martes, 17 de octubre de 2023

LA LANZADA DE QUINTO CURCIO RUFO Y LOS FILMS DE ALEJANDRO

 Quinto Curcio Rufo, historiador y escritor romano, vivió en el s. I, bajo el emperador Claudio, se refiere también a esta batalla.

Su única obra conservada es Historiae Alexandri Magni Macedonis (Historias de Alejandro Magno de Macedonia). 

Se la considera, junto con la de Plutarco y Flavio Arriano, de las tres fuentes principales sobre el rey y sus campañas. 

Habría que revisar la bibliografía que trate de las fuentes en las que se inspira este autor. De momento, intentaremos confrontar lo que relata en su obra sobre Issos   y Gaugamela, y su correspondencia o no con el mosaico y las películas de Rossen y Stone.


- LOS DOS REYES SE AVISTAN, DARÍO EN CARRO, ALEJANDRO A CABALLO.


Después de dar la arenga Alejandro a sus soldados, Curcio nos muestra a los dos con la imagen que hasta ahora ha quedado como icónica, representativa de cada líder.


23) Ambos reyes, a cortísima distancia ya el uno del otro, inflamaban a los suyos al combate; (24) Darío en un carro y a caballo Alejandro, rodeados ambos de sus más escogidas tropas, 


Duo reges iunctis prope agminibus proelium accenderant; plures Persae cadebant, par ferme utrimque numerus vulnerabatur. Curru Dareus, Alexander equo vehebatur: 


batalla de issos

Duo reges iunctis prope … Curru Dareus, Alexander equo vehebatur:


Si no fuera porque es imposible de confirmar, parece que Curcio está haciendo una écfrasis, sin del fresco pompeyano, de alguna otra copia que muestre la misma escena, casi considerada ya como canónica.

Esta imagen, la de Darío en el carro real y Alejandro a caballo es la imagen ya fijada desde entonces gráficamente por el mosaico, aunque en los textos se destacan también las dos formas de enfrentarse ambos monarcas en la batalla.

Este contrapunto entre los dos reyes y su diferente apariencia lo reproducen fielmente los dos films, en alternativos planos de los dos líderes.


- EL SACRIFICIO PERSONAL DE LOS GUERREROS ANTE SU REY.


Se ve que a Curcio le interesa destacar este dato. Sin embargo, los otros textos no lo mencionan, más centrados en la figura de Alejandro.


rodeados ambos de sus más escogidas tropas, las cuales atentas sólo a librar a sus reyes, despreciaban generosamente sus vidas, no pudiendo lograrlas sin las suyas, a cuyo precio y el de morir a su vista se tenían por felices. (25) Si bien era mayor el riesgo en los que estaban más inmediatos a sus personas, por ser allí donde de una y otra parte anhelaban todos obtener la gloria de dar por su mano muerte al rey enemigo. (26) 


utrumque delecti tuebantur, sui immemores; quippe, amisso rege, nec volebant salvi esse nec poterant; ante oculos sui quisque regis mortem occumbere ducebat egregium. Maximum tamen periculum adibant, quos maxime tuebantur: quippe sibi quisque caesi regis expetebat decus.


 

nec volebant salvi esse, El sacrificio de los guerreros persas ante su rey


Este detalle del sacrificio de los guerreros por su rey aparece bien reflejado, en el caso de rey persa, en el mosaico, y la película de Rossen la muestra en la escena del auriga que interpone su cuerpo a la lanzada. 

Stone en cambio, no muestra esta fidelidad hasta la muerte entre los orientales, aunque sí destaca la especial unión de los hetairoi con su líder. Como señala …, nunca en la historia, con ningún jefe militar, se dio tal confraternización, que remonta a la camaradería homérica, entre un líder y su tropa escogida 

De ahí que Stone muestre escena del socorro que le prestan al rey cuando está luchando pie a tierra, e introduzca en Gaugamela, desubicado, el episodio de Clito, Clito el Negro, Κλετος Μέλας, que le salva la vida a Alejandro, suceso éste ocurrido años antes en la batalla del Gránico.


