EL TÓPICO DE LA FALSA MODESTIA:
LA PRESENTACIÓN HUMILDE O CAPTATIO BENEVOLENTIA.
En el libro de E.R. Curtius, se hace una clasificación de los motivos que suelen aparecer en los prólogos o presentaciones del autor y la obra. Uno de ellos es de el de la falsa modestia, a su vez subdividido en subtipos. Uno de éstos corresponde al modelo "alguien me dijo, me contó tal historia, me pidió, ..., que contara tal historia", dicho de forma aproximada.
El comienzo de Fortunata podría quizás encuadrarse en este subtipo, de alguna forma. Dice así:
"Las noticias más remotas que tengo de la persona que lleva este nombre me las ha dado Jacinto María Villalonga, y alcanzan al tiempo en que este amigo mío y el otro y el de más allá, Zalamero, Joaquinito Pez, Alejandro Miquis, iban a las aulas de la Universidad. No cursaban todos el mismo año, y aunque se reunían en la cátedra de Camús, separábanse en la de Derecho Romano: el chico de Santa Cruz era discípulo de Novar, y Villalonga de Coronado..."
Aquí el narrador nos dice que no va a hablar de conocimientos directos suyos, sino a través de lo que le contaba un amigo intermedio, el tal Jacinto María Villalonga. Es decir, acude a un intermediario ficticio, relator, para no mostrarse el mismo como el autor de las informaciones. se presenta así de forma "humilde", como diría Curtius, o simplemente utilizando el recurso mencionado, el de "alguien me dijo ...", que aparece en muchas obras literarias, desde Platón a Don Quijote.
FARMAKON: LA LITERATURA COMO ANTIFARMAKON.
Al contrario de lo que es un lugar común en toda la literatura clásica y hasta nuestros día, la literatura como solaz, recreo, alivio, es decir, como
farmakon, encontramos también su opuesto, la lectura como algo artificial, sucedáneo de la vida, la vida real, a la que nunca, y es inútil, podrá sustituir.
En Fortunata se puede ver este ejemplo:
"... La lectura es vida artificial y prestada, el usufructo, mediante una función cerebral, de las ideas y sensaciones ajenas, la adquisición de los tesoros de la verdad humana por compra o por estafa, no por el trabajo."
El contexto es el siguiente: encontramos este pequeño párrafo al comienzo de la obra, puesto el pensamiento en uno de los protagonistas con el que empieza el libro, la vida y persona de Juanito Santa Cruz.
Indica en unas cuántas y precisas líneas la evolución personal e intelectual del personaje. Después de pasar unos años en la Universidad para licenciarse en la facultad de Derecho, dedicándole todo su empeño en enfrascarse libros y obras de filosofía, metafísica, historia y lo que hubiera menester, lo cual era un orgullo para su familia y madre especialmente, al finalizar sus estudios se ve licenciado y, además, de familia rica, guapo por más señas, con gran atractivo, seducido por el ambiente mundanal, da un giro radical en su persona.
En este fragmento se explica con claridad el acontecimiento:
"Conocida la persona y sus felices circunstancias, se comprenderá fácilmente la dirección que tomaron las ideas del joven Santa Cruz al verse en las puertas del mundo con tantas probabilidades de éxito. Ni extrañará nadie que un chico guapo, poseedor del arte de agradar y del arte de vestir, hijo único de padres ricos, inteligente, instruido, de frase seductora en la conversación, pronto en las respuestas, agudo y ocurrente en los juicios, un chico, en fin, al cual se le podría poner el rótulo social de brillante, considerara ocioso y hasta ridículo el meterse a averiguar si hubo o no un idioma único primitivo, si el Egipto fue una colonia bracmánica, si la China es absolutamente independiente de tal o cual civilización asiática, con otras cosas que años atrás le quitaban el sueño, pero que ya le tenían sin cuidado, mayormente si pensaba que lo que él no averiguase otro lo averiguaría... «Y por último -decía- pongamos que no se averigüe nunca. ¿Y qué...?». El mundo tangible y gustable le seducía más que los incompletos conocimientos de vida que se vislumbran en el fugaz resplandor de las ideas sacadas a la fuerza, chispas obtenidas en nuestro cerebro por la percusión de la voluntad, que es lo que constituye el estudio. Juanito acabó por declararse a sí mismo que más sabe el que vive sin querer saber que el que quiere saber sin vivir, o sea aprendiendo en los libros y en las aulas. Vivir es relacionarse, gozar y padecer, desear, aborrecer y amar. La lectura es vida artificial y prestada, el usufructo, mediante una función cerebral, de las ideas y sensaciones ajenas, la adquisición de los tesoros de la verdad humana por compra o por estafa, no por el trabajo. No paraban aquí las filosofías de Juanito, y hacía una comparación que no carece de exactitud. Decía que entre estas dos maneras de vivir, observaba él la diferencia que hay entre comerse una chuleta y que le vengan a contar a uno cómo y cuándo se la ha comido otro, haciendo el cuento muy a lo vivo, se entiende, y describiendo la cara que ponía, el gusto que le daba la masticación, la gana con que tragaba y el reposo con que digería."
