miércoles, 26 de febrero de 2020

cine y clásicas: BOURNE, DE ENTRE LOS MUERTOS.


       Empieza la persecución de los coches policías contra el mini Cooper rojo, lo más opuesto a los bólidos último modelo de los que fanfarronea Bond.
       Sin embargo, el propio cacharro de coche le permite meterse por callejuelas y aceras como que el otro cochazo no podría.
       Al final de la escapada, aparcan y no dicen palabra, Marie está muda de asombro. Oye las indicaciones de Bourne y a todo dice si, de acuerdo, todavía impresionada del inesperado giro que ha dado su vida.

       Y en eso te ponen la tanda de anuncios impepinablemente..

       La siguiente escena es una gran dulzura. Marie tiene que completar su transformación y su paso a una nueva vida. En un hotelito donde se alberguan, sin cruzarse palabras, Marie se deja dócilmente hacer por Bourne. Le empieza a cortar el pelo como  un peluquero profesional, sin más  atención que al corte de las tijeras. Mientras, Marie no dice nada, se deja hacer como abstraída. 
       Bourne termina el corte de pelado e intenta pasar al otro lado del cuarto de baño. Marie se le pone delante. Bourne intenta cambiar el paso, esquivarla,  y Marie se le vuelve a interponer. Sobran las palabras, las miradas , los labios y sus caras se encuentran, dulcemente atraídas.
       Marie ha pasado a formar parte del equipo.

A la mañana siguiente, la cámara enfoca el momento del despertar de Marie. Cuando abre los ojos y se vuelve en la cama, descubre el vacío que hay a su lado. Pero inmediatamente ve en el otro lado de la habitación, sentado y ya vestido y dispuesto, levantado desde hace tiempo, a Bourne. Marie no dice nada, mira a su nuevo amante como si ya lo conociera de siempre. Está claro que su vida de pareja no va a ser nada convencional.
-         ¿Ya has recogido todo?, dice Marie sonriente.
-         Si, y no he dejado ninguna huella.
-       Pero podré pasar en algún lado, contesta con cierta incredulidad Marie ante el mundo en el que se ha metido.
-         Si, si, claro, solo procura no pisar donde he limpiado.
-         Ah, vale.
-         Va a resultar complicado lo que tenemos por delante
-         Porque estás muerto, le dice ya en confianza y con cierto humor Marie


cine y clásicas: BOURNE, UNA PELÍCULA DE AMOR y 2)


Indagando en una de sus varias personalidades, pues Bourne descubre que tiene varios pasaportes con otras tantas identidades falsas, se entera de que una de ellas, alguien que también hacía uso de ella, ha muerto. Es decir, ya ha sufrido una muerte. Bourne es un muerto.
Ya arriba, después de inspeccionar el lujoso piso, llega la primera tanda de combate, tal como gladiadores en el circo, este herciano, de las ondas televisivas.
La pelea es dura y brutal, es un asesino, super entrenado como él mismo, el que ha entrado disparando con una ametralladora a todas partes atravesando un ventanal con mucho estropicio.
-         Tu quédate ahí, le dice Bourne cuando Marie, asustada, ha visto el duro inicio de la pelea. Como Héctor aparta a Andrómaca, calla, mujer, de las cosas de la guerra nos ocupamos los hombres, tu ocúpate del telar y las cosas de la casa… 
La lucha es a lo Steven Segal, toque de pescuezo por aquí, patadita a los higadillos por allá, contractura del músculo piramidal acullá, todo con una asepsia y unos movimientos metódicos.
La lucha termina, después de dejarnos al público alterados.
Bourne acaba con el asaltante, y la duda se cierne sobre los dos. ¿Quién puede ser él, Bourne, para que haya ocurrido este intento de asesinato? La película avanza un poco más, con dudas e incertidumbres. Marie no sabe si continuar con Bourne o seguir su propio camino.
En un determinado momento, los dos están en el mini hacia el cual se van apostando unos coches de la policía francesa que los acaban de localizar.
                Bourne le dice a Marie que se vaya y lo deje, que él es peligroso. Marie, en su asiento, no sabe qué hacer. Por última vez, ante la inminencia de la policía, Bourne le repite la opción.
-         La última oportunidad.
Por toda respuesta, ella se gira para amarrarse el cinturón y asiente sin decir palabra.
En realidad, es una historia de amor.


