sábado, 30 de julio de 2022

RIO GRANDE | Col. Yorke speak with his son for the first time: VIRTUDES CASTRENSES EN EL OESTE Y EL MUNDO CLÁSICO

Anoche le tocó al programa de Classics otra película de John Ford y del Oeste.
Como dicen muchos, realmente fue este director el que creo, digámoslo así, el género del western, y qudó fijado como el mito fundacional en el llamado inconsciente colectivo de la nación americana.
Es curioso observar cómo en el surgimiento de las naciones actuales, muchas hunden sus orñígenes míticos en la Edad Media, el género con el que se forman estos mitos es el gémnero épico.Así tenemos el Mío Cid en España, la Canción de Roldán en Francia, los Nibelungos.
Estafos Unidos, superadoas en siglos estos géneros literarios y artísticos, conjuga el mito fundacional, más bien tardío, pues la conquista del Oeste se produjo en el siglo XIX, opta por el recie´n surgido Séptimo Arte, el Cine.
Y con este género, que aúna epica, lírica y teatro, desa rrolla el mito fundsacional tardío y romántico de la pujante nación norteamericana.

Río Grande no sabía no de su existencia. Por lo visto, forma parte de la llamada Trilogía de la Caballería de Ford, formada por Fort Apache, La legión invencible, y esta que pusieron anoche, Río Grande.
Como decíamos, de Río Grande ni conocía su existencia. En fin.
Es una típica película de Ford y sus colaboradores habituales de otras películas. Junto a John Wayne, está de nuevo Maureen O´Hara, y luego Ben Johnson, H. Carey, Victor McLaglen y compañía.

Si hemos de ser sincero, por diferentes motivos, no llegué a ver la peícula mucho rato. No había pasado ni la tercera parte, justo en la primera parte, de presentación de os personajes, cuando empecé a cambiar de canal
En la uno ponían un clásico de Clint Eastwood actor, y el mismo como director, adquiriendo madurez de director. Y allí nos quedamos.

Sin embargo, en la parte que vmos, si pudimos retener una  de las escenas. El coronel Yorke, John Wayne, curtido y severo militar, se entera de que su hijo, inesperadamente, aparece en el fuerte fronterizo en el que él se encuentra, alistado en el cuerpo de voluntarios.
Yorke es un militar duro y conocido, hijo a su vez de militar.
Ordena llamar a su hijo para tener una primera entrevista con él.
Su hijo, precisamente, no ha pasado el ingreso de West Point, lo cual es una desdoro familiar. Por lo visto, suspendió ¡matemáticas!
Han pasado quince años sin verse, Yorke y su mujer han estado separados y el militar no ha tenido relación prácticamente con su hijo.

Pero, aún así, sobreponiéndose a esta ruptura familiar, Yorke, como fiel y recto seguidor de las más severas y estrictas conductas militares de las que se debe dar ejemplo, trata a su hijo como si fuera un soldado más.
Es más, casi que lo trata con más severidad.
Le advierte que a pesar de que es suhijo, no va a tener ningún tipo de cpncesiones con él, ni que espere ningún trato de favor, ni siquiera de afecto familiar.

Al tiempo que vislumbraba esta escena, me vino a la mente algunos fragmentos de textos romanos donde se ponía de relieve la estrcita disciplina militar.
Y ejemplificados, en muchos casos, en casos familiares que habían dejado como ejemplo las altas virtudes que exhibían las familias honorables del ejército romano.
Y de relación con Roma, en Grecia, en Esparta hay también varias anécdotas que reflejan la exaltación de los valores militares y comiuitarios por encima de los meramente famliares.

Anécdotas conocidas las hay entre las madres espartanas, dando lecciones de severidad ejemplar a costa del afecto maternal.

Volviendo a la película.
Al poco de empezar, se produce la primera entrevista entre el coronel Yorke y su hijo alistado ee voluntario.
- (coronel Yorke) Bueno, en el registro oficial, usted es mi hijo, pero en el ejército es sólo otro soldado. Me escuchó decirle a los reclutas con usted lo que necesito de ellos dos veces. Mi padre, tu abuelo, disparó por ser cobarde contra el hijo de un senador de los Estados Unidos. Ése era su deber. Yo haré el mío.
Luego de esta serie y grave y dura advertencia, continúa:
- Has elegido mi forma de vida. Espero que tengas las agallas para soportarlo. Pero quita de tu mente cualquier idea romántica de que es una forma de gloria. Es una vida de sufrimiento y de dificultades, una devoción intransigente y fiel a su juramento y a su deber.

Plutarco, hablando de costumbres espartanas y muhjeres célebres, tiene esta sentencia, entre muchas otras, acerca de la espartana Damatria, quien mató a su hijo cobarde:

Al que transgrede las leyes, a Damatrio, al espartano, mató su madre, la espartana.

Las leyes que había transgredido, en este caso, es que había oído que suhijo se había comportado con cobardía.

