lunes, 30 de diciembre de 2019

FORTUNATA-MEDEA: Y LA MATERNIDAD-1-


FORTUNATA-MEDEA Y LA MATERNIDAD-1-

Los hijos en Fortunata y Medea.

En Medea es claro que, entre otras cosas, los hijos son el instrumento de la venganza y el despecho de Medea hacia su desalmado esposo Jasón.

En FyJ aparece el tema de la paternidad y especialmente maternidad, con mucha fuerza. Lo vemos en la figura de Jacinta claramente, lanzada de forma impulsiva a cubrir ese vacío natural de su necesidad progenitora insatisfecha. Lo que la lleva luego a caer en manos de desalmados como José Izquierdo, encariñarse con el falso Pitusín, embarcar a doña Bárbara y a toda la familia en ese ansiado y legítimo deseo suyo que quiere convertir en realidad lo que no es, que el Pitusín sea el hijo natural de Juanito.
Ocurre que, como dice en las anotaciones a la edición de Cátedra, la llegada del Pitusín al hogar de los Santa Cruz coincide con las fechas navideñas,  el día de la Natividad, y ocurre también que Galdós aprovecha estad fechas para jugar simbólica e irónicamente con la llegada, la falsa llegada del Pitusín.
Por eso el comentarista alude a la “muerte” del recién nacido, o llegado, Pitusín, al descubrirse su falsedad.

Esto que en FyJ es hilo argumental y enredo casi folletinesco, aunque no tanto, en Medea es el episodio más dramático de la obra, el sacrificio de los hijos. Medea duda, rechaza una y otra vez la idea, vuelve otra vez a ella con la idea de castigar a Jasón, hasta que al final se consuma la desgracia.
En clave de novela burguesa decimonónica, el falso nacimiento del hijo natural de Juanito, y luego su “falsa” y simbólica muerte, pues se descubre que no es tal y, por lo tanto, “muere” para la realidad de la historia, puede conectar, así, estirando la cosa, con la muerte vengativa, esta sí que trágica, desgarradora, de la obra griega.
Es más, luego, se descubre que el verdadero Pitusín, el hijo que llega a tener Fortunata de su relación con Juanito, murió aún siendo pequeño, una vez llegada ésta a Madrid,  después de la separación del Delfín, del periplo que había hecho. Desgraciadamente muere el pequeño a causa de la gran mortandad infantil de esos tiempos, y más si eras de las clases bajas urbanas, madrileñas.
La muerte, es verdad también, también es producto de las desavenencias matrimoniales, la fugaz relación entre Juanito y Fortunata, el abandono de la joven y el hijo, y la obligada búsqueda de cobijo y salvación de F.
La muerte del hijo de Fortunata y Juanito es en último lugar producto del desgraciado acto de Juanito, como también, en ultimísimo lugar, que no se sabe si es decir algo llegado hasta aquí, la muerte de los hijos en la Medea se produce a raíz del abandono por parte del varonil héroe Jasón, de su familia hasta entonces por la del desposorio real con Yole la de Creonte.


LOS HIJOS DE MEDEA
Ahora mismo no sabe uno…, está en la tradición lo de que eran dos, pero a veces de habla de otro número.
En el caso de que fueran dos los hijos de Medea, y por buscar más paralelismos, en FYJ también tenemos esa cifra. Dos, es claro, pues uno es el propio Pitusín, contamos como uno su existencia aunque alsa como hijo, y una también  la “falsa muerte” del Pitusín, al no ser en verdad aquel el hijo de Juanito que se pensaba.
Y el otro hijo, dos, contando con la existencia del hijo habido entre Fortunata y el delfín, existencia real en la historia que se cuenta en flash-back, y doble o segunda muerte también, ahora si que real, del verdadero hijo de F y Juanito a causa del dengue, la desatención y la miseria de ella.
Así pues, dos hijos y dos muertes en Medea, si aceptamos la cifra tradicional, otros dos hijos y muertes en FyJ., melodramáticas, patéticas y falsarias, y tristemente realistas, dos infanticidios también pero que no alcanzan a lo trágico, creemos, en FyJ.

miércoles, 25 de diciembre de 2019

mtv-volver a casa-la Odisea

       Subiendo por la carretera hoy, día veinticinco, día del Sol Invictus, de la Natividad del Niño Divino, iba viendo entre la somnolencia, figuras de madrugantes spinners an bicilinners, al tiempo que oía los programas que ofrecía la radio en un día como hoy. 
       Uno, en la SER tocaba el tema, muy apropiado para el día, de la fuente de la eterna juventud, tema que ya figura en la primera epopeya literaria, la de Gilgamesh. Alguien, no sé quién era, si científico o periodista divulgador, contaba los avances que en los últimos tiempos se han hecho, algunos disparatados, como reconocía. 
       Uno de los que dijo, de estos avances, me recordó a la película La Isla, donde una clase adinerada y también en búsqueda de la prolongación eterna de la vida, el mito de ..., reproduce por ingeniería genética reproducciones exactas de ellos mismos. Cuando los auténticos tienen alguna enfermedad, necesitan algún órgano vital o cualquier necesidad de su salud, sacrifican a uno de sus gemelos ectoplásmaticos, y se regeneran.
       Estas réplicas de la eternidad, ectoplasmas, como en el mito de la caverna, viven en lo que creen una isla, pero sin mar, es decir, aislados, falsamente creídos de que son los únicos seres vivientes y fuera de ese lugar subterráneo donde viven no se puede vivir.