Incluso el autor se permitía jugar con esta idea clásica, y hacer la irónica comparación entre vida y literatura con la más rupestre de comerse una chuleta o contar cómo se la come otro, que no por sí deja de ser menos gráfica y expresiva."
LAS DOS AFRODITAS.
Las dos Afroditas,
Afrodita Pandemos y
Afrodita Urania , en clave del Madrid castizo de fines del siglo XIX, las podemos encontrar respectivamente en los personajes femeninos de
Fortunata y Jacinta.
Una posible referencia al contraste de estos dos personajes en clave clásica, de las dos Afroditas, la Pandemos o carnal, y la Urania o espiritual, de la que habla Platón y otros autores clásicos, la podríamos observar entre los dos personajes de Fortunata y Jacinta.
En este parlamento, jacinto habla de las mujeres del pueblo, del amor vulgar, frente al hombre culto, espiritual, que debe aspirar a otro nivel:
"No más... Bastante me he reído ya de tu tontería. Francamente, yo creí que eras más avisado... Además, todo lo que me puedas contar me lo figuro. Que te aburriste pronto. Es natural... El hombre bien criado y la mujer ordinaria no emparejan bien. Pasa la ilusión, y después ¿qué resulta? Que ella huele a cebolla y dice palabras feas... A él... como si lo viera... se le revuelve el estómago, y empiezan las cuestiones. El pueblo es sucio, la mujer de clase baja, por más que se lave el palmito, siempre es pueblo. No hay más que ver las casas por dentro. Pues lo mismo están los benditos cuerpos."
JUANITO SANTA CRUZ COMO EL SOFISTA JASÓN DE EURÍPIDES.
En el parlamento que tienen Juanito Santa Cruz y Jacinta en su periplo de viaje de novios por tierras de Levante y Andalucía, la recién estrenada esposa, merced a esa curiosidad femenina que Galdós pone de manifiesto, y esa voluntad de conocer a su marido no sólo en lo tocante a su presente, sino en su pasado, que adivina algo calavera y acepta como tal, obliga a Juanito a hacer un flash-back de sus aventuras anteriores al matrimonio, periodo preparatorio hasta llegar a lo que debe ser el casamiento y el verdadero amor.
Es entonces cuando sale a relucir la historia de Juanito y Fortunata, puro amor que Juanito y Jacinta se esfuerzan en definir como vulgar, carnal, aún sin tener toda la seguridad personal de ello al tiempo que lo cuentan y justifican.
Es más, en las palabras de Juanito encontramos una verdadera admiración, arrobamiento casi de la belleza de F. que causa estupor y verdaderos celos en J.
Ocurre sin embargo que Juanito se ha portado como un verdadero Jasón, como si de la tragedia Medea de Eurípides se tratara.
Incluso va más allá. Quizás por influencia de los largos siglos de tradición cristiana, y en medio de una expiación sincera provocada por el consumo de alcohol, el Delfín (Juanito Santa Cruz)cae derrotado, de bruces, llora de arrepentimiento ante lo que le ha podido hacer a ese su primer escarceo y, quien sabe si verdadero, historia amorosa.
"...Yo la perdí... sí... que conste también; es preciso que cada cual cargue con su responsabilidad... Yo la perdí, la engañé, le dije mil mentiras, le hice creer que me iba a casar con ella. ¿Has visto?... ¡Si seré pillín!... Déjame que me ría un poco... Sí, todas las papas que yo le decía, se las tragaba... El pueblo es muy inocente, es tonto de remate, todo se lo cree con tal que se lo digan con palabras finas... La engañé, le garfiñé su honor, y tan tranquilo. Los hombres, digo, los señoritos, somos unos miserables; creemos que el honor de las hijas del pueblo es cosa de juego... No me pongas esa cara, vida mía. Comprendo que tienes razón; soy un infame, merezco tu desprecio; porque... lo que tú dirás, una mujer es siempre una criatura de Dios, ¿verdad?... y yo, después que me divertí con ella, la dejé abandonada en medio de las calles... justo... su destino es el destino de las perras... Di que sí".
