miércoles, 25 de mayo de 2022

ENTEÓGENOS, LA AMANITA Y QUIRÓN, UN CHAMÁN SIBERIANO

     El otro día oía en la radio al filólogo y escritor L.A. de C. , que cada semana presenta un par de títulos en el ratito que le toca en el programa. Comentó entonces con mucho interés el libro de C. González, especificó, Wagner sobre las drogas en el mundo clásico yla antigüedad, que le entendí en ese momento

    El libro, que no librito, a pesar de que se publica en la colección de Alianza de bolsillo, la cual de paso elogió el profesor, es este que se muestra aquí. El profesor LAdC habló de lo provechoso de su lectura, entre otras cosas porque allí ya se hablaba de este asunto relacionado con las primeras epopeyas escritas de la humanidad, en este caso la de Gilgamesh, que tiene gran eco en este libro.

    Además, soltó algunos palabros propios de esta disciplina o cuasi discipilina, la del  mundo de las drogas y la religión, en los que se adivinaba, claro, su etimología helena. Entre otros, y que aparecen muy repetidos a lo largo del río, citó el concepto principal de enteógeno.

    Etimológicamente, en-teo-geno procede de ἔνθεος (ἔν - θεος) "la divinidad dentro de sí", γένος/ γίγνομαι, "originar, lengendrar, llegar a ser". Así, la palabra vendría a significar más o menos "el o lo que engendra la divinidad en uno mismo", "inspirado por el dios", en este sentido. 

    Así se puede asimilar los efectos psicotrópicos y alucinógenos y de cualquier otro tipo que producen estas sustancias,  en el cuerpo y las mentes de los indicviduos que las toman, con las experiencias religiosas, extáticas o místicas que se refieren del ámbito de lo sagrado..

    Es, además, una rama y disciplina cinetífica que tienen ya varoas décadas de tradición, y que la han tratado especialistas de gran altura académica como M. Eliade.

    Hasta el momento conocíamos por haberlo hojeado un poco el libro de Gordon Wasson sobre los hongos psicoactivos, sus efectos alucinógenos y las experiencias sagradas de los misterios de Eleusis.


    Este libro de Las drogas sagradas ... hace un repaso de años y años de recogida de información, algo aleatoria, y que ha venido a recoger ahora en este volumen que, a pesar de esto, da una perspectiva amplia, suficiente e interesante siobre la relación entre religión sagrada y sonsumo de sustancias psicoactiva,

La obra, así pues, está llena y rezuma de sustancias psicoatcvas, estos enteógenos, algunos conocidos de la lectura de textos clásicos, como el eléboro o el acónito. Planta ésta que, si no andamos equivocados, se cita por ejemplo en Carsson McCullers en su penta o sexa o ¿septuplogía? sobre César. Allí se cita a los cesaricidas liderados por Catón, avanzando a duras penas por el norte de África rumbo finalmente a Útica, y se menciona entonces la flor de acónito.

    A estas raras y deconocidas hoy para el público en general se le suman otras, como el cannabis, que desconoíaámos su existencia entonces en el mundo antiguo clásico, al menos.

    Con todo, el elemento psicoativo más ilustre, eficaz, productivo, protagonista auténtico de este mundo, el que se vincula a lo sagrado de forma especial, es el hongo, y dentro de él, la especie de la Amanita muscaria.

                                                    la peligrosamente atractiva Amanita

    Luego, este tipo de hongos y otras sustancias ya se utilizaban, es un axioma, desde los incicios de la vida social y está asociada a la naturaleza desl ser humano del mismo modo como les pasa a otras especies animales.

    De tal manera que la alteración de la conciencia, lejos de ser algo excepcional y anormal en la naturaleza animal, es algo paractivcado por todas y hasta cumple una función básica.

    Pues sabemos de delfines que se "vuelan" en algunos momentos, y otros seres vivos que consumen plantas de este tipo tienen sus respectivos y provechosos "viajes".

    Decíamos que entonces nos ponemos en un estadio de cultura, al menos en Grecia, hasta donde llevamos leyendo, en que se esta produciendo las fusiones culturales y religiosos de indoeuropeos y las culturas prehelénicos en el suelo griego.

chamán siberiano equiparable a algunas figuras míticas.

    Muchos personajes míticos  y legendarios que pueblan las leyendas y mitos clásicos se reinterpretan ahora bajo la luz de las drogas psicotrópicas, hongos psicoactivos, del mismo modo que algunos seres legendarios son o eran posiblemente chamanes como los siberianos, de los que se tiene bastante información con la que contrastar.

    O chamanes amazónicos y su hierba la ayahuasca de la que uno a veces oye hablar por aquí y por allá de unos años a esta parte, en aras de la popularuización de estas plantas fabulosas, y de las que también se habla en esta obra.



    Sin ir más lejos, el centauro Quirón, mentor de héores como Jasón o Aquiles, habitante de la montaña del Pelión, centauro totalmente distinto a los otros centauros, violentos y agresivos de los mitos, según G. Wagner, y la bibliografía asociada y especializada (aunque con discusiones, claro,) tiene bastante trazas de ser un antiguo chamán, quién lo iba a decir.


    Y así con muchas otras cosas. Las visiones que producen ciertas sustancias son contrastadas con el tipo de experiencias que los textos relatan y dejan ver, a partir de su estudio, la influencia de ellas en las experiencias extáticas que se citan.

    Ocurre, como sempre, y por decir algo, e que todo ahora corre el riesgo de eser reinterpretado a la luz de hongos, chamanes, consumidores de cannabis y otros. De tal forma que ahora la mitología se va a llenar y, de hecho se llena, de viajes alucinatorios, cannabis, las amanitas muscaria, los chamanes, Siberia, el Amazonas, la ayahuasca y tantas otras cosas asociadas.

    La aparente inocencincia de estos personajes del mito previo a estos datos parece ingenuas y sencillas, cuando tienen toda una tradición de botánica espiritualista detrás. Es claro que las cosas en sí son más compleja e interrelacionadas que no solamente la acción de un solo elemento.

    Por eso a veces ses llamativo que episodios como la treta de Aquiles, el travestismo en la isla del rey Licomedes, sea ahora un rito de iniciación chamánico o algo así. O que el propio Quirón, ya dijimos, sea un chamán como sus congéneres, andando el tiempo, siberianos, y tantas cosas más.


   La mitología parece perderse algo en este mundo psicotrópico y consumidor, gustoso a lo que parece, de ayahuasca, cannabis u hongos tan sabrosos como viajeros a las profundidades del ser humano.

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