miércoles, 28 de diciembre de 2022

EL ESPÍA DESCALZADO: SLOW HORSES. (PIE)

 EL ESPÍA DESCALZADO: SLOW HORSES


 Aquí tenemos, ya que esto podríamos incluirlo en la sección de espías, ya tenemos aquí al último espía de “anomalía deambulatoria”. Se trata de la reciente serie de Apple TV titulada Slow horses, título al tiempo de una canción de los Rolling, canción que sirve de tema dcentrald e la sri.

Slow horse” parece ser una expresión hecha en inglés, literalmente quiere decir “caballos lentos”, como se traduce en la película, pero parece ser que el significado real es el de ineficientes, inútiles, inservibles.

    Porque esto es lo que son este pequeño grupúsculo de espionaje que forman los espías de una subsección del M 15, la sección autodenominada o conocida más popularmente por “la ciénaga”.

Su nombre ya lo indica todo, ciénaga. Se trata de un reducido grupo de espionaje, una sección marginal, ajena a los asuntos importantes, especie de caladero secundario adonde envían a los agentes que, por una u otra razón, han resultado ineficientes en el desempeño de su labor detectivesca.

En este marginal y desprestigiada sección nos encontramos a Cartwright, uno de los protagonistas.

 Precisamente la serie empieza con una operación de los agentes del servicio secreto británico, el  el M 15, dirigidos por una inflexible y malévola Diana Taverner. Más conocida entre sus subordinados como Lady Di, interpretada por Kristin Scott Thomas

En la operación, un posible atentado en un aeropuerto británico, una falta de entendimiento entre Cartwright, en la acción, y un supervisor quien regula la intervención a distancia y por audífono, resulta ser letal. Cartwright confunde al sospechoso, al entender equivocadamente el color de su camisa, eso es lo que parece, detienen a un inocente, y el verdadero criminal, al que realmente buscaban, hace explotar una bomba, con el resultado de varias muertes.

Y, además, el tal Cartwright acaba defenestrado. En lugar de salir expulsado del servicio secreto para siempre, se le da permite una cierta gracia. Eso sí, pasando a formar parte de ese grupo marginal y desprestigiado, que es la Ciénaga.

 LA CIÉNAGA. 

          La primera escena, después de este episodio introductorio, el del atentado, nos muestra un habitáculo en penumbra. Se vislumbra en él, la cámara desenfocada a propósito, tirado sobre un sofá, la silueta de alguien. En primer plano, una mesa con envoltorios, tazas de café sucias, un despertador minúsculo, todo muy sucio y dejado.

  Luego, la cámara se aproxima hasta la mesa baja junta al sofá en el que se encuentra el personaje durmiente. Lo mismo hay en ella, restos de comida, latas, platos sucios, etc. Todo un retrato del personaje que se supone ocupa aquel lugar.


Después de esta vista general del habitáculo, la cámara se pone desde el lado final del sofá, de donde sobresale en primer plano los pies.

Es casi la presentación del personaje, sus pies, la primera imagen que tenemos de él. Se ha descalzado, claramente, y los pies llevan unos calcetines, rotos por el dedo gordo y por allá, para más señas, del individuo que, cuan largo es, es su propietario.

Se nos muestra entonces en primer plano la silueta. Es un personaje que se encuentra vestido, ha pasado la noche durmiendo sin cambiarse de ropa, solamente se ha quitado lo necesario, es decir, los zapatos.

De inmediato, algo pasa, los pies empiezan a moverse con un espasmo, y el individuo como que despierta. Se recuesta. Tiene expresión fatigada y molesta. Hace un gesto como de no saber dónde está. Luego se reincorpora y se sienta en el sofá con gesto hastiado. 

 Esta es la presentación del personaje protagonista, el veterano y hastiado espía Jackson Lamb, Gary Oldman, jefe de la Ciénaga.

 La siguiente escena nos encontramos a estos dos personajes, los ya presentados, el agente Cartwright y Oldman. Cartwright entra en el despacito de Oldman. Sabemos ahora que es el jefe de la sección, una nueva, a donde le han enviado después de su sonoro fracaso.

