lunes, 30 de mayo de 2022

EL CANARIAS RENACE COMO EL FÉNIX

Domingo 30 de mayo del 22, vísperas del Día de Canarias.

          La voz estridente, de pito, resonando vibrante detrás de Valente no cesaba, igual que siempre que acudía a los partidos, solo que hoy había empezado antes, casi desde iniciada la contienda.
          El partido venía cargado de tensión.
          Al Canarias lo habían vapuleado en el primero encuentro de la eliminatoria con el Joventut.
          - Es que no les entraba una, estaba pasados, y encima a los otros les entraba todo. Hasta Shermanidi se encaró con el público
          - ¿Shermanidi?, repitió Valente sorprendido, pues aquel alto, espigado y, todo hay que decirlo, con cara de malo de las películas, sólo le faltaba el sombrero de ala ancha y cinta alrededor, un traje negro y una metralleta para ubicarlo en cualquier film, este jugador, a pesar de esa pinta de malo, era normalmente bastante noblete y pacienzudo. Soportaba estoicamente y sin quejarse palos, empujones y faltas mientras bailaba y danzaba en su puesto de poste, de espaldas al aro, para buscar cómo lanzar ese medio gancho que tenía amartillado siempre.
          - Si, los del público, no le entraba ninguna de las que intentaba, y empezaron a gritarle MVP, MVP, jiji, le dijo X. al lado, con el que había ido al partido ese domingo.         
 La estridente y agudísima voz seguía sonando detrás de ellos.
          - ¡Áaaarbitro, pita algo!
          Y el coro de voces, que se añadían a la soprano de marras, esta vez era más numerosa, coreaba a su vez con más gritos. Se ve que la afición había hecho piña con el equipo y había dicho pelillos a la mar, si los suyos fallaban.
           Que no fallaron. En verdad que el partido sorprendía por lo acertados que estaban en general los jugadores, y en especial, los tiradores.
          - Witj. ya lleva diecinueve puntos, y todavía andamos en el segundo cuarto
          - ¡Diecinueve!, exclamó sorprendido otra vez Valente, como si acabara de caer en la cuenta.

          El tal jugador andaba sobrado. Metía triples, cogía rebotes, daba pases por la espalda, pero, claro, lo hacía con tal naturalidad, él no era un jugador lo que se dice explosivo ni mucho menos, más bien flojeaba del tren inferior, cosa que suplía con su atinada técnica individual. Es decir, que no aparentaba la sangría en que le estaba haciendo al otro equipo y el recital que andaba dando en la cancha.

          Eso sí, supuraba confianza por toda la piel. Cuando metía un triple, regresaba a su zona haciendo el gesto de tres con los dedos, levantaba ambos brazos a la vez para incitar a la afición, se ponía la mano en la oreja para hacer ver que quería oír animar al público. Un auténtico showman.

          Es más, el súmmum ocurrió, Valente creía recordar, ya mediado el último cuarto. El americano recibió un balón esquinado, sin pensárselo dos veces armó el brazo y lanzó con rapidez, y mientras el balón giraba por el aire en dirección a la canasta, sin llegar aún a ella ni saber si entraría o no, el público conteniendo por unas décimas el aliento, el sobrado ala-pívot se giró de espaldas y hace el gesto de victoria como si ya lo hubiera encestado.

          Sólo faltó que el respetable le gritara entonces el torero, torero, de los espadas del coso taurino.

           Bueno, también es verdad, cosa que Valente ya había visto que le sucedía a este jugador en otros encuentros, es verdad que luego se vino arriba y lanzó unos cuantos tiros desequilibrados y precipitados, en su subidón, que los repelió el hierro de la canasta. Pero, al margen de esto y amortizado como estaba, el ala-pívot había vuelto a ser el que era cuando llegó al club a principios de la temporada y hacía gala de grandes actuaciones.
           El partido, por lo demás, rezumaba una tensión que a veces hacía irrespirable el ambiente para un Valente poco dado a excesos canastoides. Y más cuando vio al compañero a su lado, tan tranquilo y cerebral normalmente, levantarse como un resorte cuando entre el primer o segundo triple de la tropa aurinegra.
          Ufff, pensó Valente, esto está que arde. Y, a su lado, amén de la incesante doña del pito estridente, el resto del público rugía y protestaba cualquier decisión dudosa del trío arbitral e infernal, pues aquello era el infierno aurinegro.
          Trío judicial que a punto estuvo de, en fin, Valente no sabía cómo decirlo, que el trío estuvo en un tris de hacerse tristemente célebre.
          En el delicado y acongojante momento que acabó la primera parte y el equipo naranja se aprestaba a salir del rectángulo, los gritos de “fuera fuera” arreciaron de qué manera. Tuvo que acudir, Valente lo buscaba con la vista, el delegado de campo, antiguo referee, y de renombre que fue él, J.L.A. quien como siempre, convertido en una especie de Hermes-Mercurio protector, abriendo figuradamente su capa, los acompañó hacia los vestuarios y les hacía un poco menos visibles para el enfurecido y al tiempo distinguido respetable.