MTV: BOURNE-NADIE


Aquí estoy, al cabo del día, apoltronado en el sofá como en una trinchera, alongado o abismado a la pantalla del mundo del televisor.
Después del zapping correspondiente, veo unos costes y gente Tirso, música de acción y distingo el caminar robótico y sincopado de Matt Damon. 
Bourne, o El caso Bourne. 
En verdad que no sé si es la primera o la segunda, si el título es Bourne a secas, o El caso Bourne.
El fin de semana ya habían puesto la serie completa en una cadena, como quien anuncia un completo para la tarde-noche, de las tres, creo, excepto la última.
Vi la segunda, El mito de Bourne, creo. De tantas veces que la llevo viendo, muchas veces sin querer, ya la voy mirando con otros ojos, recordando y separando escenas, asociando motivos, etc.

Por ejemplo, ahora (es que escribo al tiempo que reveo la película) ahora estoy viendo un motivo, el del catálogo de personajes, héroes, villanos o lo que toque. El protocolo de búsqueda de Bourne pone en acción y alertan a todos los matones que tiene el servicio secreto para prevenir y neutralizar la posible amenaza del redivivo Bourne.
La joven de la película, Marie, es decir, la actriz Franka Potente, y su apellido no hace lustre a su dulzura, es una delicia. Es una nueva versión de la bella y la bestia, la bella bellísima actriz, cándida e ingenua y dulcísima, y la bestia, Bourne, transmutado en no se sabe qué en esta ocasión, en un matonista de las fuerzas especiales. ¡Ah!, pero un matonista amnésico.
Tenemos el otro motivo, el de la pérdida de memoria. Bourne no sabe quién es.

Es Nadie, el Ulises-Nadie de la Odisea

Marie le dice “¡Genial!”, como si fuera la chica buena que nunca ha tenido suerte en la vida y siempre se va tropezando con lo que no debe.
Bourne-Nadie ha salido del mar, como Ulises en Feacia antes de ser rescatado por Nausícaa, o el Persiles de Cervantes, también surgido del mar y más próximo, quien lo iba a decir, a este futuro matonista de los cuerpos superespeciales.
Marie ella lo oye hablar, contar su historias, su amnesia, y como el antiguo fabulador, aunque no quiera la va embaucando. Su naturaleza humana y noble que detecta la ayudan a ello.
Inician un viaje desde Berlín a París. Su coche, un mini de los setenta en las últimas .

Legan a París, es el momento de la despedida.
-         ¿Te olvidarás de ni?
-         ¿Cómo voy a olvidarme? Eres la única persona que conozco.
Dicho lo cual, Marie acompaña a Bourne a lo que parece ser su residencia en parís, en el centro mismo de la gran ciudad, ante un edificio de alto sattus social. Toca el portero Bourne. No contestan.
-         Parece que no estás, dice con gracia Marie.
Para rematarlo, se llama Jason, no Jeison, sino Jason el del vellocino.

http://www.antoniorico.es/2020/02/has-vuelto-melina.html

sábado, 22 de febrero de 2020

¿MUJERES O DIOSAS? CLÁSICAS TERTULIAS EN LA LAGUNA DE NUEVO

       Comienza este año, un poco tarde, si uno lo enfoca desde lo que es el curso académico, las Clásicas Tertulias en su séptima edición. Ya la presentadora en esta ocasión del acto se encargó de recordarnos el paso del tiempo y el cierto vínculo creado entre ponentes y público en estos cuantos años ya de tiempo.

       Aunque en esta ocasión, de público andábamos algo esasos. Yo mismo no sabía si iba a llegar, repochado como andaba un viernes pre semana de Carnavales holgando a mis anchas impunemente por los sofás de la casa.

   - F., ¿Vas a ir hoy a la charla? vi que me llegaba un whatsapp a media tarde.
   - Pss, no sé, si logro incorporarme del sofá, tal vez, respondí con cierta desconfianza en lo que iba a hacer.

