domingo, 26 de julio de 2020

RECUERDOS DE LA ESCUELA EN HORACIO Y A PROPÓSITO DE NADA (8)

RECUERDOS DE LA ESCUELA EN HORACIO Y W. ALLEN.


"... causa fuit pater his.qui macro pauperagello
noluit in Flavi ludum me mittere, magni
quo pueri magnis e centurionibus orti,
laevo suspensi loculos tabulamque lacerto,
ibant octonos referentes Idibus aeris,
sed puerum est ausus Romam portare docendum
artis quas doceat quivis eques atque senator
semet prognatos...

" ... de esto la causa fue mi padre, que, pobre de magro 
terrenito, no quiso enviarme a la escuela de Flavio,
adonde iban grandotes niños de grandotes centuriones
con cartera y tablilla colgada del brazo izquierdo,
y los ocho sesetercios al mes cada día de pago,
sino que se llevó a su niño a Roma para enseñarle
las artes que cualquier caballero o senador enseña a
sus propios vástagos..."
Sátiras, I, 10, 70 ss.


"...(Mi madre) Una vez vio los resultados de un test de coeficiente intelectual que me hice a los cinco o seis años y, aunque no voy a revelar la puntuación, sí diré que quedó impresionada. Le recomendaron que me matriculara en el Hunter College, una institución especial para niños listos, pero hacer el extenso trayecto en tren desde Brooklyn hasta Manhattan cada día era demasiado duro para mi madre o mi tía, que se alternaban para llevarme en metro. Así que me mandaron de vuelta a la escuela pública Nº 99, un colegio de maestras retrasadas. Yo detestaba todas las escuelas ..."


   Mutatis mutandis, esta famosa escuela de Manhattan, el Hunter College, debería tener el mismo valor que la prestigiosa escuela del maestro Orbilio en Roma, a la que el dispuesto y preocupado padre de Horacio envió a su hijo, evitando la escuela de su localidad natal, Venusia, donde no veía a su hijo criándose en un ambiente quizás difícil para él, hijo de un liberto, adonde iban orgullosos hijos de los centuriones que habían llegado a la ciudad con motivo de un reparto de tierras. 
   Allen, por su parte, no tuvo esa suerte, digamos, y tras unos cansados viajes en metro de su familia, de una a otra punta de la ciudad, por llevarlo a una esmerado Hunter College, retorna, a diferencia del venusino, a la escuela de su barrio, la anónima Escuela Pública Nº 99.
   Aunque, tal como afirma Allen, el haber ingresado en la Hunter College no hubiera servido de nada, pues, siempre con su tono escéptico final,  "detestaba todas las escuelas".


" Yo odiaba, aborrecía y despreciaba la escuela. No había nada en la escuela Pública Nº 99, con sus maestras estúpidas, prejuiciosas y retrógadas, que pudiera recomendarse. Estoy hablando de principio de los cuarenta... Pero no era solo el aquelarre de maestras, era toda aquella rutina regulada, diseñada para asegurarse de que nadie aprendiera nada...".

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