El plano muestra en repetidas ocasiones el diálogo entre ambos de una forma peculiar. Es decir, vemos a Cartwright de pie, ante su jefe, ya dentro del despacho; de su jefe Oldman solamente se atisban sus dos pies, cruzados, sin zapatos tal como había dormido, mostrando sin recato sus calcetines, apoyados irreverentes sobre la mesa. Esa es la disposición de ambos en la conversación. 

 

Aquí tenemos, pues, como complemento de la caracterización del Oldman, su anomalía deambulatoria. El que no se encuentre calzado puede significar muchas cosas, que se le pueden añadir a la figura del agente.

Éste se nos muestra por su forma de hablar y dirigirse a Cartwright, cansado, harto, fracasado, en un puesto marginal, a punto de dejarlo. Bajo su mando, un grupo de agentes que son también fracasados, ineficientes, que por eso purgan en esa sección dejada de la mano de los dioses su incompetencia.

Los pies sin zapatos corroboran esa desidia, despreocupación, desinterés. Muestran, además, debilidad, inseguridad, según es general. El hecho de estar sobre la mesa señala su perfecto despego hacia las normas y la jerarquía, junto con esa desgana y ese vacío que exhibe su persona.

También cierta actitud despótica ante el subordinado.

 

El plano no evita, nos muestra, se explaya a propósito en esos planos, Oldman con los pies sobre la mesa y Cartwright de pie, en el diálogo. De hecho, la conversación entre los dos personajes parece ser entre Cartwright, por un lado, y los pies de Oldman, como muestran los sucesivos y alternados planos de la escena. 

Hay como una distancia, tal como lo enfoca la cámara, desde esos pies descalzados en la mesa, marcando distancia, y el rostro y la figura de Oldman, mucho más lejano.

Esto se corrobora con el descrédito que para él, tiene toda esa sección, su sección, él incluso, y que no se recta en echárselo a la cara en cualquier momento. “Sois unos ineptos, ¡qué os habéis creído!, unos perfectos inútiles”, repite como cantinela o leit motive de toda esa su sección.





    Como hemos visto, esta anomalía deambulatoria, (no se refiere a su forma de caminar, claro, sino a la señal de los pies), demuestra una identificación del personaje, es decir, la refuerza. No hace más que esto. Por medio de ella podemos intuir, también, la personalidad un tanto rota y desvaída del personaje.

Sin embargo, contrasta con ella, pues Oldman demuestra un liderazgo indiscutido, a pesar de toda esa presentación desmañada, y lo ejerce como tal.

Los pies descalzados, pues, no son, en principio, un síntoma de debilidad, una muestra de vulnerabilidad, al menos hasta ahora. Nos muestra a un personaje que si, debe ocultar algo, pero hasta el momento, se nos presenta como ajeno a las normas y al respeto institucional, como luego se verá, crítico con sus superiores, un personaje singular, que se rige, en principio, por criterios propios, aún en su posición jerárquica de mando sujeto a otros. Una especie de rebelde, digamos. Sin poder, ese poder o dignidad que antes tuvo, y que ahora, marginado, desempeña en horas bajas y descalzado.

domingo, 18 de diciembre de 2022

EURÍPIDES, IFIGENIA Y EL MOSAICO DE AMPURIAS: LAS BODAS DE SANGRE.

 IFIGENIA EN TÁURIDE Y EL MOSAICO DE AMPURIAS, vv. 24-29. 


    El mosaico de Ifigenia, encontrado en Ampurias y que data del siglo I a.C., es una de las piezas emblemáticas y más importantes de la Ampurias greco-romana del yacimiento. Actualmente se encuentra en el Museo Arqueológico de Cataluña.
    Es una pieza tampoco muy grande, de 60 cm. por 60 cm. aproximadamente.
    
    El motivo que se representa allí es un trágico episodio de la guerra de Troya. Decidida ya la conquista de la ciudad, las flotas de los contingentes aqueos se reúnen todas en Áulide, un puerto de la costa meridional, en Beocia. Pero la ausencia de vientos impide que la flota zarpe. Avisado el adivino Calcante, vaticina que el rey Agamenón debe sacrificar a su hija Ifigenia, joven aún, para que las naves puedan salir.
    Con engaños de Odiseo, la promesa de unas bodas con Aquiles, se traen a la joven a Áulide. Allí se descubre la mentira, y el altar está dispuesto para el sacrificio. Ifigenia se salva en último momento por mediación de la diosa Artemis, quien la cambia por una cierva y la salva de morir de esa forma.
    El mosaico representa aproximadamente este episodio.

