jueves, 12 de mayo de 2022

DE LA ESTACA DE OLIVO AL SOPLETE DE ALERTA MÁXIMA II: EL CEGAMIENTO

     Con la certidumbre de que está uno cazando moscas a cañonazos, y una otra cierta desorientación en estos días calmosos en excesos, una noche de esta semana, a horas ya tarde, después de cenar, miraba por enésima vez la tele y lo que por ahí andaban poniendo. En un canal reponían, también por no sé qué vez, una película de acción, de las de Steven Seagal, de los noventa. Alerta Máxima II era la secuela de la Alerta Máxima I, ambientada ésta en un destructor militar en alta mar, con unos terroristas queriendo robar unos misiles supersofisticados para chantajear al gobierno de los USA. Allí aparece Seagal en el papel de cierto Ryback, un expeditivo marine, experto en artes marciales y, como dirían algunos, en desfacer entuertos, solo que a mamporros, eso sí, con una estricta ortodoxia marcial. Se enfrenta contra todos y arregla la situación.



    En la secuela, Alerta máxima II, está ambientada esta vez en un tren en el que viaja casualmente el tal Ryback. Esta vez el villano es un cínico genio de la informática, Travis, quien, junto con unos mercenarios, idea un plan para hacerse con otra arma poderosa que ataca y destruye objetivos desde el espacio de forma fulminante. Ha de ser manejada por ordenador y su acceso está protegidísima por unos códigos informáticos secretos que conocen sólo unos pocos. Entre ellos, una pareja de militares, y amantes en secreto, la bella y sensual capitana Linda Gilder y el apuesto capitán David Trilling. Han hecho una escapadita amorosa y viajan en ese mismo tren. Travis y sus hombres secuestran el tren y atrapan a la pareja de amantes, sometiendolos a tortura para que le desvelen los códigos secretos y poder manipular el arma destructiva.

La escena en la que el malvado Travis intecta sonsacar los códigos a la pareja de militares amantes es como sigue.



Travis: ¿Tu código de acceso, por favor?
Capitán Trilling: ¡Jamás te diría el código!


    Travis sigue hablando parsimoniosamente: “El perfil psicológico que tenemos de ti dice que lo harás. No obstante, si tú prefieres probar que el perfil psicológico es incorrecto -sigue diciendo cínicamente -, acomódate y observa lo que pasa cuando una aguja altamente caliente penetra en el cristalino de uno de los ojos más bonitos del mundo. La punta de la aguja atravesará el cristalino con relativa facilidad, el calor cauterizará y cerrará la herida”.


Mientras Travis sigue hablando, la cámara enfoca el rostro asustado del capitán Trilling. Sigue diciendo Travis: “Sin embargo, el instrumento seguirá transmitiendo calor al fluido ocular del globo... el fluido empezará a hervir y, y, y... el globo en sí (continúa sonriente) ¡explotará!”. 

Así termina de relatar definitivamente la tortura que le espera a Linda.

El capitán Trilling no lo soporta más y nervioso empieza a balbucear el código, jota, be, eme, ...                 



EL TEXTO DE LA CICLOPEA: EL CEGAMIENTO DEL CÍCLOPE:

    En la Odisea, en el famoso episodio llamado la Ciclópea, se produce el conocido cegamiento del Cíclope Polifemo por parte del héroe Odiseo-Ulises.

                                         

A continuación ponemos el fragmento, el concreto, el del cegamiento, sin algunas frases del texto original. Habla Odiseo-Ulises ante el cuerpo echado del cíclope, que duerme después de emborracharse.

    "... Entonces metí la estaca debajo del abundante rescoldo, para calentarla, ... Mas cuando la estaca de olivo, con ser verde, estaba á punto de arder y relumbraba intensamente, fuí y la saqué del fuego;... Ellos, tomando la estaca de olivo, hincáronla por la aguzada punta en el ojo del Ciclope; y yo, alzándome, hacíala girar por arriba. 