          Y en la cancha, ¿qué sucedía en la cancha? Pues, en resumen, fue un partido ideal para cerrar una temporada, sin importar ya el resultado que tuviera el equipo en la siguiente y decisivo encuentro.
          “Aquello va a ser una encerrona”, era el sentir general de todos los aficionados que, satisfechos con su equipo por el partido de hoy, ya pensaban con escepticismo socarrón lo que sucedería el próximo martes.
          Pero volviendo al de hoy, y salvo alguna que otra jugada pelotuda en la que los jugadores, Marcelinho o Fitipaldo, los bases, perdían hasta torpemente el balón intentando un dribbling fácil, el partido estuvo salpicado de jugadas de las que, en la crónica deportiva, se llaman de fantasía.
          Era bien cierto que los verdinegros esta vez vinieron de grises, y ese fue el papel que les tocó hacer. Salvo excepciones de calidad, que tenía a raudales, el equipo tuvo un día grisáceo y hasta sombrío. De todas formas, lo los verdinegros esta temporada, y con este entrenador, se habían mostrado un equipo correoso y hasta leñero. Es decir, leña al atacante como principio defensivo.
          Solo de la mayor o menor disposición del trío infernal de jueces iba a depender que la balanza se inclinara a favor de unos, los que repartían estopa, o de otros, los más finos atacantes.
          - Hoy el Canarias está dando leña, le dijo X.
          - ¿El Canarias?, se sorprendió otra vez Valente, que no lo había apreciado, y para quien el Canarias era un equipo algo light, no de fajadores, en la defensa uno para uno. Preferían, era el santo y seña del míster, los cambios de hombre, antes que pelearse y pegarse por coger la posición con el atacante de turno.
          - Sí, claro. Tienen que hacerlo, es que a ellos siempre las hacen faltas, y el Canarias tienen que hacer lo mismo.
           Pues eso parecía ser lo que andaba ocurriendo en el encuentro. Y, en verdad que parecía que, en la cancha, además de los finos estilistas, tiradores y dribladores que tenía el equipo, parecía haber también un equipo conjurado a fe ciega en no dejar escapar la victoria y tocar a degüello, figuradamente, la contienda de ese día.
          Se notaba en la defensa, la mayor actividad, manotazos que a veces los árbitros dejaban, inopinada y misteriosamente, sin pitar.
          Y en el ataque, la conjura se advertía en la puntería de los tiradores, cierta seguridad inherente cuando corrían el parquet arriba y abajo, como si una coraza de suficiencia y confianza suprema los envolviera.
          Y, claro, el pabellón completo y la afición parecía haberse conjurado también con ellos.

           Tal vez la escandalosa derrota allá, en tierras badalonesas, les había escocido. Pero, en cualquier caso, la cabeza fría de los triplistas mantenía la calma por entre los rugidos del público. Público que tenía su guerra particular, blandiendo el puño a los jugadores contrincantes, la fijación de siempre en el entrenador rival, en este caso el pequeño e inquieto entrenador foráneo, que se hacía la banda arriba y abajo con cierta desesperación. Cuando le comía la oreja, en el argot popular, a los liniers de turno que pasaban a su vera, el público se desgañitaba como si aquello fuera el pecado original.

           Hasta que llegó la jugada de fantasía de Huertas. A pesar de tener a un defensa brutal, atlético, de reflejos felinos, astuto, que se le pegaba y los árbitros le dejaban hacer, Huertas lidiaba una y otra vez con él con cierta suficiencia.
          De nombre o apellido Feliz, Valente había oído que era un jugador de origen dominicano. Arrastraba una historia de superaciones personales, como les ocurría a muchos deportistas, para intentar salir de una infancia difícil y pobre.

          Pues en un momento del tercer cuarto, no sabía bien, Huertas el carioca se zafó de este Feliz, enfiló directo a la canasta dio los dos pasos de la entrada al aro, con el pívot contraria a la búsqueda de cazarlo, y en pleno aire, como si fabulosamente se detuviera el tiempo, pulsaran el botón de pausa, movió a derecha e izquierda la muñeca en la que portaba el balón, y como un mago hechicero, un chamán que elevó el espíritu de los residentes del Santiago Martín, devolvió sin mirar el balón con otro sutil toque de muñeca al noble bruto de Shermanidi, que le seguí como fiel escudero.

 

    El pívot serbio Tomic aún tenía la cabeza puesta en el vuelo chamánico de Huertas cuando vio que el balón le pasaba de nuevo por delante de la narices rumbo a las manos del fiel Gio, sin tiempo de doblar la cerviz.
          Rápidamente, el georgiano cogió la bola, afianzó los pies y la encestó ante el delirio o deleite del público asistente, al que le chispeaban los ojos y sin creerse aun lo que acababan de ver.


          Y, bien, Valente, poco dado a entusiasmos, exclamó:
- Están jugando de fantasía
- sí, sí, lo que tú dices, es verdad, corroboraron a su lado.
          En verdad que a veces le sorprendían estas jugadas que hacían de tanto en cuanto, y eso que sabía algo de básquet de sus años mozos.