Vista frontal del mosaico romano del Sacrificio de Ifigenia, c. siglo I a. C. 

Museo de Arqueología de Cataluña, Empúries.


    Hemos encontrado, en relación con esto, unos versos del prólogo de Ifigenia en Táuride (no en Áulide), de Eurípides. Allí, y de forma abreviada, recrea el mismo episodio en unos pocos versos.

… Con que me arrebataron de junto a mi madre, por las artes de Odiseo, para casarme con Aquiles. Cuando llegué a Áulide —¡pobre de mí!— me pusieron sobre una pira y me iban a matar a espada. Pero Ártemis me arrebató, y entregó a los aqueos una cierva en mi lugar. 30 

καί μ᾽ Ὀδυσσέως τέχναις 

μητρὸς παρείλοντ᾽ ἐπὶ γάμοις Ἀχιλλέως. 25 

ἐλθοῦσα δ᾽ Αὐλίδ᾽ ἡ τάλαιν᾽ ὑπὲρ πυρᾶς 

μεταρσία ληφθεῖσ᾽ ἐκαινόμην ξίφει· 

ἀλλ᾽ ἐξέκλεψεν ἔλαφον ἀντιδοῦσά μου 

Ἄρτεμις Ἀχαιοῖς,


Vamos a comentar un poco la relación entre el mosaico y estos versos de Eurípides.


En estos cinco versos del prólogo, sintetiza perfectamente el episodio del sacrificio de la propia Ifigenia. Resuelve el acontecimiento del casi sacrificio, que incluye el ardid de Odiseo, la captura de Ifigenia, su llegada a Áulide y la disposición para el sacrificio y muerte ritual, en estos cuatro rápidos y precisos versos. 

Los dos siguientes narra la salvación por parte de la diosa Artemis de la joven.

Hace una elipsis temporal y de aquello que no interesa, resume haciendo hincapié en los hechos relevantes, y le da agilidad al relato

Un episodio que quizás diera para más por su dramatismo lo encaja en estas pocas líneas. 

De forma sumarial, pues, relata lo que ocurre cuando las naves aqueas yacen varadas en Áulide sin viento que las impulse a navegar. Agamenón solicita al adivino Calcante una explicación. Éste le dice que ha de sacrificar a su propia hija.

Tras el vaticinio de Calcante, Odiseo idea una engaño, las bodas de Ifigenia con Aquiles, y se lleva sin remilgos a la inocente joven de junto a su madre.


… καί μ᾽ Ὀδυσσέως τέχναις 

μητρὸς παρείλοντ᾽ ἐπὶ γάμοις Ἀχιλλέως. 25 


En los dos versos siguientes, 26 y 27, sintetiza todo el drama del episodio, empleando el participio de aoristo, con su matiz temporal puntual, ἐλθοῦσα.


ἐλθοῦσα δ᾽ Αὐλίδ᾽ ἡ τάλαιν᾽ ὑπὲρ πυρᾶς 

μεταρσία ληφθεῖσ᾽ ἐκαινόμην ξίφει· 


Expone el episodio sacrificial, como si todo ocurriera en un lapso de tiempo breve y todo de forma simultánea; cuando es un efecto, una elipsis, provocada por el autor para acelerar el relato y también, dar mayor efectismo a la escena.

Es decir, Ifigenia llega a Áulide, descubre el engaño de la falsa boda, e inmediatamente, al mismo tiempo, tal como lo narra el autor de forma elíptica, ya está sobre la pira y la espada sacrificial dispuesta. 

No viene de más la expresión “bodas de sangre” para el episodio.

Es una elipsis bien lograda, incluso más bien parece un cuadro o un mosaico, mejor, con una descripción del suceso exhibido sus partes sucesivas en una presentación simultánea.


vv. 29-30: ἀλλ᾽ ἐξέκλεψεν ἔλαφον ἀντιδοῦσά μου 

Ἄρτεμις Ἀχαιοῖς,


El cruel sacrificio no llega a consumarse. Una divinidad, Ártemis, tiene que ser la que arrebate a la joven inocente de su destino funesto, en un episodio como de deus ex machina, fantástico y milagros.