       Pero, a lo que íbamos, en RNE tocaban, por su parte , el tema del regreso a casa, al hogar. En seguida le viene uno a la mente el gran poema de La Odisea, que es eso, un largo, accidentado y experimental regreso al hogar.
       Para ilustrar el tema, hacían un recorrido a través de canciones de distintas épocas. Como lo cogí ya empezado, no sé por dónde habían hecho el recorrido anterior. 
En el momento que lo oía, creo que subía por Las Canteras, o ya descendía la pequeña cuesta que abre la vista de La laguna, una La Laguna cálida y casi a punto de ser acogida por una calima oriental, ponía a Serrat y alguna canciones dedicadas a la niñez, entendida esta como lugar del hogar de siempre. Luego pasaron, hablo de memoria, no sé exactamente, hablaron y pusieron canciones de los Beatles,  She´s living home, Simon and Garfunkel y Homeward bound, y otras más que ya no oí, pues en eso estaba cuando al meter el coche en el garaje, oí un taponazo y era que sin darme cuenta, había calculado mal y había lanzado al coche contra la puerta mecánica cuando esta ya se cerraba.

       De Homeward bound dieron una precisa aclaración de su mensaje, la querencia del protagonista de estar en la situación, idea, posición, de querer volver a casa, ...

                         Home, where my thought's escaping

                         Home, where my music's playing


       Luego, como un comentarista dice, el último deseo es un poco cursi, lo del amor que le espera a uno en casa ...

                       home, where my love lies waiting

                      Silently for me.


       Pero, en fin, hasta en estas pocas palabras se puede ver la figura de Penélope tejiendo la tela infinita, también si no silenciosa, si callada de sus verdaderas intenciones con respecto a los pretendientes.


sábado, 21 de diciembre de 2019

MEDEA vs. JACINTA


"... A poco de acostarse notó Jacinta que su marido dormía profundamente. Observábale desvelada, tendiendo una mirada tenaz de cama a cama... Creyó que hablaba en sueños... pero no; era simplemente quejido sin articulación que acostumbraba a lanzar cuando dormía, quizá por causa de una mala postura. Los pensamientos políticos nacidos de las conversaciones de aquella noche, huyeron pronto de la mente de Jacinta. ¿Qué le importaba a ella que hubiese República o Monarquía, ni que D. Amadeo se fuera o se quedase? Más le importaba la conducta de aquel ingrato que a su lado dormía tan tranquilo. Porque no tenía duda de que Juan andaba algo distraído, y esto no lo podían notar sus padres por la sencilla razón de que no le veían nunca tan cerca como su mujer. El pérfido guardaba tan bien las apariencias, que nada hacía ni decía en familia que no revelara una conducta regular y correctísima. Trataba a su mujer con un cariño tal, que... vamos, se le tomaría por enamorado. Sólo allí,  de aquella puerta para adentro, se descubrían las trastadas; sólo ella, fundándose en datos negativos, podía destruir la aureola que el público y la familia ponían al glorioso Delfín. Decía su mamá que era el marido modelo. ¡Valiente pillo! Y la esposa no podía contestar a su suegra cuando le venía con aquellas historias...
Con qué cara le diría: «Pues no hay tal modelo, no señora, no hay tal modelo, y cuando yo lo digo, bien sabido me lo tendré».

Fortunata y Jacinta

"... Pero ahora desunión es todo y sufrimiento de aquellos a los que amo, pues Jasón a sus hijos y a mi dueña abandona por una boda real con la hija de Creonte, tirano de esta tierra; y la infeliz Medea, de tal modo ultrajada, 20

gritando el juramento recuerda y el contacto de manos, prenda máxima, y a los dioses invoca para que el trato vean que de Jasón recibe. Y yace sin comer, al dolor entregando su cuerpo y consumiéndose con lágrimas [constantes 25
desde que conoció la afrenta de su esposo, sin levantar los ojos ni separar del suelo su mirada ni oír la voz de sus amigos más de lo que lo hicieran rocas u olas marinas. Tan sólo alguna vez vuelve su tierno cuello 30
para gemir a solas por su padre querido, su país y su casa, que traicionó al marchar con el hombre que ahora tal ofensa le infiere. Y en su infortunio aprende la mísera qué bueno es el no partir nunca de la paterna tierra. 35
Y aborrece a sus hijos y en verlos no se goza; temo incluso que algún raro proyecto trame. Pues duro es su carácter y soportar no puede que nadie la maltrate. La conozco y la temo: 39
es terrible y quienquiera que en su enemistad [incurra 44
no resultará fácil que la victoria obtenga...". 45

Es evidente algunos parecidos y diferencias de los dos fragmentos. 

