ELECTRA REFUTA Y PARODIA LAS SEÑALES DE ANAGNÓRISIS:
Aunque la escena de Electra es clásica y de todos conocida, la citaremos de nuevo de forma breve.
Las pruebas o señales que el anciano encuentra en la tumba del rey Agamenón son tres:
un mechón de pelo,
una huella, y
un trozo de vestido.
Orestes y Electra ante la tumba del rey.
La primera señal de posible reconocimiento se refiere al mechón de pelo que el anciano ha encontrado en la tumba. Le pide a Electra que lo una junto al suyo, para comprobar que son similares o idénticos.
ΠΡΕΣΒΥΣ
εἰ χρῶμα ταὐτὸν κουρίμης ἔσται τριχός·
φιλεῖ γάρ, αἷμα ταὐτὸν οἷς ἂν ᾖ πατρός,
τὰ πόλλ' ὅμοια σώματος πεφυκέναι.
ANCIANO.
520 Acerca este mechón a tus cabellos y observa si
son del mismo color que este pelo cortado. A
quienes tienen la misma sangre paterna suelen
nacerles iguales muchas partes del cuerpo.
Electra, algo hastiada, desecha el requerimiento del hombre como poco menos que absurdo.
ΗΛΕΚΤΡΑ
ἔπειτα χαίτης πῶς συνοίσεται πλόκος,
ὁ μὲν παλαίστραις ἀνδρὸς εὐγενοῦς τραφείς,
ὁ δὲ κτενισμοῖς θῆλυς; ἀλλ' ἀμήχανον.
ELECTRA.
En segundo lugar, ¿cómo pueden corresponder
el pelo de un hombre noble, cuidado para las palestras,
y el de una mujer, acostumbrado a los peines? Es imposible.
A continuación, el anciano lo intenta con una segunda señal, la huella del pie en la tierra.
ΠΡΕΣΒΥΣ
σὺ δ' εἰς ἴχνος βᾶσ' ἀρβύλης σκέψαι βάσιν
εἰ σύμμετρος σῷ ποδὶ γενήσεται, τέκνον.
ANCIANO.
Entonces ve a ponerte en sus
huellas, hija, y mira si la pisada de su bota se
corresponde con tu pie.
A lo que una cuadriculada Electra le rebate de forma palmaria y hasta descalificadora, como si el anciano le estuviera contando eso, cuentos de viejos, que es a lo que queda relegado el mito tradicional en estos diálogos:
ΗΛΕΚΤΡΑ
…
δυοῖν ἀδελφοῖν ποὺς ἂν οὐ γένοιτ' ἴσος 536
ἀνδρός τε καὶ γυναικός, ἀλλ' ἅρσην κρατεῖ.
ELECTRA.
…
no podría ser igual el pie de dos hermanos, 536
varón y mujer. El varón es más robusto.
Y la tercera, siempre el número tres, y última prueba, un trozo de tejido de la ropa que llevaban de niños.
ΠΡΕΣΒΥΣ
οὐκ ἔστιν, εἰ καὶ γῆν κασίγνητος μολών,
. . . . . . .
κερκίδος ὅτῳ γνοίης ἂν ἐξύφασμα σῆς,
ἐν ᾧ ποτ' αὐτὸν ἐξέκλεψα μὴ θανεῖν; 540
ANCIANO.
¿No existe un vestido tejido por tu
lanzadera por el que reconocieras a tu hermano si
regresa a esta tierra, 540 aquel en el que estaba
envuelto cuando yo lo sustraje a la muerte?
ΗΛΕΚΤΡΑ
…
πῶς ἂν τότ' ὢν παῖς ταὐτὰ νῦν ἔχοι φάρη,
εἰ μὴ ξυναύξοινθ' οἱ πέπλοι τῷ σώματι;
ἀλλ' ἤ τις αὐτοῦ τάφον ἐποικτίρας ξένος 545
ELECTRA
… ¿cómo iba a llevar ahora la misma
ropa que entonces, cuando era niño, a menos que la
ropa crezca junto con el cuerpo? 545
Con esta tercera refutación, casi de tipo forense, como en un juicio, práctica recién descubierta por los atenienses y de la que se mostraban francamente entusiastas, Electra termina de desmontar la creencia del anciano de que Orestes había llegado a Argos.
En verdad que las señales o pruebas son en principio endebles, y resulta hasta de sentido común rebatirlas. Pero son las verdades del mito heroico que se aceptaban sin mayor cuestionamiento por la comunidad. Es en esta época de raciocinio y también cierta irreverencia, cuando el hombre de Atenas se atreve a racionalizar y rebatir estos relatos.
El autor albanés hará lo mismo en su relato. Y le dará, al tiempo que lo hace, una reinterpretación en clave política y muy sorprendente dentro de los relatos que recrean esta leyenda. Aunque ya lo comentaremos, toda esta argumentación le sirve para como un audaz analista político actual, o consejero áulico, llegar a la conclusión y determinar, en esta clave en que escribe su relato, que el adivino Calcante en verdad no puedo pronunciar estos vaticinios.
Desde el punto de vista del relato de Kadaré, todo se trata de informaciones manipuladas por las élites dirigentes, en este caso Agamenón, con vistas a hacerse con la opinión de la soldadesca, de la población, y presentarse como auténtico y aceptado líder.
Pura estrategia de comunicación política que, como Kadaré demuestra y es bien sabido, es un mecanismo imprescindible y necesario en todo régimen político, y más en los del tipo totalitario, el que padeció Albania, entre otros muchos, y trata de desmontar con sus actividad literaria, en principio.
Así que, siguiendo este modelo de refutación forense, argumentativa, Kadaré va desmontando y relativizando las noticias ya asentadas y admitidas con naturalidad y tradición, de la leyenda de Ifigenia.
Y, aunque ahora al leerlo, nos parezca palmario y manifiesto esto que hace con la leyenda, hay que reconocer el mérito, la iniciativa y la labor creativa de hacerlo patente, evidente y literario, no hay que olvidarlo.
Volviendo a la argumentación de la que hablábamos, y al igual que Electra se centra en las tres pruebas o señales, Kadaré va a hacer algo parecido y a refutar otras tres informaciones del relato legendario.
los vientos no son tan tormentosos para impedir la expedición;
la inutilidad del sacrificio de Ifigenia, y
si Calcante fue realmente quien promulgó tal oráculo.
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