lunes, 28 de junio de 2021

INDULTOS. LGTBTQ

 VERBA VOLANTA


VACUNÓDROMOS. CANARIAS APUESTA POR LOS VACUNÓDROMOS.

 VACUNÓDROMO

En eso es en lo que estoy pensando, don Feisbuc.
Vacunódromo, vacunódromo, ..., sí, del griego dromo, carrera, de donde dromedario, pero también los compuestos heleno-castellanos hipódromo, aeródromo,canódromo, velódromo, etc.
Y,pensaba uno,¿quién corre allí? En el hipódromo,los caballos; el canódromo, creo que es claro que los canes,los perros; el aeródromo, por abreviatura, las aeronaves; etc.
Pero, en el vacunódromo,si uno mira las imágenes o uno mismo que ya estuvo allí el fin de semana, correr correr, no se corre mucho. Me refiero a las personas. Allí estábamos apaciblemente sentados, derechitos y en fila,como en aquellos tiempos del no muy lejano pasado.
Más que una carrera, nos encontramos como en la antesala del Juicio Final anticipado, esperamos que nos den el fluido salvoconducto final, preparados para el reino de los cielos inmuntarios.
Claro es ya no se nos juzga, aquello, es que hemos vueltoal principio, la situación es tal la democracia de la muerte, el ubi sunt, el submundo penoso e igualitario de los griegos. Allí estamos todos, de todas las razas y pelajes, sin juicio previo, a vivir y experimentar en comunidad, tal como llegamos al planeta.
Pero, volviendo a lo de dromo y las carreras, es claro , al poco cae uno en la cuenta de que quien corre allí, en un lugar donde no hay pista de carreras, pues todo es una inmensa sala de espera, un vestuario gigantesco, quien corre en verdad allí son las vacunas, el líquido fluido medicinal y prodigioso.
La pista atlética,de haberla, debe de ser la red de venas y arterias de cada uno, por donde el líquido elemento fluye con ligereza, una vez la descorcha habilmente el sanitario para inocularla en el organismo de la persona.
Pues entonces, sí, el vacunódromo es , bien dicho, la carrera vacunal , el hectómetro de las vacunas. Gracias que han inventado esta palabreja y reutlizado estos edificios, hangares de espectáculos antes y reconvertidos en sedes de carreras invisibles e interiores al organismo.
Nada de espectáculos competitivos compartidos entre la gente ávida de emociones colectivas, aquellos es la aceptación de una realidad inevitable.
Como quien se tomaba la eucaristía, luego iba a su asiento, esperaba unos minutos de recogimiento, y luego, con la alegría del acto realizado, se despedía del lugar sacrosantamente hospitalario, para seguir esta visda inverosímil, así hacíamos eltrance los allí convocados.
Al terminar, el sanitario, que a pesar del agobio que suponía aqul marasmo de gente transitando continuamente ante él, hizo el trance de la inoculación agradable, simpática y eficientemente. Me dio los consejos pertinentes y se despidió.
No sé por qué, pero en ese momento recordé todo esto y le di las gracias verdaderamente.
- No hay de qué, cada uno hace su tarea.
- Pero ustedes hacen y han hechomás delo que deben, le recordé.
- Sí, es verdad. Pues gracias.
Vacunódromos, Canarias apuesta por los vacunódromos.