Recuperado al día siguiente de la melopea y la expiación, con la conciencia clara de que se ha ido de la lengua y ha confesado más de lo que debiera, consciente de haber cargado sobre los hombros de J. una responsabilidad que ella no tiene por qué sobrellevar, y en la necesidad íntima, propia, forzosamente necesaria para quizás su equilibrio personal, da otro largo discurso justificando aquello de lo que el día anterior no podía perdonarse.
Su parlamento entonces, a veces secundado por la propia J., inocente de todo, y donde ella misma saca a relucir la idea de las dos Afroditas, su discurso, decimos, proviniendo de un licenciado en Derecho avispado y locuaz, parece mucho al retórico y sofístico discurso de exculpación que Jasón le suelta a la deshonrada Medea para justificar su injustificable actuación.
JUANITO SANTA CRUZ COMO JASÓN EN EURÍPIDES.
"Santa Cruz, en su perspicacia, lo comprendió, y trataba de librar a su esposa de la molestia de complacer a quien sin duda no lo merecía. Para esto ponía en funciones toda la maquinaria más brillante que sólida de su raciocinio, aprendido en el comercio de las liviandades humanas y en someras lecturas. «Hija de mi alma, hay que ponerse en la realidad. Hay dos mundos, el que se ve y el que no se ve. La sociedad no se gobierna con las ideas puras. Buenos andaríamos... No soy tan culpable como parece a primera vista; fíjate bien. Las diferencias de educación y de clase establecen siempre una gran diferencia de procederes en las relaciones humanas. Esto no lo dice el Decálogo; lo dice la realidad. La conducta social tiene sus leyes que en ninguna parte están escritas; pero que se sienten y no se pueden conculcar. Faltas cometí, ¿quién lo duda?, pero imagínate que hubiera seguido entre aquella gente, que hubiera cumplido mis compromisos con la Pitusa... No te quiero decir más. Veo que te ríes. Eso me prueba que hubiera sido un absurdo, una locura recorrer lo que, visto de allá, parecía el camino derecho. Visto de acá, ya es otro distinto. En cosas de moral, lo recto y lo torcido son según de donde se mire. No había, pues, más remedio que hacer lo que hice, y salvarme... Caiga el que caiga. El mundo es así. Debía yo salvarme, ¿sí o no? Pues debiendo salvarme, no había más remedio que lanzarme fuera del barco que se sumergía. En los naufragios siempre hay alguien que se ahoga... Y en el caso concreto del abandono, hay también mucho que hablar. Ciertas palabras no significan nada por sí. Hay que ver los hechos... Yo la busqué para socorrerla; ella no quiso parecer. Cada cual tiene su destino. El de ella era ese: no parecer cuando yo la buscaba».
Nadie diría que el hombre que de este modo razonaba, con arte tan sutil y paradójico, era el mismo que noches antes, bajo la influencia de una bebida espirituosa, había vaciado toda su alma con esa sinceridad brutal y disparada que sólo puede compararse al vómito físico, producido por un emético muy fuerte..."
VEAMOS AHORA
parte del parlamento de Jasón en Medea, cuando trata de defenderse con
argumentos sofistas de las acusaciones de infidelidad de Medea:
JASÓN. —
Debo, según parece, tener
el don natural de la palabra y, como buen timonel de navío, plegar las velas,
525 para escapar, mujer, a tu insensata locuacidad. En lo que a mí se refiere, puesto
que exaltas en demasía tus favores, considero que Cipris fue, en la travesía, mi única salvadora entre
los dioses y los hombres.
525 ἐγὼ δ᾽, ἐπειδὴ καὶ λίαν πυργοι̂ς χάριν, // Κύπριν νομίζω τη̂ς ἐμη̂ς ναυκληρίας // σώτειραν ει'̂ναι θεω̂ν τε κἀνθρώπων μόνην...
