domingo, 21 de abril de 2019

CHARLTON HESTON, LOS DIEZ MANDAMIENTOS, PRÍAMO, MOISÉS Y EL LANETA DE LOS SIMIOS

       Estos días de Semana Santa, no se por qué, se han vaciado a conciencia, creo que más que en otras ocasiones, las remesas de películas de tema bíblico, tan populares hace unas décadas, pero que hace tiempo ya decayeron y fueron sustituidas por películas de tema antiguo, ya sea romano o griego sin la carga religiosa de las de aquel tiempo.

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          De todas formas, una de las que siempre toca, por su calidad, monumentalidad y contenido religioso, es Los Diez Mandamientos.
       
       Por cierto, mientras veía en la pantalla a Charlton Heston haciendo de Moisés, retirado al duro desierto acompañado de una adorable esposa, Sephora-Ivonne de Carlo, hice zapping y me volví a encontrar al Heston, también envuelto en harapos como en la bíblica, tratando de escapar de los simios en su planeta en el Planeta de los simios.

       Es por eso que en una de estas ocasiones en que cambiaba de canal, una conocida que estaba por casa exclamó impresionada "¡todavía está esa película!", justo en el momento en que Heston desesperado trataba de huir de los aventajados primates, creyendo que era la bíblica película.
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       Volviendo a la anécdota que nos llamó la atención, por lo demás conocida, ocurre en un momento de la película, hacia las 2:11 minutos, justo en el intermedio. La escena posterior a éste es un recibimiento de autoridades diversas ante el faraón de Egipto, Ramsés II. La segunda o la tercera es presentada como el rey Príamo de Troya, al que se le introduce con la pompa adecuada a estos momentos.
       Así pues y según la película, la vida y hechos de Moisés, por un lado, y la épica guerra de Troya, por otro, momentos tan decisivos ellos, corren contemporáneos  en la historia.

       Y no sólo esta presentación de Príamo con Moisés, sino que Príamo como ofrenda trae una tela teñida de rojo hecha con un material desconocido, al que se le llama seda.
 
       Pensándolo mejor, quizás pudieran tener alguna relación, aunque sea por aproximación. Es conocido que la guerra de Troya no es un hecho aislado, sino está en relación con un horizonte de guerras y batallas que asolan toda esa zona del Mediterráneo. Es lo que se llama los Pueblos del mar. Como hemos dicho, parece que la guerra de Troya fue un episodio más de esta serie de destrucciones contemporáneas que sufren todos estos lugares.
      Ahora bien, esto sucede algo después de donde los sitúa Los Diez mandamientos, no en relación con Ramsés II sino con Ramsés III. Por lo tanto, tampoco andaban tan desencaminados, más bien acertaron al hacerlos coincidir. Años después los Pueblos del Mar invaden y asolan esas zonas del Mediterráneo oriental, y el que hubiese sido el rey de Troya entonces, se llamase Príamo o no, verá su reino destruido.
(cf. este enlace de la UAB)

       En fin, cosas de los guionistas de Hollywood en aquellos años dorados de la meca del cine.

viernes, 19 de abril de 2019

El inspector De Cock y los pies

El pie como señal, vaticinio:

Baantjer, Muerte en Amsterdam.

Resultado de imagen de BAANTJER MUERTE EN AMSTERDAM     Al serio y sagaz detective holandés De Cock, terminado en ck, le duelen, nota los pies si la investigación no marcha bien, y al contrario, si va bien encaminada. Los pies es aquí un medio de adivinación, 

"... Se dejó caer en la silla y levantó las piernas apoyándolas en la mesa. Notaba sus pies. Eso era una mala señal, porque cuando avanzaba en cualquier investigación, dejaba de sentirlos. Sin embargo, cuando el caso no marchaba bien, si la solución parecía lejana, entonces sus pies  se hacían dolorosamente presentes..." (pp. 158-159)

     En cambio, cuando al final de la investigación, ya puede descansar con alivio, los pies, es decir, como representantes de toda su persona, se hayan bien acomodados.