De los muchos que se pueden extraer de la tradición romana, tenemos este sucedido en el combate entre los Horacios y los Curiáceos, su epílogo concretamente.
Como se sabe, tres hermanos de las dos familias se enfretaron unos contra otros. Finalmente quedó victorioso y en pie uno de los Horacios. 
Al regresar entre los suyos, su hermana, prometida a uno de los Curiácoes, lloró desolada al ver la capa sobre los hombros de su triunfabnte hermano.
Sin pensáreselo dos veces, el Horacio arremetió contra ella y la atravesó con la espada:

 
    cui soror uirgo, quae desponsa uni ex Curiatiis fuerat, ... : cognitoque super umeros fratris paludamento sponsi, ... , soluit crines et flebiliter nomine sponsum mortuum appellat.(1,26,3) Mouet feroci iuueni animum conploratio sororis in uictoria sua tantoque gaudio publico.     Stricto itaque gladio simul uerbis increpans transfigit puellam. 
    
Su hermana, una doncella que había estado prometida a uno de los Curiacios, ... , al reconocer sobre los hombros de su hermano, el manto guerrero de su prometido ... , se suelta los cabellos y entre lágrimas llama por su nombre a su prometido muerto. Encolerizan al orgulloso joven los lamentos de una hermana en el momento de su victoria y de una alegría pública tan intensa. Desenvaina, pues, la espada y atraviesa a la muchacha mientras la cubre de reproches:  

Virtudes ejemplares, el afecto familiar por debajo del espíritu comunitario y patrio, se ven reflejados en dos mundo diferentes, el mundo clásico de Grecia (las madres espartanas) y Roma (la leyenda de los Horacios y los Curiáceos), y el western épico del mito fundacional nortemaericano, Río Grande.

John Wayne Walking

Walking like John Wayne

The John Wayne Walk

lunes, 25 de julio de 2022

p. sellers - la fiesta inolvidable - Zapato

EL GUATEQUE. ESCENA DEL ZAPATO.

El muy torpe Peter Sellers, Hrundi V. Bakshi, protagonista de la película El guateque (1968),  es invitado por equivocación a una fiesta, un guateque, de artistas, productores, y otras personalidades del mundo del cine, de la película que acaban de terminar.

Mal que a su pesar, pues este personaje, actor extra de películas, es un personaje despistado y con el don de la inoportunidad.

Por su culpa casi que no terminan la película, pues donde quiera que aparecía, hacía algún estropicio.


Como decíamos, es invitado por equivocación a la fiesta de los productores de la película.

Llega a la fiesta en un coche minúsculo, y aparca como puede.

Cuando le abren la puerta, es recibido por una sensual camarera.

Después de saludarlo, lo primero que hace ésta es mirarle a los pies.

En uno de ellos, de un blanco despampanante, luce una ostentosa mancha.

Sellers se sorprende, pues tampoco se la había visto hasta ahora.

Le pide la invitación, comprueba que está bien, a continuación.

 

Es claro que aquí tenemos una marca del héroe, esta vez cómico, a través de una marca en el pie, en el zapato y su anomalía deambulatoria.

Desde el comienzo va haciendo una exhibición de sus patosidades.

Cuando la camarera se marcha, Sellers vuelve a mirar al zapato. Intenta salir otra vez, pero no lo hace.

Entonces, caminando cómicamente sin pisar el suelo con la planta completa, se acerca a un canalito con agua que tiene la villa a la entrada.

Apurado para no ser visto, mete el zapato en el agua. En seguida empieza a perder el color negro de la suciedad que tenía.


Mientras mira para atrás por si acaso alguien le descubre, el zapato se le desliza rápidamente del pie y es llevado por la corriente hacia una boca que conduce el agua a la planta baja. Por allí se va el zapato blanco. Sellers corre rápidamente para recuperarlo, pero no llega a tiempo, y el zapato se escurre por un pequeño salto de agua hacia más abajo.

En eso levanta la vista, y ve a la demás gente ya en la fiesta, algunos mirándolo sorprendidos.


Se da cuenta, se levanta y, sin saber qué hacer, vuelve pasos atrás hacia donde había venido, la entrada. Pero entonces llega entrando por allí la pequeña orquesta, los músicos que va animar la velada, y es casi obligado por ellos a caminar es su sentido.

De esta forma tan patosa, digamos, es como entra este héroe cómico en la fiesta.

Es todo una antelación de los que va a pasar después.

Es una caracterización del personaje a través de sus pies, de su zapato.

En una de ellas, pierde uno de sus zapatos.

Un poco después, a todas estas a estado semicalzado todo el tiempo. Además, presenta una anomalía deambulatoria en versión de alta comicidad.

Intenta camuflar el zapato que le falta con un papel, pero no es suficiente, y todo es ridículo.

Cuando por fin lo ve, el zapato está trabado en unos mojones de adorno en la piscina de la mansión-villa donde hacen la fiesta.

Peter Sellers hace toda una exhibición de gags cómicos para volver a conseguirlo.

Este gag es uno de los muchísimos de la película.

Ni siquiera el más destacable.

