"PEDRI BAILA EN EL INFIERNO".
LA CRÓNICA DEL PERIÓDICO EL MUNDO:
"FÚTBOL. Una maniobra sublime del canario inicia una remontada que culmina Aubameyang en Estambul / El Barça resiste ante la furiosa hinchada local, insistente en el lanzamiento de objetos, y pasa a cuartos de la Europa League".
La cónica del periodista empieza de esta forma, una vez establecido el gran titular, es decir, el descenso o catábasis del un futbolista, de nombre Pedri, casi un personaje anónimo como en los cuentos, un Juan sin miedo, que baja a los infiernos, henmos de suponer paganos, infiernos paganos, no del cristianismo..
Es curioso que este asunto , el de la catabasis, ya se ha asimilado tanto en nuestro día a día, es una de las metáforas de la vidad cotiduiana, se podría decir, que ya todo lector la asimila sin ningún roblema y, es más, se identifica, en vista de los que se gasta por esos campos futboleros y apasaionados de Dios, decíamos, se identifica totalmente con el titular.
Pues hay que recordar qie estamos ante un tema literario que hunde sus raíces en los anhelos más profundos del hombre y ser humanos, y el asunto primero o casi de los primeros de la literatura universal.
Pues no es nada el que los comienzos de la literatura , si no unversal, si oriental y occidental, está en el poema de Gilgamesh. El tal personaje tiene que ir a los confines del mundo en busca de la inmortalidad, esto mismo que ha hecho el futbolistaen los confines del mundo en Estambul, estadio del Galatasaray., estadio de fútbol para más señas.
Como en el mundo antiguom, al inframundo se puede llegar y traspasar tranquilamente, se da uno un paseo por ciertos lugares, las grutas del Aqueronte, los campos Flegreos y otrso, y por allí se puede entrar...
Después de Gilgamesh, la lista de personajes mitico-religiosos que han transitado por aquellos lugares de los confines, considerado ese viaje en si mismo como una proeza cumbre, un rito de paso inigualable, el viaje definitivo ciertamente es la misma que la que ha hecho el mágico futbolista con unos toques espléndos de pies.uestra cultura.
Y ahora, el futbolista, amén de un chiquillo, si bien hábil y avezado con el balón, un joven adulto, de nombre tan poco heroico, tan simple, de barrio, de pueblo, humilde además, el de un tal Pedro, Pedri, donde parece resonar la voz de una madre llamándola en la casa, este niño adulto, como Gilgamesh, Ulises, Eneas, Virgilio, Dante y en fin, toda la ristra de personajes heroicos, este mago del balón baja a ese mismo infierno, llega hasta ese lugar imposible y allí baila en él, es decir, regatea, dribla y no sólo, sino baila como un ser divno. Vive, sobrevive a tamaña prueba hroica, y regresa imbuído en olor a taumaturgia de aquel inframundo agresivo, llameante y aguerrido y funesto.
Pero volvamos a la crónica. El periodista que firma la narración, posterior en unas horas a los hechos, es un tal Francisco Cabezas. Debe haber entrado en trance, como los miles de aficionados que estuvieron allí, y todavía le dura ese éxtasis a la hora de escribir su crónica, de inmortalizar, cual poeta, la gloria del héroe.
La crónica empieza así: FRANCISCO CABEZAS ESTAMBUL ENVIADO ESPECIAL
Como se dice en la entrada, uno, es un enviado especial, ahí es nada, y dos, ubica el lugar, Estambul la ciudad de resonancias miles, de encanto, misterio y seducción. Y, también, futbolisticamente hablando, de follón, jaleo, fanáticos apasionados de sus equipo, una otra ciudad, un otro mundo a pesar de la occidentalización de su cultura.
Sigue la crónica con la entradilla:
"Pedri bajó a los infiernos porque quería bailar. Con un leve bamboleo dejó en el suelo a un defensor. Con otro paso tiró a otro. El tiempo se ha...
En fin, tratándose de comparar, aquí tenemos a los personajes del inframundo en versión futbolistica. El can Cerbero podría ser este defensor a que Pedri, cual Orfeo que endul¡za y amansa a las fieras con su canto, Pedri seduce a uno de estos mazmorreros, y sigue su camino hacia el palacio terrible de Dite. Pero tiene que sortear a otro, el defensor es un cancerbero con tres cabezas o más, a las que tiene que sortear Pedri.
"... El tiempo se había detenido y la furiosa hinchada del Galatasaray, desconcertada en su exceso, sólo pudo exponerse a la tortura de un ángel.
