4. LA VESPA en el TEATRO MARCELO.
Se puede decir
que, una vez tomadas las bebidas, y aclarado el plan de Bradley esto es, hacer
un reportaje periodístico, con la colaboración de un fotógrafo colega, Irving, se
pone en marcha de verdad la vista a la ciudad y la parte más famosa e icónica
del film, la excursión en vespa.
En verdad, un personaje más va a ser la vespa, la que los lleve transitando por el centro histórico y vital de la capital, en forma divertida y alocada. A partir de ese momento, como por arte de magia, se les ve a los dos a bordo de una utilitaria y mágica vespa, rodando por el centro mismo de la Urbe.
Sobre el
bimotor, la pareja, minúsculos seres de la vida, se enfrentarán a la inmensidad
y grandiosidad del tiempo detenido, cada vez que el ciclomotor se enfrente a la
estampa inmemorial del Coliseo o el Teatro Marcelo, ellos con su estela humilde
y ligera.
La salida en la vespa los ubica de repente en la Roma clásica, ante la misma fachada del clásico Teatro Marcelo.
https://www.homolaicus.com/storia/antica/roma/teatro_marcello.htm
Junto al Teatro de Marcelo se ven los restos del Templo de Apolo, tres columnas con lo que queda del capitel sobre ellas.
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