Este relato, lineal en cuanto a su carácter textual, tiene una gran capacidad visual e, incluso, para los efectos, merced a su estilo sumarial y la brevedad, casi que parece una representación visual.

En el mosaico de Ampurias, por esto que decimos, se puede ver casi tal como Eurípides lo describe el episodio de Áulide, con los acontecimientos señalados. El mosaico, tal como parece, remonta a una pintura griega del s. IV a.C. Que, a su vez, se inspira, según se comenta, en la tragedia Ifigenia en Áulide, no en Táuride, que es de la que sacamos la cita aquí, de Eurípides.


El texto, separado, sería así:




Ὀδυσσέως τέχναις



μητρὸς παρείλοντ᾽ 

ἐπὶ γάμοις Ἀχιλλέως



ἐλθοῦσα δ᾽ Αὐλίδ᾽



ἡ τάλαιν᾽



ὑπὲρ πυρᾶς μεταρσία ληφθεῖσ᾽




ἐκαινόμην ξίφει·




ἔλαφον ἀντιδοῦσά μου



ἐξέκλεψεν Ἄρτεμις Ἀχαιοῖς

 

El mosaico de Ampurias muestra el episodio así:


Hay varias identificaciones de la escena, la que más parece coincidir es la siguiente: en primer plano, está la pira donde va a realizarse el rito; en el centro, está Ifigenia, con velo, como víctima (o, como hemos dicho, novia); al lado, Odiseo. La figura de rojo es Agamenón, con la cara tapada por la vergüenza; detrás de la columna, se encuentra Aquiles. Por el lado de Odiseo, de blanco y con una cinta, Calcante, quien desenfunda el cuchillo sacrificial; a su lado, Menelao con un cetro. Arriba se encuentra la diosa Artemis con una cierva. Además, hay rostros de jóvenes, una columna, sobre la que está el dios Apolo, y otros elementos.


Si mezclamos la imagen del mosaico con el texto, vemos que representa muy parecidamente los versos de Eurípides.



Ὀδυσσέως τέχναις

por medio del engaño de Odiseo



            ἐπὶ γάμοις Ἀχιλλέως

dispuesta para las bodas con Aquiles

ἐλθοῦσα δ᾽ Αὐλίδ᾽

según llegué a Äulide

ἡ τάλαιν᾽

desgraciada de mí

ὑπὲρ πυρᾶς μεταρσία ληφθεῖσ᾽

colocada en el aire sobre la pira


ἐκαινόμην ξίφει·

me sacrifican con el cuchillo


ἔλαφον ἀντιδοῦσά μου

colocando una cierva en mi lugar


ἐξέκλεψεν Ἄρτεμις Ἀχαιοῖς

la diosa me libró de los aqueos


   Concluyendo, tanto el mosaico como los versos parecen cumplir aquella máxima de los antiguos clásicos, la de ut pictura poiesis, la pintura es un texto en imágenes. 

   Además, esto es lo llamativo, el mosaico de Ampurias parece coincidir en parte con el texto, especialmente en mostrar el episodio con el enfoque paradójico, lo que representa se podria llamar "bodas de sangre". Esto sería así por la imagen de Ifigenia ataviada no solo como víctima, que también y principalmente, sino como ¿novia?, una suposición. ¿Novia?, pues, conducida no a un altar nupcial, sino sacrificial.

   El texto de Eurípides explota la escena con esta misma paradoja antagónica. En pocos versos, tan pocos que casi podría ser una pintura, hecha a brochazos, coloca pegado, uno  con otro, las falsas bodas de Ifigenia y Aquiles inmediatamente a la pira y el sacrificio de la joven. 

   En uno y otro caso estarían reprersentadndo, así pues, este episodio, pero en clave paradójica y contradictoria, explotando este enfoque antitético. 

   Efectivamente, se tratarían, tanto en  el mosaico como en el texto, de unas "bodas de sangre". 

domingo, 11 de diciembre de 2022

EL ESPÍA DELATADO POR SUS ZAPATOS: EL TOPO (1974), DE John Le Carre.

