IFIGENIA DISTÓPICA.
Con tanto anacronismo, tanto contextualizar el mito de Ifigenia en el mundo de los totalitarismos de la Europa del siglo XX, la leyenda ubicada en el remoto y atemporal pasado de los mitos, gracias a esa nueva versión de Kadaré podría incluso situarse en el futuro de una sociedad distópica. Las fábulas distópicas, un nuevo espacio y metáfora literaria y cinematográfica. convertida en un género o subgénero por sí misma en los últimos tiempos, símbolo y síntoma de la sociedad hacia la que vamos precitados y sin al parecer remedio alguno, parece tener un hueco para esta Ifigenia distópica de Albania.
Pues Kadaré desvincula de todo rasgo legendario y antiguo arcaico a la leyenda, o al menos los reduce al mínimo en su reinterpretación del mito. Lo que hace podría ser casi una reflexión atemporal sobre el poder de manipulación de una élite totalitaria sobre el conjunto de una sociedad inerme y pasiva.
Y, desde ese punto es desde el que decimos que la leyenda de Ifigenia, tal como la reelabora Kadaré, que ya tiene una condición atemporal, puede ubicarse en el el mundo del ilocalizable del mito, o en el futuro ficticio de una sociedad distópica, tan del gusto de las últimas décadas.
Las obras de M. Kundera y de G. Orwell que recrean un mundo opresivo y
coercitivo del individuo, se relaciona muy bien con LHDA.
No hay nada de raro y extraño en ello, pues a Kadaré y esta obra se la equipara con el futuro distópico que presenta la fábula 1984 de G. Orwell, o también con la obra crítica contra el dogma socialista totalitario de Milan Kundera. Orwell, sobre todo, fundador de estos primeros relatos distópicos ya a mediados del siglo XX, rompe con las fantasías utópicas de sociedades idealizadas y perfectas que se habían redactado ya en la propia antigüedad, con la sociedad utópica de la Atlántida o el diseño de una sociedad de reyes filósofos descrita por el visionario filósofo Platón.
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