       El caso es que, no sé ni cómo, allí estaba, en el convento de Santo Domingo, a eso de las ocho y media.
   - ¿Empezamos ya? Dijo el ponente, ¿o dejamos unos minutos de cortesía, tres o cinco, a ver si viene alguien más? ¿Están pendientes de algún conocido que fuera a venir? repitió con cierta esperanza descreída.
       Porque, como decía, éramos pocos, bien pocos. Quizás que hoy comenzaba la primera noche de carnaval, quizá el personal que aprovechaba las vacaciones para perderse, lo cierto era que allí estábamos en capilla..., nunca mejor dicho tratándose de un santo convento.
       No pasó en balde la reflexión primera que hizo Francisco Santana el ponente al arrancar su charla, después de las habituales presentaciones, la exposición de su excelente currículo y algún detalle característico del conferenciante, su feliz sentido del humor, pues no en vano formó entre otros el dúo Piedra Pómez, de gratísimo recuerdo entre nuestras vivencias televisivas.
    - La próxima vez, tráiganse un amigo o amiga, ya ven lo escasos que estamos. Y hoy, precisamente, que me comentaba un colega la desaparición del itinerario de Humanidades en un IES de Tenerife, con el consabido motivo de que no hay alumnos, no se puede sacar la optativa, por lo tanto se pierde, y así uno tras otro. ¿Hasta cuándo habrá que esperar para que un político se interese de verdad por la educación? acabó concluyendo Santana.

Y, bueno, a lo que vamos, la charla de esta noche, cuyo título es ¿Mujeres o diosas?  Desde el comienzo empezó a hacer gala de su consabido humor y su divertida afición a los juegos de palabras irónicos y agudos, con los que nos regaló y salpicó toda su jugosa charla, que no por menos conocida, dejó de agradar al respetable, amén de sacar de vez en cuando algún que otro dato para nosotros novedoso, igual para la mayoría no.

Alguno juegos de palabras que amenizaron la charla.

- ¡Bien!, empezó diciendo, el título de la charla de esta noche es ¿Mujeres o diosas?, ¡eh! no confundir con mujeres odiosas, no vayamos a tener un problemas nada más empezar. El título, bien separado, es mujeres o diosas, en el sentido de que , (y como concluyó la charla citando a Protágoras al final, el hombre es la medida de todas las cosas), las diosas en cierto modo son reflejo de las mujeres reales, verdaderas, de la antigua Grecia, tanto en su vida material como en sus anhelos y deseos normalmente nunca realizados.
- la zoofilia de Zeus no tiene parangón con nada, a lo más, la paloma que aparecen en la religión católica junto a la dueña, pero que no hay nada más, ni se relatan detalles como si le gustaban a los antiguos
- los Cíclopes le dan a Hades el caso de la invisibilidad, no confundir con el de la imbecibilidad.
- Bueno, Afrodita tenía sus templos dedicados al amor, y es cierto que en muchos de ellos se honraba a la diosa de esa manera. Ahora, en nuestra cultura, D. es amor, dicen, y aquí estamos pasándolas canutas, ¡jeje!
- mi próxima charla será sobre los griegos analfabetos, es decir, los griegos micénicos
- Otra será sobre Heracles, personaje pluriempleado, ¡estaba en no se sabe cuántos trabajos!

LA LISTA DE HISTORIA AMOROSAS DE LAS DIOSAS: 
La lista de historia amorosas en las que participan las diosas no son ni mucho menos comparables a las de sus colegas divinos varones, pero reunidas y seleccionadas tal como las contó F. Santana, ofrecen un muestrario extraordinariamente diverso, amenos, rico en manifestaciones, y ofrece un punto en el que confluyen arte, cultura, religión, sociedad, la igualdad de los sexos, amén de mostrarnos unas historias para nosotros llenas de encanto y sorpresa, más si cabe aún en el mundo superhipercomunicado que tenemos, donde la sorpresa y la admiración ha dejado ya casi de serla de tan presente que la tenemos a cada minuto de nuestro hiperconectado mundo.