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VACUNÓDROMO
En eso es en lo que estoy pensando, don Feisbuc.
Vacunódromo, vacunódromo, ..., sí, del griego dromo, carrera, de donde dromedario, pero también los compuestos heleno-castellanos hipódromo, aeródromo, canódromo, velódromo, etc.
Y, pensaba uno,¿quién corre allí? En el hipódromo, los caballos; el canódromo, es claro que los canes, los perros; el aeródromo, por abreviatura, las aeronaves; etc.
Pero, en el vacunódromo, si uno mira las imágenes de las noticias o uno mismo que ya estuvo allí el fin de semana, correr correr, no se corre mucho. Me refiero a las personas.
Allí estábamos apaciblemente sentados, derechitos y en fila, como en aquellos tiempos del no muy lejano pasado.
Más que una carrera, nos encontramos como en la antesala del Juicio Final anticipado, esperando a que nos den el fluido salvoconducto final, preparados para el reino de los cielos inmuntarios.
Claro es que ya no se nos juzga, aquello, es que hemos vuelto al principio, la situación es tal la democracia de la muerte, el ubi sunt, el submundo penoso e igualitario de los griegos. Allí estamos todos, de todas las razas y pelajes, sin juicio previo, a vivir y experimentar en comunidad, tal como llegamos al planeta, cada uno en su momento.
Pero, volviendo a lo de dromo y las carreras, es claro , al poco cae uno en la cuenta de que quien corre allí, en un lugar donde no hay pista de carreras, pues todo es una inmensa sala de espera, un vestuario gigantesco, quien corre en verdad allí son las vacunas, el líquido fluido medicinal y prodigioso.
La pista atlética,de haberla, debe de ser la red de venas y arterias de cada uno, por donde el líquido elemento fluye con ligereza y suponemos que desbocado, una vez la descorcha habilmente el sanitario en la jeringa para inocularla en el organismo del número en clave en que te has convertido.
Pues entonces, sí, el vacunódromo es , bien dicho, la carrera vacunal , el hectómetro de las vacunas, la milla, la maratón medicinal .
Gracias que han inventado esta palabreja y reutlizado estos edificios, hangares de espectáculos antes y reconvertidos en sedes de carreras invisibles e interiores al organismo.
Nada de espectáculos competitivos, compartidos entre la gente ávida de emociones colectivas, aquellos es la aceptación de una realidad inevitable.
Como quien se tomaba la eucaristía, luego iba a su asiento, esperaba unos minutos de recogimiento, y luego, con la alegría del acto realizado, se despedía del lugar, ahora sacrosantamente hospitalario, para seguir esta visda inverosímil, así hacíamos el trance los allí convocados.
Al terminar, el sanitario, que a pesar del agobio que suponía aqul marasmo de gente transitando continuamente ante él, uno tras otro sin solución de continuidad, hizo el trance de la inoculación agradable, simpática y eficientemente. Me dio los consejos pertinentes y se despidió, para dar paso al siguiente de la lista
Vacunódromos, Canarias apuesta por los vacunódromos.
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¡Vacunódromo, Canarias apuesta por los vacunódromos!
Vacunódromo, vacunódromo, ..., sí, sí, del griego dromo, carrera, de donde dromedario, pero también los compuestos heleno-castellanos hipódromo, aeródromo, canódromo, velódromo, etc.
Y, pensaba uno, ¿quién corre allí? En el hipódromo, los caballos; el canódromo, es claro que los canes; el aeródromo, por abreviatura, las aeronaves; etc.
Pero, en el vacunódromo, uno mismo que ya estuvo allí este fin de semana, correr correr, no se corrió mucho. Me refiero a las personas.
Más bien allí estábamos resignadamente sentados, derechitos, en fila y bien separados. Cada uno era una isla.
Más que una carrera, nos encontramos en la antesala del Juicio Final anticipado, esperando a que nos dieran el fluido prodigioso, salvoconducto para el reino de los cielos inmuntarios.
Aquello, también, era el remedo del último día, tal la democracia de la muerte, el ubi sunt, el submundo penoso e igualitario de los griegos, pues todos, fuéramos quienes fuésemos, teníamos que pasar por allí.
Al poco cae uno en la cuenta de que quien corre allí, en un lugar donde todo es una inmensa sala de espera, quien corre en verdad allí son las vacunas, el líquido fluido medicinal y prodigioso.
La pista atlética, de haberla, debe de ser la red de venas y arterias de cada uno, por donde el líquido elemento fluye con ligereza y suponemos que desbocado, una vez descorchado hábilmente por el sanitario.
Pues entonces, sí, el vacunódromo es, bien dicho, la palabra apropiada, pues aquello es en realidad la carrera vacunal , el hectómetro, la milla, la maratón de las vacunas .
Pero, a diferencia de estos eventos sociales, no hay nada de espectáculo competitivo y compartido en este vacunódromo.
En realidad, es como la eucaristía, una eucaristía sanitaria y laica, claro. Uno traga el mágico fluido, va a su asiento, espera unos minutos en los que mira al techo del edificio o encorva su cuello en el móvil, y luego, con la alegría del acto realizado, se despide del lugar.
La carrera, la competición, si es que la hay, va por dentro, como la procesión, y uno ni se entera, ni tampoco los demás. Todo en una soledad interiorizada.
¡Vacunódromos, Canarias apuesta por los vacunódromos.