1. "Y aborrece a sus hijos y en verlos no se goza; temo incluso que algún raro proyecto trame...". 
       Es claro que aquí hay un claro opuesto con la figura de Jacinta, como BPG pone de manifiesto en abundantes y gráficas expresiones, en relación con la figura de los hijos. Medea los aborrece en esos momentos de desesperación, mientras que Jacinta los anhela desesperadamente por su propia  incapacidad de tenerlos. de ahí que se vuelque en el mundo de la infancia y, llegado el momento en que tiene la noticia de un hijo de su marido abandonado, se interese de inmediato por él.
En este caso, además, y es también uno de los temas que trata Medea, el de los hijos, en concreto la carencia de ellos, tanto en el plano negativo, como en el anhelante en la figura del rey Egeo, con quien llega a un acuerdo para que satisfaga ese deseo progenitor que hasta el momento se le niega.
Es decir, jacinta y el rey Egeo comparte en las dos obras el motivo de la carencia de hios.

martes, 10 de diciembre de 2019

MTV-DESCENSO A LOS INFIERNOS: EL DÚO DE LA TOS

       Acabante de leer y releer este breve, dramático e intenso cuento, El dúo de la tos, me viene a la cabeza el motivo de la katábasis o descenso a los infiernos que nos relata en él.
       Como si se actualizara el mundo de sombras y lamentos del más allá clásico, bien confeccionado por Virgilio y luego por Dante, en este nuevo inframundo habría que colocar, junto a los impíos, farsantes, perjuros, suicidas y el largo etcétera que van encontrando Eneas y Virgilio en sus andares por las tierras del más allá, pues bien, habría que ir y actualizar a los tísicos, a los enfermos de tuberculosis protagonistas de muchas realidades y escenas de la vida y literatura del s. XIX.
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       Y, ya una vez establecido el mundo, situación y pesar en el más allá, en el inframundo, rematar incluyendo en la lista de los seres que nos podemos encontrar allí a este enternecedor y repudiado dúo de tísicos, el de la 36 y la de la 32.
       Como dos amantes más, puros y virginales ya no, sino enfermos y crónicos tosíferos, estarían esta pareja de amantes que llegan a ser por un día, unas horas, entre fiebres, delirios y ensoñaciones, en los que uno y otro, solos, repudiados y aislados del mundanal mundo, se ven reconfortados por unos instantes febriles, de compañía, cariño y enamoramiento.
       Lástima que solo durara unas horas, y que no fueran plenamente conscientes, aunque en realidad eso no importa, ya suficiente solaz y gloria alcanzaron en sus maltrechas vidas.
       El relato terminará con la muerte de ambos, uno más pronto que la otra, que pone fin a su dramática vida. pero, volviendo al principio, no se encontraban ellos ya en el mundo inframundo vital, ¿no habían iniciado su descenso a los infiernos en vida, seres anónimos, sin nombre ni hogar raíz, errabundos, inquilinos temporales de fondas y albergues de tres al cuarto, donde trasegaba su vida solitaria y marginada, rechazados de la vida por la recta sociedad circundante?

lunes, 9 de diciembre de 2019

REFERENTES CLÁSICOS EN FORTUNATA Y JACINTA

EL TÓPICO DE LA FALSA MODESTIA: 
LA PRESENTACIÓN HUMILDE O CAPTATIO BENEVOLENTIA.

       En el libro de E.R. Curtius, se hace una clasificación de los motivos que suelen aparecer en los prólogos o presentaciones del autor y la obra. Uno de ellos es de el de la falsa  modestia, a su vez subdividido en subtipos. Uno de éstos corresponde al modelo "alguien me dijo, me contó tal historia, me pidió, ..., que contara tal historia", dicho de forma aproximada.
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       El comienzo de Fortunata podría quizás encuadrarse en este subtipo, de alguna forma. Dice así:

       "Las noticias más remotas que tengo de la persona que lleva este nombre me las ha dado Jacinto María Villalonga, y alcanzan al tiempo en que este amigo mío y el otro y el de más allá, Zalamero, Joaquinito Pez, Alejandro Miquis, iban a las aulas de la Universidad. No cursaban todos el mismo año, y aunque se reunían en la cátedra de Camús, separábanse en la de Derecho Romano: el chico de Santa Cruz era discípulo de Novar, y Villalonga de Coronado..."

       Aquí el narrador nos dice que no va a hablar de conocimientos directos suyos, sino a través de lo que le contaba un amigo intermedio, el tal Jacinto María Villalonga. Es decir, acude a un intermediario ficticio, relator, para no mostrarse el mismo como el autor de las informaciones. se presenta así de forma "humilde", como diría Curtius, o simplemente utilizando el recurso mencionado, el de "alguien me dijo ...", que aparece en muchas obras literarias, desde Platón a Don Quijote.
FARMAKON: LA LITERATURA COMO ANTIFARMAKON.
     Al contrario de lo que es un lugar común en toda la literatura clásica y hasta nuestros día, la literatura como solaz, recreo, alivio, es decir, como farmakon, encontramos también su opuesto, la lectura como algo artificial, sucedáneo de la vida, la vida real, a la que nunca, y es inútil, podrá sustituir.
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En Fortunata se puede ver este ejemplo:

"... La lectura es vida artificial y prestada, el usufructo, mediante una función cerebral, de las ideas y sensaciones ajenas, la adquisición de los tesoros de la verdad humana por compra o por estafa, no por el trabajo."

