miércoles, 21 de agosto de 2019
Apocalypse Now - La Cabalgata de las Valkirias
Οἰ μὲν ἰππήων στρότον, οἰ δὲ πέσδων,
οἰ δὲ νάων φαῖσ’ ἐπὶ γᾶν μέλαιναν
ἔμμεναι κάλλιστον, ἐγὼ δὲ κῆν’ ὄτ-
τω τις ἔραται
πά]γχυ δ’ εὔμαρες σύνετον πόησαι
πά]ντι τ[οῦ]τ’· ἀ γὰρ πολὺ περσκέθοισα
κά]λλος ἀνθρώπων Ἐλένα [τὸ]ν ἄνδρα
τὸν πανάριστον
/ [κρίννεν ἄρ]ιστον
...
(SAFO)
martes, 13 de agosto de 2019
UNA NUEVA AMAZONA, made in Spain: CURVAS PELIGROSAS
Una nueva amazona, esta vez sí con caballo y todo, en este caso una Harley-Davidson que es un estilo de vida más que otra cosa, pulula por las novelas policíacas. Se parece un poco a la heroína de Stieg Larsson en su trilogía Millenium,, sólo que sin un pasado tan trastornado como el de ella (el de esta nueva también tiene lo suyo), pero sin el apoyo y toda la parafernalia informático-cibernético-hackeadora de la sueca.
Un estilo de vida peculiar, unos gustos personales, una estampa atractiva, la hacen ser sin ella quererlo el centro de atención de la gente con la que se relaciona. En el mundo que se mueve, España, Barcelona, el mundo de la comisaría y sus agentes detectives, su particular familia, los mundos desiguales de una Barcelona socialmente desigual, se conjugan en ella con gran habilidad y, sobre todo, humor fino e ironía.
Las situaciones en las que se ven envueltas esta nueva protagonista, Santana, de nombre Rebeca (curiosa la utilización de los nombres propios, que van encubriéndose con los apellidos con que se tratan entre los policías), y la gente que la rodea, muy especialmente su pareja de detective Vázquez, tanto en la trama detectivesca como en la social y emocional forman como un torbellino imparable que va siendo descrito con un temple y con un cierto humor socarrón por la narradora que invita a continuar la lectura hasta el final.
Bueno, hemos dicho una nueva amazona, cuando en realidad son dos, Santana y Vázquez. Santana es la recién incorporada al cuerpo desde la academia y, además , es psicóloga que no ejerce, lo que se nota en el toque personal que imprime a sus actuaciones desde el primer momento en que entra de nuevas en ese mundo. Vázquez, la veterana y un poco malhumorada, es la otra amazona, separada desde hace tiempo, con una hija adolescente y seria casi siempre.
Las dos forman , pues , una nueva pareja, en esta ocasión made in Spain o made in Barcelona, que añadir a la saga de heroínas que siguen defendiendo el patrón mítico de las antiguas amazonas, rebelándose con gracia ante el mundo varonil.
Del que solo se escapan unos pocos, la mayoría hace un coro que se alborota al poco que entra la atractiva Santana o alguna guapa mujer comisaría adentro, formando aquello un alborto descomunal. De resto, el mundo profesional y emocional gira en torno a estas dos nuevas amazonas, de forma interesante y atrayente.
sábado, 10 de agosto de 2019
Silva, Bevilacqua y Chamorro en las Columnas de Heracles
Acabamos de terminar una nueva lectura veraniega, una nueva novela de la Guardia Civil de Lorenzo Silva. El regusto que nos deja al final su lectura es agradable, humano, hasta melancólico.
En este caso se traslada con su sargento Chamorro y el resto de su equipo al extremos sur de la península, a uno de los fines del mundo conocido en el mundo antiguo, Gibraltar. Hoy más conocido no por ser donde se ubicaban las legendarias Columnas de Hércules y el Non Plus Ultra, sino por ser un auténtico punto caliente y estratégico de la zona sur de Europa. Allí, por azares y no azares del destino, se han conjugado la inmensa e incontenible escapada de población del continente africano hacia sitios del occidente pudiente, con la práctica del narcotráfico, ya tratado en otra excelente novela, La Reina del Sur, que adquiere aspectos épicos y heroicos entre lanchas con alijos hipertrofiadas de motores perseguidas por helicópterosde la policía que hacen lo que pueden.
Y la última actividad delictiva o paralegal que se ha instalado en os últimos años, el lavado , cibernético o no, de dinero negro procedente de prácticas ilegales de todo este mundo.
Lo que en principio es un extraño secuestro de uno, y luego otro, de cerebros cibernéticos que se sospecha se dedicaban a este blanqueo informático, se va convirtiendo en una investigación , como siempre, ordenada, jeraárquica, sujeta a la planificación de toda investigación, como siempre sucede en las novelas de este autor, en nada dejado a lo aventurado sino siempre muy apegado a las prácticas policiales.
Aunque le falte a sus novelas el dibujo de personajes, de detectives más o menos contrastado y perfilables, en mi opinión, la figura se suele centrar más en el subteniente Bevilacqua.