miércoles, 16 de junio de 2021

FUEGO PERSA (cont.)

    A medida que se va acercando a los momentos más delicados y decisivos de las guerras Médicas, el ensayo , a mitad de camino entre la crónica periodística y la pura literatura, se va volviendo más interesante, verosímil y sorprendente.

    Al desconocer muchos de los datos que nos presenta Holland, que los presenta a suvez pero de forma recreada y novelada, parecen a los ojos del lector como insólitos, novedosos, sorprendentes, realmente desveladores.

Son casos y episodios como los siguientes:

- la veracidad de los acontecimientos, especialmente bélicos: el .... del hedor, los cadáveres, las tripas, cual un Homero relatando las batallas. Otro dato, el calor. Algunas batallas, las Termópilas, por ejemplo, ocurren en verano, en agosto. Holland llega a los detalles que el fuerte calor implica en los soldados, los hoplitas, el peso de las lanzas, ...;

- la batalla de Salamina y el juego de espionaje y contraespionaje entre los dos bandos, principalmente por la parte persa, que tenía constituido un enorme, eficaz y bien organizado sistema de espionaje

- que esto es otra de las realidades patentes y manifiestas, y tristes, los espías, los quintacolumnistas, en Grecia; 

- las fake news que, no se inventaron ahora, ya en la guerras Médicas, y de siempre, el uso de la difusión de falsos rumores por la evidente interés de causar errores, fugas,

- lo sobornos era también una práctica, y muy usual , de los persas

- los quintacolumnistas de las polis griega, especialmente, claro, de las élites, como los Alcmeónidas. En todo momento hay una presión y una intriga, y un juego interesado y a propósito, para hacerse con el favor de las élites ( se dice lo mismo, a lo que parece, de Demóstenes, el líder de la resistencia helena frente al déspota Filipo);

CON RELACIÓN A SALAMINA. 



- la increíble realidad de que incluso ante el temor y el terror que de la invasión persa, en Grecia, en Atenas y Esparta, no se pusieran de acuerdo.

- incluso en Atenas, el plan de Temístocles de crear una flota, de cualquier forma, con gente inexperta, chocó con la cortedad de vista, la envidia, etc., de los otros. Ni siquiera en aquellos momentos tan arriesgados, no hubo unión. Se le regatearon la cantidad de barcos, el número, de 200 que pedía  a 100 que finalmente se hicieron;

- la interpretación de las palabras del oráculo en vísperas de Salamina, la sabida "muralla de madera". Unos interpretan, y con insistencia, en defender los muros de estacas de la Acrópolis, otros, , como Temístocles y los de su bando, en el sentido de la flota naval;

el oráculo de Delfos

- al hilo de los oráculos, el otro, en vísperas de las Termópilas, "uno de los reyes morirá"... Pero, una cuestión, ¿cómo es que estos oráculos coincidían en parte con lo que luego ocurriría? Claro que, es cierto, estamos en el campo resbaladizo del mundo oracular, sus interese, los casos en que parecen acertar, y los innúmeros en que no, y que no se citan.