" ... Estaba satisfecho con la manera en que se habían desarrollado los acontecimientos. Se acomodaba en su sillón con los pies metidos en sus cómodas zapatillas..."

jueves, 18 de abril de 2019

Ibant obscuri sola sub nocte per umbram.


Ibant obscuri sola sub nocte per umbram  
(Virgilio, Eneida, 6, 268):
“Vagábamos oscuros entre las sombras bajo la noche”

            Avanzamos ya unos kilómetros en nuestra odisea cotidiana. El mundo, que es el inframundo a estas horas de la mañana, luce como siempre. Noche oscura, luces ambarinas que destilan emergencia, farolas flamígeras omnipresentes, coches como fuegos fatuos de brillos blancuzcos y rojizos, y, por encima de todo, la omnipresente obscuridad, sin estrellas o apenas visibles, envolviendo con un manto la noche absoluta.
            Envueltos en mantas y mantones, con alguna sonrisa y comentarios, nos vamos sumiendo en la somnolencia  del viaje.
            Se van haciendo silencios cada vez más prolongados, al tiempo que el bús, que esta mañana parecía un insecto, especie de coleóptero con los espejos laterales prominentes como antenas articuladas, el bús recorría ligero el gran río de la TF-1, en carrera desagallada con otros flujos móviles que se disputaban la primacía de la velocidad.
            Destilando a chorros el fluido ambarino de sus luces, las antorchas flamígeras bordeaban el camino como los cipreses en cualquier sendero del Mediterráneo o como los eucaliptos.
            - F., ¡nos chafaron el partido contra Turquía!
            - ¿Qué?
            - Que nos pusieron visita de parentes!

            Y en esto llegamos al embarcadero del Hondo Suspiro.
            Íbamos oscuros en la noche.




miércoles, 17 de abril de 2019

El dios Esculapio en su centro ritual


Miércoles, 17 de abril de 19. El dios Esculapio en su centro ritual

Llego al servicio de neurociencias en el Huc, por fin después de llevar más de una semana en un estado lamentable. Y gracias que ya tenía la cita de la revisión anual. Si no, hay que darle una cita nueva, y eso tarda, buff, por lo menos un año, me había dicho el lunes la musa de cabecera, la donosa dueña Tejerina.
- Color verde de la pantalla, vale?, me dice la secretaria mientras me da un papelito con el número que me toca.

Pegado al cristal de la misma ventanilla, veo un anuncio tamaño folio que pone lo siguiente, más o menos:
“En la consulta de epilepsia no se atenderán a personas sin cita previa. Si hay una aumento de la crisis en frecuencia, deben acudir a Urgencias, donde hay un neurólogo/a de guardia. Firmado el jefe de servicio de Neurología,..”.
¡Ah, vaya, el neurólogo de guardia!, pensé yo. Unos días atrás, siete de la mañana, dolores en la cara, calambres eléctricos en las mejillas y asustado ya desde un mes, fui directamente a Urgencias de ese mismo Hospital. Y allí, la doctora, diligente funcionaria y militante por la sanidad pública, me dijo que no iba a llamar a ningún neurólogo de guardia por eso que le estaba contando, que no fuera a un médico particular porque estaba favoreciendo a la sanidad privada, que fuera al médico de cabecera, y que si no tenía la cara torcida, me podía marchar ya. Que, en conclusión, que a qué había ido allí.
Eso había ocurrido una semana antes. Evidentemente, fui a un médico particular, que me miró y recetó, previo pago de la consulta, evidentemente.  Gracias que pude. Así estaba ya un poco más tranquilo.