Cuando está a punto de recobrarlo, doblando una rama de una planta, un camarero de improviso se acerca y le pregunta si quiere algo de beber. Suelta la planta y el zapato sale volando Dios sabe dónde.

Penetra como un bólido por la puerta de la cocina, que en ese momento se abría. Al poco, vemos a un estirado y muy digno camarero que sale ignorante de todo, con una bandeja de canapés.

Sobre los espléndidos canapés, luce el rutilante zapato blanco de Sellers.

El camarero pasea por la sala bandeja de canapé en mano y con el zapato encima.

Los invitados, desinteresados, rechazan el aperitivo sin darse cuenta del enorme zapato.

Un grupo, otro, todos ignorantes del cantoso zapato que se destaca exageradamente sobre los canapés.

Por último, como si fuera una versión de humor absurdo de la Cenicienta, el camarero que sigue circunspecto y estirado, llega hasta Sellers. Le ofrece de la bandeja. Sellers dice algo, con esa sonrisa bobalicona que tiene en toda la película.


Y entonces recoge el zapato.

El camarero sigue sin inmutarse.

Solamente cuando se da la vuelta para seguir con su ruta, muestra una expresión de sorpresa, como si algo inexplicable, que no sabe que fue, hubiera sucedido.

Como si fuera algo sin importancia, hace como se lo quita de la cabeza, y sigue la ronda bandeja en mano.

 

Poco después, un perrito, mascota de uno de los invitados, se le pega a los pies y empieza a mordérselos. Entonces con la risa nerviosa, dice una cosa absurda sobre los pies, como que en algunos pueblos los animales se comen a los humanos, excepto a los pies. Y lo dice con esa sonrisa y algo lela que tiene.


domingo, 24 de julio de 2022

Vivaldi Four Seasons: Winter (L'Inverno), original version. Freivogel & ...

EL LEJANO PAÍS ADONDE MARCHAN LOS RECUERDOS (LALAGUN, 1)

De repente, se le hizo un vacío en la memoria.
Miró al lugar de siempre, de toda la vida, a ese rinconcito inadvertido, y se había esfumado. Ya no estaba.
¿Cómo?
Pues ..., como la sucursal del Banco Hispano-Americano, la de la canción de Sabina.
Se trataba de un rincón, rincones, de la vetusta ciudad de Aguere, que encuentrabas aquí y allá, abandonados, con la maleza recubriéndolos, resistiendo con su planta el paso del tiempo.
Abandonados a su suerte, dejados de años, no era tanto su imagen de abandono lo que le llamaba la atención a uno.
Más bien era la conciencia de tiempo detenido, intemporal, resistente al paso aplastante de los años.
Latía allí, en esos rincones, rincones convertidos ya en estampas, algo vivo, aunque languideciente. Apenas viviendo con un hilillo de vida, con un soplo de aire.
Son, eran, esos rincones de la antigua ciudad del hablar al ves-re.
 
Un muro descascarillado, rodeando una finca olvidada, en la entrada misma a la ciudad,
llegando por la carretera de Tejina.
De pronto, una límpida acera, un diseño de tiralíneas, una nueva edificación, lo había barrido del lugar, lo había fulminado. Como quien se quita los cascos de un juego de realidad virtual.
¿Cómo?
Pues..., la sucursal del Banco Hispano-Americano.
Al poco tiempo, ni siquiera recordaremos que allí hubo esa estampa, esa fotogenia, esa imagen impávida al paso del cemento y los ladrillos de los tiempos.


Seguramente, a estas horas, algún aficionado a la fotografía, protector de los recuerdos, guarde en sus memorias estos rincones que aún quedaban, vivos aunque inadvertidos, convertidos en imágenes, iconos, mudos testigos del tiempo.
Han ido poco a poco, sin que nadie fuera el responsable, desapareciendo, de incógnito, sin alzar ninguna voz. Silenciosos. Como seres de otro mundo.
Y quizás sea esa la única verdad. El mundo de los recuerdos, el de las nostálgicas imágenes. Han pasado a ese etéreo mundo de las imágenes.
Y, ahora, en los tiempos que corren, van formando parte de ese mundo virtual, el que recrea la memoria desde hace un tiempo, en el que poco a poco todos nos vamos diluyendo cada vez más.
 
Han dejado huérfanos el lugar, este solar llano, llanura insólita entre montañas, vacíos de esa languidez, ese abandono, esa en ocasiones necesaria desidia.
Se han marchado de la anciana laguna por la puerta del ensueño. Ni siquiera ahora han
hecho otra cosa que permanecer inmóviles, ocultando su desdicha.
 
Esos rincones fotogénicos, ajenos al tiempo y la gravilla, van desapareciendo decapitados de raíz, ajusticiados por los minutos, las horas, los días presurosos y el gentío.
Muretes orlados de enredaderas verdes y rosas, puertas vencidas y oxidadas, van desapareciendo uno tras otro ante la apelmazante masa del tiralíneas y el plano ortodoxo aplicado al desaprovechado espacio.
 