 EL ESPÍA DELATADO POR SUS ZAPATOS: EL TOPO (1974), DE John Le Carre.

        El clásico de la novelas de espías de los años setenta, y la obra que digamos, consagró a John Le Carré, fue la novela El Topo, traducción española del original Tinker, Tailor, Soldier, Spy , de 1974.

Forma parte de una trilogía, la trilogía de Karla, que culmina con la otra obra comentada, La gente de Smiley.

 



    La trama de la novela gira en torno a que en el servicio secreto británico, el llamado Circus, y en su más alta cúpula, opera un topo, un espía infiltrado y a las órdenes del gran antagonista soviético, el llamado Karla. En dicha cúpula la forman cuatro miembros, si excluimos al jefe depuesto y fallecido, Control, es decir, Percy Allelline, Bill Haydon, Roy Bland y Toby Esterhase. El depuesto también, el melancólico pero diligente Smiley, es llamado de su exilio para averiguar la identidad certera del tal infiltrado.

La novela se inspiró en los llamados Cinco de Cambridge, la red de topos ingleses infiltrados en los años cincuenta enn el mismísimo servicio secreto británico

Una de las operaciones en las que interviene dicho topo, transcurre en Checoslovaquia. Siguiendo unas informaciones falsas que ha pasado el dicho topo, se asegura que cierto militar ruso quiere pasarse al bando occidental y pasar información confidencial al Circus. Para ello, en medio de fuertes medidas de seguridad, se envía a un agente británico, Jim, a reunirse con el supuesto confidente soviético, a un lugar de encuentro en Checoslovaquia.

Todo esto resulta ser una trampa, a resultas de la cual supone la captura y caída de la red de espías occidentales en dicho país, el agente Jim Prideaux incluido.

El fragmento que sigue relata la llegada y primeros pasos del espía inglés Jim Prideaux una vez recala en Checoslovaquia, y dirige sus movimientos para encontrarse con el colaboracionista militar ruso. El agente no recela al principio, sabe que en esa zona no andan muy preparados para las acciones de seguimiento de otros agentes. Sin embargo, un detalle va a desvelarle de golpe la realidad, lo están siguiendo, su llegada es ya conocida con antelación y probablemente haya caído en una trampa preparada.

 “… Jim dijo que, en Checoslovaquia la vigilancia no era por lo general un problema. Los servicios de seguridad nada sabían acerca de la manera de vigilar al prójimo sin ser vistos, debido, probablemente, a que ninguna administración, por lo que se recordaba, había tenido que ocultar que vigilaba a alguien. … De todos modos, hasta que llegó a la Estación de Masaryk, o Central, como en la actualidad la llaman, Jim no tuvo problemas. Pero en la Estación de Masaryk vio algo… fue más una cuestión de intuición que de observación de la realidad— que le infundió sospechas. Se trataba de dos mujeres que habían adquirido billetes antes que él.


El propio Le Carré muy joven, en una pose que muy bien se identificaría con este fragmento.

Entonces, con la objetividad propia del profesional, Jim recordó cuanto le había ocurrido en el trayecto hasta allá. En unos pórticos con tiendas, junto a la plaza Wenceslas, fue rebasado por tres mujeres, una de ellas, la que iba en medio, empujaba un cochecito de niño, la que estaba más cerca del bordillo de la acera llevaba una bolsa de plástico rojo, y la que iba en la parte interior iba con un perro sujeto con cadena. Diez minutos después, dos mujeres, distintas, avanzaron hacia él, cogidas del brazo, las dos con mucha prisa, y a Jim se le ocurrió que si Toby Esterhase (su jefe) se hubiera encargado de vigilarle, hubiera empleado una combinación de este tipo: un rápido paso de perfiles, con un cochecito de niño, automóviles de apoyatura con onda corta, y un segundo equipo de reserva, para el caso de que el primer equipo se viera obligado a rebasarle. En la Estación de Masaryk, al ver a las dos mujeres ante él, en la cola para adquirir billetes, Jim se dio plena cuenta de que lo anteriormente previsto estaba ocurriendo en realidad. Hay una parte del equipo con que la gente va por la calle que el encargado de vigilar no tiene el menor deseo de cambiarse, y menos aún en un clima subártico, y se trata, ni más ni menos, de los zapatos. De los dos pares de zapatos ante su vista, en la cola para comprar billetes, Jim reconoció uno. Se trataba de unas cortas botas de plástico, forradas de piel, con cremallera, y suelas gruesas, de un material de color castaño que producía un gemido al pisar la nieve. Ya había visto aquellas botas, por la mañana, en el pasaje Sterba, y las llevaba aquella mujer que pasó junto a él, empujando el cochecito, aunque, en aquella ocasión vestía ropas diferentes. A partir de este instante, Jim ya no tuvo sospechas sino certidumbre, del mismo modo que también la hubiera tenido Smiley
(El topo, 1974)

