miércoles, 7 de mayo de 2025

“¿QUÉ HORA ES, POR FAVOR?” (7.5)

 “¿QUÉ HORA ES, POR FAVOR?”

Como ya comentamos antes, el relato de Kadaré utiliza el recurso del monólogo interior en todo su relato. En el monólogo, aparentemente al hilo arbitrario de sus pensamientos, se desarrolla la vivencia interior del personaje. Y también la exterior, pues este diálogo interno se ve interrumpido continuamente por loque sucede a su alrededor. 

En este caso, alguien lo saca de su ensimismamiento mitológico en el que se encuentra, en plena y alborotada celebración del 1º de Mayo, para preguntarle algo tan mundano como la hora.

Una vez devuelto a la realidad circundante, el protagonista pasea su mirada por los alrededores, hasta que una cara le llama la atención, sin saber por qué. En seguida lo reconoce, es el consejero principal del padre de Suzana, del camarada X, como lo citan en la novela.

Sus recelos y sospechas le bullen entonces en la cabeza. Piensa si este individuo tan influyente ha podido tener algo que ver en la ruptura de Suzana.


Lo observé durante unos instantes …¿Sabría algo acerca  de la transformación en ciernes de Suzana? Seguro …era el más íntimo consejero de su padre …


Y le viene, de nuevo, esa palabra o leit motiv que viene repitiéndose desde el comienzo de la novela, sacrificio, y que asocia con la ruptura con su amante:


Tal vez fuera quien había fraguado el sacrificio.


Por asociación y analogía inconsciente con el mito, el personaje, la palabra que lo encarna, le viene automáticamente a su mente. Lo identifica obviamente con Calcante, el oráculo principal de Agamenón y los aqueos.


Calcante …


Y, de nuevo, regresa al mundo del mito, pues comienza el nuevo párrafo ubicado ya, por las alas de la mente, en el lugar sagrado del mito.


Mi imaginación se trasladó de nuevo al antiguo puerto de Áulide.


Ifigenia y Calcante en el fresco de Pompeya; recreación de la flota aquea en el puerto de Áulide


El mar, omnipresente en la literatura griega desde sus inicios, destaca en primer lugar en el regreso al lugar del mito. Como en la Ilíada, en el Canto I, 34, cuando Crises Χρύσης camina por la orilla del resonante πολυφλοίσβοιο mar, una vez Agamenón lo ha rechazado de malas formas, 


βῆ δ' ἀκέων παρὰ θῖνα πολυφλοίσβοιο θαλάσσης: 

Silencioso se fue por la orilla del mar estruendoso, 


el personaje de LHDAg se encuentra de nuevo, y como aquel, junto al de nuevo estruendoso mar.

El oleaje de la orilla  resonaba sin descanso …


La imagen del mar revuelto, como vemos, atraviesa los tiempos, y acompaña a estos dos personajes.


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