jueves, 21 de diciembre de 2023

HAZAÑAS DE NICANOR EN GAUGAMELA.

 ALEJANDRO FUERA DEL FOCO: DUELOS SINGULARES DE LOS HETAIROI CLITO Y NICANOR.

Hetairos macedonio.

A continuación, siguen las proezas, pero no ya del hasta ahora omnipresente Alejandro, modelo de guerrero, sino de otros capitanes y jefes griegos, que dan realce al ejército y reparte, en visión panorámica, el despliegue de la batalla. Ya decimos, una batalla de tono caballeresco en el estilo y la tradición de la literatura épica medieval.

Esta parte del combate, a continuación de los lances del rey, la introduce de la siguiente manera:


1373

Dejemos ahora al rey, de los otros hablemos,

pues todos eran buenos algo de ellos diremos;

Dexémosvos del rey, de los otros contemos;

todos [í] eran buenos, nós de todos fablemos;


En una especie de crescendo, se dedicará desde la estrofa 1373 a la 1381, a l duelo del macedonio Clito contra dos hermanos y su pariente, con gran dramatismo añadido por el lastimero final de su lance.

A continuación, el gran protagonismo, hasta llegar a convertirse casi en un doble de Alejandro y verdadero protagonista, el foco brillante lo tendrá en merecida fama el hetairos Nicanor de Grecia. Su combate y su caída lo narrará desde la estrofa 1382 a la 1400 (o 1404).


2.

Clito

3.

Nicanor, otro hijo de Parmenión.

estrofas

1373-1381


estrofas

1382-1400 (04)


Por lo tanto, Clito, el histórico lugarteniente del  rey, aquí caballeresco guerrero, se enreda contra dos hermanos y su vengador  padre, en un duelo alargado, emotivo, a veces sencillo y hasta algo ingenuo.

Esta ingenuidad aparente de los lances  caracteriza, en general, todo el relato de la batalla.


1373

Pero entre todos ellos a Clito no olvidemos,

los buenos por los malos dejar no los debemos.


En segundo lugar introduce en la batalla a cierto Nicanor, personaje histórico también, pues el poeta quiere ampliar los lances de otros guerreros helenos, Dejemos ya a Clito, de Nicanor digamos, para dar más lustre, incluso al propio Alejandro.

Cual heroico Roldán del cantar, rodeado de unos pares y compañería florida, así parece emularse Alejandro.

Emparenta a este Nicanor, con Clito y Filotas y a todos los tres hace hijos de Parmenión. Ya decimos que se ve exhibición de erudición, es cierto lo de Nicanor, pero ya no con Clito, hijo de Drópidas. De todas formas, la demostración erudita queda manifiesta y refrendada en su mayir parte. 

A estos ilustres guerreros, a todos no olvida de darles su tratamiento medieval de don, don Parmenión, don Filotas, …


Bodley 264 Romance of Alexander


ARISTEIA DE NICANOR, HIJO DE PARMENIÓN: NO ES ALEJANDRO, SINO NICANOR, HIJO DE FILOTAS, QUIEN SE LLEVA LA FAMA: VE EL HUECO DE EJÉRCITO PERSA, VISLUMBRA A DARÍO Y, HACIENDO DE ALEJANDRO, SE ABALANZA CONTRA EL GRAN REY.

El poeta, ajeno al parecer a dotar de la mayor gloria en la batalla al rey macedonio, como ya las fuentes antiguas, que lo ponían al frente, y que hasta Diodoro lo hacía protagonista del lanzamiento contra el gran rey, el autor del poema, no sabemos por qué no siguió la tradición, ubica en el lugar de la fama y la gloria del ataque directo contra Darío, no al inmortal Alejandro, no. 

Es este Nicanor, desconocido generalmente en los relatos de la batalla, pero personaje histórico, hijo de Parmenión, sin embargo, es este Nicanor quien protagoniza el ataque, el primero y decisivo ataque contra Darío.