     El contexto es el siguiente: encontramos este pequeño párrafo al comienzo de la obra, puesto el pensamiento en uno de los protagonistas con el que empieza el libro, la vida y persona de Juanito Santa Cruz.
Indica en unas cuántas y precisas líneas la evolución personal e intelectual del personaje. Después de pasar unos años en la Universidad  para licenciarse en la facultad de Derecho, dedicándole todo su empeño en enfrascarse libros y obras de filosofía, metafísica, historia y lo que hubiera menester, lo cual era un orgullo para su familia y madre especialmente, al finalizar sus estudios se ve licenciado y, además, de familia rica, guapo por más señas, con gran atractivo, seducido por el ambiente mundanal, da un giro radical en su persona.
En este fragmento se explica con claridad el acontecimiento:

"Conocida la persona y sus felices circunstancias, se comprenderá fácilmente la dirección que tomaron las ideas del joven Santa Cruz al verse en las puertas del mundo con tantas probabilidades de éxito. Ni extrañará nadie que un chico guapo, poseedor del arte de agradar y del arte de vestir, hijo único de padres ricos, inteligente, instruido, de frase seductora en la conversación, pronto en las respuestas, agudo y ocurrente en los juicios, un chico, en fin, al cual se le podría poner el rótulo social de brillante, considerara ocioso y hasta ridículo el meterse a averiguar si hubo o no un idioma único primitivo, si el Egipto fue una colonia bracmánica, si la China es absolutamente independiente de tal o cual civilización asiática, con otras cosas que años atrás le quitaban el sueño, pero que ya le tenían sin cuidado, mayormente si pensaba que lo que él no averiguase otro lo averiguaría... «Y por último -decía- pongamos que no se averigüe nunca. ¿Y qué...?». El mundo tangible y gustable le seducía más que los incompletos conocimientos de vida que se vislumbran en el fugaz resplandor de las ideas sacadas a la fuerza, chispas obtenidas en nuestro cerebro por la percusión de la voluntad, que es lo que constituye el estudio. Juanito acabó por declararse a sí mismo que más sabe el que vive sin querer saber que el que quiere saber sin vivir, o sea aprendiendo en los libros y en las aulas. Vivir es relacionarse, gozar y padecer, desear, aborrecer y amarLa lectura es vida artificial y prestada, el usufructo, mediante una función cerebral, de las ideas y sensaciones ajenas, la adquisición de los tesoros de la verdad humana por compra o por estafa, no por el trabajo. No paraban aquí las filosofías de Juanito, y hacía una comparación que no carece de exactitud. Decía que entre estas dos maneras de vivir, observaba él la diferencia que hay entre comerse una chuleta y que le vengan a contar a uno cómo y cuándo se la ha comido otro, haciendo el cuento muy a lo vivo, se entiende, y describiendo la cara que ponía, el gusto que le daba la masticación, la gana con que tragaba y el reposo con que digería."

       Incluso el autor se permitía jugar con esta idea clásica, y hacer la irónica comparación entre vida y literatura con la más rupestre de comerse una chuleta o contar cómo se la come otro, que no por sí deja de ser menos gráfica y expresiva."

LAS DOS AFRODITAS.

     Las dos Afroditas, Afrodita Pandemos  y Afrodita Urania , en clave del Madrid castizo de fines del siglo XIX, las podemos encontrar respectivamente en los personajes femeninos de Fortunata y Jacinta.

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       Una posible referencia al contraste de estos dos personajes en clave clásica, de las dos Afroditas, la Pandemos o carnal, y la Urania o espiritual, de la que habla Platón y otros autores clásicos, la podríamos observar entre los dos personajes de Fortunata y Jacinta.

       En este parlamento, jacinto habla de las mujeres del pueblo, del amor vulgar, frente al hombre culto, espiritual, que debe aspirar a otro nivel:

       "No más... Bastante me he reído ya de tu tontería. Francamente, yo creí que eras más avisado... Además, todo lo que me puedas contar me lo figuro. Que te aburriste pronto. Es natural... El hombre bien criado y la mujer ordinaria no emparejan bien. Pasa la ilusión, y después ¿qué resulta? Que ella huele a cebolla y dice palabras feas... A él... como si lo viera... se le revuelve el estómago, y empiezan las cuestiones. El pueblo es sucio, la mujer de clase baja, por más que se lave el palmito, siempre es pueblo. No hay más que ver las casas por dentro. Pues lo mismo están los benditos cuerpos."

JUANITO SANTA CRUZ COMO EL SOFISTA JASÓN DE EURÍPIDES.

       En el parlamento que tienen Juanito Santa Cruz y Jacinta en su periplo de viaje de novios por tierras de Levante y Andalucía, la recién estrenada esposa, merced a esa curiosidad femenina que Galdós pone de manifiesto, y esa voluntad de conocer a su marido no sólo en lo tocante a su presente, sino en su pasado, que adivina algo calavera y acepta como tal, obliga a Juanito a hacer un flash-back de sus aventuras anteriores al matrimonio, periodo preparatorio hasta llegar a lo que debe ser el casamiento y el verdadero amor.
       Es entonces cuando sale a relucir la historia de Juanito y Fortunata, puro amor que Juanito y Jacinta se esfuerzan en definir como vulgar, carnal, aún sin tener toda la seguridad personal de ello al tiempo que lo cuentan y justifican.
       Es más, en las palabras de Juanito encontramos una verdadera admiración, arrobamiento casi de la belleza de F. que causa estupor y verdaderos celos en J.
       Ocurre sin embargo que Juanito se ha portado como un verdadero Jasón, como si de la tragedia Medea de Eurípides se tratara.
       Incluso va más allá. Quizás por influencia de los largos siglos de tradición cristiana, y en medio de una expiación sincera provocada por el consumo de alcohol, el Delfín (Juanito Santa Cruz)cae derrotado, de bruces, llora de arrepentimiento ante lo que le ha podido hacer a ese su primer escarceo y, quien sabe si verdadero, historia amorosa.

