lunes, 31 de julio de 2017

LOS ESPECTÁCULOS EN ESP Y GLD.

LOS ESPECTÁCULOS EN ESP Y GLD.

          GLD es una película espectacular, y gran base de su éxito se basa precisamente en la extraordinaria puesta en escena de estos espectáculos romanos. ESP es más modesta, modestísima en este sentido  cuanto a espectacularidad y a los espectáculos romanos.
          
       Es claro que una y otra película tienen rumbos e historias diferentes y hasta divergentes. ESP hace énfasis en la lucha de un esclavo, gladiador también, sí, pero, y como ha pasado a la historia, un esclavo liberador de la explotación y su condición servil. Es además un personaje histórico y reivindicado por corrientes  e ideas progresistas.
GLD, como su propio nombre indica, nos habla de un personaje ficticio, no es real ni histórico, aunque se pueden buscar referencias, que de hecho las hay, con algún personaje histórico con el que vincularlo.
Pero también es cierto que estamos ante películas de género, el peplum, y en éste ha de incluirse una casi obligada alusión y recreación al mundo de los crueles espectáculos romanos.
En esto acierta GLD., pues presenta de forma escalonada y perfecta una sucesión de luchas de gladiadores realizadas a lo largo de la narración, a cuál más emocionante. En cambio, ESP debe contentarse con la primera parte, extraordinaria primera parte, que transcurre en la famosa escuela de gladiadores de Capua, de donde parece que surgió realmente dicha revuelta.
          
EL COMBATE GLADIATORIO ENTRE ESPARTACO Y DRAGBA
       
       El espectáculo gladiatorio en ESP carece de la grandeza y majestuosidad que presenta en GLD y , en general, en los peplum del género. ESP ha prescindido de ellos. En su lugar nos ofrece como potente compensación, y a la que asistimos como si fuéramos parte del público de un anfiteatro romano, nos ofrece la famosa revuelta de los esclavos contra sus amos en la escuela de Capua.
          Porque espectáculo gladiatorio propiamente dicho sólo se nos ofrece la lucha singular que le tiene que ofrecer el lanista Batiato a los protegidos de Craso, Glabro y su prometida, a instancias, parece ser, de esta y su malévola amiga.
         Como tal espectáculo, es tenso, mantiene el dramatismo y la atención del espectador, pero, sobre todo, su inesperado final, cuando Dragba renuncia a rematar a Espartaco y se enfrenta a Craso y los frívolos patricios. En realidad el director nos ha querido demostrar con esta única secuencia de lance gladiatorio lo cruel y deshumanizado que se ha vuelto la sociedad y el ocio en el mundo antiguo.
Por lo tanto, frente a la grandiosidad de la reconstrucción de un anfiteatro, como un buen peplum reclamaba, ESP opta por la modesta exhibición de prueba en la misma escuela de entrenamiento.
GLD en cambio muestra músculo cuando tiene que exhibir las escenas de lucha. Son crudas, sangrientas, crueles también, como las de ESP, pero no condensan como en ESP el rechazo de fondo a este entretenimiento criminal.


LA GRANDIOSIDAD DE LOS LUDI CIRCENSES EN GLD.

       Al contrario, GLD no busca, salvo en el caso de “¿Os habéis divertido?”, un claro guiño a ESP., no busca un enfoque crítico de la sociedad romana por el éxito que tenían las peleas entre seres humanos. Es más, GLD contribuye a magnificar el espectáculo, a realzar sus proporciones,ofreciendo extraordinarias vistas aéreas del Coliseo, mostrando su estructura, el velarium, el graderío, la arena con insospechadas metas de circo, todo en una fastuosa visión.

       Nos muestra la fastuosidad de dichos espectáculos, y los exhibe extraordinariamente, no hay más que recordar la recreación de la batalla de Zama, con amazonas, que también las había, aguerridas mujeres gladiadoras, persecuciones de carros y a caballo. O la última lucha en el anfiteatro, una recuperación de la venatio o venationes, esto es, la exhibición de fieras salvajes de todo tipo que había en los anfiteatros de todo el  mundo romano.

LA VENATIO
       Imaginamos que los guionistas se hayan documentado lo suficiente para recrear lo que podía ser lo más parecido a una venatio en el antiguo mundo romano. En los anfiteatros, junto con las luchas de gladiadores, también había enfrentamientos entre fieras salvajes y cazadores, las llamadas venationes. GLD, intenta a superar, en esto como en otras cosas, a los  peplum del género, y nos hace un demostración de estas venationes, con la presencia de tigres amarrados con cadenas que suben desde los fosos de la arena en grúas y saltan al escenario para dar más emoción  también.
       El público ruge de placer y emoción ante la aparición  del primero de estos felinos sobre la arena.
(Parece ser que en la propia filmación hubo algún peligro que corrió el mismo Russell Crowe con estos lindos gatitos).
       Dejando esto de lado, la emoción de la última lucha de Máximo en el Coliseo alcanza su más alto grado, si descontamos la escena final contra el trastornado Cómodo. Mientras tiene que habérselas con el afamado Atis de la Galia, ha de sortear también las feroces garras y mandíbulas batientes de los tigres veteados.

       Pura emoción y puro espectáculo, por lo tanto, es lo que nos brinda GLD frente a una en este sentido modesta recración de los juegos que se nos ofrece en ESP.

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