martes, 4 de octubre de 2022

5. VESPASIANO O LA VESPA: EL SILENCIOSO COLISEO.

VESPASIANO FRENTE A LA VESPA. 



A este monumental e imperecedero testigo de la historia, el Coliseo o Anfiteatro Flavio, es al que se le dedica algo de tiempo la película, que son en verdad unos discretos y breves segundos.

Evidentemente, es el más identificable.

 La visita es en silencio, se ve cómo pasean por el interior, en una de las plantas superiores, acompañados de un guía contratado, es de suponer, que se explaya explicándole a Anna lo principal del edificio.

Unos otros turistas, apoyados relajadamente sobre los muros despojados de grandeza, se dejan ver disfrutando tranquilamente de la inmensidad del edificio y sus restos.

 


Podemos decir que la imagen del Coliseo, su fachada,

es la más reconocible existente, es la que ha seleccionado el director


Se muestra perfectamente la estructura de lo que queda del edificio. Los arcos de los graderíos y el conocido laberinto de galerías, que existe bajo la arena del Coliseo, por donde subían y bajaban gladiadores, bestias, condenados, etc.

Curiosamente, no hay ningún diálogo o reflexión, en este momento principalmente, en el interior del Coliseo, sobre la Roma antigua, el mundo de los gladiadores, el paso del tiempo u otros temas oportunos para sacar a colación entonces.

No, la película no aprovecha ese marco “incomparable” de la que fue grandiosa capital del mundo para reflexionar, por muy tópico que fuese, nada sobre aquella civilización, aquella cultura, que es la nuestra y la de ellos.

 

Quizás la vespa sea la explicación. Es decir, más que el Coliseo o el Templo de Hércules Invicto, el verdadero símbolo de Roma en la película es sencillamente ese bicho ruidoso de dos ruedas, la popular vespa.

 

La vespa como elemento popular, otro elemento dionisíaco donde los haya, de diversión, aturullamiento, perdida temporal de la cordura, se pasea por delante de aquellos edificios de siglos, intemporales, con la ligereza de la efímera vida, con feliz indiferencia propia de la condición humana frágil y del tempus fugit.

Recordemos, el poema nostálgico de R. Caro a Itálica, que si recoge, eran otros tiempos, ese poder evocador y nostálgico que emana de sus ruinas.

 

Estos, Fabio ¡ay dolor! que ves ahora

Campos de soledad, mustio collado,

Fueron un tiempo Itálica famosa;

Esto no tiene cabida en una obra de este género de comedia, pero aún y así lo citamos por lo ajeno que les parece a sus protagonistas ese mundo y esa arquitectura tan presto a la nostalgia y la reflexión breve.

Solo hay para ellos la máxima horaciana por excelencia, la de la inconsciencia y el disfrute alegre de la vida, el carpe diem, llevado a las más ligera e inconsciente de las experiencias vitales.

 

Es decir, el mundo de la antigua Roma no deja de ser, para esa pareja de cuento de hadas, un lugar por el que transitar su ligera y efímera existencia. La posible grandeza de aquel mundo, ya que este es el más que sale, o de la misma Roma del momento, no deja de ser el lugar sobre el que ellos, ligeros e ingenuos, descubren el mundo, su mundo, uno al otro.

La imagen de ellos en la vespa y frente al inmenso edificio, deja vislumbrar la pequeñez de sus vidas frente a la intemporalidad del magno edificio.


Pues así, la misma Roma clásica no deja de ser nada más que eso, un fastuoso pero mudo fondo de escena donde los personajes pasean su breve y soñador episodio amoroso.



Annye sigue atenta las explicaciones del guía local sobre el foso bajo la arena del anfiteatro.

Los “pícaros” Bradley e Irving ajenos a la solemnidad del Coliseo.

El guía contratado parece explicarle la Anna, como decíamos, los intríngulis del vetusto edificio. Bradley y su amigo están al margen, pendientes de captar las fotos adecuadas para el posterior reportaje.

La música en estas escenas sí parece acompañar en esta visita a la sensación de intemporalidad que emana del edificio del Coliseo.

            Pero sólo será esas breves notas, ciertamente ceremoniales, lánguidas, que momentáneamente nos produzcan esa sensación reflexiva, pues enseguida los protagonistas volverán a su divertida y alocada visita por la Urbe.

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