Volviendo al Servicio de Neurociencias. No sé por qué, imagino que solo nos pasará a unos cuantos…, una especie de complejo de culpa, de sentirnos responsables por estar allí.
No era así, desde luego, pero contribuía un poco el ambiente seco del hospital, sus paredes blancas asépticas, los largos y grises pasillos, la luz por muy reparadora que fuera, el ambiente burocratizado, convertirte en un número que aparecerás en la pantalla, ser del color verde, no te vayas a confundir con los azules o con los rojos, ... Es decir, algo contribuía a esa sensación de ejército anónimo y ser una masa y una multitud sin nombre, solo un número.
De repente, y para llevarme la contraria, salió una enfermera o doctora, no sé, y dijo Luz Ángeles, sí, dígame cariño, y esa masa anónima en que nos habíamos convertido se rompió de golpe. Pero, al poco, volvimos a estar en lo mismo
Ocupábamos unos asientos insulsos, de plástico, tres largas filas que se interrumpían en los tramos de cada consulta. Nos tenían enfocados a la pantalla de números, letras y colores como si fuéramos los simios de 2001 mirando al monolito.
Allí manteníamos la espera. Resignación, paciencia, calma. De vez en cuando, sonaba un casi agradable y artificial soniquete que te avisaba, por si acaso, de que acababa de dar paso a un nuevo paciente. Su número aparecía como novedad en la pantalla.
El agraciado, o supuestamente agraciado, pues pensaba en aquella película de Scarlett Johansson, la Isla,  en la que los elegidos en lugar de pasar a un estadio mejor, en realidad eran sacrificados, ... .
En cualquier caso, los que esperábamos nos íbamos levantando, un poco zombies, en dirección a las consultas que ya sabíamos donde estaban. Lo que seguía era ya asunto de cada no con su médico.

Pero ahí estaba, esa especie de malestar interno que a uno lo podría en aquel lugar, el de sentirse culpable, culpable de estar enfermo, y por eso tener que ser tratado, engullido y devorado por este gran monstruo que era el servicio Canario de salud y el mostrenco hospital.
Culpable y por eso tener que aceptar ser devorado, traqueteado, numerado, coloreado y no sé cuántos ados y hados más, hasta llegar a la sala hipóstila, el adyton de la antiguos, las entrañas del gran templo blanco. Y allí los oficiantes del destino, embutidos en una sacrosanta bata blanca, o verde, o azul, ya ni sé, esperar a que ellos interpretarán las entrañas de la víctima. Que ya no era una cabra o unas palomas o un cuto, sino tu mismo. Tú eras al mismo tiempo la víctima y el solicitante, y tus entrañas eran los signos oraculares que interpretaban el médico.
Y escudriñando alli, interpretar las imágenes y los signos, y dar un vaticinio aproximado de por dónde podría ir la cosa.
Y mientras uno estaba allí sometido a la inmensa capacidad del taumatúrgica del hermeneuta, en la sala seguía llegando y sentándose más y más personas, más multitud, un ejército infinito e insomne, de desheredados, víctimas de rayos celestiales, miasmas divinas y otras desventuras, encarnadas en los cuerpos insanos de los que allí entrábamos y salíamos, una multitud infinita que luchaba por sobrevivir a pesar de todo y de cualquier manera .
A todas, estás, mi número sin salir.

Aquí detrás le sonó el móvil a uno de los que esperan, y allí empezó una conversación de lo más cotidiana, cómo estás, que el niño tiene fiebre, si lo llevaste al médico, etc. Nos enteramos todos. Estaba hablando como quien está en la cocina de su casa, pero en la sala de espera de neurocirugía. Y como está el tiempo, aquí chipi chipi, seguía el hombre con la conversa que se había hecho viral, a nuestro pesar, entre los ocupantes de los asientos de neurociencia.

Que las entradas al Hades son muchas y variadas, está es una, la del DNI otra

Y cuando apagué el móvil, antes de volver a encenderlo para escribir esto, veo que en la pantalla oracular hay un aviso en letras rojas, al que le hacemos tanto caso como los alumnos en la clase:
            “se ruega desconectar los móviles cuando estén en el hospital”.


domingo, 27 de enero de 2019

LA MISIÓN: LA CULPA O MIASMA. DON RODRIGO Y BELEROFONTE

   Ayer pusieron te televisión la Misión.
   La música, impresionante.
   Los paisajes de las cataratas, inolvidables.
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   Sólo vimos algunos fragmentos del comienzo.

