En este libro, la historia ya daba por sí suficientes elementos, la mayor parte de la novela
se basa en las intrigas de poder que acosan al imperio y a la figura del emperador
Severo, y contra la que Julia va a ser la auténtica luchadora y la que lleve el
peso de las rivalidades e intrigas palaciegas contra su poder y su recién
creada dinastía.
Así, empieza con las
intrigas de cierto Plauciano que, a ojos de la novela y de Julia, anduvo
intrigando contra Severo dese mucho tiempo, desde su cargo privilegiado de
prefecto del pretorio
Porque el poder de Roma
había llegado a un punto que el centro de las cosas era una cosa casi exclusiva
del palacio y allí habían ido adquiriendo una importancia cada vez mayor el
cuerpo personal de emperador, la guardia pretoriana.
Tal era su influencia que
quitaba y ponía emperadores con alianzas de unos y otros.
Aquí tenemos pues a
Plauciano que, a los ojos de la novela, va limitando el poder de Severo,
asesinando, tal como se nos cuenta, a diestro y siniestro, a cualquier persona
allegada al emperador que le quite la ascendente influencia que él tiene en
palacio.
Luego, vendrá uno que sí
será favorable al emperador, más bien, a la emperatriz, Quinto Mecio,
con el cual, tal como nos relata la novela, tienen una sentida, emotiva y
paciente historia amorosa.
El famoso médico Galeno se nos aparece como el relator de la historia, escribiendo un diario en primera persona al inicio de algunos capítulos, para luego dejar paso al relato en tercera.
Estará siempre al lado de
Julia, no se sabe si por admiración, o capacidad de supervivencia, como admite
en algún momento Julia, en ese ambiente tan peligroso como era el palacio del
emperador.
Es un contrapunto intelectual,
típico de las novelas de este autor, que siempre introduce un personaje
literario, filosófico, en sus novelas, quizás para dar un contraste
más intelectual o cambiar de del ambiente de las intrigas de poder predominante
en la corte de los emperadores.
En este caso la novela nos cuenta la
búsqueda interminable de Galeno de dos manuscritos o volúmenes de Herófilo y Erasístrato que hablaban de la
disección y la anatomía de seres humanos, en una ficción novelesca, creemos, que los hace imposibles de encontrar. Esta disección estuvo mal vista, o
prohibida durante muchos siglos, y que en la época de la novela también era
así, al contrario de lo que había llegado a hacer los griegos.
Se habla también de la extraña inmunidad
a las enfermedades, especialmente a las epidemias de peste, término general que
no especificaba la enfermedad concreta de la que se trataba, que el médico Galeno siempre tuvo a pesar de su exposición a ellas como médico.
También habla de las
soluciones calmantes hechas con opio y vino para calmar los dolores que la
enfermedad, cáncer, de Julia le ocasionaba.
A Julia Domna la pone el autor
por todo lo alto. No ya porque su figura, su talante, carácter, decisión,
valentía, belleza, y un largo etcétera de cualidades la adornan y la poseen, también por su,
según la novela siempre, su visión de unificar Oriente y Occidente en un sólo mundo. Globalización, que diríamos aora.
Esta idea ya
se venía tratando desde Alejandro Magno, pero nunca llegaría a cuajar, se sucedían enfrentamientos constantes, a saber la de intereses que habría detrás. Julia Domna planea unificar otra vez los dos mundos con la boda entre su hijo Caracalla y la hija de Artabano, el rey de reyes de
Partia.
El descontrol y la
violencia propia de su hijo Caracalla, tal como nos dice la novela, quizás históricamente habría otros factores, frustra todos estos
proyectos, y la guerra entre ambos mundos es inevitable.
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