y su papel en la historia de Escocia.
es claro que este personaje fue catapultado no ya a la fama sino al mero conocimiento por parte de gran parte del público gracias a la épica película de Mel Gibson del mismo nombre.
En dicha película ya aparecen dos elementos, al menos, que relacionaban la figura del líder escocés con el mundo clásico:
1. sus conocimientos de latín y de la literatura clásica, como se ve cuando es educado en un monasterio por unos monjes que salvaguardaban la literatura clásica.
En este artículo se cita expresamente que este monje era un tío suyo, capellán, que es quien se encargará de su educación. Y, dice el artículo, "se atribuye a ese tío capellán que Wallace adquiriera un sentido moral de la libertad mediante la lectura de los autores clásicos latinos, ideal que inspiraría su combate contra el poder inglés".
De ahí que nos resulte tan clásico como moderno la arenga que dirige Wallace a sus tropas informales de campesinos y labriegos, insistiendo en que no hay ideal más alto de vida que la libertad, entendida ya en e sentido en el que lo entendían los clásicos, tanto griegos como latinos, en sus enfrentamientos militares e ideológicos frente a los pueblos con los que lindaban.
En el fragmento de la película en la que Wallace está en una especie de biblioteca del monasterio, lo vemos mitrando unos códices en los que se trata de estrategias militares. Y ésta es la segunda relación que encontramos entre el personaje y el mundo clásico, y la que da mayor espectacularidad a la película, su estrategia militar.
2. En la espectacular primera gran batalla que filma Mel Gibson en la película, que no se corresponde bien con la que cita el artículo, los escoceses utilizan una estrategia que bien pudiera haber sido sacada de las falanges macedonias de Filipo y Alejandro Magno. Esto es, nos referimos a las famosas sarisas, aquellas lanzas de más de tres metros con las que se defendía y atacaba la falange greiga, y que fue durante mucho siglos el arma invencible entre los ejércitos antiguos.
Leemos en el artículo de NG que estas formaciones se llamaban schiltroms, "formaciones defensivas que actuaban a modo de erizos gigantes, con sus lanzas de más de tres metros frente a la caballería". Parece estar hablando ni más ni menos que el mismo tipo de lanzas largas que utilizaba la falange macedónica. Y que, por lo tanto, cabría la idea de que Wallace, si no es que peca uno de querer ver demasiadas conexiones, cabria la idea de que Wallace hubiese tomado esa estrategia de su conocimiento de los autores clásicos.
En la película, sobre todo cuando se ve por primera vez, resulta impactante el efecto devastador que tienen estas lanzas frente a toda una caballería pesada como la del ejército inglés.
domingo, 10 de septiembre de 2017
Moscú bizantina, la tercera Roma
Mitología en el Hermitage
Amorcillos en un bureau |
Zeus disfrazado de sátiro y Antíope |
Andrómeda, Perseo y Pegaso |
Medea en un fresco del museo |
Lápida funeraria con Ganímedes y Zeus |
¿Dionisos? en en freso del museo |
Zeus y Dánae |
El Olimpo en el fresco del techo de la entrada del Hermitage. |
detalle del fresco de la entrada con Mercurio. |
Dioses y seres divinos en Peter
lunes, 31 de julio de 2017
LOS ESPECTÁCULOS EN ESP Y GLD.
LOS ESPECTÁCULOS EN ESP Y GLD.
GLD es una película espectacular, y gran base de su éxito
se basa precisamente en la extraordinaria puesta en escena de estos espectáculos romanos. ESP es más
modesta, modestísima en este sentido cuanto a espectacularidad y a los espectáculos romanos.
Es claro que una y otra película tienen rumbos e
historias diferentes y hasta divergentes. ESP hace énfasis en la lucha de
un esclavo, gladiador también, sí, pero, y como ha pasado a la historia, un esclavo liberador de la explotación y
su condición servil. Es además un personaje histórico y reivindicado por
corrientes e ideas progresistas.
GLD, como su propio nombre indica, nos habla de un personaje
ficticio, no es real ni histórico, aunque se pueden buscar referencias, que de
hecho las hay, con algún personaje histórico con el que vincularlo.