Aquel tramo sombrío, nocturno, por el que uno paseaba, caída la tarde, bajo la cúpula oscuro-verdoso de la arboleda, se ha esfumado. Las cuatro farolas mal puestas, oculta su luz por la silvestre arboleda, han dejado paso ahora a un buen hilado de rampantes farolas, restalla su luz por todo aquel antiguo pasaje en sombras.
Una tapia de siempre, de tierra y arcilla, decrépita, con su vegetación contenida tras ella, descubre ahora un pomposo cartelón, anunciando una promoción de adosados dúplex o tríplex.
Vamos, eficaz y óptimamente, hacia la concreción del proyecto urbanístico perfecto.

Aquí no caben terrenos en desuso, tramos en sombra, solares desaprovechados, donde el tiempo se ha detenido. No hay lugar para oxidadas puertas vencidas por el tiempo.
Los ramajes molestos asomando detrás de aquel solar de siempre, el murito terroso y sin pulir, han de ser reutilizados, rentabilizados, aplicando el máximo óptimo de uso y aprovechamiento al que se debe el lugar.
En La Laguna ahora mismo no hay espacio para vivir. Ese espacio, rincón, esquina, son una opción interesante, técnicamente hablando.
Ese rincón, esa esquina, los muretes, …, van viviendo, a su manera una vida de santurrones, eremitas y beatos.
 
Tras un lapso de tiempo inexplicable, ha caído también sobre ellos el tiralíneas del proyecto, la opción más aprovechable de ese espacio.




Y allí, pues, más allá de este mundo devorador de espacios, omnívoro, estos rincones de la memoria viven ahora, silentes, de piedra, en el mundo el de los justos, un más allá siempre junto a nosotros, invisible siempre.

Han pasado a otra vida, inmortal ella, al otro lado de la Estigia. Van las imágenes hacia allí, calladas, silenciosas.
Han desaparecido, en verdad, de su existencia física, terrenal. Quizás desaparezcan del todo cuando el último visionario de estos santos y arrinconados lugares desaparezca también. Y ya nada será de ellas, ya nada de nosotros.

sábado, 23 de julio de 2022

She Wore a Yellow Ribbon/John Ford. (PIE, cont.)

EL MONUMENTAL VALLEY

Las espectaculares instantáneas del Monumental Valley inundan toda la escena de este film, La legión invencible, y funcionan casi como un personaje más de la película.

 


Si no el principal

En verdad que al ver la película, una del oeste, por así decir, queda uno de nuevo efectivamente impactado por las esplendorosas imágenes que allí se ofrecen. Vistas generales y panorámicas, estampas casi icónicas de aquellas fortalezas en ruinas de piedra colorada, toscamente en pie, elevadas en rígida verticalidad sobre un paisaje mayormente llano, crean una atmósfera, un ambiente paisajístico inigualable.

En Centauros y en otras películas encontramos los mismos lugares y las mismas estampas por las que cabalgan los personajes. Sin embargo, parece ser en esta donde se condensa la esencia, donde riscos colorados mudos y amenazantes cobran todo su esplendor.

Y si nos ponemos a ello, casi que la película cobra su valor por ellos. El ambiente humano del film, los personajes, Nathan hablando con su mujer, la historia de amor entre el teniente Flint y Joanne Dru, las luchas con los indios, la trama, es la que primero nos atrapa.

Ahora cuando la ha revisto uno, impacta más este paisaje. Contra él, las cabalgadas del confederado Ben Jonson, los cheyenes, adquieren su verdadero contraste y su verdadera dimensión

 


“¡DARÍA LAS GRACIAS PORQUE ALGUIEN ME PIDIERA HERRAR LOS CABALLOS!”

    Al coronel Nathan Britten le llegó el tan recontado como temido día de su licencia. Ha servido prácticamente toda su vida en el ejército, en la caballería.

Ya en la última parte de la película, la partida del ejército que había salido días atrás de expedición y ara acompañar a unas damas, regresa derrotada, cansados y casi sin moral. Además, una patrulla ha quedado expuesta para defenderlos, y están pendientes de regresar para socorrerlo.

Ya en la cabaña del general, éste le dice s Britten que se olvide de volver a salir. Lo hará su lugarteniente. Él se acaba de licencias rrd del ejército. Hy que deja que lo nuevos cargos se breguen en la lucha.

Por fin, Nathan Britten asiente, se rinde ante la evidencia, y se declara ya oficialmente licenciado.

Al salir del despacho, le dice a las dos mujeres que estaban allí, Abby y Olivia, su sentimientos desolados en ese momento.

                                     


- Toda la vida al mando de soldados y batallones, todo el mundo pendiente de mí. Y ahora, de golpe, paso a no ser nada, a que nadie me reclame.

Y, a continuación, exclama totalmente abatido:

¡Ahora hasta suplicaría a cualquiera porque me llamara para ponerle las herraduras a un caballo!

 

Esta frase, exagerando mucho mucho todo, cambiando casi todo, recuerda el aquel lamento del Aquiles sombra del Hades. Aquel Aquiles ufano de la gloria en vida, reniega de ella en el inframundo y suplica por volver a ella, aun siendo el más mísero servidor y esclavo sobre la tierra.