- la batalla y la confusión y los azares, los espías uy contraespías, el papel de Temístocles y su ayo Sicino, en la batalla de Salamina. El hecho,, como se recalca desde el principio, que estaba en juego no sólo de Grecia sino de Occidente y, más importante, de la cultura y la sociedad y los valores occidentales..., es decir, el hecho de que aún no se sepa bien y con claridad algunos aspectos, claves, bien es cierto, de lo que pasó ciertamente entonces. ¿Cómo los persas se introdujeron en aquella ratonera que, a todas luces, sabían que no era lo que les convenía? ¿Cómo empezó la batalla?

- otra cosa, y no es, ..., como se ve en 300, las ejecuciones de  almirantes por parte del rey persa. Evidentemente este no se iba a responsabilizar de la derrota, y por ello las ejecuciones

- Holland y otros con él llega a la conclusión de que la orden de atacar vino por parte del propio rey, al autor, y a otros, no le cabe otra deducción.

- es también muy gráfica como Jerjes planta su trono, como en una altura privilegiada, en lo altura de la montañita a la entrada del estrecho, para divisar con claridad, con mayor de la que tenía su flota, lo que sucedía en aquellas aguas.

PLATEA

- luego, la batalla de Platea, perfectamente narrada, donde la decisión y la formación de los guerreros espartanos salvó la bata lla y al mundo, también.

DESPUÉS DE PLATEA, VUELVEN LAS DISCORDIAS

- luego, como al poco de estas victorias, los griegos, atenienses y espartanos, volvieron a las mismas, a su pequeño mundo de envidias, celos, intereses, y tal vez instigados por los propios persas.

- cómo Temístocles, el héroe de Salamina, fue derrotado, no salió elegido en las siguientes elecciones en Atenas, increíble;

busto atribuido a Temístocles

- y cómo, al final de sus días, acabó en la corte persa, trabajando para  el imperio persa, en una clara simbolismo del mundo griego, su envidia institucionalizada, la enemistades de fuerzas, el papel de Persia siempre presente, lo de que nadie es profeta, el mecanismo del ostracismo, el temor de los atenienses al despotismo y la monarquía, que a saber de dónde venía, pies en Roma se ve más o menos claro

- como el otro héroe, en este caso espartano, el rey Pausanias, muere también, por inanición, en el templo de Esparta;

- la figura del que no luchó en las Termópilas, su vida en Esparta rechazado por todos, y luego el primero que se arroja en Platea contra las lanzas persas;

- la caballería persa

MARATÓN POR LAS TERMÓPILAS EN EL IMAGINARIO HELENO. PERICLES Y ATENAS.

- luego, las maniobras, al poco de terminar los enfrentamientos, cuando Pericles empieza a apuntar como nuevo líder, para desbancar del imaginario heleno la batalla de las Termópilas como la verdadera simbólica y testimonial batalla de las guerras, para sustituirla por Maratón.

túmulo de Maratón

- Pues, como dice Holland, las Termópilas , más que Salamina, Platea o Maratón, había quedado en el imaginario colectivo como la auténtico símbolo de la lucha y resistencia griega frente al invasor. Pero, claro, era una victoria espartana. Así pies, cuando Atenas empieza a atisbar como la nueva potencia emergente, reutiliza la memoria de las guerras, y en lugar de las Termópilas, elige y erige Maratón como la victoria emblemática, además de ateniense, de los enfrentamientos entre Asia y Europa.

las Termópilas

- Jerjes con su prepotencia, aunque en realidad era también, y más, la propaganda, con lo de Atos, su prepotencia calculada para intimidar a los griegos;

- luego, lo de Esquilo, la interpretación que hace, y es bastante verdad, evidentemente una obra de teatro, una dramatización para los propios griegos y atenienses, pero, claro, no para una visión global de lo que ocurrió desde el punto de vista global

- la reivindicación de Heródoto como la principal fuente de información, y veraz, además. De ahí que el relato de Holland tenga como referencia y como modelo al propio historiador griego. Y, como aquel, ha tratado de hacer una obra entretenida, amena, sorprendente (claro que para los expertos muchas de las informaciones no les llamaran la sorpresa), con que ha relatado estos episodios bélicos tan incluso vitales para la historia no de Grecia sino de todo Occidente.