          En la cancha, sin embargo, la fantasía de Huertas y Gio no dejaba de ser una canasta más, esa era la virtud o la necesidad del deportista. Según caía el balón de la red, el base rival apremió al pívot T., que andaba todavía en la jugada anterior, lo apremiaba para que cogiera ya la bola y se aprestara a sacar de fondo, mientras él miraba con ansias hacia el aro contrario buscando el nuevo y siguiente ataque.

(103-76 fue el marcador defintivo y final).

sábado, 28 de mayo de 2022

CLASSICS: ENAMORAMIENTO Y TEMPESTADES: DE DIDO Y ENEAS A "RETORNO AL PASADO".

AMORES, TEMPESTADES Y ELIPSIS.
    
    En el libro IV de la Eneida es conocido que se narran los amores, amores y desventuras, de la reina Dido de Cartago y el viajero navegante Eneas
    Este amor termina fatalmente, por intervención del destino divino.
    Igualmente, el enamoramiento de ambos personajes se produce también por orden divina, engaño mediante. Intervienen Juno y Venus en la trama engañosa.
    La confirmación y declaración amorosa tiene lugar en el marco de una cacería, acontecimiento principal, a la cual Dido invita a Eneas.
    En un momento de la tal cacería, sobrevienen una tempestad. Los miembros de la montería se dispersan en confusión.
    Dido y Eneas acaban juntos y unidos, y se refugian en una cueva en espera a que capee el temporal.
    Entre truenos, lluvias y tempestrades, Dido cae rendidamente enamorada y juntos se juran amor.
    Esta conexión entre salida campestre, cacería, o algo similar, luego una tempestad o fenómenos atmosférico que altera la clama chicha del día e incita alos protagonistas a buscar refugio, y finalmente, el definitivo encuentro y la culminación del amor por primera vez se ve y repite en ocasiones.


    En el cine también se producen estas escenas.
    Anoche mismo, en Classics, revisitando Retorno al pasado, película del año 1947, un clásico del cine negro dirigida por el artesano y algo mas Jacques Tourneur, se seleccionaba las escenas más reconocidas. (https://www.youtube.com/watch?v=AAhTAdA9A-A, minuto 28 ss..)
    Alguno, varios en verdad, coincidieron en una, la escena del enamoramiento por primera vez entre Mitchum-Bailey y Jane Greer. 
    Están en una playa idílica, en un idílico y anónimo Acapulco. Se encuentran ya al atardecer en la playa, lejos del mundo y la gente, solos e íntimos. Allí son felices.



 De pronto, caen unas gotas y empieza a arreciar la lluvia. Un viento amenazador sobrevuela también la tarde noche. Entre la lluvia y el viento, la pareja de protagonistas corre a refugiarse en el bungalow que tienen alquilado.



Una vez dentro, empapados de agua, urgen a secarse, se acomodan cariñosamente en el sofá  y se aproximan sus cuerpos.


En pleno arrumaco, Jane arroja su camisa, que derriba la lámpara delatora que hacia de chivato indeseable, que diría en cómico Aristófanes en una de sus obras.


La cámara enfoca  a la lámpara que cae. Entonces una ráfaga de viento abre de sopetón la puerta, y el viento huracanado entro de golpe en la casa. La finura del director aparta la cámara de lo que luego le acontezca a la pareja.


La cámara, y nostros con ella, sigue enfocando hacia la puerta, avanza, atraviesa el umbral y sale afuera, abriéndose en el espacio y mostrando una panorámica gradual de la lluvia, la tormenta y el viento  que cae con ganas sobre las palmeras y las tierras que rodean la casa. 


    Así se consuma el acto amoroso, identificando la pasión de June y Mitchum con la de las fuerzas desatadas de la naturaleza y la lluvia, como el de Dido y Eneas dos mil años atrás.
    A continuación, hay una elipsis. La siguiente escena nos muestra a Mitchum ya de día, vestido, feliz y sonriente. Hemos de suponer que se ha consumado la unión amorosa de ambos.
    
    Virgilio, como lo señala E. del Río en su reciente libro Locos por los clásicos (2022), lo repite e insiste en ello. "Dos mil años antes, Virgilio utiliza este recurso magistral(la elipsis): el poeta no entra en la cueva y no describe qué hacen Dido y Eneas mientras cae la enorme tormenta que han preparado los diosos para que se "consume la relación". No, él tan solo escribe: 
Summoque ulularunt vertice Nymphae... 
Y allá en lo alto ulularon las ninfas".


EL HOMBRE TRANQUILO.
Otra película donde hay una escena similar es la de El hombre tranquilo. 
Es célebre, conocida por "The kiss", "El beso".

En otro momento del film, sucede algo similar, y más parecido a la escena de Retorno ... y de La Eneida, por lo del fondo tesmpstuoso y la lluvia que los acompaña. Allí, una pareja de prometidos, aún sin consumar la relación, pasea por el campo. 
De repente, el cielo se ensombrece, ese oyen truenos y rayos, y empieza a llover.
La pareja corre presurosa a guarecerse en una casa perdida del paraje.
Allí, en medio del ventarrón y la lluvia, se produce el enlace verdadero.
Es cuando Wayne lanza esa mirada delatora, la de saberse comprometido desde ese momento con una persona en su vida.