1383

El haz que él guiaba mandaba con acierto,

como sierpe rabiosa andaba boquiabierto,

había en los caldeos una gran brecha abierto.

¡Contra éste no valen las hierbas de mal huerto!


La az que él guiava mandava la en cierto,

como sierpe raviosa andava boc abierto;

avién en los caldeos grand porti[e]llo abierto,

contra ésti non valen las nuevas de mal viento.


De pasada, encontramos citado el dato, histórico, éste sí, el dato del hueco que queda en el centro del ejército persa, una gran brecha abierto, grand porti[e]llo abierto, y donde está el propio Darío, después de la cabalgada hacia la derecha de Alejandro y los suyos. Ese mismo espacio libre que el macedonio, Nicanor, aprovecha para atacar contra el mismo rey.


Darío, como ya antes Alejandro, pero que no culmina el ataque, Darío es vislumbrado otra vez, pero en esta ocasión ahora por el hetairos Nicanor. Dirigió su mirada donde Darío estaba, Ovo de fincar ojo Dario a do andava,... 

Nicanor lo identifica por la magnificencia y el oro que lo recubre la resplandor del oro esso lo acusava. Cosa que a Clito le parece presunción en la batalla incierta. 


1384

Dirigió su mirada donde Darío estaba,

el resplandor del oro al persa denunciaba;

para sí dijo Clito que mucho le pesaba

que aún la batalla en la balanza estaba.


Ovo de fincar ojo Dario a do andava,

la resplandor del oro esso lo acusava;

dixo entre su cuer que mucho le pesava

que aún la fazienda tan en peso estava.


Entonces es éste, Nicanor, en el papel que Alejandro debería de ocupar, es el que se lanza con arrojo contra el persa Aguijó contra él de forma furibunda y corajuda querié a todas guisas rebatar el real, arramblando, como Alejandro a todo el que se ponía por delante al que podié prender, fazié-l mala señal, ...


1385

Aguijó hacia Darío, lo otro dejó tal cual,

quería a toda costa destrozar el real;

al que en medio encontraba le dejaba mortal,

pocos como él había en todo aquel real.


Aguijó contra él, dexó todo lo ál,

querié a todas guisas rebatar el real;

al que podié prender, fazié-l mala señal,

avié í de mejores pocos en el [?].


Es decir, la viva imagen del mosaico de Issos, o los films, pero en lugar del rey, uno de sus capitanes, Nicanor hijo de Parmenión, desempeñando su misma pose y el mismo rol aguerrido.


DUELO SINGULAR ENTRE NICANOR Y REMNÓN. 

Sin embargo, empleando de nuevo esa táctica de demora y recreación en el género épico-caballeresco, un otro guerrero persa se interpondrá, como en el fresco de Pompeya, se interpondrá entre el Gran Rey y el guerrero griego. Un tal Remnón, pariente de Darío, quizás réplica del Oxatres del mosaico, se planta valientemente ante el macedonio.


1386

De Darío era Remnón amigo y pariente,

en socorro del rey llegó con buena gente,

con muchos caballeros y con muchos sirvientes,

muy bien aparejados de oro y plata lucientes.


R[h]e[m]non era de Dario amigo e parient,

vino li en acorro con mucha bella gent,

con mucho cavallero e mucho bon sergent

sobra bien adobados de oro e d’argent.



Bodley 264 Romance of Alexander


Como el persa Remnón y el propio Nicanor se presentan acompañados de sus gentes y guerreros, quizás una descripción bastante verosímil, a pesar del tono hiperbólico, de lo que puede suceder en los combates, las luchas tumultuarias, tal como sería la verdadera carga de los hetairoi, entre unos y otros destacamentos se entabla una furibunda pelea. 