   En nuestra mente siempre había quedado como llamativa la figura de Robert de Niro, don Rodrigo, cargando, como Sísifo un castigo eterno de remontar la piedra, cargando él un pesado fardo de armas con el cuál en un labor inhumana ha de cargar y penar, piensa él que para el resto de su vida, por el asesinato de su hermano, digamo que fruto de su carácter apasionado y colérico, y de la ira momentánea que le accede cuando se sabe desbancado por su mismo hermano en el amor de una dama castellana.
   Éste motivo de la culpa, en este caso la ocasionada por la muerte de un ser familiar, ya sea o no accidentalmente, se repite en ocasiones en algunas de las más conocidas leyendas clásicas. 
   Es el caso del tristemente célebre Belerofonte. Al igual que Rodrigo de Niro, mata involuntariamente a su hermana y tiene la necesidad de purificarse de eses crimen, por lo que debe exiliarse.
   Este exilio, sin embargo, será el comienzo de nuevos problemas, entre otros el del célebre motivo de Putifar.

viernes, 4 de enero de 2019

SEVILLA Y EL CABALLO DE TROYA

La reina sin reino es la novela recién publicada de José María Pérez, Peridis. En ella relata las vicisitudes, anhelos, luchas y ambiciones de la reina Berenguela de Castilla, sobrina, para más señal, de Ricardo Plantagenet Corazón de León. Su obra y afán en la sombra va a ser conseguir la unificación de los reinos de Castilla y León en la figura de su hijo primogénito Fernando, el Fernando III de la historia.
La novela culmina con los últimos años de esta reina, cuando algo enferma y ya cansada, se recluye en el monasterio de las Huelgas de Burgos , ajena ya a los afanes de los tiempos. Ha logrado lo que quería, entronizar a su hijo Fernando. Para cuando fallece, Fernando III ya había conquistado Córdoba y Jaén, enbtre otras, las ciudades más importantes de Andalucía. Una mezcla de habilidad y potencia militar de ls castellanos, como de la desunión y el abandono en que queda AlAndalus de sus compatriotas al otro lado del estrecho.
Se entiende también en la novela que esta conquista sobre los árabes, la reconquista, tenga valor desde el papado, de cruzada, y así es reconocida por las diferentes bulas otorgadas por los papas de la época. De modo que que , desde el punto de vista geográfico, los reinos cristianos europeos están disputando los dos extremos del Mediterráneo contra los árabeas, Andalucía por un lado, y Jerusalén por el otro extremo.

Como decíamos, la novela acaba mientras se prepara el siguiente proyecto militar y expansionista de Fernando III, la conquista de Sevilla, con la reina Berenguela ya fallecida. Es sabido que para la toma de la ciudad hubo que traer embarcaciones desde Cantabria para que remontaran el río Guadalquivir y atacaran desde alli a la ciudad. 
En el momento en que están planificando la estrategia y surge precisamente el problema del río a la hora de conquistar la ciudad. Uno de los ayudantes de Fernando habla de que se necesitará un caballo de Troya o algo parecido para conseguirlo, dada la dificultad de conllevaba. Otro, después de pensar un poco, dice que el caballo de Troya que pueden utilizar va a ser una flota marina que, efectivamente, remonte el río y ataque Sevilla. 
De ahí que se compare el uso de una flota, que no fue grande tampoco, una docena de navíos, es decir, que se compara a la flota marina castellana con el caballo de Troya de los griegos. Que ya puede dar a las eternas disquisiciones de que pudo ser aquel caballo de Troya, si arietes en forma de caballo, uno o varios barcos que atracan en la rada de Troya con guerreros o escondidos, o, como en esta caso y más claramente, un fluota entera de navíos, con espolones y proas amenzantes, con formas de animal.
De cualquier manera, aquí tenemos otra alusión a la guerra de Troya en clave de la Edad Media castellana en las luchas entre árabes y cristianos.