Es claro que Aquiles ha muerto y se encuentra en el Hades. Su estruendosa afirmación es evidente que resalta por ello.

En una traducción más libre, Aquiles le responde de esta manera a Ulises (Od., XI, 487-491):

         “Preferiría ser el más pobre y sucio de los rudos campesinos 

que se revuelcan en los  estercoleros sobre la tierra, 

que ser el gran rey Aquiles en este mundo de sombras subterráneas”.

El texto en griego:

(Odiseo)   ὣς ἐφάμην, ὁ δέ μ' αὐτίκ' ἀμειβόμενος προσέειπε· 

    «μὴ δή μοι θάνατόν γε παραύδα, φαίδιμ' Ὀδυσσεῦ.   

βουλοίμην κ' ἐπάρουρος ἐὼν θητευέμεν ἄλλῳ,             

ἀνδρὶ παρ' ἀκλήρῳ, ᾧ μὴ βίοτος πολὺς εἴη,        

ἢ πᾶσιν νεκύεσσι καταφθιμένοισιν ἀνάσσειν.

 

Así hablé, y él al punto, respondiendo, me dijo: 

‘¡Vamos, no quieras dorarme la muerte, ilustre Odiseo! 

Preferiría, estando en la tierra, trabajar a sueldo para otro, 

para un hombre sin suerte, que no tuviera muchos recursos, 

más que reinar entre todos los muertos, que han perecido.

 

HERRADURAS-PIE.

Y, en esta misma expresión con la que Wayne expresa lo que estaría dispuesto a hacer con tal de seguir siendo útil, valioso, lo expresa con la imagen del herraje de los caballos.

Como siempre, andamos estirando la cuerda con esto del PIE y su simbolismo.

En fin.

Siguiendo, pues, con ello, no es menos cierto que la visión de herrar los caballos, labor menesterosa que Nathan escoge para expresar su aferrarse a la vida digna, viene a equivaler, mutatis mutandis, a la de calzar los pies, cuidar de los pies, lavarlos, etc.

Es decir, una operación muy humilde a la que es capaz de llegar. Y directamente relacionada con el simbolismo de los pies en general.

En este caso, con las patas equinas, con la labor menesterosa que implica ese trabajo humildísimo

 

EN CIERTO MODO, She wore a yellow ... es un western crepuscular. Aunque no como Liberty Valance, del mismo John Ford. Liberty Valance significa dejar a todo el género del western en el borde del abismo.

En La Legión invencible, Nathan-Wayne cruza con una línea, torpemente, los pocos días que le faltan para su jubilación, apenas cuatro o cinco al inicio de la película.

Wayne está perfectamente caracterizado y avejentado. Tienen una mirada ya lánguida, necesita de lentes, los emplea discretamente para leer de cerca, todo su rostro muestra cansancio, y en su cabello peinan canas.

En verdad que parece cansado. En un momento, ante una matanza de los piel rojas exclama “¡Ya no estoy para estas cosas!”.

Lo curioso es que en Liberty Valance, u otras posteriores a She wore …, la figura de Wayne en estos films se muestra joven, madura, en absoluto con esta vejez prematura con que aparece en el film.

 

EL CENTAURO QUIRÓN-WAYNE:

Como en muchas otras películas, y sin que uno penas lo advierta, (Centauros, El Dorado, ...), Nathan-Wayne desempeña el papel de educador, del mítico centauro y educador de héroes Quirón.

Aquí si le vendría bien su caracterización centaurea, pues pertenecen a la caballería.

A lo largo del film, Nathan irá ejerciendo su función de educador, al tiempo que jefe y comandante del batallón. Principalmente sobre su inmediatamente segundo, Flint, y sobre otro oficial novel, Pennell.

Todo esto, y es un rasgo característico del director, todo eso lo mezcla con un humor dosificado. que hace la visión del film ininterrumpida. Sin darte cuenta, la película ha avanzado sin demoras cuando te das cuenta.

 

NATHAN Y GLADIATOR:

Nathan-Wayne es un hombre de firmes principios y valores religiosos.

Su relación con el más allá, con el que se comunica diariamente para hablar con su fallecida esposa unos años ha, se muestra en la película con cierta regularidad. Nathan visita el humilde cementerio, de cruces de madera, en el que yace su esposa. Tiene conversaciones particulares con ella, como si estuviera junto a él todavía.


Es allí donde lo sorprende por primera vez Joanne Dru, que va al lugar para encontrarse con él y pedirle disculpas por una acción anterior.

En esto nos recordó el sentimiento piadoso y familiar de Máximo Décimo Meridio en Gladiator. Salvando las distancias, claro. Pero coinciden es esa Vinculación con el más allá, la comunicación, las ofrendas y el deseo de unirse a sus familiares.

LAS PLANTAS EN GRIEGO

LAS CABALGADAS DE BEN JONSON.