Ésta es descrita vívidamente por el poeta


1388

Hubo allí gran pelea, firmes acometidas,

fueron muchas cabezas hasta el hombro partidas;

Allí fue grant la priessa e firmes las feridas,

fueron muchas cabeças de los ombros tollidas,


  Al cabo de tales encontronazos, se encuentran cara a cara los dos capitanes, Nicanor y Remnón. Tanto el macedonio como el persa llevan presente la búsqueda de fama gloriosa, como buenos guerreros homéricos, y deciden ir el uno a por el otro.


1391

pensó Nicanor una buena razón,

que en verdad parecióle hazaña de varón:

que si de las sus manos escapaba Remnón,

todo le importaría lo que vale un pepión.

Eston[z] asmó Nicánor una bella razón,

semejó vera ment esfuerço de varón;


1392

Puesto que en esa idea ambos iban al par,

consiguieron al fin el uno al otro hallar;

Tanto podieron ambos un a otro andar,

fasta que se ovieron en uno a fallar;


Bodley 264 Romance of Alexander


FINAL LASTIMOSO DE NICANOR. 

Lo que sigue a continuación es una descripción detallada del barullo y las acometidas entre ambos. Nicanor resulta vencedor de las acometidas y derrota finalmente a Remnón.

1395

Quedó muy quebrantado Remnón de la caída,

ni se podía mover, ni inferir herida;

pudo más el de Grecia, esa barba cumplida,


Pero la victoria le dura apenas nada, pues enseguida otros guerreros persas acuden a vengar al suyo, cientos de ellos. Nicanor se bate valientemente contra unos y otros

Pero el autor, consciente de que la amplificación retórica no debe cansar, confiesa que es necesario contar el desenlace.


1399

Aunque mucho os queramos esta historia alargar,

os lo voy a decir, aunque con gran pesar:

Que mucho vos queramos la razón alongar,

é vos lo a dezir, pero con grant pesar:


Cae abatido al fin el macedonio, luchando valientemente. Pero, dice el poeta, (aunque en verdad con esto no podemos estar de acuerdo, pues no es ni mucho menos conocido el heroico Nicanor), más bien es un tópico épico, que la fama del héroe se recordará para siempre. 


1400

>Murió allí Nicanor, aquel cuerpo aguerrido,

limpio quedó su nombre, aunque el cuerpo podrido;

pero hizo tales daños antes de ser vencido,

que hasta que dure el mundo será enaltecido.


Assí finó Nicánor, un cuerpo tan complido,

sano es el su nom[n]e maguer él es podrido;

mas fizo tales daños ante que fues caído,

que será, mientre dure el mundo, retraído.


Una nota previa, el cierto Nicanor, según la información histórica, parece no encontrar la muerte en tal batalla, pero sí poco después, una vez el rey se dirigía en campaña hacia la Bactria, donde parece que enfermó y falleció.


Bodley 264 Romance of Alexander


Así que de tal forma acaba la valiente aristeia o hazaña de Nicanor. 

Es un lugar común en la literatura épica los lances que se describen en el combate, así como su muerte. 


A pesar de no llegar ante Darío, Nicanor parece un sustituto, un redoble o clonación hasta ahora no nombrado, un sustituto literario del rey Alejandro.  La literaturización de la carga histórica de los hetairoi en aquella batalla se traspasa ahora a Nicanor y sus hombres.

De la famosa e icónica jabalina no hay ninguna noticia en la aristeia de Nicanor, el autor no la ha querido promover como lance, pues implicaría, parece, acelerar el fin de la batalla. Final para el cual el autor tiene reservada otra escena detallada y cuidada.

El final del capitán, muerto valientemente y con un derrota heroica y literaria, es un amplificación literaria de los lances guerreros en Gaugamela. 

Resulta llamativo, por tanto, es en verdad lo más que le extraña a uno, que el autor del Alexandre haya recuperado esta figura de uno de los hetairoi macedonios, Nicanor, hijo de Filotas, y le haya otorgado el inicio de la carga de caballería, y también el protagonismo del ataque directo, que no se cumple, con el rey Darío, suplantando, ya decimos, en esta gesta al mismo Alejandro, símbolo absoluto de tal acto hasta ahora.


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