Pero también es cierto que estamos ante películas de
género, el peplum, y en éste ha de incluirse una casi obligada alusión y
recreación al mundo de los crueles espectáculos romanos.
En esto acierta GLD., pues presenta de forma escalonada y
perfecta una sucesión de luchas de gladiadores realizadas a lo largo de la narración, a cuál más emocionante. En cambio, ESP debe contentarse con la
primera parte, extraordinaria primera parte, que transcurre en la famosa escuela
de gladiadores de Capua, de donde parece que surgió realmente dicha revuelta.
EL COMBATE GLADIATORIO ENTRE ESPARTACO Y DRAGBA
El espectáculo gladiatorio en ESP carece de la grandeza y
majestuosidad que presenta en GLD y , en general, en los peplum del género. ESP ha prescindido de ellos. En su lugar nos ofrece como potente compensación, y a la que asistimos como si fuéramos parte del público de un
anfiteatro romano, nos ofrece la famosa revuelta de los esclavos contra sus amos en la escuela de Capua.
Porque espectáculo gladiatorio propiamente dicho sólo se
nos ofrece la lucha singular que le tiene que ofrecer el lanista Batiato a los protegidos
de Craso, Glabro y su prometida, a instancias, parece ser, de esta y su malévola amiga.
Como tal espectáculo, es tenso, mantiene el dramatismo y
la atención del espectador, pero, sobre todo, su inesperado final, cuando Dragba renuncia
a rematar a Espartaco y se enfrenta a Craso y los frívolos patricios. En
realidad el director nos ha querido demostrar con esta única secuencia de lance
gladiatorio lo cruel y deshumanizado que se ha vuelto la sociedad y el ocio en
el mundo antiguo.
Por lo tanto, frente a la grandiosidad de la
reconstrucción de un anfiteatro, como un buen peplum reclamaba, ESP opta por la
modesta exhibición de prueba en la misma escuela de entrenamiento.
GLD en cambio muestra músculo cuando tiene que exhibir
las escenas de lucha. Son crudas, sangrientas, crueles también, como las de
ESP, pero no condensan como en ESP el rechazo de fondo a este entretenimiento
criminal.
LA GRANDIOSIDAD DE LOS LUDI CIRCENSES EN GLD.
Al contrario, GLD no busca, salvo en el caso de “¿Os
habéis divertido?”, un claro guiño a ESP., no busca un
enfoque crítico de la sociedad romana por el éxito que tenían las peleas entre seres humanos. Es más, GLD contribuye a magnificar el espectáculo, a realzar sus
proporciones,ofreciendo extraordinarias vistas aéreas del Coliseo,
mostrando su estructura, el velarium, el graderío, la arena con insospechadas metas de circo, todo en una fastuosa visión.
Nos muestra la fastuosidad de dichos espectáculos, y los
exhibe extraordinariamente, no hay más que recordar la recreación de la batalla
de Zama, con amazonas, que también las había, aguerridas mujeres gladiadoras, persecuciones de carros y a caballo. O la
última lucha en el anfiteatro, una recuperación de la venatio o venationes,
esto es, la exhibición de fieras salvajes de todo tipo que había en los anfiteatros de todo el mundo
romano.
Imaginamos que los guionistas se hayan documentado lo
suficiente para recrear lo que podía ser lo más parecido a una venatio en el
antiguo mundo romano. En los anfiteatros, junto con las luchas de gladiadores,
también había enfrentamientos entre fieras salvajes y cazadores, las llamadas
venationes. GLD, intenta a superar, en esto como en otras cosas, a los peplum del género, y nos hace un
demostración de estas venationes, con la presencia de tigres amarrados con
cadenas que suben desde los fosos de la arena en grúas y saltan al escenario para dar más emoción también.
El público ruge de placer y emoción ante la aparición del primero de estos felinos sobre la arena.
(Parece ser que en la propia filmación hubo algún peligro
que corrió el mismo Russell Crowe con estos lindos gatitos).
Dejando esto de lado, la emoción de la última lucha de
Máximo en el Coliseo alcanza su más alto grado, si descontamos la escena final
contra el trastornado Cómodo. Mientras tiene que habérselas con el afamado Atis
de la Galia, ha de sortear también las feroces garras y mandíbulas batientes de los
tigres veteados.