Tu espíritu es sutil, qué duda cabe, 530 pero te es
odioso declarar que Eros te obligó, con sus dardos inevitables, a salvar mi
persona.
σοὶ δ᾽ ἔστι μὲν νου̂ς λεπτός— ἀλλ᾽ ἐπίφθονος // λόγος διελθει̂ν, ὡς Ἔρως σ᾽ ἠνάγκασεν 530 τόξοις ἀφύκτοις τοὐμὸν ἐκσω̂σαι δέμας.
Pero en este punto no seré demasiado preciso; comoquiera que haya
sido tu ayuda, me parece bien. Es innegable, no obstante, que, por mi
salvación, has recibido más de lo que has entregado. 535 Me explicaré: en
primer lugar, habitas tierra griega y no extranjera, y conoces la justicia y
sabes utilizar las leyes sin dar gusto a la fuerza. Todos los griegos saben que
eres sabia 540 y te has ganado buena fama; en cambio, si vivieses en los
confines de la tierra, no se hablaría de ti. No desearía yo poseer oro en mi
palacio ni entonar un canto más hermoso que el de Orfeo, si no me hubiese
tocado en suerte un destino famoso….
- CURIOSO QUE EN AMBOS PASAJES SE UTILICES LA ALEGORÍA DE LA NAVEGACION, EL NAUFRAGIO Y LA SALVACIÓ, EN JASÓN BIEN REFERIDO A SU AVENTURA MARÍTIMA EN POS DEL VELLOCINO, EN PARTE, Y EN JUANITO YA EN LA METÁFORA DE LA VIDA Y SUS TRANCES COMO NAUFRAGIOS QUE SOBREVIENNE Y DE LOS QUE HAY QUE SALVARSE DE CUALQUIER MANERA.
Juanito habla de su aventura con Fortunata como un naufragio marino: ..."Caiga el que caiga. El mundo es así. Debía yo salvarme, ¿sí o no? Pues debiendo salvarme, no había más remedio que lanzarme fuera del barco que se sumergía. En los naufragios siempre hay alguien que se ahoga... ", esto último en clara alusión a Fortunata.
En Eurípides, el autor ponen en boca de Jasón lo siguiente:
"... Debo, según parece, tener el don natural de la palabra y, como buen timonel de navío, plegar las velas, 525 para escapar, mujer, a tu insensata locuacidad...
nota, como en Fortunata, hay muchas alusiones a la curiosidad y locuacidad de Jacinta...
"... En lo que a mí se refiere, puesto que exaltas en demasía tus favores, considero que Cipris fue, en la travesía, mi única salvadora entre los dioses y los hombres...
Aquí Jasón se refiere a su aventura marítima ( τη̂ς ἐμη̂ς ναυκληρίας ) de cuando el Vellocino y su òsterior regreso a tierras griegas.
"... pero te es odioso declarar que Eros te obligó, con sus dardos inevitables, a salvar mi persona..."
Alude aquí al tema de la salvación de Medea para conseguir el vellocino como resultado de los efectos pertubadores de la diosa del amor, no como en Fortunata, que la salvación es haber salido del embrollo amoroso y la posterior descendencia que uanito había tenido con fortunata.
Como vemos, fantasía épico-mitológica frente a drama burgués cara a cara.
Aquí está el texto en griego.
Ἰάσων
δει̂ μ᾽, ὡς ἔοικε, μὴ κακὸν φυ̂ναι λέγειν //ἀλλ᾽ ὥστε
ναὸς κεδνὸν οἰακοστρόφον //ἄκροισι
λαίφους κρασπέδοις ὑπεκδραμει̂ν // τὴν σὴν στόμαργον, ω'̂ γύναι, γλωσσαλγίαν. //525
ἐγὼ δ᾽, ἐπειδὴ καὶ λίαν πυργοι̂ς χάριν, // Κύπριν νομίζω τη̂ς ἐμη̂ς ναυκληρίας //
σώτειραν ει'̂ναι θεω̂ν τε κἀνθρώπων μόνην. // σοὶ δ᾽ ἔστι μὲν νου̂ς λεπτός— ἀλλ᾽
ἐπίφθονος // λόγος διελθει̂ν, ὡς Ἔρως σ᾽ ἠνάγκασεν 530 τόξοις ἀφύκτοις τοὐμὸν ἐκσω̂σαι
δέμας. ἀλλ᾽ οὐκ ἀκριβω̂ς αὐτὸ θήσομαι λίαν: ὅπῃ γὰρ ου'̂ν ὤνησας οὐ κακω̂ς ἔχει.
