sábado, 21 de mayo de 2022

THE SAND PEBBLES (1966): LA ARGO EN EL YANGTSE EN LLAMAS.

 The Sand Pebbles, los guijarros, de arena, de la playa, parece ser el título original del libro sobre el que se basa esta película que anoche pasaron en la sesión de Classics, El Yangtse en llamas..

    Nada más por el título y por alguna vista ocasional que había hecho en años, a lo largo de los pases por la tele, con las escenas del río, los barquichuelos chinos en armas, el ambiente revolucionario en la China en que se sitúa la acción, la hacía aparentemente una película de aventuras de las clásicas. Quizás uno la confundía con otra parecida, 55 días en Pekín, y otras por el estilo, pocas en verdad.

    Lo cierto es que, hasta la fecha, y anoche tampoco, nunca la había conseguido ver entera, siempre había algo, creo, que no me hacía seguir pegado a la pantalla.

    Para los que estén leyendo esto ahora, imagino que nadie, aviso que voy a hacer spoiler, como se dice ahora, y contar el final.

    El final, sí, lo alcancé a ver una vez por casualidad, de esas veces que, como decíamos, vimos a trozos esta película. Como no conocía nada del resto prácticamente, no me hizo mucho efecto, la verdad, aunque me pareció ya de por sí, en aquel entonces, un final triste y dramático. Y por eso tampoco quería ver el final en esta ocasión en que casi la estaba viendo entera o, al mentos, en su gran parte y desde el principio.

    Como J.L. Garci decía, esta película de R. Wise duraba casi, o sin casi, tres largas horas. Por lo visto, el director lo quiso poner todo lo que venía en la novela, no quiso dejar nada fuera. Seguía diciendo el director de Cllassics, con acierto, creemos, que esta película hoy sería ideal para un formato de las miniseries de TV, de moda en los últimos años, una miniserie de tres, quizás cuatro capítulos. 

    Parecía cierto, pues en la película se mezclan varias historias: la historia de amor imposible entre Frenchy-Attenborough y la chica, novamos a llamarla prostituta, una pobre y cultivada chica que acaba, eso sí, en un prostíbulo por no tener donde sobrevivir. A ese lupanar suelen ir los marineros de la cañonera precisamente.

Como cueriosidad, la actriz que hace el papel de Maylin, la joven del prostíbulo, resultó ser luego la escritora francesa de origen asiático Marayat Rollet-Andriane, autora en principio de los libros de Emmanuelle. El libro lo escribió, o fue su marido, el diplomático francés con el que se casó entonces, es de¡1959!

                               Escena en que se subasta a Mayli, la joven que acaba en el prostíbulo.

    Otra historia, sutil, delicada, de pocas palabras, es la relación amorosa entre Holman, el personaje de S. MacQueen protagonista, y una joven, bella e ingenua Candice Bergen, en sus primeros papeles del cine, suponemos. La relación entre ellos se va forjando en breves escenas, alternadas e interrumpidas. Casi desde el principio vemos la atracción que Shirley Eckert, el personaje de Bergen, siente por un hermético y distante Holman-Macqueen. Desde las primeras veces le aconseja que no se una a ningún marinero, como es él.







    Otra subhistoria dentro de la trama general es el mundo de los marinos de guerra en el interior de aquella trasnochada cañonera, oxidada y en trance de vivir su última singladura. Y, dentro de esto, la propia relación de los mandos con los propios marinos.
    Especial figura es la del teniente Collins, Richard Crenna, máxima autoridad del barco, representante de las ordenanazas legales, rígido en su forma de llevar el barco y las difícuiles relaciones con las autorifdades chinas en alza. En seguida , como una mini Ilíada, un motivo repetido en la literatura popular, surge una rivalidad y una tensión entre Collins-Crenna y Holman-McQueen, remedo de, mutatis mutandis, Agamemnón y Aquiles, y tantos otros.
    Además de estas subhistorias, el contexto e histórico en el que se desarrolla la película un momento prerrevolucionario en la China de los años veinte, donde se mezclan los grupos nacionalistas, las facciones comunistas, las potencias coloniales que mantienen su posición en la zona, la influencia cristiana, y todo esto convierte la zona en un polvorín a punto de explotar. La cañonera San Pablo surca el río de un lado a otro, dejando ver el poder y presencia de los americanos en la zona, aunque solo se trate en realidad de mantener una apariencia de controlar la zona.

    La película transcurre casi al ritmo de la cañonera mientras fluye por el gran río. La primera parte pasa sin que casi nos demos cuenta. Sin embargo, al poco empieza a desarrollarse las tensiones y las tramas subyacentes en la película. Y lo cierto es que tienen, bajo la apriencia de película de aventuras y road o boat-movie, tienen en verdad un fondo dramático y triste. Las historias de amor está casi condenadas, desde el principio, a ser imposibles de acabar bien. "Allí seremos felices", le dice la dulce Eckert a Holman cuando por primera vez se manifiestan su cariño, cuando le pide que se vaya con ella a la misión. Pero él, bien escéptico, duda de todo ello, y le dice de forma realista "¿Es que me estás pidiendo que deserte del ejército?". Y le vuelve a repetir, para deshacer el mal momento, lo de que nunca debería haberse acercado a un marinero, mientras salen cogidos de la cintura de la pequeña capilla donde se acababa de unir, de hecho, Franchy y Mayli. 
    La otra historia amorosa, la de Frenchy.Attenborough y Mayli-Emmanuelle, es más dramática, si cabe, pues el final es cruel.
    Y por eso no quería uno llegar hasta el final, un final más triste aún que remataba la trayectoria de la película.
    Aunque, mirándola desde el punto de vista de la cañonera, que quizás sea la verdadera protagonista de la historia y a cuyo lado se desarrollaban las historias humanas a cuál más ínfima y dramática, desde su punto de vista, el de la cañonera,  acaba de forma honrosa y épica. 