Pura emoción y puro espectáculo, por lo tanto, es lo que
nos brinda GLD frente a una en este sentido modesta recración de los juegos que
se nos ofrece en ESP.
domingo, 30 de julio de 2017
LAS VISIONES EN GLADIATOR Y ESPARTACO
DELIRIOS ONÍRICOS EN GLADIATOR Y ESPARTACO.
LAS VISIONES
LA LLANURA DE ASFÓDELOS.
El más allá presenta estas mismas imágenes, pero ya no bañadas por el sol, sino cono tonos grieses y sombríos, como correspondería a la visión mayoritaria que los antiguos tenían de esa vida mas allá de la muerte. La imaginaban en sombras, con personajes exangües, sin vida. La película no se retrae a estas visiones que corresponden a épocas más arcaicas del mundo antiguo, y mezcla en ese más allá unas ideas de bienestar y armonía, aunque sombrías, que quizás se puedan entender en las corrientes que ya desde antiguo, pero con mayor fuerza en la época del imperio romano, fluctuaban entre las conciencias de las gentes de esa época.
LOS DORADOS CAMPOS ELÍSEOS
LAS ARENGAS DE MÁXIMO Y ESPARTACO.
La visión piadosa se conjuga bien con las imágenes oníricas del más allá que salpican todo Gladiator. Sin embargo, en Espartaco esta visión religiosa es sustituida por una visión laica y utópica, que sitúa los anhelos del hombre en el futuro, en un futuro quizás igual de inexistente que las visiones religiosas del más allá de Máximo
Una de las secuencias más llamativas de Gladiator en la del viaje de Máximo en una camilla, una vez capturado por los tratantes de esclavos en su villa de Emérita Augusta. El viaje de la caravana de esclavos se dirigirá hacia el norte de África, provincia romana. Supone un cambio abrupto de paisaje, desde los helados y fríos bosques germanos de Centroeuropa a las desérticas y calurosas arenas del norte de África.
Máximo, malherido por el lance con la guardia pretoriana cuando escapa de Germania, agotado por el infatigable cabalgada desde allí hasta su villa en Hispania, exhausto anímicamente ante la muerte de su familia, cae sin fuerzas y desfallecido después de darles digna sepultura. Sólo entonces se lo ha podido permitir su devoción familiar.
Lo siguiente que oímos en el film son unas voces extrañas hablando entre sí, y vemos que unos desconocidos, al ritmo de una música de ritmos orientales, lo recogen de su estado postrado y lo suben a su caravana.
LAS VISIONES
Debido a su estado, Máximo viaja acostado en una camilla tirada por algún animal, en una profunda inconsciencia. De su estado letárgico parece despertar de vez en cuando, pero lo que ve o lo que su mente proyecta son una mezcla de retazos de realidad con visiones delirantes del más allá o proyecciones oníricas. En este delirio se mezclan imágenes sombrías del más allá con las risas histéricas de las hienas que van en la caravana, o la imagen del númida acercándosele a su cuerpo y poniéndole un empastre casero en la herida, cataplasma mágica que ya deberían incorporar los servicios públicos y privados de salud a la hora de restañar notablemente heridas y tajos feos y profundos como los que lleva Máximo en su maltrecho cuerpo.
a estas visiones inconexas y casi psicodélicas, se le une la visión casi astral de la figura yacente de Máximo sobrevolando los días de travesía de la caravana que lo lleva prisionero, como si realizara un viaje astral por encima de los polvorientos caminos y los delirios de su mente. Es como si el propio Máximo se despojara de su yo fisico y se viera desde fuera realizando lo que parece un viaje astral, cuando se trata de la ruta que hace la caravana desde que lo recogen hasta el norte de África, su lugar de destino.
El mundo del más allá siempre se distingue a lo largo de toda la película porque es representado con tonos grises y sombríos. El más allá, tal como aparece en las visiones de Máximo y los gionistas han querido representar, tiene algo que ver con aquella ancestral llanura de asfódelos de los antiguos indoeuropeos.
el viaje "astral" de Máximo. |
LA LLANURA DE ASFÓDELOS.
