MTV-PIE-PELÍCULAS-HÉROES-HEROÍNAS: PIES
DESCALZOS
En
una agitada y trepidante película, Salt,
del director de películas de trama y acción Philippe Noyce, la protagonista, Angelina Jollie, es otra heroína
Superwoman que se descalza los pies
como señal de identidad.
Coincidiendo
con la huida del edificio de la policía en el que está pillada, y coincidente
también con su cambio de identidad, es decir, acaba de pasar de agente del
servicio de inteligencia americano a espía rusa en las propias barbas de la
agencia, la protagonista tiene que escapar.
Todo
ha ocurrido de forma repentina, en un interrogatorio infructuoso a un desertor ruso, Orlov, que aparenta saber más de lo que dice. Es entonces cuando éste, sin
responder a lo que se buscaba por parte de Jollie, da la noticia bomba: hay
planeado el asesinato del presidente de los Estados Unidos, y la agente que va
a llevarlo a cabo se llama Salt, Evelyn Salt.
Resulta
que Evelyn Salt es ella misma, Angelina Jollie, agente de espionaje americano
hasta el momento.(y no sabemos si ciertamente lo es).
Salt sale de la habitación donde se ha producido el sorprendente interrogatorio . Se suceden unos momentos tensos con sus dos inmediatos jefes, ante lo que acaban de oír. A regañadientes, Salt admite que se la interrogue un par de minutos para deshacer el entuerto y las sospechas surgidas en torno a ella. No puede creer que sus jefes desconfíen de ella.
En
esos momentos, el desertor que acababa de ser interrogado, trasladado por
unos agentes en el ascensor, se convierte en un peligroso asesino, se cepilla a
los dos agentes que lo custodiaban. Se arma tal revuelo que se abandona de
momento el interrogatorio previsto a Salt, que queda en la habitación a la
espera, mientras sus jefes se unen al protocolo activado para apresar al
prisionero escapado.
Salt,
preocupada y pensando rápidamente, sale en un determinado momento del
habitáculo en que está, algo le inquieta en la cabeza, y recorre los pasillos
de la planta. Está buscando una escapatoria, se teme lo peor. Sus jefes se
percatan entonces de sus intenciones, abandona la otra persecución pues no han
podido capturar al evadido, y se centran ahora en Salt.
De
inmediato, se monta un dispositivo con agentes armados y cubiertos de fusiles y
escudos como si fueran a enfrentarse a una manifestación callejera. Salt
intenta salir por las ventanas, pero se activan dispositivos automáticos de
prevención, y se cierran todas las ventanas y cualquier acceso al exterior.
Salt
, especialista en explosivos, arma a toda pastilla un potente explosivo
con,¿como no?, los imponderables productos de limpieza que un personal de
limpieza ha dejado por ahí. Desenrosca
además la pata de una mesa como las de Ikea, y ya tiene un montado un peligrosísimo
bazoka dispuesto a barrer con lo que se ponga por delante.
Los
policías guarecidos que esperan a que se les de la orden de entrar en la sala
donde se pertrecha nuestra amazona, una vez abierto el dispositivo de entrada,
son recibidos sorpresivamente por el bazokazo que les lanza Salt Consigue crear
un estropicio entre la guardia que iba a asaltar la salal. En medio de las llamas y el caos, Salt escapa
del lugar y vuelve a intentar salir del edificio por otro lugar.
Entonces
es cuando, cogiendo la siempre inevitable y ya manida amén de manoseada, por
como la soban y agarran lo actores que por ella suben y bajan, la escalera de
servicio, y para huír mejor, nos hacen pensar la película, en el primer
descansillo de la dicha escalera y antes de enfilar el ascenso de los primeros
escalones, se descalza de uno y otro
zapato, con elegancia, con toda la lógica aplastante del mundo.
Bueno,
lo cierto es que se descalza, como Bruce
Willis en la Jungla de cristal,
y empieza a huir y a correr, como el okhus podas Axilleus, descalza como la
heroína que es, con su nueva identidad recién adoptada, la de espía rusa, y en
coincidencia con esto, descalza como si hubiera quedado desnuda y desvelada
antetodos los demás de su verdadera personalidad.
Es
verdad que lo primero en que uno piensa no es que se quita los zapatos cuando
ve que la acorralan para poder corregir y huir mejor sin los tacones.
Pero
también es cierto que está al comienzo de la huida y que se apreste a correr
vaya significativamente de la quitada de zapatos. Vaya, quizás exagere, pero es
el equivalente a haberse quitado la máscara que la tenía oculta todo el tiempo
anterior.
Así,
identidad, pies y, en este caso heroína, y también huida, va muy estrechamente
unidos, aunque sea con un gesto aparentemente lógico como sea el de descalzarse
los zapatos para correr mejor.
Que
además, es cierto, porque los diez o quince minutos siguientes se los pasa la
Jollie corriendo desagallada, por el centro urbano de una ciudad
norteamericana, no identifico cual ahora.
Alguna
incongruencia inevitable hay, claro. Para salir definitivamente del edificio,
tiene que romper y estallar un gran ventanal, que cae hecho añicos, y por allá
traspone la muy heroína, descalza como vino al mundo, y por virtud de algún
milagro, no se le sucede ninguno de los posibles cortes que se podía haber
hecho.
Como
si se enfoca varias veces los pies de Willis en La jungla, claro que éste no tiene que huir, pero se pega
toda la película descalzo, con los pies sangrantes y envueltos en unas vendas
harapientas, símbolo tal vez de su sufrimiento real e interior, pese a que sus
acciones bélicas son todas exitosas.
Igual
ocurre con Jollie. Para acompañar a su nuevo estado de presunta espía rusa,
además de la trama de la película misma que nos va llevando, el personaje se
descalza como un gesto más, que acompaña simbólicamente a su nueva condición de
espía, presunta,de fugada, perseguida. Su
nueva personalidad se revela en el pie, en el abandono de los zapatos.
Más
tarde, después de una tumultuosa huida, consigue llegar a su casa. Lo primero
que hace entonces es hacerse con unos zapatos, unas botas, parece. El elegante
zapato de tacón y su acomodada vida anterior han cambiado totalmente, igual que
el calzado. El pie descalzo, en transición de una a otra situación, equivale a
ese periodo de paso entre una y otra situación.
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