miércoles, 31 de agosto de 2022

LAS DANZAS DE DIONISOS PRESLEY (PIE).

 ROCK´N ROLL: LAS DANZAS DIONISÍACAS DE ELVIS (2022)

El novel Elvis y su pequeña banda se presentan por primera vez en un concurso de música.

Desde el principio se le ve a Elvis nerviosos.

Lo más llamativo es que no deja de mover uno de sus pies, rítmicamente. El dios, la divinidad, lucha por manifestarse a través de la danza.

Tras los titubeos nerviosos, algún grito, córtate el flequillo, marica, que lo aproxima aún más a una figura ambigua, andrógina, es decir, el dios Dionisos en persona en su naturaleza ambivalente, Elvis arranca con fuerza a cantar.

Al tiempo que se lanza a cantar, irresistiblemente empieza a danzar, a mover su cuerpo de forma estrambótica, sobre todo, a mover los pies.

Ese baile, ese movimiento a espasmos de sus pies, y que le recorre todo el cuerpo, hace que parezca transido de fuerza y magia divina.

Como dice el coronel, acababa de ver la transformación de aquel chivo algo afeminado en un superhéroe.

Con mayor ánimo, cada vez se entusiasma más, y la música es cantada al ritmo de un movimiento y un baile sincopado y excitante.

No pasa mucho antes de que las chicas, las chicas evidentemente, no dejen de sentir esa fuerza transida que manifiesta el cantante a través de las emanaciones de sus pies y su cuerpo, cuando empiezan los primeros delirios y arrebatos emocionales.

Las chicas, imbuidas al contacto del cantante de la majestuosidad de l evento, salen de sí misma y en un paroxismo que los demás miran con asombro, no dejan de saltar, gritar, llorar como si nunca hubieran vivido una experiencia parecida.

Es la más clara evidencia de la presencia y epifanía de la divinidad, del dios Dionisos en persona.






- ¿POR QUÉ CHILLAN?

- A LAS CHICAS LES GUSTA CÓMO TE MUEVES. MÁS, MUÉVETE MÁS.

 Elvis, inocente, pregunta a sus compañeros esto. Ellos lo han entendido perfectamente. El baile provocador, el agitar del cuerpo, el movimiento de sus pies embutidos en sus zapatos transmite unas energías que ellas las féminas captan perfectamente.



“Era la fruta prohibida”, dice la voz en off recogiendo los pensamientos del coronel, atónito, que asiste a la presencia del joven músico. “Se lo habría comido entero”, sigue reafirmándose en lo que está viendo, refiriéndose al fervor que despierta en las jóvenes.

 “Era la mayor atracción de feria que había visto. Era mi destino. Lo tenía delante de mis narices”, se dice casi de forma oracular el propio Coronel en lo que sería a partir de ahora se dedicará con absoluta obsesión.

El músico estrella con el que empezó la gira, un tal Hank Snow, que hacía la música tradicional y melódica que se estilaba entonces, ve cómo el chico va ganando mayor audiencia y éxito que él, supuesta estrella de la gira. Por eso le espeta al coronel “Nada de hacer movimientos lascivos ni espasmos repentinos.”

El baile provocador para la sociedad tradicional americana de entonces, muy anclada en unos valores asociados en cierto racismo y una conducta tutelada por la familia y la religión, ataca directamente a sus fundamentos.

Pero no debía de ser muy estables estos principios, pies en cuestión de poco tiempo, el rock de Elvis se propaga como una llama por dondequiera que va.

Otra vez la nueva religión, el dionisismo camuflado bajo el disfraz de la nueva música blanca, pero de raíces totalmente negras

 Elvis no lo entiende, no entiende esta oposición, este ataque a su forma de cantar y bailar. “Los negros llevan cantando y bailando como yo ahora ni se sabe el tiempo…”.





La situación alcanza tintes elevados y de enfrentamiento social. La nueva música adoptada por Elvis subvierte las bases de la hasta ahora tradicional y estable sociedad norteamericana.

Llegan a prohibirle conciertos, llevárselo del escenario, acusarlo de lujuria y perversión.

Es el nuevo Dionisos, tal y como lo pinta Eurípides en Las Bacantes, quien anida en esa nueva y renovadora figura cultural.

Si no me muevo, no puedo cantar, le dice el joven Elvis a los del estudio de grabación. No te muevas ni contonees mientras cantas. Pero para Elvis música y danza son uno y lo mismo.

Donde quiera que va, hay revuelo de jóvenes. El chico conocía a los adolescentes. El Coronel relata admirado todo lo que está ocasionando la figura de su pupilo.

El nuevo – viejo dios Dionisos, personificado en el rock´n roll, en la figura de Elvis, la nueva religión dionisíaca que subvertía las normas y reglas de conducta establecidas, revive de nuevo.


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