375 ss.
καὶ τότ᾽ ἐγὼ τὸν μοχλὸν ὑπὸ σποδοῦ ἤλασα πολλῆς, 
ἧος θερμαίνοιτο ...                                       
ἀλλ᾽ ὅτε δὴ τάχ᾽ ὁ μοχλὸς ἐλάινος ἐν πυρὶ μέλλεν
ἅψεσθαι, χλωρός περ ἐών, διεφαίνετο δ᾽ αἰνῶς,
380   καὶ τότ᾽ ἐγὼν ἆσσον φέρον ἐκ πυρός
οἱ μὲν μοχλὸν ἑλόντες ἐλάινον, ὀξὺν ἐπ᾽ ἄκρωι,
ὀφθαλμῶι ἐνέρεισαν· ἐγὼ δ᾽ ἐφύπερθεν ἐρεισθεὶς
δίνεον, ὡς ...                                               

De la suerte que cuando un hombre taladra con el barreno el mástil de un navío, otros lo mueven por debajo con una correa, que asen por ambas extremidades, y aquél da vueltas continuamente: 

 ... ὡς ὅτε τις τρυπῶι δόρυ νήιον ἀνὴρ
385  τρυπάνωι, οἱ δέ τ᾽ ἔνερθεν ὑποσσείουσιν ἱμάντι
ἁψάμενοι ἑκάτερθε, τὸ δὲ τρέχει ἐμμενὲς αἰεί.

así nosotros, asiendo la estaca de ígnea punta, la hacíamos girar en el ojo del Ciclope y la sangre brotaba alrededor del caliente palo. Quemole el ardoroso vapor párpados y cejas, en cuanto la pupila estaba ardiendo y sus raíces crepitaban por la acción del fuego.

 
ὣς τοῦ ἐν ὀφθαλμῶι πυριήκεα μοχλὸν ἑλόντες
δινέομεν, τὸν δ᾽ αἷμα περίρρεε θερμὸν ἐόντα.
πάντα δέ οἱ βλέφαρ᾽ ἀμφὶ καὶ ὀφρύας εὗσεν ἀυτμὴ
390 γλήνης καιομένης, σφαραγεῦντο δέ οἱ πυρὶ ῥίζαι.

Así como el broncista, para dar el temple que es la fuerza del hierro, sumerge en agua fría una gran segur o un hacha que rechina grandemente: de igual manera rechinaba el ojo del Ciclope en torno de la estaca de olivo...".

ὡς δ᾽ ὅτ᾽ ἀνὴρ χαλκεὺς πέλεκυν μέγαν ἠὲ σκέπαρνον
εἰν ὕδατι ψυχρῶι βάπτηι μεγάλα ἰάχοντα
φαρμάσσων· τὸ γὰρ αὖτε σιδήρου γε κράτος ἐστίν
ὣς τοῦ σίζ᾽ ὀφθαλμὸς ἐλαϊνέωι περὶ μοχλῶι.


    Las comparaciones homéricas, tan estudiadas, con su característica amplitud de texto, reflejan además detalles realistas de la vida cotidiana de la época en que se van componiendo los poemas, como se refleja también en este pasaje. La perforación del ojo es comparada aquí con el taladro que se utiliza en la fabricación de naves:

              ... De la suerte que cuando un hombre taladra con el barreno el mástil de un navío, otros lo mueven por debajo con una correa, que asen por ambas extremidades, y aquél da vueltas continuamente:

    Así pues, el bien elaborado e impactante episodio del cegamiento del Cíclope, inserto en la Ciclópea, en este fragmento de la película queda un cierto remedo del mismo episodio.