- en verdad que ha hecho una excelente obra, tanto desde el punto de vista académico como divulgativo. La obra tiene rigor, detallismo sobre los dabtes y discusiones, las batallas, los personajes que intervienen, ... Excelentes los detalles verídicos reales de las guerras y las batallas, como el hedor, el calor, las ejecuciones sumarias de Jerjes..

- además, el papel no sólo simbólico sino fundamental, imbricado como relato fundamental el papel de la religión, de Ahura Mazda, sus relatos de Verdad y Mentira, y como, como ya había descubierto e inició con ello lo que toda los poderes al menos de occidente la vinculación entre poder y religión, cómo lo intrroduce en la obra con mucho fundamento.

- También es de mencionar la figura por encima de todos los avatares humanos, persas y helenos, el papel reivindicado de Némesis, como ya interpretara en clave religiosa todos estos sucesos el propio Heródoto.

ATENAS EN T. HOLLAND Y L. CANFORA.

En verdad que al terminar de leer el libro, como que uno ha visto de una visión de pájaro todas las vicisitudes y acontecimientos por los que pasaron esa minúscula nación de pequeñas polis en guerra entre ellas continuamente.

    Como diría Bowra en La Atenas de Pericles, hay al final un cierto sentido de orgullo , no sabe uno como llamarlo, si patrio, nacional o universal, por la forma en que enfrentaron este suceso bélico y cultural, situado en la encrucijada de la civilización, tal como la entendemos ahora.

L. Canfora
    En cambio, la obra de Canfora, con el mismo estilo didáctico, capaz de llegar a muchos lectores, tanto o más perspicaz que Holland, imbuido en su sapiencia y conocimiento hasta extremos inverosímiles de las fuentes originales, los textos, su transmisión e inextricables avatares habidos en ella, necesarios todo ello de expurgar de un manera tan fantástica como a veces aparentemente fantasiosa para desvelar algo inesperado, esto es, sin embargo Canfora, atrayéndonos casi de la misma manera, nos muestra el declive , la pena, el dolor de Atenas y Grecia en las décadas siguientes a esta magnífica victoria.

    Que, por otra parte, ya Holland y toda la historiografía de siempre ha revelado. Así en las últimas páginas , cuando sin saborear y aprovechar las rentas y experiencias que aquellas victorias sobre los medos había supuesto, los griegos, atenienses y espartanos, Atenas especialmente, vienen a querer sustituir el poderío y sometimiento que ejercían los persas ahora en favor suyo, en lo que se llamó la Liga Ático-Délica.

    Y, como ya en Tucídides, según afirma en sus primeras líneas, la lucha por la hegemonía entre las dos principales poleis acabó por desembocar en la ruinosa guerra civil. Que ellos consideraban la más importante de todas, pero que, en sentido estricto, abarcaba al mundo griego, aunque , clñro, también en sus expansiones mediterráneas y jónicas que eran ya muy amplias.

    Habrá que esperar a Filipo y Alejandro, a la sazón emboscados y preparándose para constituirse en el poder autocrático sobre la dividida Grecia, para que haya una unidad, aunque distinta de la que se podría haber esperado en el siglo V a.C.

    De todas formas, contrasta estas dos obras, la de Holland, henchido, con todas sus luces y sombras, de orgullo heleno, bien relatada pues comienza con la gestación del poderío y magnificencia del imperio persa en sus orígenes , con Ciro, y luego sus sucesores. Y como ante este imperio mundial, se alza una serie de polis minúsculas, enzarzadas en continuas disputas pero, y quizás por ello, con un sentido genuino de libertad, amén de su posición geográfica, en los extremos del imperio persa.