Sólo que aquí el campo de asfódelos y esa llanura propicia para el pasto de caballos y rebaños es sustituida por una visión más asentada y campestr, pues la llanura se ha convertido ahora en un extenso campo de rubios y fértiles espigas de trigo cargadas de espigas. Por ellas mismas Máximo va caminando acariciando con la palma de su mano las rubias cabezas de las espigas.
En otro momento estas imágenes de paz, tranquilidad y armonía, se unen a la ubicación real de su villa en Emérita, así vemos que los trigales se elevan hasta una colina donde se encuentra la villa del general, rodeada de altos y espigados cipreses, y salpicada aquí y allá de sus labriegos.
Máximo acaricia el dorado y anhelado campo de trigo. |
El más allá presenta estas mismas imágenes, pero ya no bañadas por el sol, sino cono tonos grieses y sombríos, como correspondería a la visión mayoritaria que los antiguos tenían de esa vida mas allá de la muerte. La imaginaban en sombras, con personajes exangües, sin vida. La película no se retrae a estas visiones que corresponden a épocas más arcaicas del mundo antiguo, y mezcla en ese más allá unas ideas de bienestar y armonía, aunque sombrías, que quizás se puedan entender en las corrientes que ya desde antiguo, pero con mayor fuerza en la época del imperio romano, fluctuaban entre las conciencias de las gentes de esa época.
Los tonos sombríos con que se dibuja el Más Allá en Gladiator |
Máximo acaricia las sombrías espigas del Más Allá. |
LOS DORADOS CAMPOS ELÍSEOS
Algo parecido ocurre en la arenga que dirige Máximo a su caballería en los momentos previos a entrar en batalla. "Si os veis cabalgando ..., estaréis en el Elíseo y ya habréis muerto". Aquí el más allá de los guerreros mantiene la visión de los prados y las llanuras doradas, por las que los que han muerto siguen cabalgando felices bañados por una luz solar completa.
LAS ARENGAS DE MÁXIMO Y ESPARTACO.
Vista esta arenga de Máximo a sus tropas, podemos compararlas con la que dirige Espartaco en algún momento del film. Y volvemos a lo comentado en otros momentos, en Espartaco no hay lugar para el más allá, ni siquiera por mor de la contextualización histórica. Si ya en Gladiator vemos desde las primeras imágenes de la película esa imagen idílica y con tintes oníricos del campo de trigales, campo que luego iremos viendo como se termina confundiendo con la imagen piadosa que tiene el romano del más allá, en Espartaco nada podemos ver de esto.
Espartaco, en todo caso, presenta una moral laica que ha borrado casi por completo cualquier referencia al mundo religioso. En su lugar, aparece una utopía social, utopía cargada, igualmente, de tintes piadosos y fraternales, pero que comulga con la sensibilidad laica del público espectador y busca su complicidad.
Los anhelos, pasiones, ideales sociales de Espartaco son anhelos sociales, la liberación de la esclavitud y la búsqueda de una sociedad justa y emancipadora. Y en ello se completa y satisface cualquier otro tipo de necesidad espiritual o del más allá. En Gladiator sus ideales son más contextualizados y respetuosos con el trasfondo históricos, los anhelos y pasiones del personaje principal se centran en su familia y en un lugar donde habita la paz y el amor, y la fidelidad a sus antepasados. Ahora bien, no quiere decir que este ámbito en el que se mueve carezca de universalidad, al contrario, llega a ser tan humano o más que el mensaje revolucionario y atemporal de Espartaco.
Por lo tanto, esta visión piadosa se conjuga bien con las imágenes oníricas del más allá que salpican todo Gladiator. Sin embargo, en Espartaco esta visión religiosa es sustituida por una visión laica y utópica, que sitúa los anhelos del hombre en el futuro, en un futuro quizás igual de inexistente que las visiones religiosas del más allá de Máximo.
P.D.
Esta imagen que aparece desde el principio del film, la de la mano de, suponemos, Máximo acariciando las espigas doradas de un soleado campo de cereales la encontramos también en la épica histórica de 300.