Aquí la verdad, ahora comentaremos lo otro, llama la atención la aparición del personaje divino, el protagonista de esta hazaña, un ángel. Para seguir con la comparación, igual tendríamos que despojar a esta àlabra del cronista de su sentido exclusivamente religioso y cristiano. Aunque tamoco hay que descartarlo de todo.
EL FUTBOLISTA ÁNGEL, EL FUTBOLISTA TAUMATURGO: Asñi pues, este ser humano transmutado en héroe, un ángel, como selñala el cronista, detiene el tiempo. En esto hace como el divino Orfeo, que también detenía todo, el curso de los ríos, ..., es decor , tiene poderes taumatñurgicos como un personaje de linaje pagano.
Además, es capaz de calmar a las fieras, a la fiera, en este caso la iracunda y desaforda hincgasda de los aficionados de l Galtasaray. Otra vez encontramos a un monstruo infernalm aotro cancerbero. Ulises tiene que sacrificar una res de color negro, Eneas darle una torta soporñifera. Pedri no, Pedri c su poder aumatúrgico está en sus pies. No juega al futbol, como prescisao al principio el cronista, sino que baila.
Esto del baile también tiene resonancias paganas legendaras. Es Teseo quyien después de salir del laberinto y llegar a Naxos, compone una danza. Y, en cualquier caso, la danza, como la de Zorbam, tiene un capacidad religosa y mágica.
Y es que, como incia la crónica, cuando lo del peloteo-baile, "Una maniobra sublime del canario inicia una remontada que culmina Aubameyang en Estambul", sucede que un peloteo excelente del jugador, un dribling elevado a "maniobra sublime" con efectos, ya hemos dicho arriba, taumatúrgicos, detiene el tiempo, calma y persuade y drrota a la fiera, y le permite conseguir la proeza en un lugar inhóstpito e insólito, el peor del mundo.
MÁS ADELANTE, dice así:ç
"...En los accesos del estadio habían dejado de arder todos esos tablones de madera que sirvieron a los hinchas para asar carne durante horas. Un camino de hogueras rudimentarias que marcaban el camino hacia lo alto de una colina que, en realidad, era el averno convertido en campo de fútbol..."
En verdad que el cronista creo que se vio en un impulso arrebatador de narrar la getasa , de apasionado que estaba, y aquí utuiliza elementos de la relaidad de ese día, las hogueras humildes con lo que suponesmos los humildes aficionados asaban carne antes del partido, y de estas saca ese ambiente infernal, parecido al infierno cristiano y al inframundo llamaeante de los paganos. Así, utiliza las pakabras ARDER, HOGUERA y AVERNO.
El estadio del Galatasaray, a lo que se ve, está situado en alto y hay que ascender por caminos, en este caso el periodista extiende las hogueras como lo más significativo de ese sendero.
Ya es el mundo al revés y las cosas se han transmutado totalmente. El estadio no es el estadio, sino el inframundo, el averno, y el averno, el infierno, ya no está abajo, en lo hondo, sino en lo alto, encma de esa colina.
El periodista se ha visto poseído por esa visión y realmente ha vivido todo aqyello como un Ulises o un Dante.Y quizás, leyendo algo más, no hace falta creer que el cronista se ha dejado arrastrar por la impresión. Parece más bien que ese lugar ,e se estadio ya ha sido bautizado desde hace tiempo como infierno. Tiene la fama de ser el estadio más difícil, con la hunchada más escabdalosa y aguuerida de todos.
"Pero el olor a quemado no se iba. Aún envolvía la grada. Era fuerte y con un extraño efecto embriagador. Combustible para una afición que, puños en alto y corazón en la boca, se dispuso a cumplir con la pasión extrema que le define..."
La crónica sigue, narrando las diversas acciones y lances del partido, los regates o combates singulares de los jugadores, una lista de ellos, un catálogo, como es de oficio. Y termina con una última descripción de los estargos y la dsasforada hostilidad de la que es famosa esa hinchad,
"... No podía ser sencillo ponerse a defender con el balón ante un Galatasaray al que su afición exigía levantarse. Aunque fuera tirando de todo al campo. Botellas de plástico, vasos, cualquiera cosa valía. Los problemas se fueron acumulando, con Dest y Piqué marchándose lesionados a tres días del clásico y Aktürkoglu amenazando. Pero el Barcelona, que vio cómo Ferran Torres concluía en el larguero, pudo resistir".
Finaliza y concluye el condensado e intenso artículo volviendo a utilizar aquella comparación que , en realidad, y visto alagunas imágenes por internet, no sabemos si en verdad aquello era lo que narra el cronista, el mismo niframundo, el llameante infierno ubicado al mismo lado del mundo de los vivos..
"... Porque la pelota fue suya. Porque la pelota no se quema en el infierno".
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