    Decíamos que contrasta muchísimo esa crónica épica, relatada una vez más, y con tintes heroicos y valerosos, actualizados a una lectura contemporánea, con la visión desmitificadora, centrada en el mundo griego del siglo IV a.C., con Macedonia ejerciendo casi el lugar de los persas, en ese triángulo de intereses tóxicos y dañinos entre Esparta, Atenas y Macedonia.

    La visión de los últimos años de la guerra del Peloponeso, a la que sigue la tiranía y luego el restablecimiento de una democracia con muchos peros, vindicativa, choca en gran parte, aunque no toda (en Holland vemos también las riñas extremas entre las facciones de Temístocles y Arístides, las presiones de los persas, las élites quintacolumnistas en la propia ciudad, ..., que luego también veremos, y con más enjundia, en Canfora), no toda, decíamos, que la que presenta Canfora.

 

 

lunes, 14 de junio de 2021

FUEGO PERSA, PERSIAN FIRE: THE FIRST WORLD EMPIRE. O "Y HERODOTO TENÍA RAZÓN"

     En algún lado, seguro que erróneamente, que la campaña de Jerjes sobre Grecia, más en concreto, contra Atenas y Esparta, había sido unas escaramuzas de las tantas que tenía un enorme,  mundial, como reza el subtítulo de esta obra, unas campañas de las muchas otras que tendrían, allá en los confines del imperio. que, por lo tanto, su fracasado final apenas había tenido repercusión y así se reflejaba en las fuentes persas donde apenas se aludía a ellas.


    Pero no sé dónde leí esto, y si, en verdad, lo leí. De cualquier forma, por si había algún asomo de duda, por si fenómenos populares como la película 300, o por si, sobre todo, las consideradas desde siempre exageraciones de la principal fuente griega, Herodoto, fueran eso, exageraciones, esta lectura viene, desde luego, a poner las cosas, así de convincente es, en su justo sitio.

    Así, aquellas exageraciones de que cuando se paraba el ejército de Jerjes a la vera de un río a refrescarse, en un momento lo secaban, aunque fuese una noticia fabulosa, ya no lo parece tanto. 

    Es que, tal como nos presenta los hechos el autor del libro, Tom Holland, la intendencia necesaria para llevar adelante una campaña y un ejército de tal magnitud era tan formidable que en verdad sólo un gran imperio, una gran administración, una eficiente burocracia, y en esos momentos ésta sólo podía ser la persa, lo podía llevar a cabo.

    Y así, otras muchas y muchísimas cosas, de tal manera que aquella marchamo de exageración con el que se colgaba a la obra del historiador quizás se quedase corta.

    Pues otra cosa que destaca este autor, y que en las lecturas antañonas de uno, poco veía reflejadas, y aún hoy todavía, la campaña militar persa, amén de ser extraordinaria, iba voceada y acompañada por otro extraordinario movimiento de propaganda, terrible, atemorizadora e intimidatoria. Toda ella con la intención de crear tal estado de ánimo y opinión en las polis helenas, que no les quedase otro remedio que aceptar la sumisión y entregar la tierra y el agua, eso que los persas les proponían en modo simbólico como ritual de sometimiento.

    Y, en verdad, aquella visión teológica que presenta la historia de Heródoto, el fin y fracaso persa debido, entre otras pero como causa última y final, (y propia también del pensamiento de la época Arcaica que ya tocaba a su fin),  esta causa última tenía su origen en la hybris del gobernante persa, al querer sobrepasar los límites establecidos por los dioses. 

    El caso que ejemplifica el historiador es el puente del Helesponto, la unión por medio de pontones de los dos continentes, Asia y Europa, separados por los dioses y la geografía sagrada de las fronteras. en este libro también hallamos su respuesta y contrapartida persa.