"...Yo la perdí... sí... que conste también; es preciso que cada cual cargue con su responsabilidad... Yo la perdí, la engañé, le dije mil mentiras, le hice creer que me iba a casar con ella. ¿Has visto?... ¡Si seré pillín!... Déjame que me ría un poco... Sí, todas las papas que yo le decía, se las tragaba... El pueblo es muy inocente, es tonto de remate, todo se lo cree con tal que se lo digan con palabras finas... La engañé, le garfiñé su honor, y tan tranquilo. Los hombres, digo, los señoritos, somos unos miserables; creemos que el honor de las hijas del pueblo es cosa de juego... No me pongas esa cara, vida mía. Comprendo que tienes razón; soy un infame, merezco tu desprecio; porque... lo que tú dirás, una mujer es siempre una criatura de Dios, ¿verdad?... y yo, después que me divertí con ella, la dejé abandonada en medio de las calles... justo... su destino es el destino de las perras... Di que sí".

       Recuperado al día siguiente de la melopea y la expiación, con la conciencia clara de que se ha ido de la lengua y ha confesado más de lo que debiera, consciente de haber cargado sobre los hombros de J. una responsabilidad que ella no tiene por qué sobrellevar, y en la necesidad íntima, propia, forzosamente necesaria para quizás su equilibrio personal, da otro largo discurso justificando aquello de lo que el día anterior no podía perdonarse.
       Su parlamento entonces, a veces secundado por la propia J., inocente de todo, y donde ella misma saca a relucir la idea de las dos Afroditas, su discurso, decimos, proviniendo de un licenciado en Derecho avispado y locuaz, parece mucho al retórico y sofístico discurso de exculpación que Jasón le suelta a la deshonrada Medea para justificar su injustificable actuación.

JUANITO SANTA CRUZ COMO JASÓN EN EURÍPIDES.

       "Santa Cruz, en su perspicacia, lo comprendió, y trataba de librar a su esposa de la molestia de complacer a quien sin duda no lo merecía. Para esto ponía en funciones toda la maquinaria más brillante que sólida de su raciocinio, aprendido en el comercio de las liviandades humanas y en someras lecturas. «Hija de mi alma, hay que ponerse en la realidad. Hay dos mundos, el que se ve y el que no se ve. La sociedad no se gobierna con las ideas puras. Buenos andaríamos... No soy tan culpable como parece a primera vista; fíjate bien. Las diferencias de educación y de clase establecen siempre una gran diferencia de procederes en las relaciones humanas. Esto no lo dice el Decálogo; lo dice la realidad. La conducta social tiene sus leyes que en ninguna parte están escritas; pero que se sienten y no se pueden conculcar. Faltas cometí, ¿quién lo duda?, pero imagínate que hubiera seguido entre aquella gente, que hubiera cumplido mis compromisos con la Pitusa... No te quiero decir más. Veo que te ríes. Eso me prueba que hubiera sido un absurdo, una locura recorrer lo que, visto de allá, parecía el camino derecho. Visto de acá, ya es otro distinto. En cosas de moral, lo recto y lo torcido son según de donde se mire. No había, pues, más remedio que hacer lo que hice, y salvarme... Caiga el que caiga. El mundo es así. Debía yo salvarme, ¿sí o no? Pues debiendo salvarme, no había más remedio que lanzarme fuera del barco que se sumergía. En los naufragios siempre hay alguien que se ahoga... Y en el caso concreto del abandono, hay también mucho que hablar. Ciertas palabras no significan nada por sí. Hay que ver los hechos... Yo la busqué para socorrerla; ella no quiso parecer. Cada cual tiene su destino. El de ella era ese: no parecer cuando yo la buscaba».
       Nadie diría que el hombre que de este modo razonaba, con arte tan sutil y paradójico, era el mismo que noches antes, bajo la influencia de una bebida espirituosa, había vaciado toda su alma con esa sinceridad brutal y disparada que sólo puede compararse al vómito físico, producido por un emético muy fuerte..."

VEAMOS AHORA parte del parlamento de Jasón en Medea, cuando trata de defenderse con argumentos sofistas de las acusaciones de infidelidad de Medea:

 JASÓN. — 
Debo, según parece, tener el don natural de la palabra y, como buen timonel de navío, plegar las velas, 525 para escapar, mujer, a tu insensata locuacidad. En lo que a mí se refiere, puesto que exaltas en demasía tus favores, considero que Cipris  fue, en la travesía, mi única salvadora entre los dioses y los hombres
525 ἐγὼ δ᾽, ἐπειδὴ καὶ λίαν πυργοι̂ς χάριν, // Κύπριν νομίζω τη̂ς ἐμη̂ς ναυκληρίας // σώτειραν ει'̂ναι θεω̂ν τε κἀνθρώπων μόνην... 
Tu espíritu es sutil, qué duda cabe, 530 pero te es odioso declarar que Eros te obligó, con sus dardos inevitables, a salvar mi persona.
σοὶ δ᾽ ἔστι μὲν νου̂ς λεπτός— ἀλλ᾽ ἐπίφθονος // λόγος διελθει̂ν, ὡς Ἔρως σ᾽ ἠνάγκασεν 530 τόξοις ἀφύκτοις τοὐμὸν ἐκσω̂σαι δέμας. 
Pero en este punto no seré demasiado preciso; comoquiera que haya sido tu ayuda, me parece bien. Es innegable, no obstante, que, por mi salvación, has recibido más de lo que has entregado. 535 Me explicaré: en primer lugar, habitas tierra griega y no extranjera, y conoces la justicia y sabes utilizar las leyes sin dar gusto a la fuerza. Todos los griegos saben que eres sabia 540 y te has ganado buena fama; en cambio, si vivieses en los confines de la tierra, no se hablaría de ti. No desearía yo poseer oro en mi palacio ni entonar un canto más hermoso que el de Orfeo, si no me hubiese tocado en suerte un destino famoso….