    Aunque esta escena que ponemos no es de la que estamos hablando, encontramos los mismo elementos: pareja de enamorados, tormenta y tempestad, declaración, aunque aquí muy especial por el carácter de los personajes, declaración de compromiso de amor entre los dos protagonistas.

           


    EL ENAMORAMIENTO DE DIDO Y ENEAS EN EL LIBRO IV DE LA ENEIDA:

    La escena de la consumación amorosa en este libro IV está planteada en dos partes, una antecediendo a la otra. 
    En la primera, Juno y Venus idean el plan y exponen lo que va a ocurrir como tal. En la segunda se relata la escena tal como les ocurre a Dido y Eneas en el  día de la cacería. 

Primera parte: Juno le expone a Venus el plan para propiciar la relación y unión amorosa: (Eneida, IV, 115 ss.)

tum sic excepit regia Iuno:
'mecum erit iste labor. nunc qua ratione quod instat
       

confieri possit, paucis (aduerte) docebo.
uenatum Aeneas unaque miserrima Dido
in nemus ire parant, ubi primos crastinus ortus
extulerit Titan radiisque retexerit orbem.
his ego nigrantem commixta grandine nimbum,
       

dum trepidant alae saltusque indagine cingunt,
desuper infundam et tonitru caelum omne ciebo.
diffugient comites et nocte tegentur opaca:
speluncam Dido dux et Troianus eandem
deuenient. adero et, tua si mihi certa uoluntas,
       

conubio iungam stabili propriamque dicabo.
hic hymenaeus erit.' non aduersata petenti
adnuit atque dolis risit Cytherea repertis.


    "... Así lo aceptó entonces Juno soberana: «Ésa será mi tarea. Ahora, cómo lograr podemos lo que nos ocupa en pocas palabras (atiende) te explicaré. Eneas, y con él la muy desgraciada Dido, se disponen a marchar al bosque a cazar en cuanto su orto primero haya hecho salir el titán de mañana y desvele el orbe con sus rayos. Yo a ellos les he de enviar desde lo alto un negro nubarrón de granizo, mientras se apresuran los flancos y rodean el lugar con sus redes, y agitaré con truenos el cielo entero. El séquito huirá y les envolverá una noche espesa; Dido y el jefe troyano en la misma cueva se encontrarán. Allí estaré yo, y, si es firme hacia mí tu voluntad, los uniré en estable matrimonio, consagrándola como legítima esposa. Entonces se cumplirá el himeneo.» Accedió sin oponerse Citerea a su demanda,..."

Segunda parte: desarrollo del encuentro en la cacería. Eneida, libro IV, 160 ss.

Interea magno misceri murmure caelum
       
incipit, insequitur commixta grandine nimbus,
et Tyrii comites passim et Troiana iuuentus
Dardaniusque nepos Veneris diuersa per agros
tecta metu petiere; ruunt de montibus amnes.
speluncam Dido dux et Troianus eandem
       

deueniunt. prima et Tellus et pronuba Iuno
dant signum; fulsere ignes et conscius aether
conubiis summoque ulularunt uertice Nymphae.
ille dies primus leti primusque malorum
causa fuit; ...


    "... Entretanto el cielo de terrible rugido empieza a llenarse, sigue una tormenta mezclada con granizo y el séquito tirio, dispersado, y la juventud troyana y el dardanio nieto de, Venus asustados buscaron los techos de todos los campos; ríos bajan corriendo del monte. A la misma gruta Dido y el caudillo troyano acuden. La Tierra, la primera, y Prónuba Juno dan la señal; brillaron los fuegos y cómplice el aire del casamiento en su alta cumbre ulularon las Ninfas. Aquél fue el primer día de la muerte y la causa primera de las desgracias;..."

    Una cosa en que coincide este fragmento con la escena de Retorno... es la elipsis con la que se omite la imagen directa de la consumación amorosa. En la película, la cámara abandna repentinamente a los amantes, sigue la blusa en el aire que choca y derriba la lámpara, se oscurece la habiracuón, de improviso se abre de giolpe la puerta y un viento ululante penetra por ella. La cámara va hacia la puerta, sale hacia fuera y nos muestra en pleno apogeo la lluvia y la tempestad que se desparrama libre y torrencial sobre las plantas y la naturaleza.

    En el fregmento de la Eneida ocurre los mismo. El autor escribe primero la descrpción de la naturaleza desatada que rodea a la pareja. Luego, nos dice que "a la misma gruta Dido y el caudillo troyano acuden", speluncam Dido dux et Troianus eandem / deueniunt... Y se produce la elipsis, como en el film. 