    Pues, y esto tampoco estaba en aquellos libros de historia que repasaba uno, de base descriptiva y política,  de hace años, la campaña de Jerjes contra Grecia, aparte de las deseos de revancha contra Atenas y Esparta, iba cargada de una fuerte inspiración religiosa, que este libro pone de manifiesto. La campaña estaba inspirada en esta su divinidad que gustaba de estar ausente, Ahura Mazda, a la que simbólicamente llevaba en un carro vacío. De tal manera que la invasión se plantea también, ¿y cómo no iba a ser, desde luego, de otra manera? sólo que uno se da cuenta ahora con esta lecture, esto es, que la campaña, es decir, Jerjes, haciendo lo que el primero lo había hecho, en este caso el primero conocido, el original que se atrevió a dar el paso y entrevió las infinitas posibilidades que otorgaba la religión enredada, relacionada, unida al poder imperial, la potencialidad  enorme que esto ofrecía, quien primero lo hizo, y hasta la fecha, fue Ciro. Quien siguió con la maniobra fue su sucesor y pariente, Darío.



    Y, finalmente, Jerjes seguía la acertada estela de sus predecesores. La campaña griega era una campaña, amén de militar, una campaña contra la Mentira, así, en mayúscula, como decía Ahura Mazda. La Verdad estaba en posesión suya, de su parte. Ahora había que derrotar a la Mentira, que se personificaba en los helenos.

Ahura Mazda
Y ¡qué helenos! ¡Qué personajes estos, que tenían un panteón de dioses a cual más tramposo, infiel y fullero! Y, además y por si fuera poco, con sus filósofos jonios cuestionando la divinidad y majestad de elementos como el sol y los astros, a quienes su corte de magos milenarios llevaba observando y empleando para predecir las fuerzas del destino de todo aquello que se movía sobre la faz de la tierra.

    Pero, a lo que íbamos, esta aparentemente mole de imperio, sí, aquella que se desmoronó, eso pareció, como la URSS, cual castillo de naipes cuando el macedonio campeó por sus tierras, ese inmenso imperio, ese gigantes que se decía de pies de barro, resultaba que no lo era tanto, al menos no entonces.

    Así no cansa de repetirlo Holland, y ya en su cabecera lo expresa, en el subtítulo del libro, el primer imperio mundial.

    Pues mucjho de lo que luego veremos con los macedonios y con el gran imperio romano, ya estaba en sus inicios cuando Ciro creó el imperio persa a partir de su humilde pueblo persa, indoeuropeos, pastores de caballos. Se hace de repente con las tierras de Mesopotamia, Elam, Assur, y continua hacia Egipto, por una lado, y Bactriana, Sogdiana y aquellas tierras alejada hasta topar con el Indo. Muchas cosas que veremos en la historia de Alejandro, Cesar, de los sus expansiones e imperios respectivos, ya estaban en origen en el imperio persa.

    Un imperio multiétnico, con una gran burocracia,...

    No, era, pues ese gigante con pies y estructura de barro. Bien al contrario, era una eficacísima y potente maquinaria de administración imperial y militar.



    La campaña de Jerjes utiliza, ya lo decimos, la exageración, los espías, deja escapar a los propios espías griegos, tres,  para que lleguen, atemorizados, a sus tierras a contar la magnitud de lo que habían visto.

    Por eso, la campaña se organiza, también y al mismo tiempo, con golpes de efecto sonados que no dejen duda de que quien o quienes se acercan son la potencia mundial, el mundo entero, contra Grecia.

    De ahí ala salvajada cruel del hijo de Pitio para no dejar que corran rumores nefastos sobre esta majestuosa campaña.

    Por todos lados, y en la misma Grecia, se tienen que dar cuenta y advertir de que solo un mundo y un personaje es capaz de llegar y realizar todo o que ese está haciendo. Sí, el imperio persa, y a su cabeza, el "Rey de Reyes" (Rey de los persas, rey de los medos, rey de Babilonia y Egipto, de ahí su nombre).