BERENGUELA Y JULIA DOMNA, PROTAGONISTAS DE 2018

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Acaba de salir a las librerías el último libro de José María Pérez, Peridis, titulado La reina sin reino. Es , parece, la culminación de una trilogía comenzada hace algunos años, y que el autor no cree vaya a prolongar. En algun comentario que ha hecho, gran parte del periodo histórico del que se ocupa, una parte de la España de los siglos XII y XIII, se centra en las rivalidades de las diferentes dinastías, familias, vasallos, señores feudales y hombres fuertes de los reinos de Castilla y León por conseguir afianzarse en el poder.
Todo esto es una materia novelesca que da mucho juego, pues se desarrolla a partir de estas rivalidades, batallas, escaramuzas, intrigas palaciegas, juegos de poder, alianzas matrimoniales interesadas, rivalidades entre los herederos, y un largo etcétera, que, al menos en este último libro, nos presenta de forma brillante su autor.
Sin embargo, y de ahí el título de la novela y el de estas notas, va a ser una protagonista femenina, la reina Berenguela, la que sobrevuele en toda la novela, manejando todos los hilos habidos y por haber. El nombre Berenguela debe ser la forma femenina de Berenguer, nombre catalán de origen germánico.
Apunte etimológoco del nombre Berenguela, según la Wikipedia:
Berenguer y Berenguela son formas catalanas del nombre Berengario, que viene del germánico berin-gari (lanza del guerrero) o tal vez de Warin-gari (lanza protectora). Las dos formas tienen gran vinculación con la historia española, tanto en Castilla como en Cataluña.
Como pasa con Julia Domna, claro, mutatis mutandis, distinguiendo lo que podían ser las crueles y gigantescas rivalidades por la posesión de todo un imperio romano, y las que transcurren en la conquista de los pequeños reinos de Castilla y León en comparación con aquel, es decir, que la verdadera protagonista, artifice, pensadora, maquinadora, urdidora de enlaces adecuados, protectora de sus afines, con ideas de unificar reinos y dinastías, y conseguir un reino fuerte, visionaria, etc., es, como lo es Julia Domna en Posteguillo, la reina Berenguela.
Así como Julia Domna va a ser la protagonista de la novela de Posteguillo, a través de la cual se describe a una personalidad compleja, inteligente, visionaria, ambiciosa, vengativa y con idea de fundar una dinastía, que será la Severa, lo mismo va a ocurrir con Berenguela, que hará lo propio  en la figura de su hijo Fernando III, apodado el Santo, que conseguirá la unificación definitiva de Castilla y León, y el predominio deCastilla entre los reinos cristianos otros de la península.
Se ve que en la literatura, y en la literatura histórica, este año han confluido las corrientes socieales y culturales que reivindican el papel que han desempeñado las mujeres, la mayor parte de las veces en la sombra, en el desarrollo histórico. Como bien escribe peridis en su conclusión, esta novela tambien tiene como fondo el conocimiento histórico de las idas y venidas, vueltas y revueltas, luchas y ambiciones de mucho tiempo y muchos personajes por conseguir llegar a donde estamos ahora. Justo cuando desde hace un tiempo se levantan voces que reivindican una vuelta a situaciones pasadas de las que habíamos ya salido.
Otra cosa es que esta reivindicacións históricas del papel de las mujeres en la musma pueda llevar a exagerar su papel, dejando de lado las fuertes condicionanet shistóricos y sociales que rigen tales i cuales rumbos que cobra el mundo a continuación. En estos cassos, tanto hombres como mjeres no son, desde unacierta perspectiva, sno agentes, consecuencias lógicas y en cierto mod ya dada por las circunstancias, del devenir histórico.
Desde el otro punto de vista, el protagonismo de los individios en la historia, ya mujer u hombre, es tamnién un factor muchas veces dejado en segundo lugar cuando quiza´s haya tenido un papel más decisivo en el transcurrir de los tiempos.
Eb cualquier caso, Berenguela y Julia Domna, y a la vicecontra, sin dos dignas y fuertes personalidades de su época histórica, ciertamente tratadas en un segundo plano en los tratados de historia tradicional. Sin embargo, la novela histórica las reivindica para sí y las propone como grandes heroínas de su época y de la historia y el devenir posterior de los periodos que vivieron


sábado, 1 de diciembre de 2018

EDIPO Y ANTÍGONA EN ESENCIA DE MUJER

       Esencia de mujer es una película que tuvo un gran de crítica y público, allá por los años ochenta, y contribuyó si cabe a reforzar la gran carrera artística de una actor de la altura de Al Pacino.