    Nos dice a continuación, desplazando la visión de la pareja, que la Tierra y Juno dan la señal prima et Tellus et pronuba Iuno dant signum, para que se consume lo que tenían previamente ideado, la unión de los amantes. La Eneida lo representa como un simulacro de casamiento. De hecho, a partir de entonces Dido se comportará como una recién casada, aunque el hecho real es que nose ha producido el enlace matrimonial oficial. Pero eso a ella ya no le importa.
    Además, el fondo trágico con que remata la escena en Virgilio no lo tiene, al menos a ese nivel, pues el de Retorno también tiene una línea de fatalidad, el fondo trágico en Virgilio lo diferencia de Retorno.





viernes, 27 de mayo de 2022

MBAPPÉ: PANEM ET CIRCENSES

 





    En verdad que a la enésima vez que oí que Mbappé sí, Mbappé no, cada vez adobado con un nuevo añadido noticioso, no reaccione. Desde que el futbolista francés dio la negativa de fichar por el club matritense, ya sabíamos que había recibido presiones y ofertas y reofertas millonarias del fondo y de los jeques cataríes para que siguiera, los jeques, nada menos,.
    Y, para no ser menos, para seguir en este panem et circenses que inventaron, o al menos le pusieron rótulo, para este panem et circenses, intervinieron, como cosa de la patria nación y, tambien aunque no se diga, para tener a los patrios ciudadanos ojipláticos al rodar del balón, intervinieron, como los líderes y luego los emperadores romanos, aparte de la masa solidaria y aficionada al héroe futbolero, la alcaldesa de París, cómo iba a ser que se fuera quien era francés y  llevaba años en la ciudad del Sena, cómo iba a ser eso, que dirían algunos. Ha de quedarse, claro es..
    Y no sólo la alcaldesa, el propio presidente de la República, Emanuel Macron, cual el César Cómodo, se puso en contacto con el deportista y su entorno sociodeportivo, para que el gladiador, auriga, balompedista en este caso, luchara con los colores del PSG, claro está. Y, luego, siguiera con la legión francesa futbolera, que eso, en principio, no era de temer.



    Sí, claro, su ciudad, París, su país, Francia, le reclaman, es lo lógico y normal. Dejando aparte, claro, tan claramente como la luz del día, los millones de euros que correrán por esos bolsillos, de unos a otros, y que recogerá dichosamente la estrella. 
    Porque, además, pensarán los dirigentes, hay que seguir conel entretenimiento de las masas , ociosas o no, urbanas de este mudo toralmente urbanita. Es decir, hay que seguir con el panem et circenses que ya criticaba el poeta romano Juvenal. Dos mil años después, no sólo ha dejado de existir ese lema y esa lógica del espectáculo, no, es que ha alcanzado cotas, por mor de esta sociedad de la comunicación, universal y de parroquia al mismo tiempo, esa lógica se ha convertido en un lema y estrategia universal, no sólo del París de la Francia, no sólo de Francia, ahora ya abarca el universo y el orbe completo del Planeta Fútbol.

… iam pridem, ex quo suffragia nulli uendimus, effudit 
curas; nam qui dabat olim imperium, fasces, legiones, 
omnia, nunc se continet atque duas tantum res anxius 
optat, panem et circenses.
(Juvenal, Sátiras X, 77–81)


… desde hace tiempo —exactamente desde que no 
tenemos a quien vender el voto—, este pueblo ha 
perdido su interés por la política, y si antes concedía 
mandos, haces, legiones, en fin todo, ahora deja hacer y 
sólo desea con avidez dos cosas: pan y juegos de circo.





miércoles, 25 de mayo de 2022

ENTEÓGENOS, LA AMANITA Y QUIRÓN, UN CHAMÁN SIBERIANO

     El otro día oía en la radio al filólogo y escritor L.A. de C. , que cada semana presenta un par de títulos en el ratito que le toca en el programa. Comentó entonces con mucho interés el libro de C. González, especificó, Wagner sobre las drogas en el mundo clásico yla antigüedad, que le entendí en ese momento

    El libro, que no librito, a pesar de que se publica en la colección de Alianza de bolsillo, la cual de paso elogió el profesor, es este que se muestra aquí. El profesor LAdC habló de lo provechoso de su lectura, entre otras cosas porque allí ya se hablaba de este asunto relacionado con las primeras epopeyas escritas de la humanidad, en este caso la de Gilgamesh, que tiene gran eco en este libro.

    Además, soltó algunos palabros propios de esta disciplina o cuasi discipilina, la del  mundo de las drogas y la religión, en los que se adivinaba, claro, su etimología helena. Entre otros, y que aparecen muy repetidos a lo largo del río, citó el concepto principal de enteógeno.

    Etimológicamente, en-teo-geno procede de ἔνθεος (ἔν - θεος) "la divinidad dentro de sí", γένος/ γίγνομαι, "originar, lengendrar, llegar a ser". Así, la palabra vendría a significar más o menos "el o lo que engendra la divinidad en uno mismo", "inspirado por el dios", en este sentido. 

    Así se puede asimilar los efectos psicotrópicos y alucinógenos y de cualquier otro tipo que producen estas sustancias,  en el cuerpo y las mentes de los indicviduos que las toman, con las experiencias religiosas, extáticas o místicas que se refieren del ámbito de lo sagrado..

    Es, además, una rama y disciplina cinetífica que tienen ya varoas décadas de tradición, y que la han tratado especialistas de gran altura académica como M. Eliade.

