sábado, 20 de mayo de 2023

In The Heat Of The Night (1967). LA ANAGNÓRISIS DEL POLICÍA TIBBS

                      

    ANOCHE repusieron en CLASSICS  el clásico de 1967 En el calor de la noche (In the heat of the night). sta basada en un novela, del género negro, del mismo nombre, cuyo autor es cieto John Ball, y publicada en España hace años en una colección de kiosko muy popular por aquel entonces.



Como anda uno por esta época con la anagnórisis por arriba, anagnórisis por abajo, estuvimos repensando la película por si había algún episodio de este recurso.

Acabamos pensando que en general, las novelas del género negro, las de misterio y por elel estilo, siempre llevan unido este recurso, en el sentido mas general. Es decir, el de desvelamiento o reconocimiento.

Estas novelas de intriga siempre están pendientes de ese momento en el que se conoce todo.

Bien es verdad que no hay que confundir anagnórisis con desenlace. La figura de la anagnórisis ha de ser referida a acciones más concretas. Aunque sea verdad, al menos en este género de intriga, que todo gira en torno a un desvelamiento.

Que se parece bastante al concepto de verdad que se tenía en la antigua Grecia. La palabra αλήθεια en griego se traduce por "verdad". pero, etimológicamente, es similar a anagnórisis.

La palabra αλήθεια, pues, está formada por una alfa privativa α-, y el sustantivo -λήθη ("olvido"). Literalmente, "no olvido", muy similar a revelación, redescubrimiento, sacar a la luz lo oculto.

Y de eso se trata normalmente en este género.

Sí se ve en la tragedia de Edipo Rey, casi la primera novela policíaca, este desvelamiento y la anagnórisis consecuente.

Y, a partir de aquí, en todas las demás de este género ya surgido como tal en el siglo XIX.


La película y el libro giran en torno a este elemento central. Es decir, a partir del descubrimiento inicial de un cadáver, tirado de cualquier manera en una calle de una ciudad del estado aún racista de Mississippi, el proceso de investigación sacará a la luz, la αλήθεια, la anagnórisis, la miseria social que conlleva el racismo y la segregación en esos estados del sur de los EEUU en aquellos años.




Virgil (como el poeta latino, que suena a mofa entre los policías locales) Tibbs, el inspector negro que casualmente se encuentra esa noche esperando un transbordo de tren, se verá mal que a su pesar a colaborar con la policía local, incapaz de solucionar el tal crimen. En su investigación sacará a la luz lo peor de aquel lugar, el racismo patente que, incluso, amenaza con matarlo.

El jefe de policía, Rod Steiger, al principio reacio al trato con aquel inspector, además de ciudad y con un salario muy por encima del suyo, irá poco a poco cambiando de actitud. Finalmente reconocerá el valor de Tibbs, su valía, y a través suyo se mostrará patente eso que señalamos antes, la miseria mental y social de esa villa sureña anclada en un racismo empobrecedor y violento.



Hay una primera escena de anagnórisis al comienzo del film, reconocimiento que desvela, desde el principio, el estado de prejuicios en el que vive engañada esa comunidad sureña. 

La escena es así: una vez descubierto el cadáver, el jefe envía a su policía Woods a buscar a algún desconocido que ande pululando a esas horas de la noche por la ciudad. El tal Woods se llega a la estación, y allí vislumbra a una persona esperando al tren. Es negro, por más señas. Woods no lo duda, entra en la estación, amenza al individuo, no  le pregunta su identidad, seguro como está de que, siendo negro, él es el culpable.

Tibbs no dice en ningún momento nada, se limita a obedecer. Es llevado por Woods a la comisaría. Allí el jefe le hará un interrogatorio directo, seguro de que es el asesino. Tibbs aún aguantará un poco más sin revelar quién es. 

Ya al final, el jefe Steiger acierta a preguntar por su identidad, han pasado ya varios mnutos desde su detención y su atribución del asesinato. Tibbs le muestra su placa y le revela qué es inspector de policía de Filadelfia. Steiger echa un largo suspiro, llama a Woods, le dice que si le había preguntado su identidad, aquél responde que no, y entonces le enseña la placa de Tibbs.

Pero, así y todo, Tibbs tendrá que ganarse su valía ante aquellos casi patanes que no reconocen su superioridad profesional y humana.


Con este recurso de anagnórisis desde el comienzo del film, se quiere poner en evidencia, es claro, la realidad segregacionista subyacente en aquel lugar del sur americano. Si se hubiera presentado como tal desde el principio, no hubiera tenido ese efecto. Además, hace que el espectador esté a la espera del momento en que se va a revelar esa pequeña gran verdad.

Como siempre, resulta efectista la demora en la presentación y revelación del personaje como realmente ser quién es, en esto el recurso casi siempre es efectista.


Curiosamente, será una mujer, la bella esposa de la persona muerta, la que reivindicará únicamente a Virgil para que siga en la investigación, mujer interpretada breve pero determinante por la poco conocida actriz Lee Grant.


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