domingo, 11 de mayo de 2025

“LA MAYORÍA SOÑABA CON LA RENUNCIA A LA GUERRA …” (7.6)

 “LA MAYORÍA SOÑABA CON LA RENUNCIA A LA GUERRA …, PERO …”

La descripción que hace a continuación Kadaré está en la línea del trágico Eurípides. En cuántas tragedias de este autor no vemos una renuncia al mio tradicional, un comentario realista y crítico a la epopeya, una mirada desilusionada y humanizadora?


  

La flota aquea varada en tierra, los soldados desmovilizados 

y perdido todo el afán guerrero en la tediosa espera.


Como ya mencionamos en otro lugar, a propósito de esto mismo,  citamos el valioso libro de C. Alexander, La guerra que mató a Aquiles, Kadaré nos pone delante de esta misma versión. Nada de épica ni de gestas gloriosas, pues la heroicidad de la epopeya choca con el realismo más verídico. Los soldados, cansados de la espera, no piensan en la expedición, quieren volver a sus casas:


La mayoría soñaba con la renuncia a la guerra y el regreso junto a la esposa o prometida


La situación es tal, que incluso ya corren rumores como ciertos de que la campaña se va a aplazar y abandonar. Cosa que coincide, al parecer, con el gentío militar desmovilizado.

Kadaré hace notar este tipo de noticias que sobrevuelan un grupo humano, y desde la psicología cómo el propio grupo las acaba generando, fruto de una situación de tensa expectación. 

Pero no, de repente corre una nueva noticia. Y tal como la califica el relato, a pesar de que es un mandato divino y oracular, se trata, y ciertamente lo es, de “noticia contradictoria”. 


… ¡con el fin de apaciguar a los vientos, Agamenón … iba a sacrificar a su propia hija!


De tal modo que, y como indica más adelante, cuando siga el discurso de esta noticia, Kadaré y el relato va a darle vueltas y a analizar en detalle y de forma argumentada, la veracidad de este elemento clave de la leyenda de Ifigenia el propio vaticinio de Calcante.

Y lo hará con varios argumentos, uno de ellos la propia persona del intérprete oracular.  


Pero, de entrada, la voz narrativa muestra cómo es recibida la noticia por parte de la soldadesca, la masa de soldados abandonados a la desidia. Y, de forma consecuente, hay diversas. 

Es una aportación, no original, porque se puede ver en otras obras, pero sí lo es en el sentido en como comenta y analiza, como si fuera un estudio de opinión actual, la repercusión que tienen la noticia entre el ejército de Áulide.

Por un lado, los partidarios del rey no creen que sea posible tal sacrificio, cruel para su persona. En boca de ellos pone un argumento tan racional como humanos y de una lógica tan aplastante como anacrónica:


¿Era acaso indispensable un sacrificio semejante?


creencia esta que se supone en boca de este grupo de partidarios.


Otro grupo de la soldadesca, queriendo dar majyor verosimilitud a estos datos que la leyenda tradicional nos ha legado acríticamente, ya veremos que no es inocente este retrato de una multitud social, en el contexto de esta narración. Otro grupo, el que renegaba de Agamenón, 

En un análisis actual de opinión sociopolítica sus detractores no creían este acto posible, porque esto implicaría una revalorización del desprestigiado rey de Micenas:

No lo creyeron sus detractores, porque se negaban a admitir que fuera capaz de un acto tal de abnegación


Un tercer grupo, que no participa de esta lucha partidista a favor o en contra de la guerra, una especie de mayoría silenciosa, lo que quiere es volver a sus casas tampoco lo termina de aceptar.


tampoco quisieron creerlo quienes esperaban con impaciencia la simple anulación de la campaña.


Con esta división de los diversos grupos de la masa de soldados ante la noticia del ritual, Kadaré quiere dar una clave social, junto con la referencia a los dirigentes.

Y concluye, calificando todo esta noticia de sin sentido, de algo imposible,  ἀμήχανον, como hace la propia Electra en la tragedia cuando refuta las señales. Kadaré añade, además, otro calificativo, innecesaria:


“No, semejante cosa no era posible … una locura … innecesaria”

Es, pues, curioso, este detallismo de la novela a la hora de recabar las diferentes posiciones con la que se acoge la noticia de Ifigenia. Dato este que nos viene dado por la tradición legendaria, y que aceptamos como tal de forma natural y sin convertirlo en un fenómeno social, una noticia pública, y sus repercusiones en el colectivo que la recibe, y la forma en que cada facción la recibe y valora.


Y, dejando a un lado este revisión realista del impacto en la opinión de los guerreros y dirigentes …, como haría Electra en la tragedia del mismo nombre de Eurípides, sigue, de forma recurrente, repitiendo otra vez los motivos y cada vez con más precisión,  diseccionando y desmontando la creencia en el augurio divino. 

De forma deductiva, argumenta la voz interior de este aqueo de Áulide, el periodista albanés reencarnado allí a lo largo de los siglos, que,

  1. si los vientos no imposibilitan realmente la navegación,

  2. consecuentemente, el valor y la utilidad del sacrificio se cuestiona, y

  3. en última instancia, se puede dudar incluso de la autoridad del adivino Calcante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

"¿ACASO STALIN NO SACRIFICÓ A SU PROPIO HIJO …?" (LHDA, 14)

 " ¿ACASO STALIN NO SACRIFICÓ A SU PROPIO HIJO …?" Y es entonces, como otro relámpago de lo que la mente bulle a lo largo del día...