EL REPARTO

Nathan Brittles (Wayne), 

mayor Mac Allshard (George O'Brien), 

esposa de Allshard, Abby (Mildred Natwick), 

su sobrina Olivia Dandridge (Joanne Dru) 

Flint Cohill (John Agar) 

Pony-That-Walks (Jefe John Big Tree). 

Segundo teniente Ross Pennell (Harry Carey Jr.)


miércoles, 13 de julio de 2022

EL FLASH-BACK DE RANSOM STODDARD: LA DILIGENCIA OVERLAND (LIBERTY VALANCE)

                                                         


EL PRÓLOGO DE "EL HOMBRE QUE MATÓ ...".

Realmente, el prólogo de la historia de Shinbone y Valance comienza desde el principio del film.
Está parcelado en varias escenas.
En la última del bloque, es cuando el senador, en flash-back, arranca de verdad con la historia del pasado, antes de que llegara el tren a Shinbone.
El senador Ransom y su esposa, ya mayores, viajan en tren a la ahora ciudad de Shinbone, lugar del que salieron años ha convertidos en pareja, y donde transcurrió una época importante de sus vidas.
Los esposos llegan a la estación de tren. Allí son recibidos por unos periodistas. La esposa reconoce , avejentado, al antiguosheriff, sobre el que se abalanxza y abraza.
Ransom reclamado por los periodistas, se separa de su esposa y los acompaña al periódico. 
Su esposa Hallie da un paseo, nostálgico y evocador, con el antiguo sheriff en una carreta.
Toda la escena tiene un aire evocador, nostálgico y triste.

RANSOM EN EL PERIÓDICO.

Como parte del prólogo a la historia propiamente dicha del film, Ransom se entrevista con los periodistas, deseosos de noticias. 
Ya han pasado un rato cuando la película se centra en ellos, hasta ahora con Hallie y el viejo sheriff.
 
- Bien, caballeros, me prometí a mí mismo no hablar de política. Y, miren ustedes por donde, es lo único que he hecho hasta ahora. 
- Ja, ja, sonríen cómplices los periodistas. Bueno, Ransom, le inquieren, está usted en la capital para hablar ante la asamblea, ¿verdad?
- No, en este viaje no, Charly. Es puramente personal
- ¿Puramente personal? Desde luego, senador, esto no satisfará a mis lectores. ¿Por qué ha venido usted a Shinbone? ¿No hay ningún misterio oculto? Indaga cómplice el nuevo director.
- Noo, responde tajantemente Ransom. No hay ningún misterio. He venido para asistir a unos funerales
- ¿Funerales? preguntan intrigados.


- ¿Quién ha muerto?, pregunta el director, joven y atildado director, en nada parcido a su predecesor y contemporáneo a Ransom.
- No lo sé, señor, exclama el joven reportero que afanosos está dando sus primeros pasos en el mundo de la prensa.
- Un hombre llamado Tom Doniphan- dice Ransom ante los desconcertados periodistas. Aquí llega mis esposa, exclama Ransom cuando ve la carreta de su esposa deteberese ante los ventanales del periódico en el que están. Caballeros, les quedo muy agradecido.
- ¡Tom Donipkhan!, se queda exclamando el director
Y Ransom se despide

SEGUNDO MOMENTO. EL FLASH-BACK. 
Después, el senador, su esposa y el viejo sheriff se dirigen pesarosos al lugar donde está el féretro Doniphan.
Hallie se sobresalta cuando ve el seco y rústico ataúd que guarda el cuerpo del personaje.
Se sientan a velarlo.
En eso, Ransom sale del pequeño habitáculo y vuelve de nuevo a la habitación de la entrada. Es un salón amplio y lleno de trastos viejos apilados.
En esto llegan los periodistas, que no se quieren desprender del senador y saber algo más de sus actividades.
Ransom Stoddard se topa casualmente con los restos de la diligencia de la compañía Overland.
En verdad que mismamente podría ser el casco semipodrido y apolillado de la nave Argos, olvidada de tantos años.
Su encuentro con ella le da pie a contar su historia, que es al tiempo la historia del pueblo, Shinbone, antes de que llegara el tren. En aquel entonces, el pueblo era un territorio salvaje y violento.
Ransom se dirige a ellos por segunda vez.