- CURIOSO QUE EN AMBOS PASAJES SE UTILICES LA ALEGORÍA DE LA NAVEGACION, EL NAUFRAGIO Y LA SALVACIÓ, EN JASÓN BIEN REFERIDO A SU AVENTURA MARÍTIMA EN POS DEL VELLOCINO, EN PARTE, Y EN JUANITO YA EN LA METÁFORA DE LA VIDA Y SUS TRANCES COMO NAUFRAGIOS QUE SOBREVIENNE Y DE LOS QUE HAY QUE SALVARSE DE CUALQUIER MANERA.
Juanito habla de su aventura con Fortunata como un naufragio marino: ..."Caiga el que caiga. El mundo es así. Debía yo salvarme, ¿sí o no? Pues debiendo salvarme, no había más remedio que lanzarme fuera del barco que se sumergía. En los naufragios siempre hay alguien que se ahoga... ", esto último en clara alusión a Fortunata.

En Eurípides, el autor ponen en boca de Jasón lo siguiente:

"... Debo, según parece, tener el don natural de la palabra y, como buen timonel de navío, plegar las velas, 525 para escapar, mujer, a tu insensata locuacidad...
nota, como en Fortunata, hay muchas alusiones a la curiosidad y locuacidad de Jacinta...

"... En lo que a mí se refiere, puesto que exaltas en demasía tus favores, considero que Cipris  fue, en la travesía, mi única salvadora entre los dioses y los hombres...
Aquí Jasón se refiere a su aventura marítima ( τη̂ς ἐμη̂ς ναυκληρίας ) de cuando el Vellocino y su òsterior regreso a tierras griegas. 
"... pero te es odioso declarar que Eros te obligó, con sus dardos inevitables, a salvar mi persona..."
Alude aquí al tema de la salvación de Medea para conseguir el vellocino como resultado de los efectos pertubadores de la diosa del amor, no como en Fortunata, que la salvación es haber salido del embrollo amoroso y la posterior descendencia que uanito había tenido con fortunata.
Como vemos, fantasía épico-mitológica frente a drama burgués cara a cara.

Aquí está el texto en griego.
Ἰάσων
δει̂ μ᾽, ὡς ἔοικε, μὴ κακὸν φυ̂ναι λέγειν //ἀλλ᾽ ὥστε ναὸς κεδνὸν οἰακοστρόφον  //ἄκροισι λαίφους κρασπέδοις ὑπεκδραμει̂ν // τὴν σὴν στόμαργον, ω'̂ γύναι, γλωσσαλγίαν. //525 ἐγὼ δ᾽, ἐπειδὴ καὶ λίαν πυργοι̂ς χάριν, // Κύπριν νομίζω τη̂ς ἐμη̂ς ναυκληρίας // σώτειραν ει'̂ναι θεω̂ν τε κἀνθρώπων μόνην. // σοὶ δ᾽ ἔστι μὲν νου̂ς λεπτός— ἀλλ᾽ ἐπίφθονος // λόγος διελθει̂ν, ὡς Ἔρως σ᾽ ἠνάγκασεν 530 τόξοις ἀφύκτοις τοὐμὸν ἐκσω̂σαι δέμας. ἀλλ᾽ οὐκ ἀκριβω̂ς αὐτὸ θήσομαι λίαν: ὅπῃ γὰρ ου'̂ν ὤνησας οὐ κακω̂ς ἔχει. μείζω γε μέντοι τη̂ς ἐμη̂ς σωτηρίας εἴληφας ἢ δέδωκας, ὡς ἐγὼ φράσω. 535 πρω̂τον μὲν Ἑλλάδ᾽ ἀντὶ βαρβάρου χθονὸς γαι̂αν κατοικει̂ς καὶ δίκην ἐπίστασαι νόμοις τε χρη̂σθαι μὴ πρὸς ἰσχύος χάριν: πάντες δέ σ᾽ ᾔσθοντ᾽ ου'̂σαν Ἕλληνες σοφὴν καὶ δόξαν ἔσχες: εἰ δὲ γη̂ς ἐπ᾽ ἐσχάτοις 540 ὅροισιν ᾤκεις, οὐκ ἂν η'̂ν λόγος σέθεν. εἴη δ᾽ ἔμοιγε μήτε χρυσὸς ἐν δόμοις μήτ᾽ Ὀρφέως κάλλιον ὑμνη̂σαι μέλος, εἰ μὴ 'πίσημος ἡ τύχη γένοιτό μοι…

       En algunos pasajes de la obra, como se ve en alguna anotación de la edición de Cátedra, especialmente cuando la cuestión del Pitusín, el problema que conlleva y la última y definitiva decisión que toma don Baldomero como cabeza y  pater familias de la casa, se comenta que la situación de Jacinta en el seno de aquella familia. En cierto modo, es similar a la de Medea en Eurípides

Es prima, sí, casi de la familia, pero a la hora de hablar, tomar decisiones, defender sus posibles deseos y derechos, como en el caso del Pitusín, que opta por callar, actúa por estar sometida, casi como derecho de pago por su “compra” como esposa del delfín, por su condición de mujer casi extraña en una nueva familia, como una mujer sometida al poder paterno y guarda silencio, como ya las de la tragedia, para mantener cierta paz familiar. 

