FORTUNATA-MEDEA
Y LA MATERNIDAD-1-
Los hijos en
Fortunata y Medea.
En Medea es claro que,
entre otras cosas, los hijos son el instrumento de la venganza y el despecho de
Medea hacia su desalmado esposo Jasón.
En FyJ aparece el
tema de la paternidad y especialmente maternidad, con mucha fuerza. Lo
vemos en la figura de Jacinta claramente, lanzada de forma impulsiva a cubrir
ese vacío natural de su necesidad progenitora insatisfecha. Lo que la lleva
luego a caer en manos de desalmados como José Izquierdo, encariñarse con el
falso Pitusín, embarcar a doña Bárbara y a toda la familia en ese
ansiado y legítimo deseo suyo que quiere convertir en realidad lo que no es,
que el Pitusín sea el hijo natural de Juanito.
Ocurre que, como dice en las anotaciones a la edición de
Cátedra, la llegada del Pitusín al hogar de los Santa Cruz coincide con las
fechas navideñas, el día de la
Natividad, y ocurre también que Galdós aprovecha estad fechas para jugar simbólica
e irónicamente con la llegada, la falsa llegada del Pitusín.
Por eso el comentarista alude a la “muerte” del recién nacido, o
llegado, Pitusín, al descubrirse su falsedad.
Esto que en FyJ es
hilo argumental y enredo casi folletinesco, aunque no tanto, en Medea es el episodio más dramático de la
obra, el sacrificio de los hijos. Medea duda, rechaza una y otra vez la idea,
vuelve otra vez a ella con la idea de castigar a Jasón, hasta que al final se
consuma la desgracia.
En clave de novela burguesa decimonónica, el falso nacimiento
del hijo natural de Juanito, y luego su “falsa” y simbólica muerte, pues se
descubre que no es tal y, por lo tanto, “muere” para la realidad de la
historia, puede conectar, así, estirando la cosa, con la muerte vengativa, esta
sí que trágica, desgarradora, de la obra griega.
Es más, luego, se descubre que el verdadero Pitusín, el hijo que
llega a tener Fortunata de su relación con Juanito, murió aún siendo pequeño,
una vez llegada ésta a Madrid, después
de la separación del Delfín, del periplo que había hecho. Desgraciadamente
muere el pequeño a causa de la gran mortandad infantil de esos tiempos, y más si
eras de las clases bajas urbanas, madrileñas.
La muerte, es
verdad también, también es producto de las desavenencias matrimoniales, la fugaz
relación entre Juanito y Fortunata, el abandono de la joven y el hijo, y la
obligada búsqueda de cobijo y salvación de F.
La muerte del hijo de Fortunata y Juanito es en último lugar producto
del desgraciado acto de Juanito, como también, en ultimísimo lugar, que no se
sabe si es decir algo llegado hasta aquí, la muerte de los hijos en la Medea se produce a raíz del abandono por parte del varonil héroe Jasón, de su familia hasta entonces por la del
desposorio real con Yole la de Creonte.
LOS HIJOS DE
MEDEA
Ahora mismo no sabe uno…, está en la tradición lo de que eran
dos, pero a veces de habla de otro número.
En el caso de que fueran dos los hijos de Medea, y por buscar más paralelismos, en FYJ también tenemos esa cifra. Dos, es
claro, pues uno es el propio Pitusín, contamos como uno su existencia aunque alsa como hijo, y una también la “falsa muerte”
del Pitusín, al no ser en verdad aquel el hijo de Juanito que se pensaba.
Y el otro hijo, dos, contando con la existencia del hijo habido entre Fortunata y el delfín, existencia real en la historia que se cuenta en flash-back, y doble o segunda muerte también, ahora si que real, del verdadero hijo de F y Juanito a causa del
dengue, la desatención y la miseria de ella.
Así pues, dos hijos y dos muertes en Medea, si aceptamos la cifra tradicional,
otros dos hijos y muertes en FyJ., melodramáticas, patéticas y falsarias, y tristemente realistas, dos infanticidios también pero que no alcanzan a lo trágico, creemos, en FyJ.
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