- Desde luego esta historia no me concierne sólo a mí. El viejo Pompei forman parte también de la historia – dice Ransom, aún reticente a hablar de ello -. Pero creo que sólo yo puedo contarla de principio a fin.
- He leído los archivos del periódico y puedo asegurarle que no mencionan para nada …
- Es usted muy joven aún -le interrumpe Ransom cuando iba a pronunciar el nombre de Doniphan-. Sí, es muy joven. Usted sólo conoce la ciudad desde que la cruzó el tren. Era muy diferente entonces, muy diferente, señor Scott. Muy diferente. La primera vez que llegué a Shinbone fue en una diligencia, algo muy parecida a esto. En fin.
Y entonces abre la puerta, que chirría lastimera, y deja al descubierto la maraña de telarañas que la cubre desde hace tiempo. Al cerrarla, una nube de polvo acumulado de años, se desploma sobre la carrocería.
- Podría ser la misma, continúa Ransom. Y, primero con los dedos y luego con un paño que encuentra por allí, desempolva y frota la parte superior de la portezuela. Salen al descubierto, poco a poco, unas letras:
- Overland… Pues sí, veo que es la misma.
La cámara enfoca entonces al joven reportero transcribiendo afanado todo lo que Ransom ha ido diciendo hasta ahora.
- Bien, dice arrojando el paño, se lo contaré.
Se sacude el polvo de las manos, y entonces una musiquilla arranca de fondo a la escena. Ransom repite.
- Se lo contaré.
Y se dispone ya a ello, dirigiéndose de frente a los periodistas como su pequeño auditorio.
- Hace muchos años, me licencié en Derecho. Con la maleta llena de libros, el reloj de oro de mi padre y catorce dólares y ochenta centavos en efectivo, empieza el relato, al tiempo que andando sale del plano de la escena, donde solamente queda la antigualla vetusta de la diligencia.
Hay un fundido y un salto espacio-temporal.
La escena cambia y se muestra un plano con un camino polvoriento, en medio de bosques y en plena oscuridad. Una diligencia, la misma vetusta del salón, emerge de un recodo tirada por cuatro caballos. La voz de Ransom, ya en off, continúa su relato.
- Seguía al pie de la letra el consejo de mi profesor. ¡Vete al oeste, muchacho, al Oeste! En busca de fama y fortuna, y también de aventuras.
Justo acaba de pronunciar esta última palabra, cuando surgiendo de unas rocas, un cuatrero revólver en mano pega unos disparos. Los caballos de la diligencia se detienen y encabritan asustados. El cuatrero grita ¡Alto! ¡El dinero!
A partir de entonces, el relato se cuenta a una tercera persona omnisciente, aunque hemos de suponer el artilugio que hace que todo sea el mismo relato contado en primera persona del propio Ransom.

Hábilmente, el director ha unido el fundido espacio-temporal y el del narrador.

"ÉSE ES MI BISTEC, VALANCE" (PIE, CONT.)

Y seguimos con el ciclo de cine los lunes de la 1 en RTVE.


Efectivamente, el ciclo no es del western, es del western de Jonn Ford y John Wayne.
Anoche tocaba la penúltima de la serie, El hombre que mató a Liberty Valance (The man who shot Liberty Valance), 1962, título que es toda una declaración.

En principio, ahora nos viene a la cabeza, podría ser como la novela breve Crónica de una muerte anunciada.

En verdad que el título ya desvela, cosa curiosa y digna de anotar, el desenlace del film.
REPARTO:
John Wayne:          Tom Doniphon
James Stewart:      Ransom Stoddard
Vera Miles:             Hallie Stoddard
Lee Marvin:            Liberty Valance
Edmond O´Brien    director del periódico

Sin embargo, y como se verá en el transcurso de la película, el asunto de quién mató a Valance-Marvin no está tan claro como en principio parece.
No es tanto el que se anuncie la muerte cierta de alguien, Valance en este caso, como de la autoría de quién o quiénes lo hicieron.

En esto el film enlaza en directo con la dimensión literaria o del relato de ese título precisamente.
Es decir, en la obra hay siempre dos niveles, al menos: uno, el de la historia contada en flash-back por Ransom-Stewart, el flamante senador, se supone que la historia real; y dos, el del relato que acompaña a los hechos que suceden.

De ahí que la figura del periódico, su director de entonces, y los nuevos periodistas de ahora, a los que cuenta la historia Ransom-Stewart, está presente y plantee la cuestión de la historia y su relato oficial, el transmitido, el noticioso informativo.

Esto daría para mucho, pero está hábilmente introducido en el film.

En esta película, un clásico del western, esta vez sí que sí crepuscular  antes de los que vinieron después, nos hemos fijado en dos cosas:

1. el relato en flash-back de la historia de Shinbone y, en concreto, la "colera", digamos, de Ton Doniphan, y
2. el famoso episodio, una zancadilla, que desencadena, parece que sí, el desarrollo del film: "Ése es mi bistec, Valance".

ADDENDA: también habría que añadir el motivo de "el relato dentro del relato", una variante de "el libro dentro del libro". 
Es decir, una de las cosas que enmarcan y dan cuerpo y aire de relato de remembranza es que la historia que se cuenta se va convirtiendo, al mismo tiempo, en relato oral que se transmite, historia o noticia que se escribe en el periódico, es decir, en materia literaria. 
El papel de la prensa, representado en la figura del director del periódico, algo amigo del vino, enmarca la historia, convierte los acontecimientos en historia literaria o relato local.
De ahí que hablemos de "el relato dentro del relato".

Y, también, de cómo la materia literaria se va construyendo al mismo tiempo que suceden los hechos reales. Los personajes reales se van convirtiendo, por la prensa, la literatura, que los recrea al tiempo, en personajes de ficción.