EL PARÁSITO DE LA OBRA, ESTUPIÑA.

       La descripción magnífica que hace del personaje nos recuerda, en parte a la figura del parásito, del esclavo truhán y mendaz de las comedia de Plauto. En verdad que no es mentiroso ni falsario ni liante como un Pseudolus, tampoco es un muerto de hambre (aunque casi, como se ve cuando cierra su negocio), por el contrario, es honrado, los amos se fían de él en los negocios y es un buen confidente. 
       Pero en cuanto le toca el turno de llevar por su propia mano su propio negocio, lo echa a perder y termina cerrando. Lo suyo es la calle, las habladurías, as relaciones sociales, como un esclavo charlatán de las comedias romanas. va a funcionar como el alcahuete que necesita doña Barbarita, la madre de Juanito, para saber de las andanzas y correrías de aquél.


LOS NOMBRES DE FORTUNATA Y JACINTA.

       Ambos nombres, es claro, tiene clara raíz clásica, y quizás Galdós quiere hacer de ellos nombres parlantes.
       Al menos así lo es con Fortunata (no FortunatO, como escribía un alumno tiempo ha, mientras redactaba un trabajo en el aula de informática, que retitulaba la nocvela como FortunatO y Jacinta).     
       En su significado original es "de buena suerte, afortunado". Aunque, si miramos la raíz etimológica, sabemos que en latín "fortuna" no la podíamos clasificar positiva o negativamente, tenía en principio un significado neutro, algo así como el azar. Sólo depoués adquiere el significado que tenemos hoy con valor positivo.
       (Un aparte, la diosa Fortuna solía ir acompañada de otra divinidad, la Ocasión, con la que a veces se confundía. la expresión "la ocasión la pintan calva" se debe a que su representación era con un evidente calvicie seguida en la parte de atrás de un mechón de pelo de tamaño natural. Con eso se quería decir lo difícil que era conseguir o alcanzar laguna cosa afortunada).

       De ahí que el personaje de Fortunata lo podamos entender como un nombre parlante en su sentido original, viendo los vaivenes de la dama por el Madrid decimonónico y el rumbo final que toma su vida, sujeto a los azares de la vida su condición social y las circunstancias personales que le toca vivir.

       Jacinta, por su parte, procede en principio del personaje mítico Jacinto, uno de los amores del dios Apolo, personaje aquel muy reverenciado en Esparta, que fatalmente muere y se metamorfosea en la flor del mismo nombre.
       Quizás, aunque no sabemos, puede referirse al amor estéril e infecundo que hay entre ella y Juanito Santa Cruz, su falta de descendencia. pero no sabemos si realmente fuera así o no tuviera otros motivos o ninguno, simplemente la libre elección del autor.


IDO: EL HAMBRE Y EL SR. DE IDO: PERSONIFICACIÓN (O TEATRALIZACIÓN) CLÁSICA DE UN CONCEPTO.

            En FyJ., el personaje de Ido hace su primera aparición durante la convalecencia de Juanito, recluido y quisquilloso por tener que permanecer en casa. Galdós,  en lugar de describir la miseria y el hambre desde un punto de vista externo, deja que sea la propia miseria la que hable y nos pone en escena a la figura de Ido, como Ovidio personifica a Eolo en las Metamorfosis o Virgilio cuando describe como un ser mítico a la Fama.
Pero aquí es al revés o distinto, galdós está en plena época realista y hace un cuadro de la estética literaria realista, una personificación realista, destacando con esa mirada crítica y denuncia social que este movimiento artístico tenía  la parte desgraciada y miserable de la sociedad como si fuera un científico social.
Por lo tanto, ya no es un Eolo en mayúscula, personificación del viento, descrito personificado con facultades portentosas, o la Fama, sino el hambre, mejor dicho, el Hambre en mayúscula. El desgraciado personaje Ido, con el que Galdós monta una escena como si fuera un episodio teatral, un sainete, es la viva personificación del hambre.
El personaje encarna todos los síntomas y carencias de la falta de comida, y aquí vemos la aguda percepción del estilo realista. Y aunque pretende mantener cierto digno porte, en raya con las convenciones sociales que casan hasta en esos extremos miserables, por el otro su falta de proteínas ha hecho que se le desvanezca y reblandezca, como se diría, el cerebro. Sufre alucinaciones fruto de la inanición, como la de que tiene una hermosura de mujer que le es infiel; contra esa fantasmagoría fruto del hambre, lanza encendidas amenazas de opereta.
Juanito Santa Cruz se burla de él a propósito, excita aún más su débil persona, mientras Jacinta siente que no puede seguir viendo ese triste espectáculo.
En el personaje de Ido Galdós ha personificado al Hambre, como Virgilio hacía poéticamente con la Fama, Virgilio con Eolo, Iris, …, pero no ya como un ser divino y mitológico a la altura de estos, sino reflejando  una patética realidad humana, desgraciada, que no se vale por si misma, a punto de la inanición, la locura y la desgracia.

IDO EN FUNCIÓN DE ORÁCULO

Como si se tratara también de otro elemento mítico-religioso, de raíces clásicas, es que este mismo personaje, el famélico, alucinado y anémico iDO, será el que, como las auténticas Pitias o Sibilas, entre los balbuceos de su boca, le desvelará a Jacinta un episodio de la otra vida en paralelo que corre con la suya y de Juanito, la existencia del Pitusín, el infante abandonado por su marido tiempo atrás, en sus años calaveras.


