viernes, 4 de enero de 2019

SEVILLA Y EL CABALLO DE TROYA

La reina sin reino es la novela recién publicada de José María Pérez, Peridis. En ella relata las vicisitudes, anhelos, luchas y ambiciones de la reina Berenguela de Castilla, sobrina, para más señal, de Ricardo Plantagenet Corazón de León. Su obra y afán en la sombra va a ser conseguir la unificación de los reinos de Castilla y León en la figura de su hijo primogénito Fernando, el Fernando III de la historia.
La novela culmina con los últimos años de esta reina, cuando algo enferma y ya cansada, se recluye en el monasterio de las Huelgas de Burgos , ajena ya a los afanes de los tiempos. Ha logrado lo que quería, entronizar a su hijo Fernando. Para cuando fallece, Fernando III ya había conquistado Córdoba y Jaén, enbtre otras, las ciudades más importantes de Andalucía. Una mezcla de habilidad y potencia militar de ls castellanos, como de la desunión y el abandono en que queda AlAndalus de sus compatriotas al otro lado del estrecho.
Se entiende también en la novela que esta conquista sobre los árabes, la reconquista, tenga valor desde el papado, de cruzada, y así es reconocida por las diferentes bulas otorgadas por los papas de la época. De modo que que , desde el punto de vista geográfico, los reinos cristianos europeos están disputando los dos extremos del Mediterráneo contra los árabeas, Andalucía por un lado, y Jerusalén por el otro extremo.

Como decíamos, la novela acaba mientras se prepara el siguiente proyecto militar y expansionista de Fernando III, la conquista de Sevilla, con la reina Berenguela ya fallecida. Es sabido que para la toma de la ciudad hubo que traer embarcaciones desde Cantabria para que remontaran el río Guadalquivir y atacaran desde alli a la ciudad. 
En el momento en que están planificando la estrategia y surge precisamente el problema del río a la hora de conquistar la ciudad. Uno de los ayudantes de Fernando habla de que se necesitará un caballo de Troya o algo parecido para conseguirlo, dada la dificultad de conllevaba. Otro, después de pensar un poco, dice que el caballo de Troya que pueden utilizar va a ser una flota marina que, efectivamente, remonte el río y ataque Sevilla. 
De ahí que se compare el uso de una flota, que no fue grande tampoco, una docena de navíos, es decir, que se compara a la flota marina castellana con el caballo de Troya de los griegos. Que ya puede dar a las eternas disquisiciones de que pudo ser aquel caballo de Troya, si arietes en forma de caballo, uno o varios barcos que atracan en la rada de Troya con guerreros o escondidos, o, como en esta caso y más claramente, un fluota entera de navíos, con espolones y proas amenzantes, con formas de animal.
De cualquier manera, aquí tenemos otra alusión a la guerra de Troya en clave de la Edad Media castellana en las luchas entre árabes y cristianos.

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