El campo de cereales bañado por el sol tiene aquí también un significado de Arcadia perdida, de reflejo nostálgico para el que se va, para Leónidas y sus trescientos. Para Leónidas, y sus espartanos, la imagen de la patria se encuentra en Gorgo, su mujer, en su hijo y en esa estampa idealizada del campo de cereales dorados bañados por la luz del sol desde la que se despiden, hermoso lugar y bella visión que quizás el decidido espartano, rumbo a las Termópilas, no vuelva a ver jamás.
Es evidente que no tiene la fuerza de la visión que tien en Gladiator, pues aquí se mezcla de forma más estrecha y vinculante con la figura del hispano Máximo, y con sus visiones escatológicas que dibujan el otro mundo en semejanza al de su villa en Emérita, pero así y todo juega una cierta similitud una y otra.
P.D.
Esta imagen que aparece desde el principio del film, la de la mano de, suponemos, Máximo acariciando las espigas doradas de un soleado campo de cereales la encontramos también en la épica histórica de 300.
El campo de cereales bañado por el sol tiene aquí también un significado de Arcadia perdida, de reflejo nostálgico para el que se va, para Leónidas y sus trescientos. Para Leónidas, y sus espartanos, la imagen de la patria se encuentra en Gorgo, su mujer, en su hijo y en esa estampa idealizada del campo de cereales dorados bañados por la luz del sol desde la que se despiden, hermoso lugar y bella visión que quizás el decidido espartano, rumbo a las Termópilas, no vuelva a ver jamás.
Es evidente que no tiene la fuerza de la visión que tien en Gladiator, pues aquí se mezcla de forma más estrecha y vinculante con la figura del hispano Máximo, y con sus visiones escatológicas que dibujan el otro mundo en semejanza al de su villa en Emérita, pero así y todo juega una cierta similitud una y otra.
Gorgo le cuenta a su hijo la historia de Leónidas sobre el fondo del campo de trigales. |
jueves, 20 de julio de 2017
MÁXIMO, EL “PROTECTOR” DE ROMA
MÁXIMO, EL “PROTECTOR” DE ROMA.
Además,
se desengaña del gobierno unipersonal, apela a la verdadera tradición de Roma en
cuestiones de sistema de gobierno, el gobierno de la república, y le expone a
Máximo, a quien ha elegido como su sucesor transitorio, le expone el camino a
seguir.
Roma ha
de volver a ser una república, dice MA. Y para ello, nombrará a Máximo como “protector”, es decir, el encargado de
dirigir las acciones necesarias para conducir el “proceso” (palabra de moda ahora)
desde la forma de gobierno imperial a las instituciones republicanas. Digamos
de alguna forma, son más justas, convenientes y “democráticas”.
Digamos,
antes de seguir, que este cargo de “protector”
que aparece en la película, la persona a la que se le otorgan plenos poderes
durante un periodo de tiempo limitado, para luego esa persona devolverlos, esta
figura tiene cierta semejanza a lo que era la magistratura extraordinaria de la
dictadura en tiempos de la
república. Personajes históricos tan alabados como Cincinato fueron modélicos dictadores en el sentido antiguo de la
palabra, no en el moderno.
Para MA,
entonces, y es lo que más le preocupa, la mejor forma de gobernar Roma y,
suponemos, una sociedad, es la República. Ante nosotros aparece este personaje
como un líder de una constitución democrática, justa, antiautoritaria y basada
en las decisiones del pueblo y sus instituciones.
Es claro
que el tema de la esclavitud y la
sociedad esclavista antigua no ocupa en la película sus pensamientos, aunque
podemos deducir por sus pensamientos que es un hombre justo y noble en sus
principios. Pero el tema de la esclavitud no es el que está al frente de sus
preocupaciones.
Cuando
MA habla de devolver las instituciones al pueblo y reinstaurar la república, el
público enseguida toma partido por por él y se identifica con su proyecto, en
un salto histórico. Es claro que en el mundo antiguo, bajo esta forma
idealizada de la república, estaba la base de la sociedad esclavista, verdadera
pieza angular de la estructura social del mundo antiguo. Pero en la película
fácilmente obviamos esta circunstancia, circunstancia clave que está en el
primer plano en ESP.
LOS IDEALES REPUBLICANOS DEL EMPERADOR MARCO AURELIO
LOS IDEALES REPUBLICANOS DEL EMPERADOR MARCO AURELIO.