    Hasta el momento conocíamos por haberlo hojeado un poco el libro de Gordon Wasson sobre los hongos psicoactivos, sus efectos alucinógenos y las experiencias sagradas de los misterios de Eleusis.


    Este libro de Las drogas sagradas ... hace un repaso de años y años de recogida de información, algo aleatoria, y que ha venido a recoger ahora en este volumen que, a pesar de esto, da una perspectiva amplia, suficiente e interesante siobre la relación entre religión sagrada y sonsumo de sustancias psicoactiva,

La obra, así pues, está llena y rezuma de sustancias psicoatcvas, estos enteógenos, algunos conocidos de la lectura de textos clásicos, como el eléboro o el acónito. Planta ésta que, si no andamos equivocados, se cita por ejemplo en Carsson McCullers en su penta o sexa o ¿septuplogía? sobre César. Allí se cita a los cesaricidas liderados por Catón, avanzando a duras penas por el norte de África rumbo finalmente a Útica, y se menciona entonces la flor de acónito.

    A estas raras y deconocidas hoy para el público en general se le suman otras, como el cannabis, que desconoíaámos su existencia entonces en el mundo antiguo clásico, al menos.

    Con todo, el elemento psicoativo más ilustre, eficaz, productivo, protagonista auténtico de este mundo, el que se vincula a lo sagrado de forma especial, es el hongo, y dentro de él, la especie de la Amanita muscaria.

                                                    la peligrosamente atractiva Amanita

    Luego, este tipo de hongos y otras sustancias ya se utilizaban, es un axioma, desde los incicios de la vida social y está asociada a la naturaleza desl ser humano del mismo modo como les pasa a otras especies animales.

    De tal manera que la alteración de la conciencia, lejos de ser algo excepcional y anormal en la naturaleza animal, es algo paractivcado por todas y hasta cumple una función básica.

    Pues sabemos de delfines que se "vuelan" en algunos momentos, y otros seres vivos que consumen plantas de este tipo tienen sus respectivos y provechosos "viajes".

    Decíamos que entonces nos ponemos en un estadio de cultura, al menos en Grecia, hasta donde llevamos leyendo, en que se esta produciendo las fusiones culturales y religiosos de indoeuropeos y las culturas prehelénicos en el suelo griego.

chamán siberiano equiparable a algunas figuras míticas.

    Muchos personajes míticos  y legendarios que pueblan las leyendas y mitos clásicos se reinterpretan ahora bajo la luz de las drogas psicotrópicas, hongos psicoactivos, del mismo modo que algunos seres legendarios son o eran posiblemente chamanes como los siberianos, de los que se tiene bastante información con la que contrastar.

    O chamanes amazónicos y su hierba la ayahuasca de la que uno a veces oye hablar por aquí y por allá de unos años a esta parte, en aras de la popularuización de estas plantas fabulosas, y de las que también se habla en esta obra.



    Sin ir más lejos, el centauro Quirón, mentor de héores como Jasón o Aquiles, habitante de la montaña del Pelión, centauro totalmente distinto a los otros centauros, violentos y agresivos de los mitos, según G. Wagner, y la bibliografía asociada y especializada (aunque con discusiones, claro,) tiene bastante trazas de ser un antiguo chamán, quién lo iba a decir.


    Y así con muchas otras cosas. Las visiones que producen ciertas sustancias son contrastadas con el tipo de experiencias que los textos relatan y dejan ver, a partir de su estudio, la influencia de ellas en las experiencias extáticas que se citan.

    Ocurre, como sempre, y por decir algo, e que todo ahora corre el riesgo de eser reinterpretado a la luz de hongos, chamanes, consumidores de cannabis y otros. De tal forma que ahora la mitología se va a llenar y, de hecho se llena, de viajes alucinatorios, cannabis, las amanitas muscaria, los chamanes, Siberia, el Amazonas, la ayahuasca y tantas otras cosas asociadas.

    La aparente inocencincia de estos personajes del mito previo a estos datos parece ingenuas y sencillas, cuando tienen toda una tradición de botánica espiritualista detrás. Es claro que las cosas en sí son más compleja e interrelacionadas que no solamente la acción de un solo elemento.

    Por eso a veces ses llamativo que episodios como la treta de Aquiles, el travestismo en la isla del rey Licomedes, sea ahora un rito de iniciación chamánico o algo así. O que el propio Quirón, ya dijimos, sea un chamán como sus congéneres, andando el tiempo, siberianos, y tantas cosas más.


   La mitología parece perderse algo en este mundo psicotrópico y consumidor, gustoso a lo que parece, de ayahuasca, cannabis u hongos tan sabrosos como viajeros a las profundidades del ser humano.

sábado, 21 de mayo de 2022

THE SAND PEBBLES (1966): LA ARGO EN EL YANGTSE EN LLAMAS.

 The Sand Pebbles, los guijarros, de arena, de la playa, parece ser el título original del libro sobre el que se basa esta película que anoche pasaron en la sesión de Classics, El Yangtse en llamas..