          Este detalle, y otros del mismo tipo, al que alude el autor, el de los zapatos que los espías reniegan de cambiarse, curioso a mas no poder, se debe, como se sabe, a la experiencia vivida por el propio Le Carré en los años que trabajó para el Foreing Office.

Los zapatos, por lo tanto, sin aquí elemento identificativo, de reconocimiento, de la presencia de espías o personal enemigo tras la pista de otros agentes especiales.

El hecho de que sea más fácil, y de hecho es lo que hacen, cambiarse de ropa pero no de zapatos, hace que el entrenado agente especial reconozca, por el calzado que ya había visto horas antes, que sepa que su presencia ha sido detectada y que en esos momentos está siendo objeto de un claro seguimiento y su vida corre serio e inminente peligro.

Así pues, el calzado, en otro uso dentro de este mundo particular del espionaje, es también señal de identidad de un espía, aunque un espía no digamos descuidado, pero si expuesto, por ese nimio detalle, por esa peculiaridad del calzado frente a otras prendas de vestir, expuesto a ser detectado e identificado..

viernes, 2 de diciembre de 2022

Κάδμου σοφίσμαθ᾽, LAS ¿FAKE NEWS? DE CADMO EN LAS BACANTES

Las Bacantes (prólogo). 
vv. 26-31: 
Κάδμου σοφίσμαθ᾽, 
LAS ¿FAKE NEWS? DE CADMO. 

    En la obra Las Bacantes, de Eurípides, un airado dios, Dionisos, irrumpe en la ciudad de Tebas como un vendaval, arrastrando a las mujeres de la ciudad a que se inicien en sus ritos. Es la primera ciudad de Grecia a la que ha llegado para ello. 
    ¿Por qué? Pues que en la misma ciudad de sus origen se le ha negado, y por su propio familia, la progenie divina.
    La familia de su madre Sémele ha voceado y divulgado que la historia de que su hermana Sémele se ha unido al altitonante Zeus es totalmente una mentira, unas σοφίσμαθ᾽, del rey Cadmo. Es decir, el origen divino de Dionisos es una fake news.
    Por lo tanto, indignado, el dios se ha dirigido vengativo a su ciudad para hacer reivindicar su linaje divino.

    El fragmento que viene a continuación cuenta el hecho.

    (A Tebas, la primera en esta tierra helénica la he alzado con mi grito …) Porque las hermanas de mi madre, quienes menos hubieran debido, aseguraban que Dioniso no había nacido de Zeus, sino que Sémele, desposada por algún mortal, le atribuía a Zeus la culpa de su furtiva unión. 30 «¡Patrañas de Cadmo, por lo que Zeus la mató», —voceaban— «por falsear bodas!».

 ἐπεί μ᾽ ἀδελφαὶ μητρός, ἃς ἥκιστα χρῆν, 
Διόνυσον οὐκ ἔφασκον ἐκφῦναι Διός, 
Σεμέλην δὲ νυμφευθεῖσαν ἐκ θνητοῦ τινος 
ἐς Ζῆν᾽ ἀναφέρειν τὴν ἁμαρτίαν λέχους, 
Κάδμου σοφίσμαθ᾽, ὧν νιν οὕνεκα κτανεῖν 30 
Ζῆν᾽ ἐξ-εκαυχῶνθ᾽, ὅτι γάμους ἐψεύσατο.