En GLD encontramos la figura determinante
de Marco Aurelio, el emperador
filosofo. Se nos muestra como un personaje que está en la cima del poder, pero,
a diferencia del Craso de ESP y en
consonancia con sus inclinaciones filosóficas, se siente solo, recordemos el amargo
monólogo de Filipo II en Alejandro Magno.
Y se
siente además solo, solamente, como un
servidor de ese poder. Mientras que en Craso, y en su hijo Cómodo, vemos la
ambición obsesiva por alcanzar ese poder unipersonal y despótico, en Marco
Aurelio encontramos a un emperador filósofo que reflexiona, desengañado, sobre
lo que es el poder, lo que es Roma, la mejor forma de gobernar un estado, las
ineludibles obligaciones que representa la ostentación de dicho cargo, etc.
Para MA,
que está en trance de desaparecer del mundo y debe dejar arreglado el delicado
asunto de la sucesión, se le presenta el dilema de a quién elegir. Por
desgracia, de sus dos hijos, quien hubiera sido el apropiado para sucederle por
inteligencia, tesón y capacidad, resulta ser una mujer, su hija Lucila. “¡Qué gran emperador
hubieses sido!”
Su otro
hijo, Cómodo, ha resultado ser un personaje débil de carácter, con ansias
desmedidas de poder y ambición, y ninguna capacidad moral de actuación.
CRASO Y GRACO, LÍDERES ANTAGÓNICOS
CRASO Y GRACO, LÍDERES ANTAGÓNICOS
Craso y Graco son los dos políticos que lideran
las facciones enfrentadas. El uno representa la tendencia absolutista y autoritaria
que, ciertamente, hubo en Roma y que históricasmente desembocará en el nuevo
régimen imperial instaurado por Octavio
Augusto.
El otro,
más afable y cercano, aún siendo un noble patricio que vive inmerso en esa
sociedad desigual e injusta, representa la facción más amable y con
pretensiones de justicia social del poder. Representa al gobierno republicano,
precisamente el que trata de poner freno, aunque casi siempre en vano, a las
tendencias autoritarias e Craso.
Es el
bando popular, republicano. Curiosamente, al personaje lo han bautizado con el
nombre de Graco, en alusión a los dos hermanos magistrados del bando popular
que, décadas antes, intentaron llevar a cabo medidas más justas, como una
reforma agraria, que mejorara las condiciones de vida de la plebe romana.
Entre
ellos dos y sus grupos se establece el juego político que los espectadores
entendemos perfectamente, un juego político de intereses, presiones, apoyos
políticos, etc., que en cierto modo, y como en las sociedades modernas, se
desarrolla en casi enteramente en la esfera política y con escasa repercusión
social en el pueblo romano.
GLD VS. ESP: REVOLUCIÓN vs. REPÚBLICA
MODELOS POLÍTICOS
Mientras el modelo político en ESP se
acerca a los ideales libertarios comunitarios de una sociedad donde impere la
justicia social, el igualitarismo, la ausencia de explotación del hombre por el
hombre, GLD presenta un modelo político claro y con su plasmación real, la república.
Los ideales políticos de ESP parecen conducir de forma abstracta a sociedades
comunitarias e igualitarias, de desigual implantación social en la historia. GLD
presenta la plasmación de sus ideales políticos en una república justa y
popular, obviando los elementos esclavistas de las sociedades del mundo antiguo.
LOS IDEALES COMUNITARIOS EN ESP.
ESP, en consonancia con los vientos de
la época, presenta un modelo social emancipador y liberatorio del ser humano,
tomando como base la lucha contra la esclavitud, desvinculándola de los
condicionantes históricos de la época (pocos pensadores reflexionaron sobre la
esclavitud y cuando lo hicieron, como Aristóteles,
fue para justificarla como algo natural).
Por
tanto, en ESP se mezcla la idea
emancipadora pero ahistórica de la revuelta de esclavos, con los ideales más
teóricos y abstractos, que respondiendo a las ideologías liberadoras del ser
humano habidas en el siglo XX y cuya plasmación legal y universal se ratificará
en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la
ONU, en los años cuarenta.