    Pero, como en las tragedias clásicas, y aunque sea de una forma absurda y poco ejemplar, Holman cae de forma inespreerada cuando ya se cree a salvo. Es un final, como decimos, absurdo, y que por eso, devuelve quizás el protagonismo a la cañonera, que, por lo visto, era española, abandonada por estos en la guerra de las Filipinas, último baluarte colonialdel gran imperio español que una vez fue cierto.

    La película es un viaje, tal como el primero de la literatura occidental, la Odisea. Sin embargo, aquí no hay mosntruos ni seres fantásticos. Además, el protagonista Holman no tiene hogar al que volver, no es un Ulises en este sentido. Lleva en China siete años. Sus compañeros que han pasado ese tiempo allí optan por quedarse finalmente en la misma China, emparejados con una chica oriental, olvidado ya el país de origen. 
    En el caso de Holman, sólo la aparición de Shirley abrirá una posibilidad distinta en la vida reservada e individual del personaje.
    Los mosntruos, por decirlo de alguna forma, son la situación conflictiva en la que se ven inmersos en ese período de la China prerrevolucionaria. El ejército chino se apodera de la situación y los convierte en rehenes en la práctica, y  en realidad están en una situación aislada y delicada.
    El prostíbulo o los prostíbulos que visitan regularmente los marinos vienen a ser como la morada de Circe. Allí los hombres se olvidan por una vez del tiempo y con el alcohol y el opio se embriagan y creen disfrutar allí de esa existencia paradisíaca que le es negada en su actividad militar cotidiana, surcando el río continuamente.


     El ogro, cíclope, monstruo, son esas hordas y facciones descontroladas, crueles, bárbaras, de las facciones chinas en rivalidad, a la que los marineros americanos vigilan como si ellos fueran los representantes del orden, la razon y y la ley.

    Revolviendo uno para acá y para allá, además de la Odisea, y por mor del protagonismo de la nave, aunque a veces de tan obvio pasa inadvertido, el referente clásico e identificación de la cañonera San Pablo con la nave Argo del héroe Jasón y sus argonautas. Nave Argo, eso sí, cascada, oxidada, renqueante, nada que ver con la fabulosa nave que sobrevolaba las Rocas Simplegades o Entrechocantes. 

                                             La cañonera San Pablo, la Argo del Yangtse.

    Es más, para el momento en que tiene que desplegar su potencias, la escena en que la nave tiene que superar una aparentemente, desde el punto de vista fabuoso, claro, una inane y rústicas sogas amarradas a varios juncos, de orilla a orilla, que le imperdirán subir al resacate de los misioneros, la cañonera eso si, bombardea y cañonea a los improvisados juncos de guerra, peroasí y todo no puede suberar las sogas que cortan el flujo. Tienen que bajar los hombres y al más puro estilo pirata, lanzarse a un raro abordaje que, en realidad, es una pequeña y cruel batalla conta los revolucionarios chinos. Tiene que ser Holman el que a hachazos y desprecio de su vida, rompa cual el Magno el nudo de Gordión que les impide seguir el curso arriba del río.



    En verdad, es una gran película, como no cesaban de elogiar los de la tertulia de Classics, no sólo por su duración sino por la trama y subtramas dentro de ella, la mezcla de géneros, boat-movie, épico, romántica, ..., aunque, eso si, con un poso de tristeza y cierta melancolía que por eso mismo le daban un tono agridulce a la historia. 
    Las vidas de sus personajes, como las de todos nosotros, cosa que nunca tendremos lo sufcientemente bien presentes, son esos guijarros de playa, esas piedritas minúsculas que ruedan al son del viento, nmientras los acontecimientos de la vida y el mundo dirigen en un azar casi cruel por insensible su moviemiento, el de esos guijarros del San Pablo, esos Sands Pebbles, que somos todos y cada uno de nosotros, en cierta forma.

    No cesaron, pues, no sólo de elogiar a esta película, sino de reivindicar también y en primer lugar a su director, el tal Robert Wise. haciendo recuento, resultaba que el inadvertido director, que nunca había figurado en la nómina de los grandes, había estado prácticamente y como se dice, en todos los fregados. Musicales como West Side Story, cine negro, y un largo etcétera de títulos en diferentes géneros en donde siempre había dejado un sello personal e innovador en muchas ocasiones.
Y, para rematar del todo esta observación, nodejaron los de la mesa de indicar que Wise había sido el director del primer film de la saga Star Treck.

                                       Wise, mr. Spock y demás componentes de Star Treck


*El título, Sand Pebbles, es un juego de palabras hecho a partir del nombre original de la cañonera, la San Pablo, del ejército español de Filipinas.

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