μείζω γε μέντοι τη̂ς ἐμη̂ς σωτηρίας εἴληφας ἢ δέδωκας, ὡς ἐγὼ φράσω. 535
πρω̂τον μὲν Ἑλλάδ᾽ ἀντὶ βαρβάρου χθονὸς γαι̂αν κατοικει̂ς καὶ δίκην ἐπίστασαι
νόμοις τε χρη̂σθαι μὴ πρὸς ἰσχύος χάριν: πάντες δέ σ᾽ ᾔσθοντ᾽ ου'̂σαν Ἕλληνες
σοφὴν καὶ δόξαν ἔσχες: εἰ δὲ γη̂ς ἐπ᾽ ἐσχάτοις 540 ὅροισιν ᾤκεις, οὐκ ἂν η'̂ν
λόγος σέθεν. εἴη δ᾽ ἔμοιγε μήτε χρυσὸς ἐν δόμοις μήτ᾽ Ὀρφέως κάλλιον ὑμνη̂σαι
μέλος, εἰ μὴ 'πίσημος ἡ τύχη γένοιτό μοι…
En
algunos pasajes de la obra, como se ve en alguna anotación de la edición de
Cátedra, especialmente cuando la cuestión del Pitusín, el problema que
conlleva y la última y definitiva decisión que toma don Baldomero como cabeza y
pater familias de la casa, se
comenta que la situación de Jacinta en el seno de aquella familia. En cierto
modo, es similar a la de Medea en Eurípides
Es prima, sí, casi de la familia,
pero a la hora de hablar, tomar decisiones, defender sus posibles deseos y
derechos, como en el caso del Pitusín, que opta por callar, actúa por estar
sometida, casi como derecho de pago por su “compra” como esposa del delfín, por
su condición de mujer casi extraña en una nueva familia, como una mujer
sometida al poder paterno y guarda silencio, como ya las de la tragedia, para
mantener cierta paz familiar.
EL PARÁSITO DE LA OBRA, ESTUPIÑA.
La descripción magnífica que hace del personaje nos recuerda, en parte a la figura del parásito, del esclavo truhán y mendaz de las comedia de Plauto. En verdad que no es mentiroso ni falsario ni liante como un Pseudolus, tampoco es un muerto de hambre (aunque casi, como se ve cuando cierra su negocio), por el contrario, es honrado, los amos se fían de él en los negocios y es un buen confidente.
Pero en cuanto le toca el turno de llevar por su propia mano su propio negocio, lo echa a perder y termina cerrando. Lo suyo es la calle, las habladurías, as relaciones sociales, como un esclavo charlatán de las comedias romanas. va a funcionar como el alcahuete que necesita doña Barbarita, la madre de Juanito, para saber de las andanzas y correrías de aquél.
LOS NOMBRES DE FORTUNATA Y JACINTA.
Ambos nombres, es claro, tiene clara raíz clásica, y quizás Galdós quiere hacer de ellos nombres parlantes.
Al menos así lo es con Fortunata (no
FortunatO, como escribía un alumno tiempo ha, mientras redactaba un trabajo en el aula de informática, que retitulaba la nocvela como
FortunatO y Jacinta).
En su significado original es "de buena suerte, afortunado". Aunque, si miramos la raíz etimológica, sabemos que en latín
"fortuna" no la podíamos clasificar positiva o negativamente, tenía en principio un significado
neutro, algo así como el azar. Sólo depoués adquiere el significado que tenemos hoy con valor positivo.
(Un aparte, la diosa Fortuna solía ir acompañada de otra divinidad, la Ocasión, con la que a veces se confundía. la expresión "la ocasión la pintan calva" se debe a que su representación era con un evidente calvicie seguida en la parte de atrás de un mechón de pelo de tamaño natural. Con eso se quería decir lo difícil que era conseguir o alcanzar laguna cosa afortunada).
De ahí que el personaje de Fortunata lo podamos entender como un
nombre parlante en su sentido original, viendo los vaivenes de la dama por el Madrid decimonónico y el rumbo final que toma su vida, sujeto a los azares de la vida su condición social y las circunstancias personales que le toca vivir.
Jacinta, por su parte, procede en principio del personaje mítico Jacinto, uno de los amores del dios Apolo, personaje aquel muy reverenciado en Esparta, que fatalmente muere y se metamorfosea en la flor del mismo nombre.