El nuevo
mundo que proponen los esclavos es el reflejado más o menos por las secuencias
en el campamento de esclavos. Allí predomina el igualitarismo y la cooperación
por encima de todo, no parece existir la propiedad privada, claro que es un
mundo temporal, en escasez, en espera de encontrar el hogar.
Frente a
este mundo utópico y de comuna social, el mundo de Roma se muestra como su
antagonista. Al igual que la lucha contra la esclavitud se mezcla con la lucha
por los derechos humanos y los ideales comunitaristas, es el mundo de Roma un
mundo paralelo a nuestras sociedades
actuales. Todos captamos enseguida en el mundo que se nos ofrece de Roma
nuestro propio mundo. Las luchas internas por el poder, los bandos políticos
opuestos, el uso de las instituciones en favor de intereses particulares, la
ausencia de democracia y participación social, la explotación social y el
clasismo, etc. parece hablarnos más de nosotros que de los romanos.
martes, 18 de julio de 2017
GLD. vs. ESP: LA EMPALIZADA DE GLABRO
LA EMPALIZADA DE
GLABRO EN ESPARTACO.
Se ha de
recordar, sin embargo, el primer encuentro bélico entre las tropas romanas y la
milicia irregular pero agresiva de los rebeldes. Glabro, el manipulable protegido de Craso en el Senado, es nombrado
hábilmente por el senador popular Graco
como encargado de sofocar la rebelión de los esclavos. Es la primera ocasión en
que los dirigentes romanos toman conciencia del problema existente de la
revuelta de esclavos.
El
descuidado Glabro marcha contra los esclavos confiando sobradamente en su
poderío y convirtiendo la expedición en una marcha festiva y despreocupada. Así
se muestra claramente en la película.
Tanto es
así que llegados cerca de los rebeldes, acampan una noche próximos al campamento
de los esclavos, establecido en las laderas del Vesubio. La despreocupación es
tan grande que un jinete esclavo llega en la noche donde Espartaco a informar
de los movimientos de los romanos, y lo que le dice al líder enseguida lo pone
de alerta y repite. “¿Y dices que no han levantado emplaizada ni foso alguno?”,
más o menos.
Ya
sabemos que todo ejército romano en expedición levantaba cada noche el campamento
con una empalizada y su foso correspondiente.
Espartaco
a la vista de esto, ordena inmediatamente la salida de los esclavos hacia el
campamento romano, aprovechando la distracción de estos y lo tan confiados que
se encontraban, tanto que ni siquiera se molestaron en construir las vallas de
defensa.
Poco
después, hay elipsis de la toma del campamento por los esclavos, vemos el
encuentro entre el satisfecho Espartaco y el débil y atemorizado Glabro. El
propio esclavo le echa en cara no haber sabido mantener las estrictas reglas de
guerra de los romanos, y su descuido. Lo deja marchar, sin embargo, para que
informe al Senado que ellos, los esclavos, no pretenden alterar por más tiempo
la situación en la península itálica, sólo quieren marcharse a sus hogares y
patrias, y que, por lo tanto, los dejen ir y no se esfuercen en perseguirlos y
acosarlos.
Precisamente
este error imperdonable de Glabro acabará con su carrera política. En la
reunión en el Senado donde debe rendir cuentas, evidencia una vez más su
carácter débil y su carencia de formación y dotes de mando para estar al frente
de cualquier mando en el ejército. Es el propio Craso, su padrino político, el
que le hace la pregunta clave y la que lo deja al descubierto. “¿Es que no
levantaste la empalizada?”, a lo que el irresponsable Glabro
responde, quedándose en evidencia “¿Para qué iba a hacerlo? ¡Solo eran unos esclavos!”.
Esto será
el fin de su carrera como militar y político. A continuación y ya en privado,
se despide de forma breve y como desconocidos de Craso, con el mensaje de que
ya no volverán a verse.
GLD vs. ESP: LA BATALLA DE ESPARTACO
LA LEGIÓN EN ESP.