AMPLIACIÓN: ALGUNAS PERSONIFCACIONES CLÁSICAS:

1. LA PERSONIFICACIÓN DE LA FAMA EN VIRGILIO, ENEIDA, IV, 173-190

Extemplo Libyae magnas it Fama per urbes,
Fama, malum qua non aliud velocius ullum:
mobilitate viget virisque adquirit eundo, 175
parva metu primo, mox sese attollit in auras
ingrediturque solo et caput inter nubila condit.

Illam Terra parens ira inritata deorum
extremam, ut perhibent, Coeo Enceladoque sororem180
progenuit pedibus celerem et pernicibus alis,
monstrum horrendum, ingens, cui quot sunt corpore plumae,
tot vigiles oculi subter (mirabile dictu),
tot linguae, totidem ora sonant, tot subrigit auris.
nocte volat caeli medio terraeque per umbram 185

stridens, nec dulci declinat lumina somno;
luce sedet custos aut summi culmine tecti
turribus aut altis, et magnas territat urbes,
tam ficti pravique tenax quam nuntia veri.
haec tum multiplici populos sermone replebat 190

gaudens, et pariter facta atque infecta canebat:

TRADUCCIÓN:

Extemplo … it FamaInmediatamente va Fama …Libyae magnas …per urbes per urbes por las grandes ciudades de Libia,
Fama, malum qua (x quam?) non aliud velocius ullum:
Fama, mal más veloz que el cual no hay ninguno:
con la movilidad se llena de vigor y sus fuerzas aumenta caminando, 175
pequeña por el miedo, primero, luego se levanta a las brisas
y avanza por el suelo y su cabeza entre las nubes
 esconde.

A ella su madre, la Tierra, irritada de ira contra los dioses,
la última, según dicen, hermana de Encélado y de Ceo,
parió rápida por su pies y ligeras alas, 180

monstruo horrendo, ingente, que tiene tantas plumas en el cuerpo
como ojos vigilantes debajo (sorprendente de decir),
como lenguas, como bocas le suenan, como orejas levanta.

Por la noche vuela estridente entre el cielo y la tierra
por la sombra, y no rinde sus ojos al dulce sueño; 185
por el día se sienta, como guardián, o en la cumbre de un alto tejado
o en torres altas, y aterroriza a grandes ciudades,
nuncia tan tenaz de lo fingido y de lo malo como de lo verdadero.
Entonces con múltiples habladurías los pueblos llenaba
alegrándose de estas cosas e igualmente cantaba cosas hechas y no hechas: 190
que había llegado Eneas, nacido de sangre troyana,
y que
 a este hombre se había dignado unirse la hermosa Dido;
que ahora pasaban entre sí el invierno, cuan largo era, en el lujo,
sin acordarse de sus reinos y cautivados por un deseo vergonzoso.


2. PERSONIFICACIÓN DEL VIENTO NOTO EN OVIDIO, METAMORFOSIS.

emittitque Notum. madidis Notus evolat alis,
terribilem picea tectus caligine vultum; 265
barba gravis nimbis, canis fluit unda capillis;
fronte sedent nebulae, rorant pennaeque sinusque.
utque manu lata pendentia nubila pressit, fit fragor:
hinc densi funduntur ab aethere nimbi;

TRADUCCIÓN:
y suelta al Noto: con sus mojadas alas el Noto vuela,
su terrible rostro cubierto de una bruma como la pez: 265
la barba pesada de borrascas, fluye agua de sus canos cabellos,
en su frente se asientan nieblas, roran sus alas y senos.
Y cuando con su mano, a lo ancho suspendidas, las nubes apretó,

se hace un fragor: entonces densas se derraman desde el éter las borrascas.


LA SÁTIRA DE LOS USOS LINGÜÍSTICOS Y LÉXICOS.

            En Catulo y los autores clásicos es un lugar común la sátira y burla de las vulgares usos lingüísticos y léxicos de sus conciudadanos o colegas de ambiente social en el que se mueven.
Por ejemplo, en este poema Catulo se burla de la ultracorrección de la aspiración en cierto personaje llamado Arrio.

LXXXIV
Chommoda dicebat, si quando commoda uellet
Dicere, et insidias Arrius hinsidias,
Et tum mirifice sperabat se esse locutum, 
Cum quantum poterat dixerat hinsidias
5 Credo, sic mater, sic liber auunculus eius,
Sic maternus auus dixerat atque auia.
Hoc misso in Syriam requierant omnibus aures;
Audibant eadem haec leniter et leuiter,
Nec sibi postilla metuebant talia uerba,
10 Cum subito affertur nuntius horribilis,
Ionios fluctus, post illuc Arrius isset,
Iam non Jonios esse, sed Hionios.

LXXXIV

Arrio decía ‘Chomodidad’, si alguna vez quería decir comodidad, e ‘hinsidias’ a las insidias, y entonces esperaba que él había hablado maravillosamente, cuando, en cuanto podía, había dicho ‘hinsidias’. Creo que así su madre lo había dicho siempre, así su tío materno, su abuelo materno, y su abuela. Él, enviado a Siria, les habían descansado a todos sus oídos: oían estas mismas cosas lenemente y levemente, y ya no se temían tales palabras tras de aquello, cuando de pronto les viene el anuncio horrible de que los jonios oleajes, después de que allá fuese Arrio, ya no eran jonios, sino ‘hionios’.