AIRES DE ÉPICA Y TRAGEDIA CLÁSICA: LA ENTREGA DEL HIJO MUERTO. (3)
A poco de comenzar el film, hay un tiroteo entre el pistolero y un miembro de los
MacDonald, que resulta muerto. A pesar de ser atacado, carga el cuerpo de su
adversario y lo lleva donde su familia.
El pistolero Cole Thorton (John Wayne) se
acerca al rancho de los McDonald, unos humildes pero orgullosos ganaderos del
lugar, en lucha contra el mafioso Burt Jason, que quieren arrebatarles sus
tierras.
Thorton llega con el cadáver, que resulta
ser uno de los hijos de McDonald, al que ha matado en legítima defensa,
atado a lomos de un caballo.
Una vez frente al padre, le manifiesta lo
ocurrido, cómo ha sido la muerte de su hijo, el cual es retirado rápidamente
por las mujeres de la familia.
McDonald acepta la versión del pistolero, de
forma contenida, y también como si existiera y reconociera un pacto tácito de
honor entre caballeros.
Sólo la impulsiva hija de éste, Joey,
verdadera amazona de la película, intenta dispararle, pero enseguida es
reprimida por otro de sus hermanos de forma tajante, "deja que esto lo
solucione padre" o algo así le dice.
Evidentemente
no tiene el elevado contenido trágico que se manifiesta en la obra griega,
auténtico broche final que casi da sentido a toda la Ilíada y
al sentimiento trágico de la obra, una reflexión profunda sobre las desgracias
de la guerra.
Es obvio que el western es una obra de
alcance más ligero y que quiere llegar a un gran número de espectadores sin
elevar un mensaje que cale tan hondo como el de la épica griega. Sin embargo,
escenas como esta revelan cierta imitación a estos modelos de la épica griega y
de todos los tiempos.
En este caso, el motivo de la entrega del cadáver de un hijo a su padre por parte del propio asesino del mismo, y la aceptación resignada por parte del padre, dentro de un cierto código de honor que respeta al enemigo, incluso en los momentos tan dolorosos como es el que ocupa, habla de un código superior al de la mera barbarie.
La escena en sí tiene un tono dramático. No alcanza el nivel de la épica `pues allí el enfrentamiento y la muerte final es la de uno de los grandes héroes de la guerra. Aquí es sólo un chiquillo, como el propio Thorton le dice al padre y le culpa en parte de ello: "Ha enviado usted a un chiquillo a hacer el trabajo de un hombre".
McDonald va aceptando lo que Thorton le dice,
y trata de comprobar la veracidad de lo que le dice.
Al final, es capaz de aceptar el hecho luctuoso
y concede en agradecer el gesto de traer el cadáver a su familia, y no haberlo
dejado pudrirse al sol.
Estamos otra vez ante este código ético de
honor, invisible y tácito, que los protagonistas reconocen aceptar por encima
de sus enemistades y las muertes.
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