    De ahí también esa crueldad gratuita que a uno le parecía y con la que se remarcaba el carácter déspota de los orientales, con esos sacrificios crudos y sanguinarios, el del hio de Pitio. Luego, también, el de los ingenieros

    Ejecuciones ellas que nos recuerdan las viñetas hiperrealista del cómic 300 y las igualmente retocadas de la película, con los persas demostrando ese ejercicio despótico e injusto de poder que le es tópicamente atribuido.

    Así, como decíamos antes de perder el hilo, el aparato de propaganda del alto mando persa, así lo dice Holland, y muy atinadamente, y, además, que esto no estaba en aquellos libros antañones, el aparato propagandístico era el causante de todas esas hiperbólicas rumores amén... eso por un lado.

    Por el otro y en el mismo nivel, el que Jerjes quería demostrar a aquellas pequeñas polis y , en verdad, al mundo entero, en su concepción geográfica, que quien pisaba aquella senda y aquellos lugares era en verdad, el único que podía hacerlos, por poder, majestuosidad, dominio, señorío y respaldo religioso.

    Así, cuando el canal del Helesponto, donde sacrifican a un par de ingenieros, profesión peligrosa en todos los imperios, Jerjes ordenó ejecutar a unos de ellos. 

    El emperador Adriano, que ahora y con esto último de Jerjes, lo vemos el episodio en versión oriental despótica, esto es, la anécdota de que le clavó un cuchillo en el muslo a su arquitecto oficial, Apolodoro de Damasco

    Los pontones del Helesponto, o el canal del Atos, eso sí, lo que Heródoto consideraba hybris y la crítica una versión sesgada de tinte religioso, pues es que, en verdad, lo era.

    Jerjes lo utiliza desde sus maquinaciones políticas y propagandísticas, quiere hacer ver que quién único puede hacer esa obras ingentes y extraordinarias, y sobrepujantes, es él, en representación de su formidable poder y con el respaldo de sus creencias religiosas.

    No hace los pontones solamente para cruzar el Helesponto. Y, por cierto, magnífica descripción recreada de la llanura de Abidos con todo ele ejército persa expectante para empezar el cruce.

    Claro, es que hasta ahora todo lo hemos visto desde la óptica griega.

    Aquí sólo interesaba las dudas de Esparta, la reunión de los griegos para afrontar la guerra, sus debates, la lucha de Temístocles y su audacia por construir una flota, etc.

    Pero, claro, nos quedábamos a la mitad. En el otro bando ...por eso esquilo si lo ve..., el cruce del Helesponto o el canal del monte Atos, son acontecimientos portentosos que el rey persa quiere dejar bien grabados en la mente y el espíritu de los griegos. No, nadie , eso es lo que importa, nadie puede hacer lo que él , el persa , está haciendo.

OTROS

CRIADORES DE CABALLOS.

    Persas y medos, de origen indoeuropeo, aposentados en los Zagros y  famosos, curioso, por ser criadores de caballos. De historia se sabe que los indoeuropeos, si no los introductores, si que fueron los que hicieron del caballo un elemento primordial de su cultura y simbología. Recordemos que en el Mediterráneo se rendía culto, entre otros, al buey, al torro. Así el símbolo máximo de Creta es el toro , representado en sus frescos; el propio Zeus se metamorfosea en este animal.

    Pero persas, y medos, son famosos también, como su origen indoeuropeo puede delatar, criadores de caballo.

    En esto que coincide con los epítetos formulares que los textos homéricos les atribuyen a los troyanos, entre otros, el de "criadores de caballos".

    Esto debe ser así por lo peculiar, llamativo y característico de estos pueblos frente a las costumbres típicas de los pueblos mediterráneos. Parece evidenciar así su otro origen, diverso del rol tradicional de los pueblos sureños. Habrá que verificarlo, de todas maneras.

    Curiosa coincidencia, pues, entre persas y troyanos en cuanto a lo de criadores de  caballos, epíteto que siglos antes que los persas ya llevaban los de Troya-Ilión.

IFIGENIA EN EL CÓMIC.

 Buenas tardes: Versión algo más completa de Ifigenia en el cómic, ya subido hace un tiempo.