    Nada más por el título y por alguna vista ocasional que había hecho en años, a lo largo de los pases por la tele, con las escenas del río, los barquichuelos chinos en armas, el ambiente revolucionario en la China en que se sitúa la acción, la hacía aparentemente una película de aventuras de las clásicas. Quizás uno la confundía con otra parecida, 55 días en Pekín, y otras por el estilo, pocas en verdad.

    Lo cierto es que, hasta la fecha, y anoche tampoco, nunca la había conseguido ver entera, siempre había algo, creo, que no me hacía seguir pegado a la pantalla.

    Para los que estén leyendo esto ahora, imagino que nadie, aviso que voy a hacer spoiler, como se dice ahora, y contar el final.

    El final, sí, lo alcancé a ver una vez por casualidad, de esas veces que, como decíamos, vimos a trozos esta película. Como no conocía nada del resto prácticamente, no me hizo mucho efecto, la verdad, aunque me pareció ya de por sí, en aquel entonces, un final triste y dramático. Y por eso tampoco quería ver el final en esta ocasión en que casi la estaba viendo entera o, al mentos, en su gran parte y desde el principio.

    Como J.L. Garci decía, esta película de R. Wise duraba casi, o sin casi, tres largas horas. Por lo visto, el director lo quiso poner todo lo que venía en la novela, no quiso dejar nada fuera. Seguía diciendo el director de Cllassics, con acierto, creemos, que esta película hoy sería ideal para un formato de las miniseries de TV, de moda en los últimos años, una miniserie de tres, quizás cuatro capítulos. 

    Parecía cierto, pues en la película se mezclan varias historias: la historia de amor imposible entre Frenchy-Attenborough y la chica, novamos a llamarla prostituta, una pobre y cultivada chica que acaba, eso sí, en un prostíbulo por no tener donde sobrevivir. A ese lupanar suelen ir los marineros de la cañonera precisamente.

Como cueriosidad, la actriz que hace el papel de Maylin, la joven del prostíbulo, resultó ser luego la escritora francesa de origen asiático Marayat Rollet-Andriane, autora en principio de los libros de Emmanuelle. El libro lo escribió, o fue su marido, el diplomático francés con el que se casó entonces, es de¡1959!

                               Escena en que se subasta a Mayli, la joven que acaba en el prostíbulo.

    Otra historia, sutil, delicada, de pocas palabras, es la relación amorosa entre Holman, el personaje de S. MacQueen protagonista, y una joven, bella e ingenua Candice Bergen, en sus primeros papeles del cine, suponemos. La relación entre ellos se va forjando en breves escenas, alternadas e interrumpidas. Casi desde el principio vemos la atracción que Shirley Eckert, el personaje de Bergen, siente por un hermético y distante Holman-Macqueen. Desde las primeras veces le aconseja que no se una a ningún marinero, como es él.







    Otra subhistoria dentro de la trama general es el mundo de los marinos de guerra en el interior de aquella trasnochada cañonera, oxidada y en trance de vivir su última singladura. Y, dentro de esto, la propia relación de los mandos con los propios marinos.
    Especial figura es la del teniente Collins, Richard Crenna, máxima autoridad del barco, representante de las ordenanazas legales, rígido en su forma de llevar el barco y las difícuiles relaciones con las autorifdades chinas en alza. En seguida , como una mini Ilíada, un motivo repetido en la literatura popular, surge una rivalidad y una tensión entre Collins-Crenna y Holman-McQueen, remedo de, mutatis mutandis, Agamemnón y Aquiles, y tantos otros.
    Además de estas subhistorias, el contexto e histórico en el que se desarrolla la película un momento prerrevolucionario en la China de los años veinte, donde se mezclan los grupos nacionalistas, las facciones comunistas, las potencias coloniales que mantienen su posición en la zona, la influencia cristiana, y todo esto convierte la zona en un polvorín a punto de explotar. La cañonera San Pablo surca el río de un lado a otro, dejando ver el poder y presencia de los americanos en la zona, aunque solo se trate en realidad de mantener una apariencia de controlar la zona.

    La película transcurre casi al ritmo de la cañonera mientras fluye por el gran río. La primera parte pasa sin que casi nos demos cuenta. Sin embargo, al poco empieza a desarrollarse las tensiones y las tramas subyacentes en la película. Y lo cierto es que tienen, bajo la apriencia de película de aventuras y road o boat-movie, tienen en verdad un fondo dramático y triste. Las historias de amor está casi condenadas, desde el principio, a ser imposibles de acabar bien. "Allí seremos felices", le dice la dulce Eckert a Holman cuando por primera vez se manifiestan su cariño, cuando le pide que se vaya con ella a la misión. Pero él, bien escéptico, duda de todo ello, y le dice de forma realista "¿Es que me estás pidiendo que deserte del ejército?". Y le vuelve a repetir, para deshacer el mal momento, lo de que nunca debería haberse acercado a un marinero, mientras salen cogidos de la cintura de la pequeña capilla donde se acababa de unir, de hecho, Franchy y Mayli. 
    La otra historia amorosa, la de Frenchy.Attenborough y Mayli-Emmanuelle, es más dramática, si cabe, pues el final es cruel.
    Y por eso no quería uno llegar hasta el final, un final más triste aún que remataba la trayectoria de la película.
    Aunque, mirándola desde el punto de vista de la cañonera, que quizás sea la verdadera protagonista de la historia y a cuyo lado se desarrollaban las historias humanas a cuál más ínfima y dramática, desde su punto de vista, el de la cañonera,  acaba de forma honrosa y épica. 