Quizás, aunque no sabemos, puede referirse al amor estéril e infecundo que hay entre ella y Juanito Santa Cruz, su falta de descendencia. pero no sabemos si realmente fuera así o no tuviera otros motivos o ninguno, simplemente la libre elección del autor.
IDO: EL HAMBRE Y EL SR. DE IDO: PERSONIFICACIÓN (O TEATRALIZACIÓN) CLÁSICA DE UN CONCEPTO.
En
FyJ., el personaje de Ido hace su primera aparición durante
la convalecencia de Juanito, recluido y quisquilloso por tener que permanecer en
casa. Galdós, en lugar de describir la
miseria y el hambre desde un punto de vista externo, deja que sea la propia
miseria la que hable y nos pone en escena a la figura de Ido, como Ovidio
personifica a Eolo en las Metamorfosis o Virgilio cuando describe como un ser
mítico a la Fama.
Pero aquí es al revés
o distinto, galdós está en plena época realista y hace un cuadro de la estética
literaria realista, una personificación realista, destacando con esa mirada
crítica y denuncia social que este movimiento artístico tenía la parte desgraciada y miserable de la
sociedad como si fuera un científico social.
Por lo tanto, ya no es un Eolo en
mayúscula, personificación del viento, descrito personificado con facultades
portentosas, o la Fama, sino el hambre, mejor dicho, el Hambre en mayúscula. El
desgraciado personaje Ido, con el que Galdós monta una escena como si fuera un
episodio teatral, un sainete, es la viva personificación del hambre.
El personaje encarna
todos los síntomas y carencias de la falta de comida, y aquí vemos la aguda
percepción del estilo realista. Y aunque pretende mantener cierto digno porte, en
raya con las convenciones sociales que casan hasta en esos extremos miserables,
por el otro su falta de proteínas ha hecho que se le desvanezca y reblandezca,
como se diría, el cerebro. Sufre alucinaciones fruto de la inanición, como la
de que tiene una hermosura de mujer que le es infiel; contra esa fantasmagoría
fruto del hambre, lanza encendidas amenazas de opereta.
Juanito Santa Cruz se
burla de él a propósito, excita aún más su débil persona, mientras Jacinta
siente que no puede seguir viendo ese triste espectáculo.
En el personaje de Ido
Galdós ha personificado al Hambre, como Virgilio hacía poéticamente con la Fama,
Virgilio con Eolo, Iris, …, pero no ya como un ser divino y mitológico a la
altura de estos, sino reflejando una
patética realidad humana, desgraciada, que no se vale por si misma, a punto de
la inanición, la locura y la desgracia.
IDO EN FUNCIÓN DE ORÁCULO
Como si se tratara también
de otro elemento mítico-religioso, de raíces clásicas, es que este mismo
personaje, el famélico, alucinado y anémico iDO, será el que, como las
auténticas Pitias o Sibilas, entre los balbuceos de su boca, le desvelará a
Jacinta un episodio de la otra vida en paralelo que corre con la suya y de
Juanito, la existencia del Pitusín, el infante abandonado por su marido tiempo
atrás, en sus años calaveras.
AMPLIACIÓN: ALGUNAS PERSONIFCACIONES CLÁSICAS:
1. LA PERSONIFICACIÓN DE LA FAMA EN VIRGILIO, ENEIDA, IV, 173-190
Extemplo Libyae magnas it Fama
per urbes,
Fama, malum qua non aliud velocius
ullum:
mobilitate viget virisque adquirit
eundo, 175
parva metu primo, mox sese attollit in
auras
ingrediturque solo et caput inter nubila
condit.
Illam Terra parens ira inritata
deorum
extremam, ut perhibent, Coeo Enceladoque
sororem180
progenuit pedibus celerem et pernicibus
alis,
monstrum horrendum, ingens, cui quot
sunt corpore plumae,
tot vigiles oculi subter (mirabile
dictu),
tot linguae, totidem ora sonant, tot
subrigit auris.
nocte volat caeli medio terraeque per umbram
185
stridens, nec dulci declinat lumina
somno;
luce sedet custos aut summi culmine
tecti
turribus aut altis, et magnas territat
urbes,
tam ficti pravique tenax quam nuntia
veri.
haec tum multiplici populos sermone
replebat 190
gaudens, et pariter facta atque infecta
canebat:
TRADUCCIÓN:
Extemplo … it Fama … Inmediatamente va Fama …Libyae magnas …per urbes per urbes por las grandes ciudades de Libia,
Fama, malum qua (x quam?) non aliud
velocius ullum:
Fama, mal más veloz que el cual no hay ninguno:
con la movilidad se llena de vigor y sus fuerzas aumenta caminando, 175
pequeña por el miedo, primero, luego se levanta a las brisas
y avanza por el suelo y su cabeza entre las nubes esconde.
