sábado, 22 de marzo de 2025

IFIGENIA ENTRE LOS NAZIS (ENCADENADOS, A. HITCHCOCK, 1946) (4)

¿LA "ANOMALÍA" DE ALICIA-BERGMAN?

 
Alicia engalanada para infiltrarse en la red de espías nazis en Río, 

dispuesta al “sacrificio”.


En el film, Alicia-Bergmann insiste una y otra vez:


ALICE

Do you want me to take the job?

DEV

You're answering for yourself.

ALI

I am asking you.

DEV

It's up to you.


Desiste al fin  ya completamente, ante atento ruego y tanta esperanza fracasada.

Se separa de Devlin y vuelve al mueble de la cocina, donde se entretiene con lo que preparaba  para la cena frustrada.

Es entonces cuando, como la Ifigenia de la tragedia, toma una decisión, cambiando totalmente lo que tenía en su vida ahora mismo, su amor por Devlin y la recuperación de su persona. No la inunda de ninguna manera un valor patriótico, pero es perfectamente consciente que va a hacer un sacrificio, ella, una don nadie hasta que encuentra a Devlin. 

Y casi que ese sacrificio, un sacrificio personal y puede que vital, por su país y por la guerra, no le importalo más mínimo.

No dice, ya decimos, esas palabras patrióticas que la glorifican. Ya sabemos que no lo hace por eso. Su fracaso amoroso, la absoluta decepción que siente, pasar de la dicha plena al desengaño cruel en tan poco tiempo, le ha hecho perder toda ilusión en la vida, hasta el valor en sí misma.

Sólo dice una simple y vulgar frase, que indica por fin su aceptación y el cambio de actitud ante la misión. 

La descreída estima que le tiene al patriotismo lo refleja en sus desabridas palabras.


(ALICE) 

When do I go to work for Uncle Sam?

(DEV) 

Tomorrow morning.


La palabra sacrificio, esa que es la voz que encuentra el personaje de Kadaré cuando lo de Suzana, en verdad que no desentonaría en tal situación. 

Aunque Alicia-Bergmann no se encuentra en situación de reconocerlo. Desengañada, entre entre escéptica y una actitud frívola a la que la ha devuelto los acontecimientos, ha aceptado la misión.

Incluso el personaje de la novela de Kadaré, desde luego, no dudaría de que se trata de un sacrificio, y casi seguro que hubiera sufrido la misma evocación del mito de Ifigenia que le produce en la novela. Eso se podría decir, ya decimos, forzando las cosas.


Tal como dijo Aristóteles, en el personaje de Ifigenia hay una anomalía en la configuración de su carácter.

En el de Alicia, a pesar de lo rápido que toma la decisión, ha venido precedida de un intenso momento emocional que, en sí, parece justificar cualquier decisión. De golpe, su enamoramiento se ha roto y quizás solo busca olvidarlo todo. Y qué otra cosa coger lo primero que tenga a mano, sea este servicio de espionaje o cualquier otro, trastocada como está.

En lugar de esas descreídas y ajenas al espíritu patriótico nueve palabras, 


When do I go to work for Uncle Sam? 


recordemos las heroicas y trágicas palabras de Ifigenia, en IFA, a pesar de esta comparación tan extremada.


ἀλλ᾽ ἀμήχανον: δίδωμι σῶμα τοὐμὸν Ἑλλάδι. 1397

θύετ᾽, ἐκπορθεῖτε Τροίαν. ταῦτα γὰρ μνημεῖά μου

διὰ μακροῦ, καὶ παῖδες οὗτοι καὶ γάμοι καὶ δόξ᾽ ἐμή.


Entrego mi cuerpo a Grecia. Sacrificadme, arrasad Troya.

Ése será, pues, mi monumento funerario por largo tiempo,

y eso valdrá por mis hijos, mis bodas y mi gloria.    


Alicia engalanada para infiltrarse en la red de espías nazis en Río, 

dispuesta al “sacrificio”.


No hay comentarios:

Publicar un comentario