Este recurso o fenómeno es recurrente. Ocurre lo mismo desde La Odisea, Odiseo-Ulises ya se ha convertido en un personaje literario cuando en la corte de los feacios. Femio, el aedo de la corte, relata uno de los episodios de Troya en los que el propio Odiseo, sin que lo sepan los asistentes, es protagonista del mismo.
En La Eneida, lo mismo, Eneas se convierte en un personaje sobre sí mismo.
El Cid se convierte en leyenda mientras sigue batallando. Sus acciones se relatan y convierten en legendarias estando el propio Cid en vida.
Lope de Vega lo utiliza y muestra este fenómeno en alguna de sus obras teatrales.


La famosa escena de la película, una de ellas, es conocida como "Ése es mi bistec, Valance".


Anoche, cuando la estuvimos viendo, a salto de mata, eso sí, recordábamos es claro la escena en la casa de comidas.

Liberty Valance, un miserable y violento rufián, llega esa noche al pueblo.
Por todo el pueblo se corre el rumor de que va a llegar o llegado.
El asustadizo sheriff abandona la cena opípara cuando lo ve entrar.
La ley ha desaparecido.
Valance entra con un par de facinerosos, y se hace un sitio en el comedor ya completo, intimidando a los que ocupaban una de las mesas.

Allí se sienta, no sin antes beber a morro de una botella de whisky. Mira amenazadoramente a todo el salón.
Ransom-Stewart, en la cocina, aún no se ha enterado de su llegada.
Casualmente, en ese momento le piden que ayude a repartir las comandas, pues hasta ahora solo se encargaba de lavar los platos en un barreño y de forma bastante torpe.
Sin dudar, acepta y ha de llevar precisamente la comanda de Tom Doniphan. 

Éste había llegado un poco antes, es día de fiesta, le ha traído un cactus en flor a Hallie-Miles.
Entra por la puerta de la cocina directamente a saludarla y a sus padres.
Se sorprende un poco al ver como abraza con cierto afecto Ransom a Hallie. 
Le acaba de decir, cosa que a la joven le ha hecho una ilusión inusitada, le ha prometido que la ensañará a leer.
No importa que sea algo mayor.
La madre, privada, ya se le atisba los deseos de que Ransom-Stewart, y no otro del pueblo, sea el futuro novio.
Pero Doniphan, ingenuo, está en su mundo y sólo tiene ojos para Miles. No se decide todavía a confesarle sus sentimientos.

Doniphan encarga un bistec con patatas, sale y se sienta en la parte de atrás del comedor, justo con el periodista, al que le confiesa sus sentimientos. Cuando este va a anotarlo para publicarlo, Tom lo detiene, todavía no, todavía no, no vaya tan deprisa.

Ransom, pues, sale de la cocina con la comanda, un bistec con patatas, de Doniphan.


Valance lo reconoce.
Hay un cara a cara provocador de Valance con él.


Valance le suelta unas bravatas.
Ransom sigue adelante con las manos ocupadas por los platos.
Justoal pasar al lado de la silla del matón, éste le suelta una zancadilla.


Ransom cae aparatosamente al suelo, con los platos rebotando por el suelo.
La imagen no puede ser más humillante.

Aún en el suelo el abogado, vemos entrar en el plano a Doniphan-Wayne, harto del rufián, dispuesto a lo que sea.
"Ése es mi bistec, Valance!", exclama con la mano apoyada en su revolver y aire retador.



LA ZANCADILLA.
Continuamente repetimos lo mismo.
Es claro que la zancadilla y la caída de Stewart en la escena es eso, y sólo eso.
Si queremos empatarlo con esta serie de secuencias, escenas, etc., donde el pie, los pies, remarcan recargan una escena, a un personaje, pues bien.
Se puede o no aceptar. Suena ridículo, en verdad.
En fin.

Aclarado esto, hemos decidido añadirlo a la lista de personajes marcados con el pie.
Lo de la anomalía deambulatoria, sin el sentido religioso, claro.
Es claro que la tal escena acontece a raíz de una zancadilla, un tropezón y una caída.
Todo ello relacionado con la anomalía deambulatoria.
Digamos que esa zancadilla acelera las cosas.
Hasta el momento, la situación era la que era, todos saben quién es Valance y de lo que es capaz.
Nadie se quiere enfrentar a él.
Ni el sheriff, un remedo de tal.
A raíz de la caída, Doniphan se enfrenta directamente a Valance.
La ley, Ransom-Stewart, aunque perseverante y resistente, está caída y derrotada.

                                                 

SIMBOLISMO

La zancadilla travesera refleja y delata la ruindad y maldad de Valance-Marvin, unido a la risotada suya y sus secuaces. 

Es un ser criminal, traicionero, violento.
Todo eso lo refuerza la zancadilla.
El tropezón de Ransom refleja, en principio, su debilidad e inferioridad.
Es claro que ha llegado a aquel pueblo del Far West donde las cosas distan mucho de ser lo que ha estudiado.
Refleja su derrota, inferioridad, debilidad, de él y de lo que representa, el mundo de la ley, aún en calzoncillos.