miércoles, 8 de junio de 2022
AMORES Y TEMPESTAD (6): Singing In The Rain - Singing In The Rain (Gene Kelly) [HD Widescreen]
AMORES Y TEMPESTADES (cont.): Casablanca Train Station Scene
Rick se queda conmocionado , sin saber qué hacer, tras leer la carta. En eso
toca el pitido anunciando la salida inminete del tren. Sam no se lo piensa dos
veces, agarra a su jefe, y amigo, del brazo y se lleva a Rick, que camina
irresoluto como un zombie, hacia el tren.
martes, 7 de junio de 2022
EL MONOSANDALISMO DE R. NADAL.
lunes, 6 de junio de 2022
AMORES Y TEMPESTADES (cont.) Henry Confesses His Love For Mary | Downton Abbey
Episodio 6. Temporada 6 6
Los
Crawley deciden abrir al público durante unas horas Downtown Abbey como acto
benéfico para recaudar fondos para el hospital.
06/06/2022
Como casi siempre de chiripa, andaba uno medio dormido en la sobremesa, y para cuando me medio espabilé, dejé puesta la uno, donde ponían desde hace un tiempo, Downtown Abbey, la clásica serie británica, ambientada en la alta sociedad inglesa de principios del siglo XX. Los diálogos, y todo, son muy británicos ellos, la flema, la discreción, el control de las emociones, es como una segunda piel.
Así, juntos se les ve paseando bajo la noche por las empedradas calles empedradas de un Londres algo desangelado, iluminado por modestas farolas de una artificiosa luz.
Como vemos, encontramos aquí una
nueva variante del tema enamoramientos, tempestades y elipsis. Aquí es el
inicio, el posible inicio de la relación, pues es claro que el asunto se va a
demorar, no se sabe la respuesta de ella.
Por relacionarlo con el tema de “enamoramientos
y tempestades”, podemos encontrar de nuevo este asunto temático con la escena
entre Henry y Mary en este capítulo 6 de Downtown Abbey.
domingo, 5 de junio de 2022
La CONFESIÓN viral de RAFA NADAL previa a la FINAL de ROLAND GARROS | AS
ROLAND GARROS
Aquiles en París

- Crónica Nadal jugará la final de Roland Garros tras la lesión de Zverev en las semifinales
- Nadal "Estar en la final es un sueño, pero estoy muy triste por Zverev"
Primera parada Zverev. Segunda y última, la pista central de Roland Garros. Trece triunfos en la arcilla parisina; a un paso de la 14, como su amado Real Madrid, cerrado el infierno de Saint-Denis. Rafa Nadal no es un héroe, ni un superhéroe diseñado
LOS DURRELL EN CORFÚ... Y PANDORA (cont.)
No parecía raro
el que uno, mientras veía el sexto capítulo de los Durrell, le viniera a
la mente las imágenes, vistas en ocasiones, en cuadros y pinturas, del mito de Pandora.
La situación
es la siguiente, aproximadamente:
Mientras Sven
sigue en el corral, Louise, siguiendo el patrón tópico de la mujer, se dedidica
a curiosear por la habitación.
Sin embargo,
al primer tirón, ésta se resiste y no cede. Está cerrada con llave, evidentemente.
Y esto probablemente azuce más el atrevimiento y la curiosidad por su interior.
La manipula y
al abrirla, descubre un llavín en su interior. Ya lo tiene. Y Sven entretenido
con los animales.
Inserta
entonces la llave en la cerradura y abre la segunda gaveta o cajón. Rebusca,
hay varias cosas, pero se fija en un sobre con algo dentro.
PANDORA ... EN CORFÚ.
Este episodio, que le vamos a hacer, junto con las imágenes que uno ha visto, nos devolvieron por unos breves momentos al conocido mito de Pandora y los males del mundo.
Este fragmento del cuadro del pintor prerrafaelita Waterhouse (s. XIX)
parece coincidir y repetir e inspirar, es un decir, las escenas de Louise en
la casa de su pretendiente. La curiosa Pandora no puede resistir la curiosidad,
lo mismo que Louise, y finalmente, destapa la caja o depósito que le habían
advertido expresamente que no tocara. Los parecidos entre los actos de Pandora
y Louise son más o menos visibles.
Es claro que
el mismo simbolismo de la expresión “abrir la caja de Pandora” también es
parejo, aunque en este caso no es la verdad mítico-cósmica de la existencia de
la desgracia en el mundo, sino lo que afecta al liviano microcosmos de Louise
Durrell y su felicidad.
A Louise
Durrell, no en la dimensión cósmica y religiosa que le quiere dar
Hesíodo, le ocurre lo mismo. Se queda sola por unos minutos, su talante
despierto y vivaracho, su curiosidad femenina, la predispone a curiosear por el
humilde hogar.
νόσφιν ἄτερ τε κακῶν καὶ ἄτερ χαλεποῖο πόνοιο
νούσων τ᾽ ἀργαλέων, αἵ τ᾽ ἀνδράσι Κῆρας ἔδωκαν.