     Como se sabe, la película cuenta lo que transcurre en un fin de semana y la mañana de un lunes.

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    El tiempo, como se ve, es bien utilizado, porque marca un límite temporal a las acciones y sucesos que tiene su resolución final ya marcada.

     En el inicio del fin de semana, un joven estudiante acepta una oferta de cuidar a un militar jublado antes de tiempo a causa de un accidente que le deja ciego. De resultas de lo cual su carácter revela un amargamiento y una conducta antisocial acia el mundo que le rodea.
Sin embargo, el militar tiene un plan para este fin de semana ajeno a lo que su hija y su familia, que aprovechan esos días para salir de casa, cree: viajar a Nueva York y disfrutar del fin de semana por todo lo alto. El joven estudiante se ve arrastrado por el militar muy a su pesar.



   




EDIPO, UN MILITAR CIEGO: como el desgraciado héroe clásico, el teniente Slade (A. Pacino) es ciego, con la carga de cierta capacidad adivina de las cosas: esto es, es tal su afán por las mujeres que sólo con oler e identificar el perfume que llevan, en lo que es un verdadero profesional, ya conoces la altura, el color del pelo, el rostro de la mujer que lo lleva.
Del mismo modo, y gracias también a su madurez, es capaz de adivinar y profetizar lo que le va a suceder a su joven lazarillo, su particular Antígona, en este caso un joven Chris O´Donnel, envuelto en un problema colegial ante el cual tiene un dilema: delatar a los causantes de una gamberrada en el mismo colegio o perder su beca, debido a su condición humilde.

ANTÍGONA-CHARLIE SIMMS: evidentemente sin llegar a las alturas trágicas del drama griego, pero drama, al fin y al cabo, en sus límites más modestos, Charlie Simms (O´Donnell) debe decidir entre obedecer a las leyes de Creonte, en este caso la institución del ilustre colegio en el que estudia, o ser fieles a esas normas no escritas ni de la ciudad, las de la sociedad, la no delación entre compañeros ("... tenía la forma de cualquier estudiante...", es lo más que dice Carlie en el juicio final). Como con la eroína Antígona, Simms opta por defender a sus colegas, aunque no se identifica con ellos por razones de status y carácter, antes que obedecer las del amenazante Creonte, aquí representado por el director del colegio, que debe de solucionar la gamberrada que amenaza con acer perder la categoría y el prestigio de su institución.

EL LAZARILLO: como Antígona, Charlie Simms hace de lazarillo de un ciego, un invidente amargado y repudiado en cierta manera por la sociedad. Si bien es cierto que convive con la familia de su hija, casada y con dos niños pequeños, su existencia parece más bien aber caído en el olvido y la marginación.
LA HAMARTÍA, EL ERROR: Esto se comprueba cuando sale de la casa, lo que podría ser su refugio, y va a la ciudad, al mundo, a Nueva York. Ilustrativa de su marginación es la cena el Día de Acción de Gracias en casa de su hermano. Allí se muestra procaz y deslenguada ante la familia de su hermano mayor y de sus sobrinos, mayores y casados. El mayor de estos se le enfrenta abiertamente y en un flash back, una digna rhesis del mensajero, cuenta la razón de su ceguera y de su actual misantropía. Un error, volvemos a la amartía griega, un simple y tonto error provocó la ceguera del propio teniente en unas prácticas. Al menos, se consuela Slade, no perjudicó a nadie más, ni siquiera a la persona que estaba con él en aquellos momentos.

