martes, 18 de julio de 2017

GLD vs. ESP: LA BATALLA DE ESPARTACO

LA LEGIÓN EN ESP.

Podemos decir, por tanto, que donde Kubrick hace una exhibición del poderío y la capacidad de maniobra extraordinaria de la legión romana es en las secuencias previas a la batalla, donde al son de una música tensa las legiones maniobran en campo abierto, se desplazan con orden de un lugar a otro cientos de hombres bajo las órdenes directas de los oficiales. Sin embargo, el desarrollo de la batalla ya es desigual y no afrece ninguna menci´n, creemos, de crédito, pues salvo la estrategia inicial de los esclavos, no apreciamos otra exhibición de tácticas y movimientos militares que demuestren la eficacia y la realidad histórica del ejército romano.

En la batalla final de ESP, curioso que se ponga al final frente a GLD, el director quiere mostrarnos la perfecta formación y desenvolvimiento de la legión romana. El público, como si fuera uno de los esclavos de la película que está mirando con cara de asombro esos movimientos, comparte esa mezcla de admiración y miedo.
Las legiones empiezan a marchar, hay una perspectiva desde el puesto de mando donde está Craso y sus acompañantes a caballo y desde ahí vemos avanzar a las legiones a paso rítmico y marcial. Al frente de cada una de ellas marcha con sus penachos apropiados el centurión de turno, dirigiendo a las tropas.
Luego, cambiamos la perspectiva a la línea de combate de los esclavos y allí vemos como uno de ellos la perfección de la marcha de las legiones. La vista se abre ante una llanura extensa y amplia, y las legiones van avanzando en formación, esto es, dejando un espacio entre cada sección de ellas en cada línea, de forma que vistas en perspectivas, forma un rombo o damero. En un determinado momento, no sabemos en realidad si esto era así, y siempre con la música de fondo de un tono estridente, tenso, las legiones dejan de avanzar. 
Se detienen y como si estuvieran sincronizadas todas juntas, empiezan unos movimientos de hombres de un lado para otro. De tal manera que al fina de estos movimientos disciplinados y estudiados, el rombo se ha transformado en líneas continuas una detrás de otra, formando un frente ininterrumpido y al parecer imbatible.
Una vez colocados en esta formación continua, empieza otra vez el avance, esta vez sí ya definitivo y amenazante y con claras intenciones de trabar el combate. 
Ocurre entonces que quienes se revelan como mejores estrategas son los esclavos. Cuando las legiones avanzan en línea contra ellos, encontrándose además en una posición desfavorable que quizás un general romano de verdad no hubiera escogido, los esclavos, situados en loa alto de unas colinas, les arrojan unas balas de heno y paja ardiendo, lo que hace que de golpe, toda aquella exhibición anterior de la uniformidad y disciplinada movimientos de la legión se desbarate en un instante.
Suponemos que será por necesidades del guión el hecho de revelar las astucias del ejército popular, cual masa de revolucionarios, que utiliza tácticas inteligentes de guerrilla para enfrentarse a un ejército profesional y poderoso. Lo cierto es que el desorden cunde entre las tropas romanas, los esclavos se lanzan en contra de ellos aprovechando la confusión a la carrera y con la caballería.
Todo parece ir bien para los rebeldes cuando, después de unas horas que se supone transcurridas, llegan los ejércitos de Lúculo y Pompeyo, ejércitos con los que no contaba el hábil Espartaco, pero si el astuto Craso, y entre él mismo y aquellos otros dos generales romanos, cercan a los esclavos y hacernuna pinza que termina por derrotarlos.
Así concluye la batalla con la escena final donde la cámara sobrevuela haciendo un repaso la vasta extensión de cuerpos muertos y moribundos, también un tópico en los peplums, cuerpos enlazados unos encima de los otros, en un amasijo confuso de carnalidad y muerte.
            Podemos decir, por tanto, que donde Kubrick hace una exhibición del poderío y la capacidad de maniobra extraordinaria de la legión romana es en las secuencias previas a la batalla, donde al son de una música tensa las legiones maniobran en campo abierto, se desplazan con orden de un lugar a otro cientos de hombres bajo las órdenes directas de los oficiales. Sin embargo, el desarrollo de la batalla ya es desigual y no ofrece ninguna mención, creemos, de crédito, pues salvo la estrategia inicial de los esclavos, no apreciamos otra exhibición de tácticas y movimientos militares que demuestren la eficacia y la realidad histórica del ejército romano.


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