    El villano es cierto que repite, como en la Odisea, morosa y detenidamente, aunque más breve, el proceso de la mutilación del ojo. En la Odisea lo que es más impactante y da fuerzas a la descripción es la comparación con el trabajo del broncista de barcos, que pone a arder el hacha en la fragua para luego sumergirlo en el agua y de ahí el vapor fuertemente humeante; o, en un segundo momento, cuando equipara la perforación al movimiento repetido del taladro en la construcción de naves. Y esto se narra en paralelo, el relato describe de lo que le pasa al ojo del propio Cíclope mientras ejecutan la acción.

    En la película hay un remedo de este episodio, pero sólo relacionado con el cegamiento de los dos personajes, la pareja que conocen el código secreto.

    La escena es un fragmento menor de la película. Poco después de empezar la película, al poco de empezar la acción propiamente dicha, cuando ha pasado ya el inicio del film, el prólogo, la presentación de los personajes, el lugar de acción, etc., es cuando tiene lugar la adquisición de los códigos por parte del villano. Es la típica y repetida acción donde se muestra la villanía del malo, y cómo acude a la tortura para sonsacar una información secreta para usar un arma ofensiva altamente sofisticada.

    Lo curioso es que va a utilizar como tortura, o amenaza de tortura, un soplete recién encendido, llameante, con el que amenaza quemar el ojo y torturar a los rehenes, primero a la mujer, luego al hombre. La completa escena de la Ciclópea, así pues, queda aquí reducida al momento del cegamiento solamente, aunque ciertamente tenso. En la Ciclópea, es un momento climático y contado con gran realismo, precisamente por esta comparación con el trabajo de los broncistas y herreros.

              En la película, como decimos, es una escena intensa, breve pero morosa también, narrada con tensión y un ramplante humor cínico por parte del villano Travis ("... si tú prefieres probar que el perfil psicológico es incorrecto, acomódate y observa lo que pasa cuando una aguja altamente caliente penetra en el cristalino de uno de los ojos más bonitos del mundo  ...")

    Se demora, igual que en el relato épico, y se recrea no en el cegamiento en sí, que no se produce, sino en la descripción de lo que va a suceder, una vez se lleve a cabo esa tortura ("... La punta de la aguja atravesará el cristalino con relativa facilidad, el calor cauterizará ..."). No hay, no sería posible, claro, comparación alguna como en el relato épico. 

    Es cierto que se cuenta con las imágenes del film, que el relato no tiene, las imágenes del soplete, el fuego, la mujer sujetada fuertemente e indefensa, el ojo forzadamente abierto, otra vez el soplete que se enciende e, incandescente, se acerca con la punta enrojecida, hacia, ya lo dice el malvado Travis, el bonito ojo de la mujer. Todo esto logra un efectismo muy grande en el film.

    Que nos venga a la memoria ahora, nos recuerda también el enfrentamiento entre Leónidas y el monstruo persa en 300. En la película 300 el episodio, similar, es reducido esta vez al lance de la batalla entre espartanos y persas. Hay otro cegamiento: al rey Leónidas no le queda otro remedio que clavarle el filo de la espada en el ojo del monstruo salvaje que guerrea con los persas. Esto siempre es de un efectismo muy grande.



   
Ahora hemos visto, y malgastado el tiempo, seguramente, como en una película de los años ´90, Alerta Máxima II, secuela de una anterior, de acción y entretenimiento, se repite de nuevo, con la tensión y dramatismo y cínico humor, este episodio del cegamiento. Es verdad que, en realidad, de su amenaza, pues no se consuma, a manos de un cínico villano, y sobre los ojos de una pareja de rehenes, militares ambos, en posesión de unos códigos secretos para acceder a un arma nuclear sofisticada.

    Ulises y sus hombres eran más modestos, lo que querían poder salir del antro del gigante, que tenía hincada una gigantesca piedra como puerta de entrada y salida de su oscura morada, y allí se encontraba presos y sin encontrar una vía para escapar. Estos malhechores del siglo XX son más ambiciosos y querían millones de dólares por no destruir Washington, el Pentágono y todo lo que se les pusiera por delante. Menos mal que Ryback ... 





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