       Las historias fueron las siguiente:
- Ifis y Yante, en primer lugar;
- Calisto, la bellísima, la hermosísima, en estos dos casos, comentó, lo curioso que es las relaciones homoeróticas en el inicio sexual de los jóvenes.
- Afrodita, la diosa por excelencia, regalo (dite, de didomi) de la espuma (afro), según Hesíodo, o hija de Zeus y Dione, en a versión de Homero. Paradójicamente, va a ser la esposa de Hefesto, el más feo del Olimpo. No se sabe muy bien si fue en compensación del maltrato del dios herrero por su madre, Hera, que lo arroja, ella o quién fuera, tampoco se llega a aclarar bien, del Olimpo. También, al hilo, los dos Eros, el Eros primigenio de Hesíodo y la cosmogonía inicial, y el otro Eros, el Cupido, de las alitas y las flechas, hijo de los amores entre la diosa y su amante Ares.
- Atenea, la diosa parthenos, virgen, también tuvo su truculenta historia amorosa. Llamativo es que no quisiera relaciones carnales, pero sí ser admirada por los hombres. Su hijo, entre comillas, concebido del semen del calentón que le da Hefesto cuando la diosa lo visita en su fragua para que le hagan una armadura nueva, será un ser híbrido, de cuerpo serpentino, inventor, por necesidad, de la rueda, llamado Erictonio, del que cuidará siempre la diosa.
De Atenea, claro, se nos habla antes de Metis, su madre. Huyendo de Zeus, adoptando múltiples transformaciones para evitarlo, finalmente cae en su trampa, ¿a qué no eres capaz de convertirte en mosca? Lo hizo y entonces el divino se la tragó. No se especifica, dice entre sonrisas el ponente, si la unión carnal fue antes o de después de que su prima tuviera su mosquífera metamorfosis.
- Otro episodio amoroso, o las actividades amorosas de la siguiente diosa son las de Ártemis-Diana, ojo, este último nombre también de raíz griega, emparentado con Zeus Dione, significando la brillante, la luminosa, de su raíz. Entre otras cosas, es una diosa vengativa frente a su intimidad, y sus iras las sufren Gigantes, Acteón, los hijos de Níobe. Aunque casi siempre figura como una potnia theron.
- Hera, la legítima indignada. Vinculada con la vaca, epíteto boopis, de mirada de vaca. ¿Tiene alguna relación con Hathor, la madre-vaca egipcia?, dijo alguien del público al final.  Sí, desde luego. Está además la anécdota de Cicerón, cuando llama a Clodia-Lesbia boopis, de mirada de vaca, por sus sabidas relaciones incestuosas con su hermano Clodio Pulcher.
Y, al hilo de la vaca, la o las cabras, su presencia continua en la mitología, su vinculación con la vida material de las islas, ¡ojo!, de las islas, no tanto con el continente, más que con la vaca, animal más difícil de abastecer y cuidar. Y como ocurre también aquí con nuestras islas, Puerto Cabras, Capraria, ..
Curioso que siendo Hera la esposa legítima, sin embargo, no tiene los vínculos maternales, más bien al contrario, recuérdese la persecución y el odio a Heracles, su “gloria” (más bien parece la madrasta de los cuentos infantiles).
- Como si lo tiene ese instinto Deméter, quien busca desesperada a su perdida hija Kore, la muchacha. Parece ser que era la más bella, la más hermosa de las diosas, por lo que su madre siempre procuraba mantenerla oculta para no despertar las apetencias eróticas de sus hermanos y colegas divinos. Casi como el episodio de Blancanieves y otros relatos, es curioso. Para pasar desapercibida, hacía que sus pisadas fueran tan leves y suaves que pasaran inadvertidas por todos, excepto por Hades, quien con la ayuda de la flor del jacinto, la delató y permitió que el dios del inframundo subiera de su morada, agrietara la tierra que ella pisaba y la raptara, llevándosela a sus moradas subterráneas.

       Un repaso, por lo tanto, humanístico, artístico, cultural, religioso y un largo etcétera de realidades vinculadas entre sí, a partir del hilo que proporcionaba la vida amorosa, también interesante, de las diosas del panteón olímpico con la que nos regalo esa tarde el ponente A. Santana