αἶψα γὰρ ἐν κακότητι βροτοὶ καταγηράσκουσιν.
ἀλλὰ γυνὴ χείρεσσι πίθου μέγα πῶμ᾽ ἀφελοῦσα
ἐσκέδασ᾽· ἀνθρώποισι δ᾽ ἐμήσατο κήδεα λυγρά. 95
ἔνδον ἔμιμνε πίθου ὑπὸ χείλεσιν, οὐδὲ θύραζε
ἐξέπτη· πρόσθεν γὰρ ἐπέλλαβε πῶμα πίθοιο
αἰγιόχου βουλῇσι Διὸς νεφεληγερέταο.
Hesíodo, Trabajos y Días, 90 ss.
“Antes de aquel día, las generaciones de hombres vivían sobre la tierra exentas de males, y del rudo trabajo, y de las enfermedades crueles que acarrean la muerte a los hombres. Porque ahora los mortales envejecen entre miserias.
viernes, 3 de junio de 2022
ENAMORAMIENTOS Y TEMPESTADES: UN CALLEJÓN NEOYORQUINO POR GRUTA o SPELUNCA ÉPICA.
La escena final del film, escena clímax en la que la pareja tiene que enfrentarse definitivamente a su futuro, transcurre en el interior de un taxi rumbo al aeropuerto.
Finalmente, Paul está tan airado y al tiempo inspirado, que la joven empieza mostrar sus ojos enrojecidos y a punto de llorar.
La música aumenta la situación dramática, siempre econ el ruido del agua cayendo sobre los charcos rítmicamente.
La lluvia sigue cayendo a torrentes sobre la calle y se empapa totalmente de ella. Va hacia atrás, adonde supone que ha quedado el felino desangelado y solo.
La emoción sentida es tan fuerte que, de pronto, la chica
abandona toda la pose y el fingimiento, y entre lágrimas, se abalanza fuera también
fuera del taxi y en medio del aguacero que no cesa.
Llega al callejón donde el Paul esta llamando al gato, y
lo mira con tristeza.
Cuando vencida y desanimada se da
la vuelta y se encamina de nuevo hacia la salida del callejón, donde Paul, a posta, se ha quedado detenido sin contribuir a la búsqueda gatuna. Algo le dice que es un hecho totalmente íntimo que le afecta exclusivamente a
ella. Sus miradas se encuentran, la de él tranquila, la de ella como de desvalimiento y tristeza.
Abraza al gato como, ciertamente, se abrazara a ella misma, tanto tiempo perdida y errabunda en no sé sabe que
mundos frívolos y huidizos de su persona. Empieza, rompe a llorar con
desesperación, como si abrazara a un viejo amigo al que había dado por perdido. Y todo esto ante la mirada ahora comprensiva de Peppard, empapado también él. Por detrás
siguen pasando viandantes con amplios y protectores paraguas, y un ambiente ciertamente
nuboso.
Con la misma expresión de desvalimiento con la que empezó en la escena, por fin se levanta, envuelve al gato, ignorante el minino de lo que se está cociendo en torno a él. Lo cubre, es verdad que en vano, pues bastante que empapados están desde hace ya un buen rato. Y finalmente con una sonrisa liberada, sencilla, y franca, la música y la lluvia redoblando las emociones, es cuando el coro, hasta ahora en silencio, tararea la melodía y el estribillo.
El rostro de
ella lo mira entonces con esa mirada de desvalimiento, como si ella fuera el
mismo gato perdido, empapado y desvalido, buscando donde acogerse, casi suplicando. Ya no es aquella Holly fría e indiferente que el taxi conducía rumbo a Brasil, sino otra más auténtica, pidiendo
ser querida, recibida con amor y cariño.
El coro tararea de nuevo la melodía
mientras los tres protagonistas, Peppard, Hepburn y el gato estrujado en
medio, se abrazan con pasión y cariño, bajo la cortina, siempre presentes, de gotas
incesantes de la lluvia, a las cuales la pareja de amantes, y el gato, son
talmente indiferentes.
La lluvia arrecia, los viandantes siguen aferrados a sus paraguas, pero el trío se ha reencontrado
a sí mismo. Sobre el plano de fondo que los muestra contra la calle inundada de
agua, sonríe, él más o menos seguro, ella Holly como si acabara d renacer, y
acaricia de nuevo al gato, que es ellos mismos, su amor, ella, todo.
Y el filme, en
medio de esa emotiva escena, en la que los protagonistas se juran, sin palabras,
gato mediante, amor eterno, nos muestra un plano largo donde los amantes Holly y Paul se
funden en un largo y empapado beso, mientras por la calle se cruzan dos viandantes
con sus respectivos paraguas. La música entona a coro el Moon River de Mancini, y el ritmo
regular e incesante de la lluvia sigue omnímodo cayendo sobre ellos.
-
Fábulas de Esopo analizadas y traducidas por la profesora Clara Álvarez. Esopo, 221: Zeus y la serpiente. from Clara Álvarez la ra...
-
(Tomado de aquí , donde se pueden encontrar una buena colección de mapas del mundo antiguo) Tomado de aquí