TROYA.LOS PUEBLOS DEL MAR. PLANTEAMIENTO DIVINO.

 PLANTEAMIENTO GENERAL DEL CÓMIC.

El cómic comienza con un prólogo-introducción independiente. Las primeras viñetas nos muestran unas estancias de interior, oscuras y lóbregas, que albergan una figura encerrada en ellas y en decadencia, la Pitia.

   

el mundo heleno, egipcio e hitita en el que se desarrolla la acción de Troya.

No se especifica si es la famosa Pitonisa de Delfos, que aparece, ya decimos, derrotada y en lamentos, pues la función oracular y su propia vida está en riesgo por una misteriosa fuerza que la amenaza. Son las Erinias, así las denominan en la historia, y están de caza de los antiguos oráculos.

Como se ve, con las Erinias clásicas sólo guarda semejanza por el nombre.

Lo chocante, ya desde el principio, viene  al mostrarnos el edificio oracular en el que está encerrada la Pitia. es nada menos que la acrópolis de Atenas, y en su máximo apogeo de la época Clásica, Partenón al frente y la estatua de Atenea Promachos retadora desde la altura.

 

Primera imagen del cómic, una Pitia destronada de sus funciones sigue habitando desolada su oráculo, ubicado nada menos que en la Acrópolis clásica de Atenas.

Los antiguos oráculos se ubicaban en templos o edificios oraculares, en el interior de los cuales se encontraba precisamente las estancias de los sacerdotes y la Pitia o sibilas. Y esto es lo que hace el siguiente personaje que aparece en escena, una figura femenina y aguerrida, con el antiguo nombre de la noche, Hécate. Viste una capa ligera, blanca por semejar a la luna, que le cubre al mismo tiempo la cabellera con una capucha. 

 

Aparece en esa acrópolis oracular, para sorpresa de los guardias. Acaba de forma rápida y expeditiva con ellos, guardianes anacrónicos, con cascos corintios y panoplia hoplítica, y en un descenso circular, se dirige donde la Pitia.

La Pitia, desde luego, la estaba esperando. Es ella la que le va a trasladar el mensaje augural y vaticinio con el que se enmarca la historia. Una amenaza se aproxima inexorable desde oriente y con fines destructivos para el orden actual, tanto el de Zeus como el de los humanos.

La encabeza Cronos. Éste, después de ser derrotado en la Titanomaquia divina, ser exiliado, no contento con su dorada vida, que no se menciona, ha regresado a por lo que el considera aún sus legítimos dominios. 

En este relato que hace la Pitia, trastoca manifiestamente el relato mítico. Dice que … LOS HIJOS DE LA EDAD DEL BRONCE SE VOLVIERON CONTRA CRONOS, LO DEJARON HERIDO Y HUMILLADO…

Lo que va en absoluta contradicción con la leyenda original, donde Cronos, el saturno romano, el dios de la Edad de Oro en el mito de las edades, también de Hesíodo, vive retirado una existencia dorada y placentera en unos paradisíacos lugares, junto con los de su generación.

Y por eso a su edad la llaman de oro áurea.

No ha habido, pues, ningún enfrentamiento entre Cronos con su celestial Edad de Oro, y la Edad ruda y difícil del Bronce que le seguirá después.

Volviendo a la profecía, La Pitia, y tal como relata la Teogonía de Hesíodo, le cuenta a Hécate que se han sucedido, en el orden divino, tres generaciones de dioses. Pero han ido sucediéndose de forma no muy pacífica. Urano, el primero que reina sobre el cosmos, es destronado y castrado por su hijo Cronos. Éste, a su vez, es desposeído de su poder por sus propios hijos y liderados por el último, Zeus. 

Éste es, desde entonces, quien rige los designios de dioses y mortales.

La Titanomaquia en el cómic.

Pero, como ya ha anticipado, Cronos en revancha  ha regresado, junto con una figura que retrotrae al Caos o Chaos  teogónico, a la que llaman muy creativamente Chascos. Simboliza, como aquél, el desorden y la mole primigenia, a la que quiere devolver de nuevo al mundo regido por los Olímpicos.

A los mortales no les queda otra oportunidad que combatir esta amenaza y aferrarse  al dios que garantiza hasta ahora ese orden, el padre Zeus.

Sin embargo, como ya hace Gea, la Madre Tierra, en Hesíodo, no lograrán derrotar a Cronos si no cuentan con la ayuda de aquellos seres descomunales que ya ayudaron a su vez a Cronos, los Cíclopes y los Hecatonquiros.

Éstos se hallan encerrados en el Tártaro, es su sino, al parecer, según el relato teogónico, como se sabe.

Por su parte, el cómic no nombra todavía quiénes son ellos, los deja sin citar misteriosamente, para luego hacerlo ya muy avanzada la historia. 

Y a diferencia de la leyenda original, una vez se revele su identidad, no van a ser los Cíclopes, sino los hipertrofiados Hecatónquiros, las potentes fuerzas que necesitan en su lucha contra Cronos.

Pero hay un problema, y es que no se sabe dónde se encuentran estos seres portentosos necesarios para derrotar a Cronos. Y el relato lo deja aquí pendiente, en la tarea inminente de la búsqueda de tales personajes.