miércoles, 12 de febrero de 2020

A.Rico: Óscar de Prometeo

En este enlace se puede acceder al artículo que hoy dedica el periodista A. Rico a la gala de los Oscar, siempre desde una particular visión de la ocasión.
Como es habitual en sus artículos, acude al fondo de la cultura clásica para reforzar sus opiniones, dar lustre y agudeza a sus argumentos, otorgar una perspectiva amplia y universal. 
En el artículo de hoy, a propósito de los Oscar, como decimos, lleva el título  de Oscar de Prometeo.
A primera vista, puede llamar a engaño, pues la figura de Prometeo en primer lugar nos dirigió a la figura del titán como benefactor de la humanidad.
Pero en este caso no se trata de eso. Al referirse a Prometeo lo hace por boca del sofista Protágoras, en el diálogo platónico de mismo nombre. En él , y según Protágoras, las virtudes de los hombres dse pueden dividir en virtudes particulares o especializadas, las de Prometeo, y virtudes universales o públicas, las que provienen del dios Hermes. De esta manera, sobre asuntos particulares y espeializados solamente pueden hablar un selecto número de personas, mientras que de los asuntos públicos, como la libertad, la justicia o el gobierno, podemos hablar y opinar todos pues nos afecta a la comunidad.
Tan extrema referencia viene a relacionarse con los discursos de los que reciben los Oscar. Hay diferente rasero que se aplica a los ganadores de los diferentes tipos de Oscar, los técnicos, o los generales (mejor película, guión, actriz, ...).
El autor, con acierto, acuerda aplicar esta general esquema de virtudes y valores al mundo del cine y los Oscar. Parece evidente que le agrada lo que el llama "el cine", es decir, aquello donde todos los aficionados al séptimo arte podemos participar y hablar. La parte tecnológica de las películas queda para un ámbito más pequeños de expertos. 
Es, por lo tanto, una reivindicación de la cinefilia en sus aspectos más generales y universales, los que el llama de Hermes, mientras que para los aspectos técnicos sólo queda reservada un pequeño espacio que sería algo impensable superar.

De nuevo las figuras clásicas de estos personajes míticos, pasados por el tamiz del planteamiento filosófico para orientarlos hacia el debate de los valores públicos o especializados, acuden en apoyo de la argumentación del articulista. otorgan una amplitud de miras sobre la gala y la diferencia de atención que atraen unos y otros premios, justifica su cinefilia enmarcándola en un contexto ya expresado hace dos mil quinientos años de forma alegórica, y da originalidad y lustre a su opiniones, dando un enfoque original y personal a un tema tan recurrente como es las opiniones sobre la gala de entrega de los Oscar de cada año.


sábado, 8 de febrero de 2020

"YO SOY ESPARTACO"

Empiezo la clase de Cultura Clásica de 3 que toca. vamos a ver por dónde íbamos. Ah, sí, vamos a ver los resultados del Concurso odisea 2020
- ñosh, profe, ¡es que era muy difícil el preguntón! Estuve un rato pero lo dejé.
- sí, bueno, la verdad es que era para tomarse tiempo.

- Bien , han oído la noticia de que murió un actor de más de cien añis?
- Ah, sí, lo dijeron yo lo oí.
- Bueno, pues vamos a ver un fragmento de una de las mejores películas que hizo este actor, Kirk Douglas y que es de romanos.
parece que les gustó la idea, y hete aquí que empiezo a pegarme con youtube y la conexión de internet hasta que aparecen los vídeos de la película Espartaco. El prinero que me sale en la lista es el de la escena de "Yo soy Espartaco", momento cumbre del film, cuando todos los esclavos se levantan como una sola persona y afirman ser Espartaco. Bueno, pienso, quizás es un poco solemne y elevado, pero, bueno, ya que aparece en primer lugar por algo será.
Les introduzco  brevemente la película y al personaje, y los pomgo en situación ante la escena que vamos a ver.
Vemos el fragmento, en realidad no dura más de minuto y medio e la versió que anda en youtube,.
Silencio en el enlosado. 
La pregunta que se suele hacer en estos momentos:
- ¿Qué quiere decir la escena, cuando todos se levantan para decir "yo soy Espartaco"?
- Pues que no quieren que lo maten.
- Por solidaridad.
- para apoyar a su líder.
 Bien, les digo, han captado las cosas. Y, siguiente pregunta, si ustedes estuvieran en ese lugar, de los esclavos, ante el dilema de que los crucifiquen o salven la vida si lo deltan, ¿qué harías?
- lo mismo.
- yo, profe, prefiero morir tiburón a vivir como un pez, ¿lo entendió?
- yo es que no llegaría ni a esa situación, soy tan celosa de mi persona que me suicidaría si fuera esclava.
- Y tú, Manuel, ¿qué harías?
- ¡Hombre, profe! me dice con una sonrisa medio irónica, yo igual intentaba salvarme, pero es que empiezan a levantarse los hombres tan deprisa y a decir que son Espartaco tan rápido,  que es que ya ni me da tiempo ni merece la pena  ¡A ver como les digo qué es éste o aquel, jeje!