LOS ESPECTÁCULOS EN ESP Y GLD.
GLD es una película espectacular, y gran base de su éxito
se basa precisamente en la extraordinaria puesta en escena de estos espectáculos romanos. ESP es más
modesta, modestísima en este sentido cuanto a espectacularidad y a los espectáculos romanos.
Es claro que una y otra película tienen rumbos e
historias diferentes y hasta divergentes. ESP hace énfasis en la lucha de
un esclavo, gladiador también, sí, pero, y como ha pasado a la historia, un esclavo liberador de la explotación y
su condición servil. Es además un personaje histórico y reivindicado por
corrientes e ideas progresistas.
GLD, como su propio nombre indica, nos habla de un personaje
ficticio, no es real ni histórico, aunque se pueden buscar referencias, que de
hecho las hay, con algún personaje histórico con el que vincularlo.
Pero también es cierto que estamos ante películas de
género, el peplum, y en éste ha de incluirse una casi obligada alusión y
recreación al mundo de los crueles espectáculos romanos.
En esto acierta GLD., pues presenta de forma escalonada y
perfecta una sucesión de luchas de gladiadores realizadas a lo largo de la narración, a cuál más emocionante. En cambio, ESP debe contentarse con la
primera parte, extraordinaria primera parte, que transcurre en la famosa escuela
de gladiadores de Capua, de donde parece que surgió realmente dicha revuelta.
EL COMBATE GLADIATORIO ENTRE ESPARTACO Y DRAGBA
El espectáculo gladiatorio en ESP carece de la grandeza y
majestuosidad que presenta en GLD y , en general, en los peplum del género. ESP ha prescindido de ellos. En su lugar nos ofrece como potente compensación, y a la que asistimos como si fuéramos parte del público de un
anfiteatro romano, nos ofrece la famosa revuelta de los esclavos contra sus amos en la escuela de Capua.
Porque espectáculo gladiatorio propiamente dicho sólo se
nos ofrece la lucha singular que le tiene que ofrecer el lanista Batiato a los protegidos
de Craso, Glabro y su prometida, a instancias, parece ser, de esta y su malévola amiga.
Como tal espectáculo, es tenso, mantiene el dramatismo y
la atención del espectador, pero, sobre todo, su inesperado final, cuando Dragba renuncia
a rematar a Espartaco y se enfrenta a Craso y los frívolos patricios. En
realidad el director nos ha querido demostrar con esta única secuencia de lance
gladiatorio lo cruel y deshumanizado que se ha vuelto la sociedad y el ocio en
el mundo antiguo.
Por lo tanto, frente a la grandiosidad de la
reconstrucción de un anfiteatro, como un buen peplum reclamaba, ESP opta por la
modesta exhibición de prueba en la misma escuela de entrenamiento.
GLD en cambio muestra músculo cuando tiene que exhibir
las escenas de lucha. Son crudas, sangrientas, crueles también, como las de
ESP, pero no condensan como en ESP el rechazo de fondo a este entretenimiento
criminal.
LA GRANDIOSIDAD DE LOS LUDI CIRCENSES EN GLD.
Al contrario, GLD no busca, salvo en el caso de “¿Os
habéis divertido?”, un claro guiño a ESP., no busca un
enfoque crítico de la sociedad romana por el éxito que tenían las peleas entre seres humanos. Es más, GLD contribuye a magnificar el espectáculo, a realzar sus
proporciones,ofreciendo extraordinarias vistas aéreas del Coliseo,
mostrando su estructura, el velarium, el graderío, la arena con insospechadas metas de circo, todo en una fastuosa visión.
Nos muestra la fastuosidad de dichos espectáculos, y los
exhibe extraordinariamente, no hay más que recordar la recreación de la batalla
de Zama, con amazonas, que también las había, aguerridas mujeres gladiadoras, persecuciones de carros y a caballo. O la
última lucha en el anfiteatro, una recuperación de la venatio o venationes,
esto es, la exhibición de fieras salvajes de todo tipo que había en los anfiteatros de todo el mundo
romano.
Imaginamos que los guionistas se hayan documentado lo
suficiente para recrear lo que podía ser lo más parecido a una venatio en el
antiguo mundo romano. En los anfiteatros, junto con las luchas de gladiadores,
también había enfrentamientos entre fieras salvajes y cazadores, las llamadas
venationes. GLD, intenta a superar, en esto como en otras cosas, a los peplum del género, y nos hace un
demostración de estas venationes, con la presencia de tigres amarrados con
cadenas que suben desde los fosos de la arena en grúas y saltan al escenario para dar más emoción también.
El público ruge de placer y emoción ante la aparición del primero de estos felinos sobre la arena.
(Parece ser que en la propia filmación hubo algún peligro
que corrió el mismo Russell Crowe con estos lindos gatitos).
Dejando esto de lado, la emoción de la última lucha de
Máximo en el Coliseo alcanza su más alto grado, si descontamos la escena final
contra el trastornado Cómodo. Mientras tiene que habérselas con el afamado Atis
de la Galia, ha de sortear también las feroces garras y mandíbulas batientes de los
tigres veteados.
Pura emoción y puro espectáculo, por lo tanto, es lo que
nos brinda GLD frente a una en este sentido modesta recración de los juegos que
se nos ofrece en ESP.
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