Podemos decir, por tanto, que donde
Kubrick hace una exhibición del poderío y la capacidad de maniobra
extraordinaria de la legión romana es en las secuencias previas a la batalla,
donde al son de una música tensa las legiones maniobran en campo abierto, se
desplazan con orden de un lugar a otro cientos de hombres bajo las órdenes
directas de los oficiales. Sin embargo, el desarrollo de la batalla ya es
desigual y no afrece ninguna menci´n, creemos, de crédito, pues salvo la
estrategia inicial de los esclavos, no apreciamos otra exhibición de tácticas y
movimientos militares que demuestren la eficacia y la realidad histórica del
ejército romano.
En la batalla final de ESP, curioso que se ponga al final
frente a GLD, el director quiere mostrarnos la perfecta formación y
desenvolvimiento de la legión romana. El público, como si fuera uno de los
esclavos de la película que está mirando con cara de asombro esos movimientos,
comparte esa mezcla de admiración y miedo.
Las legiones empiezan a marchar, hay una perspectiva desde
el puesto de mando donde está Craso y sus acompañantes a caballo y desde ahí
vemos avanzar a las legiones a paso rítmico y marcial. Al frente de cada una de
ellas marcha con sus penachos apropiados el centurión de turno, dirigiendo a
las tropas.
Luego, cambiamos la perspectiva a la línea de combate de
los esclavos y allí vemos como uno de ellos la perfección de la marcha de las
legiones. La vista se abre ante una llanura extensa y amplia, y las legiones
van avanzando en formación, esto es, dejando un espacio entre cada sección de
ellas en cada línea, de forma que vistas en perspectivas, forma un rombo o
damero. En un determinado momento, no sabemos en realidad si esto era así, y
siempre con la música de fondo de un tono estridente, tenso, las legiones dejan
de avanzar.
Se detienen y como si estuvieran sincronizadas todas juntas,
empiezan unos movimientos de hombres de un lado para otro. De tal manera que al
fina de estos movimientos disciplinados y estudiados, el rombo se ha
transformado en líneas continuas una detrás de otra, formando un frente
ininterrumpido y al parecer imbatible.
Una vez colocados en esta formación continua, empieza
otra vez el avance, esta vez sí ya definitivo y amenazante y con claras
intenciones de trabar el combate.
Ocurre entonces que quienes se revelan como
mejores estrategas son los esclavos. Cuando las legiones avanzan en línea
contra ellos, encontrándose además en una posición desfavorable que quizás un general romano
de verdad no hubiera escogido, los esclavos, situados en loa alto de unas
colinas, les arrojan unas balas de heno y paja ardiendo, lo que hace que de
golpe, toda aquella exhibición anterior de la uniformidad y disciplinada
movimientos de la legión se desbarate en un instante.
Suponemos que será por necesidades del guión el hecho de
revelar las astucias del ejército popular, cual masa de revolucionarios, que
utiliza tácticas inteligentes de guerrilla para enfrentarse a un ejército
profesional y poderoso. Lo cierto es que el desorden cunde entre las tropas
romanas, los esclavos se lanzan en contra de ellos aprovechando la confusión a
la carrera y con la caballería.
Todo parece ir bien para los rebeldes cuando, después de
unas horas que se supone transcurridas, llegan los
ejércitos de Lúculo y Pompeyo, ejércitos con los que no contaba el hábil
Espartaco, pero si el astuto Craso, y entre él mismo y aquellos otros dos generales romanos, cercan a los
esclavos y hacernuna pinza que termina por derrotarlos.
Así concluye la batalla con la escena final donde la
cámara sobrevuela haciendo un repaso la vasta extensión de cuerpos muertos y
moribundos, también un tópico en los peplums, cuerpos enlazados unos encima de
los otros, en un amasijo confuso de carnalidad y muerte.
Podemos
decir, por tanto, que donde Kubrick hace una exhibición del poderío y la
capacidad de maniobra extraordinaria de la legión romana es en las secuencias
previas a la batalla, donde al son de una música tensa las legiones maniobran
en campo abierto, se desplazan con orden de un lugar a otro cientos de hombres
bajo las órdenes directas de los oficiales. Sin embargo, el desarrollo de la
batalla ya es desigual y no ofrece ninguna mención, creemos, de crédito, pues
salvo la estrategia inicial de los esclavos, no apreciamos otra exhibición de
tácticas y movimientos militares que demuestren la eficacia y la realidad
histórica del ejército romano.
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