LA CEGUERA: como a edipo, quizás a Frank Slade le perdió la soberbia, la falsa confianza, el saberse en lo más alto (él había estado en la toma de posesión del presidente de los EEUU en esos momentos, L.B. Johnson, como repite de vez en cuando para reafirmar su antigua grandeza). La ceguera no le a dado el don de la profecía (algo sí, y es lo que importa, en la película, sobre todo en relación con Charlie y su problema, en su educación

LA EDUCACIÓN DE CHARLIE SIMMS: después de los primeros encontronazos, en algún momento Slade se comporta como si fuera a adoptar al joven Simms. En un momento se lo plantea, si quiere que lo adopte. Simms, como otros héroes populares, no a tenido una infancia feliz. De su padre verdadero no sabemos, su madre lo a abandonado y ha convivido todos estos años con su padrastro, con el que no se lleva bien. Al final tiene que admitir que es un g... Así pues, como otros héroes populares, de leyenda y míticos, Simms va a recibir cierta educación, abrupta y drástica, es verdad, como lo es el paso de la juventud a la madurez, de manos de este militar que parece un basilisco, de este centauro Quirón que como método didáctico utliza el insulto, la obediencia ciega y la brusquedad. "¡Madura!" le grita en un momento, "¡Madura, Charlie!"  

EL JOVEN ADULTO: Charlie Simms, en este caso, aparece como el joven en apariencia simple e ingenuo, que debe aceptar lo que le van mandando, hasta ir resurgiendo a partir de determinado momento como el adulto fuerte y con conciencia interior que es, y que en el momento cumbre se desvela como el palo al que agarrarse un desesperazado Slade.

LA DESESPERANZA: la de Slade no estaba en Eduipo. Edipo se ciega adrede y no se suicida para sufrir en vida el tormento y el castigo a sus errores. Slade, en cambio, está viviendo aparentemente sin esa angustia. Sin embargo, en un determinado momento sale a flote todo ese dolor, ese sufrimiento, como dice Simms, y quiere acabar con su vida. No soporta, como el héroe griego, la vida con ese sufrimiento. En ese sentido, la altura del héroe griego es mayor, la aparente desenvoltura primera con la que se nos presenta Slade, esa misantropia hacia lo que le rodea enmpezando por su hinja y su familia, no es sino una fachue encubre el dolor y el sufrimiento qye lleva arrastrando todos estos añis por culpa de su error.
"¡Se equivocó! ¡Y qué! ¡Todos lo hacemos!", le grita Simms en un momento crítico, buscando la forma de calmar el ansia suicida de Slade. Edipo ya ha encontrado la solución 
a su error, cegarse y vivir con el dolor. Slade no puede soprtralo.
Sin emabrgo, hay algo que le ata a la vida, de lo que no sabemos en el caso de Edipo, y son las mujeres. En su ceguera, y como el griego, que adquiere una aureola de santidad por la cual todas las ciudades se disputan alojarlo, Slade ejerce su videncia a través del olfato. Por las esencias odoríferas que usan las féminas, es capaz de visualizarlas, identificarlas, sentirse seducido por ellas y atraido de nuevo a la vida.
La otra pasión, amucha distancia, son los coches. En otra prueba de capacidad adicvinatoria, conduce un Ferrarri a toda velocidad por la ribera del río udson, a la vista de uno de los puentes neoyorquinos, el de Brooklyn quizás, totalmente a ciegas, hasta que un coche policía los para y acaba ahí esa última carrera.

EL JUICIO FINAL:  como una buena muestra de que todavía estamos en el ágora ateniense del s. V aC:, aquel en el que se disputaban bullliciosos juicios y debates, y la gente los seguía con fruición, la escena final es un juicio parecido. Allí no hay leyes o reglamentos claros que haya que cumplir, sino dos legalidades, la del colegio como institución y la de los jóvenes estudiantes. 
En un emotivo y persuasivo discurso final, Frank Slade convence al tribunal popular y a todo el público allí reunido, y logra que su hijo adoptivo resulte absuelto. 
No ocurre así en la tragedia, pues de haber seguido su guía, Simms hubiera perdido el juicio, sería expulsado de la institución colegial y, como los griegos, vagaría, quién sabe si también acompañado por el exmilitar, por el mundo desolados y marginados definitivamente.
Por contra, el film tiene un happy end, y no un deus, sino, como no, una dea desciende de los cielos, una dea ex machina se le aparece a Slade a la salida del juicio en el colegio. Es guapa, pelirroja, de ojos castaños, bonita sonrisa, cosas que sabe Slade por su perfume. a su vez, esta mujer, profesora del colegio, se siente visiblemte impresionada por la personalidad del militar, y entre ambos quedan para una futura reunión. 
Este final final se une a la famosa escena del tango bailado entre Al Pacino y laermosa chica, todo un momento de elegancia y gusto por la vida.

