No parecía raro
el que uno, mientras veía el sexto capítulo de los Durrell, le viniera a
la mente las imágenes, vistas en ocasiones, en cuadros y pinturas, del mito de Pandora.
La situación
es la siguiente, aproximadamente:
Mientras Sven
sigue en el corral, Louise, siguiendo el patrón tópico de la mujer, se dedidica
a curiosear por la habitación.
Sin embargo,
al primer tirón, ésta se resiste y no cede. Está cerrada con llave, evidentemente.
Y esto probablemente azuce más el atrevimiento y la curiosidad por su interior.
La manipula y
al abrirla, descubre un llavín en su interior. Ya lo tiene. Y Sven entretenido
con los animales.
Inserta
entonces la llave en la cerradura y abre la segunda gaveta o cajón. Rebusca,
hay varias cosas, pero se fija en un sobre con algo dentro.
PANDORA ... EN CORFÚ.
Este episodio, que le vamos a hacer, junto con las imágenes que uno ha visto, nos devolvieron por unos breves momentos al conocido mito de Pandora y los males del mundo.
Este fragmento del cuadro del pintor prerrafaelita Waterhouse (s. XIX)
parece coincidir y repetir e inspirar, es un decir, las escenas de Louise en
la casa de su pretendiente. La curiosa Pandora no puede resistir la curiosidad,
lo mismo que Louise, y finalmente, destapa la caja o depósito que le habían
advertido expresamente que no tocara. Los parecidos entre los actos de Pandora
y Louise son más o menos visibles.
Es claro que
el mismo simbolismo de la expresión “abrir la caja de Pandora” también es
parejo, aunque en este caso no es la verdad mítico-cósmica de la existencia de
la desgracia en el mundo, sino lo que afecta al liviano microcosmos de Louise
Durrell y su felicidad.
A Louise
Durrell, no en la dimensión cósmica y religiosa que le quiere dar
Hesíodo, le ocurre lo mismo. Se queda sola por unos minutos, su talante
despierto y vivaracho, su curiosidad femenina, la predispone a curiosear por el
humilde hogar.
νόσφιν ἄτερ τε κακῶν καὶ ἄτερ χαλεποῖο πόνοιο
νούσων τ᾽ ἀργαλέων, αἵ τ᾽ ἀνδράσι Κῆρας ἔδωκαν.
αἶψα γὰρ ἐν κακότητι βροτοὶ καταγηράσκουσιν.
ἀλλὰ γυνὴ χείρεσσι πίθου μέγα πῶμ᾽ ἀφελοῦσα
ἐσκέδασ᾽· ἀνθρώποισι δ᾽ ἐμήσατο κήδεα λυγρά. 95
ἔνδον ἔμιμνε πίθου ὑπὸ χείλεσιν, οὐδὲ θύραζε
ἐξέπτη· πρόσθεν γὰρ ἐπέλλαβε πῶμα πίθοιο
αἰγιόχου βουλῇσι Διὸς νεφεληγερέταο.
Hesíodo, Trabajos y Días, 90 ss.
“Antes de aquel día, las generaciones de hombres vivían sobre la tierra exentas de males, y del rudo trabajo, y de las enfermedades crueles que acarrean la muerte a los hombres. Porque ahora los mortales envejecen entre miserias.
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