    En estos versos del prólogo de Las Bacantes,  Dionisos explica por qué ha llegado a Tebas en primer lugar, y no a otras poleis de Grecia. Ha revuelto la ciudad con sus nuevos ritos y liturgia, ha creado un conflicto religioso introduciendo su culto diferente y perturbador. Dionisos se muestra indignado, intolerante y vindicativo en esto de su genealogía divina. 

ἐπεί μ᾽ ἀδελφαὶ μητρός, ἃς ἥκιστα χρῆν, 
Διόνυσον οὐκ ἔφασκον ἐκφῦναι Διός, 

Decía su propia familia, sus tías, realmente hablando, que él, Dionisos, no era hijo de Zeus (luego se volverá sobre esto y lo del rayo), no tenía linaje divino. La explicación, que es una racionalización quizás más lógica del mito, la explicación de lo que pudo ocurrir: 

    que Sémele, desposada por algún mortal, 
le atribuía a Zeus la culpa de su furtiva unión.

    Explicación de origen popular, racional, lógica, evidentemente, del episodio de la gestación de Sémele. Esto era lo que contaban a la gente de Tebas, para desmentir la genealogía divina que defendía Sémele y Cadmo.
    Sería, en el sentido actual, unas fake news. El texto las llama, en traducción, "patrañas de Cadmo", invenciones, Κάδμου σοφίσμαθ᾽.
Pero esta fake no se la cuelan al divino.
    «¡Patrañas de Cadmo, por lo que Zeus la mató», —voceaban— «por falsear bodas!»

    El resultado, como se ve, es funesto. No como ahora, que las fake news se han adueñado de todas las redes sociales y a un ritmo tan vertiginoso como imposible de comprobar

    Señala la palabra traducida como culpa, error, ἁμαρτίαν, es empleada especialmente cuando se refiere a un error sacrílego, ir o hacer algo contra lo ordenado por los dioses. El racionalista Eurípides está ofreciendo, no casual, una interpretación, por otra parte, popular, así ya después también la recoge Pausanias, una interpretación racionalista y verosímil, del episodio de la princesa Sémele, la fulminada por Zeus, por su rayo.
    Pero esta versión, en la realidad mítico, en verdad es una fake news, una verdad inventada, en este caso por el padre y rey Cadmo, para ocultar la verdadera genealogía de Dionisos. El dios lo tiene claro.

    Así pues, la fake news que divulga Cadmo, repitiendo, es la siguiente: 
    Sémele tuvo una relación amorosa y queda en cinta de alguien, luego divulgó impunemente que ese alguien había sido Zeus. A consecuencia, el furioso dios la fulmina enviándole un rayo destructor. 
Era, según intercala en los versos, lo que clamaban por la ciudad sus hermanas, son Κάδμου σοφίσμαθ᾽, invenciones, artificios, mentiras. Hoy diríamos que se trata de unas fake news. Y, añaden, de Cadmo. 
    Y seguían explicando todo el caso. Sémele había asegurado que se había unido en el lecho nupcial con el plenipotente Zeus, y Cadmo lo había ratificado. 

    Pero su familia ya lo desmentían, diciendo que eran invenciones, patrañas suyas. Por ello y sabiendo que había mentido, el propio y magnífico dios había llevado a cabo su fulminación vengativa e inmediata. 

    Indignado, como decíamos y hasta encolerizado por todo esto, así es como nos lo presenta Eurípides, Dionisos pasa a la acción de forma inmediata y vindicativa. Y es entonces cuando arrastra a las mujeres de la polis Tebas, las aguijonea con su delirio ritual, y las convierte a su culto. 

    En parte lo hace en venganza y para reivindicación de su madre; en parte, por culpa de su no aceptación del culto y su castigo consiguiente.

    Cadmo, en su afán protector, había dicho la verdad, Sémele se había unido con el magnífico Zeus. 
Su familia lo había desmentido, dando y divulgando una versión más populista y creíble. 
Y tildando así a la versión de Cadmo de patrañas, artificios, invenciones.
Es decir, que eran fake news  de Cadmo, Κάδμου σοφίσμαθ᾽.
Pero en la realidad mítica, las fake news, las más verosímiles, eran las que ellas, sus hermanas, difundían. Eran, pues, en realidad, las fake news las suyas, σοφίσμαθ᾽.