- EL ÁGUILA DE ZEUS Y EL ADIVINO ARISTANDRO.


Pero fuese ilusión o hecho cierto, es sin duda que los que se hallaban al lado de Alejandro aseguraron haber visto volar apacible a un águila sobre su cabeza, sin que la alterase ni espantase el ruido de las armas, ni los gemidos de los que morían, (27) que permaneció por largo espacio alrededor de su caballo, como suspendida en el aire; 


El águila sobrevolando los ejércitos enfrentados en Gaugamela

    Ceterum, sive ludibrium oculorum sive vera species fuit, qui circa Alexandrum erant vidisse se crediderunt paululum super caput regis placide volantem aquilam, non sono armorum, non gemitu morientium territam, diuque circa equum Alexandri pendenti magis quam volanti similis adparuit


Como ya señalamos cuando Plutarco, no en Arriano, estos dos datos, el del águila y el del adivino Aristandro, están reflejados alternativamente en las películas de Rossen y Stone, Rossen el adivino, Stone el águila. El mosaico no la representa, y el águila sí que aparece en el relieve del Museo Arqueológico Nacional


y que mostrando Aristandro revestido de una ropa blanca, con un ramo de laurel que tenía en la mano, (28) como seguroanuncio de la victoria, a los soldados que combatían, aquel pájaro, les infundió tan grande ánimo y confianza, que los que se hallaban poco antes amedrentados volvieron entonces a la carga con increíble ardor y gusto


El adivino Aristandro junto al rey macedonio, en Rossen, 

pero que, por el contrario, no muestra la aparición del ave de Zeus.


Certe vates Aristander, alba veste indutus et dextra praeferens lauream, militibus in pugnam intentis avem monstrabat, haud dubium victoriae auspicium. Ingens ergo alacritas ac fiducia paulo ante territos accendit ad pugnam,...


- CURCIO CITA EL ÚNICO UNA LANZADA, PERO ANÓNIMA.


Fue empero mayor cuando traspasado de una lanzada el que conducía el carro de Darío, e iba sentado delante de su persona, le tuvieron, así ellos como los persas, por el rey


… utique postquam auriga Darei, qui ante ipsum sedens equos regebat, hasta transfixus est. Nec aut Persae aut Macedones dubitavere quin ipse rex esset occisus.


Volvemos al tema de la lanzada con el que hemos comenzado el escrito. La lanzada es clara en los dos films, además, resulta efectiva, determinante y es muy gráfica. El mosaico no la muestra, no representa una lanzada, sino que Alejandro atraviesa lanza en mano a un persa.



En los textos vistos antes, los de Arriano y Plutarco, ya vimos que no aparece de ninguna manera este momento de la lanzada, como sí el de la carga de la caballería de los hetairoi macedonios.

Es en este de Curcio el que habla, en efecto, de una lanzada, en esto se ve que no tiene el mosaico en mente.

Si encuentra su reflejo claro, y con tintes más dramáticos, en la película de Rossen, que recoge la muerte del auriga de Darío, lo que uno pensaba al principio que era un añadido de películas del género. En efecto, esta lanzada, tal como la cuenta Curcio, tiene su reproducción en el film, aunque es Alejandro quien realiza el lanzado, no alguien anónimo.



En cambio, Stone, y se demora en ello, muestra la lanzada, como vimos, pero tanto Darío como su auriga la esquivan por poco. No le interesa añadir el dramatismo de la muerte como señalan Curcio y Rossen en su film, al parecer.


Otra cosa es el detalle añadido que da Curcio, el hecho de que tanto los persas como los propios macedonios confundieran la persona del auriga con la del rey, y que esto provocara en el bando oriental el alboroto inmediato. Esto parece ser un motivo recurrente en lanarración de batallas, podría ser.

Ni Arriano ni Plutarco lo citan.