A ella su madre, la Tierra, irritada de ira contra los
dioses,
la última, según dicen, hermana de Encélado y de Ceo,
parió rápida por su pies y ligeras alas, 180
monstruo horrendo, ingente, que tiene tantas plumas en el cuerpo
como ojos vigilantes debajo (sorprendente de decir),
como lenguas, como bocas le suenan, como orejas levanta.
Por la noche vuela estridente entre el cielo y la tierra
por la sombra, y no rinde sus ojos al dulce sueño; 185
por el día se sienta, como guardián, o en la cumbre de un alto tejado
o en torres altas, y aterroriza a grandes ciudades,
nuncia tan tenaz de lo fingido y de lo malo como de lo verdadero.
Entonces con múltiples habladurías los pueblos llenaba
alegrándose de estas cosas e igualmente cantaba cosas hechas y no hechas: 190
que había llegado Eneas, nacido de sangre troyana,
y que a este hombre se había dignado unirse la hermosa Dido;
que ahora pasaban entre sí el invierno, cuan largo era, en el lujo,
sin acordarse de sus reinos y cautivados por un deseo vergonzoso.
2. PERSONIFICACIÓN DEL VIENTO NOTO EN OVIDIO, METAMORFOSIS.
…
emittitque
Notum. madidis Notus evolat alis,
terribilem
picea tectus caligine vultum; 265
barba
gravis nimbis, canis fluit unda capillis;
fronte
sedent nebulae, rorant pennaeque sinusque.
utque
manu lata pendentia nubila pressit, fit fragor:
hinc
densi funduntur ab aethere nimbi;
…
TRADUCCIÓN:
y suelta al Noto: con sus mojadas alas el Noto vuela,
su terrible rostro cubierto de una bruma como la pez:
265
la barba pesada de borrascas, fluye agua de sus canos
cabellos,
en su frente se asientan nieblas, roran sus alas y
senos.
Y cuando con su mano, a lo ancho suspendidas, las
nubes apretó,
se hace un fragor: entonces densas se derraman desde
el éter las borrascas.
LA SÁTIRA DE LOS USOS LINGÜÍSTICOS Y
LÉXICOS.
En
Catulo y los autores clásicos es un lugar común la sátira y burla de las vulgares
usos lingüísticos y léxicos de sus conciudadanos o colegas de ambiente social
en el que se mueven.
Por ejemplo, en este
poema Catulo se burla de la ultracorrección de la aspiración en cierto
personaje llamado Arrio.
LXXXIV
Chommoda dicebat, si
quando commoda uellet
Dicere,
et insidias Arrius hinsidias,
Et tum
mirifice sperabat se esse locutum,
Cum
quantum poterat dixerat hinsidias.
5
Credo, sic mater, sic liber auunculus eius,
Sic
maternus auus dixerat atque auia.
Hoc
misso in Syriam requierant omnibus aures;
Audibant
eadem haec leniter et leuiter,
Nec
sibi postilla metuebant talia uerba,
10 Cum
subito affertur nuntius horribilis,
Ionios
fluctus, post illuc Arrius isset,
Iam non Jonios esse, sed Hionios.
LXXXIV
Arrio decía ‘Chomodidad’, si
alguna vez quería decir comodidad, e ‘hinsidias’ a las insidias, y entonces esperaba que él había hablado maravillosamente, cuando, en cuanto
podía, había dicho ‘hinsidias’. Creo que así su madre lo había dicho siempre,
así su tío materno, su abuelo materno, y su abuela. Él, enviado a Siria, les
habían descansado a todos sus oídos: oían estas mismas cosas lenemente y
levemente, y ya no se temían tales palabras tras de aquello, cuando de pronto
les viene el anuncio horrible de que los jonios oleajes, después de que allá fuese
Arrio, ya no eran jonios, sino ‘hionios’.