    Pero, como en las tragedias clásicas, y aunque sea de una forma absurda y poco ejemplar, Holman cae de forma inespreerada cuando ya se cree a salvo. Es un final, como decimos, absurdo, y que por eso, devuelve quizás el protagonismo a la cañonera, que, por lo visto, era española, abandonada por estos en la guerra de las Filipinas, último baluarte colonialdel gran imperio español que una vez fue cierto.

    La película es un viaje, tal como el primero de la literatura occidental, la Odisea. Sin embargo, aquí no hay mosntruos ni seres fantásticos. Además, el protagonista Holman no tiene hogar al que volver, no es un Ulises en este sentido. Lleva en China siete años. Sus compañeros que han pasado ese tiempo allí optan por quedarse finalmente en la misma China, emparejados con una chica oriental, olvidado ya el país de origen. 
    En el caso de Holman, sólo la aparición de Shirley abrirá una posibilidad distinta en la vida reservada e individual del personaje.
    Los mosntruos, por decirlo de alguna forma, son la situación conflictiva en la que se ven inmersos en ese período de la China prerrevolucionaria. El ejército chino se apodera de la situación y los convierte en rehenes en la práctica, y  en realidad están en una situación aislada y delicada.
    El prostíbulo o los prostíbulos que visitan regularmente los marinos vienen a ser como la morada de Circe. Allí los hombres se olvidan por una vez del tiempo y con el alcohol y el opio se embriagan y creen disfrutar allí de esa existencia paradisíaca que le es negada en su actividad militar cotidiana, surcando el río continuamente.


     El ogro, cíclope, monstruo, son esas hordas y facciones descontroladas, crueles, bárbaras, de las facciones chinas en rivalidad, a la que los marineros americanos vigilan como si ellos fueran los representantes del orden, la razon y y la ley.

    Revolviendo uno para acá y para allá, además de la Odisea, y por mor del protagonismo de la nave, aunque a veces de tan obvio pasa inadvertido, el referente clásico e identificación de la cañonera San Pablo con la nave Argo del héroe Jasón y sus argonautas. Nave Argo, eso sí, cascada, oxidada, renqueante, nada que ver con la fabulosa nave que sobrevolaba las Rocas Simplegades o Entrechocantes. 

                                             La cañonera San Pablo, la Argo del Yangtse.

    Es más, para el momento en que tiene que desplegar su potencias, la escena en que la nave tiene que superar una aparentemente, desde el punto de vista fabuoso, claro, una inane y rústicas sogas amarradas a varios juncos, de orilla a orilla, que le imperdirán subir al resacate de los misioneros, la cañonera eso si, bombardea y cañonea a los improvisados juncos de guerra, peroasí y todo no puede suberar las sogas que cortan el flujo. Tienen que bajar los hombres y al más puro estilo pirata, lanzarse a un raro abordaje que, en realidad, es una pequeña y cruel batalla conta los revolucionarios chinos. Tiene que ser Holman el que a hachazos y desprecio de su vida, rompa cual el Magno el nudo de Gordión que les impide seguir el curso arriba del río.



    En verdad, es una gran película, como no cesaban de elogiar los de la tertulia de Classics, no sólo por su duración sino por la trama y subtramas dentro de ella, la mezcla de géneros, boat-movie, épico, romántica, ..., aunque, eso si, con un poso de tristeza y cierta melancolía que por eso mismo le daban un tono agridulce a la historia. 
    Las vidas de sus personajes, como las de todos nosotros, cosa que nunca tendremos lo sufcientemente bien presentes, son esos guijarros de playa, esas piedritas minúsculas que ruedan al son del viento, nmientras los acontecimientos de la vida y el mundo dirigen en un azar casi cruel por insensible su moviemiento, el de esos guijarros del San Pablo, esos Sands Pebbles, que somos todos y cada uno de nosotros, en cierta forma.

    No cesaron, pues, no sólo de elogiar a esta película, sino de reivindicar también y en primer lugar a su director, el tal Robert Wise. haciendo recuento, resultaba que el inadvertido director, que nunca había figurado en la nómina de los grandes, había estado prácticamente y como se dice, en todos los fregados. Musicales como West Side Story, cine negro, y un largo etcétera de títulos en diferentes géneros en donde siempre había dejado un sello personal e innovador en muchas ocasiones.
Y, para rematar del todo esta observación, nodejaron los de la mesa de indicar que Wise había sido el director del primer film de la saga Star Treck.

                                       Wise, mr. Spock y demás componentes de Star Treck


*El título, Sand Pebbles, es un juego de palabras hecho a partir del nombre original de la cañonera, la San Pablo, del ejército español de Filipinas.