Un poco más adelante sigue dando cuenta de esto, quitando la apariencia de cobardía que tanto las otras fuentes como el mosaico y los films le atribuyen directamente y en directa oposición al coraje de Alejandro.

En verdad que Curcio parece dedicarle más tiempo y detalle a darío que al propio Alejandro y, además, trata de restaurar su figura, tildada de temerosa y cobarde por las fuentes anteriores. la tradición historiográfica recoge esta conducta temerosa del persa, para contraonerla a la de un valiente Alejandro. pero hasta esta imagen es también un dato elaborado y recreado en gran parte, siemore la realidad histórica es más compleja, obviamente.


Por otra parte, la imagen de Alejandro lanza en ristre ha quedado ya marcada para siempre por el mosaico, que no imaginamos que pueda haber otras representaciones posibles, que seguramente que las hubo.

Sin ir más lejos, en el relieve anónimo conservado en el Museo Arqueológico, Alejandro se nos muestra como un guerrero diferente, espada en mano, con amenaza y acribillando a todo aquel que se le ponga al alcance de su hierro.

Y con su espada lanzando tajos a diestro y siniestro se muestra en los films de Rossen y Stone también, no así en el mosaico, donde queda estampada su imagen lanza en ristre traspasando a un guerrero persa.



El relieve está inspirado en una pintura de Ch. le Brun, gran pintor del Barroco, en 1669, La batalla de Gaugamela.



- LOS PARIENTES DE DARÍO EMPRENDEN LA HUIDA, OTROS SE MANTIENEN.

(29) Con cuya persuasión fueron tan espantosos sus gritos y lamentos que pusieron en desorden todo el ejército, aunque hasta entonces combatía con igual esfuerzo que el del enemigo. Los parientes de Darío, que estaban a mano izquierda, abandonando el carro, se pusieron en fuga, si bien los que se hallaban a la derecha le recibieron en medio.

Ergo lugubri ululatu et incondito clamore gemituque totam fere aciem adhuc aequo Marte pugnantium turbavere cognati Darei et armigeri. Laevumque cornu in fugam effusum destituerat currum, quem a dextra parte stipati in medium agmen receperunt. 

Esta mención a los parientes contrasta con la referencia del mosaico. Según algunos comentarios del mismo, el guerrero que aparece alanceado por el rey macedonio es cierto Oxiartes, hermano o pariente de Darío, que da su vida por el rey.


- DARÍO DUDA UN TIEMPO SI DARSE A LA FUGA. CURCIO REHABILITA A DARÍO.


(30) Refiérese que habiendo sacado aquel príncipe su cimitarra, estuvo en duda si evitaría la ignominia de la fuga con una honrosa muerte, y que reconociendo desde su carro que aún mantenían los suyos el combate, tuvo por indigna acción erubescebat la de abandonarlos; (31) aunque mientras fluctuaba entre la esperanza y la desesperación empezaron los persas a retroceder poco a poco y a desamparar sus filas.

 

Dicitur acinace stricto, Dareus dubitasse, an fugae dedecus honesta morte vitaret. Sed eminens curru nondum omnem suorum aciem proelio excedentem destituere erubescebat, dumque inter spem et desperationem haesitat, sensim Persae cedebant et laxaverant ordines.


Aquí es donde señala un dato significativo y particular de Curcio, el que la huida no fue reacción directa de Darío, sino un impulso general del ejército persa, en la duda de que su rey hubiese caído. Curcio parece arrojar un capote y rahabilitar al rey persa, al que tal huida lo sorprende mientras sopesaba la acción a realizar después de la lanzada y la marcha de la batalla.


la expresión convencional y aceptada del miedo de Darío ante un coajudo Alejandro


Parece que, al no contar aún por nuestra parte con un estudio de las fuentes de Curcio, se podría decir que este autor añade cosas de sus propios pensamientos y señala este dato que va en contra de toda la versión tradicional de la cobardía de Darío, añadiendo este dato psicológico.