Discurso de Al Pacino (película Esencia de mujer)

Tango esencia de mujer

sábado, 13 de octubre de 2018

Decébalo y Trajano, de Santiago Posteguillo

Acabamos de leer este pequeño librito, solo treinta y pico páginas, que cuenta el viaje que hizo el autor hacia 2012 para ambientar los escenarios que iba a incluir en su novela Circo Máximo, que trata principalmente de la conquista de la Dacia por Trajano, y su defensa acérrima por el rey Decébalo y los valientes y sacrificados guerreros dacios con los que se tuvo que enfrentar el emperador romano.
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De la lectura de la novela, hace ya un tiempo, recuerdo la suicida y violencia costumbre de los guerreros dacios ante la muerte de un principal de los suyos. Se arrojaban a un foso en cuyo suelo había unas lanzas clavadas que se ensartaban en el cuerpo del soldado que se había lanzado sobre ellas. Una costumbre ¿bárbara?, violenta, debida a cierto ritual. Recordemos que entre los lusitanos también había luchas violentas y mortales entre sus soldados a la muerte de alguno de sus líderes, en la misma Ilíada se relata también sacrificios a la muerte de algún líder, como los funerales de Patroclo, aunque en este caso se trataba de prisioneros. Y por último, que recordemos, la devotio romana, ese arrojarse un guerrero solo contra el enemigo, a una muerte segura pero de tipo ritual, con el afán de ser consagrado a los dioses.
De todas formas, el ritual funerario dacio era en verdad sangriento y hasta espeluznante, visto incluso comparado con otros de la época.
El autor llega a Bucarest por avión, alquila un cuatro por cuatro, se preocupa bien de darnos consejos oportunos por si alguno quiere emprender un viaje parecido, y emprende una ruta histórico-novelística-turística por las regiones por donde va a transcurrir su novela. Como buena guía, contiene referencias a hoteles, restaurantes, algunas indicaciones para no perderse en verdad realmente útiles.
El viaje aprovecha también para visitar otros lugares dignos de ser vistos, aunque no tengan referencias a la novela deTrajano, como una ciudad practicamente anclada en el siglo XIX , o uno de los muchos castillos atribuidos al famosos conde Drácula, en este caso no el que todas las guías citan como posible, pero para el autor parece que más probable.
En todo este viaje por la ambientación in situ de los lugares de su novela, late la cuestión de si es necesario o no hacer este tipo de visita de campo.  El librito comienza con una referencia a la obra de Noah Gordon El médico, donde el autor confiesa que nunca visitó los lugares que describe, pero tuvo la suerte de que en la biblioteca de su ciudad había una colección de mapas medievales. Lo mismo ocurre con Bram Stoker, ha de suponerse que la descripción del castillo de Drácula tuvo que hacerla a partir de algunas reproducciones e imágenes que encontraría en las bibliotecas de Londres.
Se nos viene a la cabeza igualmente las reflexiones que hace A. Pérez Reverte a la hora de documentar sus obras. Dice inclusso que el verdader placer de una novela es precisaneete este, el tiempo y los lugares dedicados a visitar los sitios, recorrer caminos y carretera, tomarse una copa o almorzar en talo cual restaurante de cualquier lugar adecuado para ambientar su novele. Y que luego lo otro, la labor de escribir, es más académica, sedentaria, donde uno vierte un poco todo esa ambientación vivida reviamente en los lugares. 
Así lo dice de su última novele, Sabotaje, y así lo hizo, intercalándolo en la narración de la historia del s. XVIII en Algunos hombres buenos.
La conclusión, volviendo a S. Posteguillo, es que Rumanía, a pesar de sus carreteras y algunos problemas con el alojamiento, es un país agradable, digno de ser visitado, a precios asequibles, al menos en 2012, y con una carga histórica latina profunda.