De todas formas, esta carga de los hetairoi, y la lanzada, que Curcio es el único que la menciona, no Plutarco n Arriano, ni el mosaico, y sí los films, es el momento decisivo en el que se decide la batalla que, por otra parte, se encontraba hasta entonces en dudosa situación, a pesar de los logros de los macedonios.


- BUCÉFALO Y LOS OTROS CABALLOS DE ALEJANDRO.


Alejandro, habiendo mudado de caballo, después de haber fatigado muchos, no cesaba de dar muerte a los que le resistían y a los que huían. (32) 


Alexander, mutato equo, —quippe plures fatigaverat,—resistentium adversa ora fodiebat, fugientium terga.


La referencia al, o a los caballos de Alejandro, incluyendo a Bucéfalo, aparece en Plutarco, quien cita expresamente por su nombre al favorito del rey. Arriano no lo menciona, el mosaico lo resalta, junto con toda la carga de la caballería.

Rossen, en cambio, no le da mayor relieve, pero Stone siente predilección por el tema de la montura. Ya lo había hecho al principio del film, cuando el episodio de la doma de Bucéfalo, a la que le dedica unas secuencias muy intensas. 

Y ahora ocurre lo mismo, la lanzada final de Alejandro no sería la misma sin la cabalgada sobre el brioso corcel, en la que se demora el directos.


- LA HUÍDA DEFNITIVA DEL REY.


Finalmente, no siendo ya combate aquél, sino destrozo y mortandad, se vio necesitado Darío a volver su carro y a entregarse como los demás a la fuga. 

Iamque non pugna, sed caedes erat, cum Dareus quoque currum suum in fugam vertit.


El momento de la fuga o huida lo resuelve Curcio rápidamente, como los otros autores, el propio mosaico o los films. E gesto es hacer girar el carro, detalle este que repiten las fuentes textuales al igual que la pintura y los films. Es el hecho manifiesto de la derrota del Gran Rey


- PERSECUCIÓN DEL EJÉRCITO PERSA.


Cargaban los vencedores por las espaldas a los fugitivos, pero impidiéndoles la vista una espesísima nube de polvo que levantaba el crecido tropel de los caballos, (33) procedían con errantes pasos, como pudieran en la más oscura noche, sin poder unirse por otro medio que por el del sonido de alguna voz conocida que se oía, así como de rato en rato el estallido de los azotes con que castigaban a los caballos que conducían los carros, seña única que había quedado a los fugitivos.

Haerebat in tergis fugientium victor, sed prospectum oculorum nubes pulveris, quae ad caelum efferebatur, abstulerat; ergo haud secus quam in tenebris errabant, abstulerat; ergo haud secus quam in tenebris errabant, ad sonum notae vocis aut signum subinde coeuntes. Exaudiebant tamen strepitus habenarum, quibus equi currum vehentes identidem verberabantur: haec sola fugientis vestigia excepta sunt.


PARA CONCLUIR, se pude decir que el texto de Curcio se desarrolla algo similar en extensión que los de Arriano y Plutarco. Añade unos detalles, unos más realistas, otros que desconocemos sus fuentes y que no lo son tanto, que se complementan con los de los otros autores y tienen su reflejo en las representaciones visuales.

Es llamativo, en efecto, que sea el único texto de los tres que hable precisamente de una lanzada, tal como se ve en los films y a diferencia del mosaico. Esta lanzada, además, y como se ve en el film de Rossen, traspasa al auriga de Darío. En esto vemos que es la única cita textual de los tres autores que se puede corresponder a la lanzada de Alejandro que se exhibe en los films.

Añade detalles de otro tipo que contrastan con la visión tradicional de Darío hasta el momento, es decir, no lo muestra cobarde ni carga sobre el rey la fuga que descontrola a todo el ejército, sino a una parte de sus guerreros, confundidos por una posible muerte de aquel.

Muestra algún detalle que otro, pero no hemos contrastado las fuentes con los datos que se presenta para saber hasta qué punto el autor añade de sus cosecha y estilo más de lo que la realidad histórica pueda refrendar.


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