Como en otros autores de novelas policíacas, y creo que es una novedad en esta, no recuerdo bien si en las otras ocurría ya, la novela va avanzando a la par que la investigación, repleta de guiños y referencias artísticas: citas literarias de autores del pensamiento occidental, incluido clásicos como Heráclito o Epicteto, referencias a series de televisión, siempre con un personal toque crítico, música ,en verdad y para uno algo selecta, en el sentido de que no es la comercial en sentido amplio, pero de grupos que se pueden localizar en internet, que van dando un toque, creo, más personal que otras novelas de la serie.
La última parte de la novela, no sé por qué, la leí de un tirón. Y de allí hay un par de diálogos que no están nada mal y muy bien logrados.
La imagen que va quedando de esta historia es la del subteniente algo más melancólico de lo habitual, más personal, más humano, haciendo reflexiones sobre la conducta personal de las personas en este mundo en el que es más o menos claro las decisiones que va tomando uno en un sentido u otro, especialmente cuando estás al borde de la ley. Lo que no deja de ser un tópico de esta literatura. pero tal como nos lo relata el autor en esta novela y por la forma de hacerlo, parece más genuíno que otras veces.
Como no podía ser de otra forma, hay una escena de persecución de una lancha en las aguas del estrecho muy realista y bien lograda.
También, al hilo de esta persecución, alguna referencia trágica al crimen humanitario de los que no logran traspasar ese muro de agua y quedan en el olvido. Amén de alguna que otra crítica a esa realidad tan elefantiásica que tenemos ahí mismo y que no llama tanto la atención como otras más recalcitrantes y obsesivas de la política nacional.
Si Heracles, en la leyenda, puso un límite de separación en el sentido este-oeste, advirtiendo donde terminaba la oikoumene, la tierra habitada, y donde empezaba lo desconocido, ahora sus descendientes, y Bevilacqua entre ellos, pondrá el límite del paso de un mundo a otro en la dirección Norte-Sur. Las estelas que parece colgó en las columnas del templo en Gades el Melkart-Hercacles legendario son ahora las leyes de inmigración, grabadas también en bronce indeleble, junto con las cuchillas disuasorias en las vallas, que impiden el traspaso.
En la antigüedad sólo traspasaban esa frontera algunos pocos, héroes todos, los demás rehuian esos confines. Ahora, al contrario, los que persiguen traspasar esos límites es una humanidad desesperada que huyen de sur a norte incesantemente, en busca de mejores condiciones de vida.
Si Heracles, en la leyenda, puso un límite de separación en el sentido este-oeste, advirtiendo donde terminaba la oikoumene, la tierra habitada, y donde empezaba lo desconocido, ahora sus descendientes, y Bevilacqua entre ellos, pondrá el límite del paso de un mundo a otro en la dirección Norte-Sur. Las estelas que parece colgó en las columnas del templo en Gades el Melkart-Hercacles legendario son ahora las leyes de inmigración, grabadas también en bronce indeleble, junto con las cuchillas disuasorias en las vallas, que impiden el traspaso.
En la antigüedad sólo traspasaban esa frontera algunos pocos, héroes todos, los demás rehuian esos confines. Ahora, al contrario, los que persiguen traspasar esos límites es una humanidad desesperada que huyen de sur a norte incesantemente, en busca de mejores condiciones de vida.
martes, 6 de agosto de 2019
DOS MEDEAS MÁS: BELOVED, DE T. MORRISON, Y FORT MASSACRE
Distraídamente oía la radio hoy mientras almorzaba hoy un poco tarde, cuando en el boletín de noticias correspondiente a las tres y media o cuatro, ahora no recuerdo, escuché la nota necrológica del fallecimiento, a los ochenta y pocos años, de la escritora afroamericana Toni Morrison, primera escritora en recibir el premio Nobel de literatura entre otras cosas, por su incorporación del mundo afroamericano a la literatura.
Sin embargo, la noticia seguía dando unas breves pinceladas de su biografía y obra. Entonces fue cuando mencionaron una de sus primeras obras, Beloved, que narra la historia de una madre esclava negra que asesina a su propia hija para que no siguiera la vida de esclava que ella había tenido.
Enseguida me vino a la mente, claro, el tema de Medea, busqué en internet la relación entre Morrison, Beloved y Medea, y enseguida salieron varias entradas, en inglés, de estudios literarios comparando una y otra obra, sus parecidos y diferencias, ya estudiados desde hace tiempo.
En una de ellas se aclaraba la diferenecia entre las dos obras. Medea asesina a sus hijos por celos de su esposo y para vengarse de éste, la madre de Beloved (que al parecer está basada en un hecho real conocido) comete el infanticidio en un contexto sociopolítico de una sociedad esclavista, de forma reivindicativa. Además, en Medea estos acontecimientos están casi al final, mientras que en Beloved no, y la obra continua con la protagonista asediada por la culpa el resto del tiempo.
Por otro lado, poco después de terminar el yantar, puse la televisión un rato. En la televisón canaria ponían, de forma inapelable, una película de l Oeste. El título, Fort Massacre, no invitaba, la verdad, a que fuera algo interesante. Una más, pensé, de tiros y carreras por el sur desértico de los EEUU. Sin embargo, al poco que la seguí, me dí cuenta de los diálogos irónicos, ingeniosos y cortantes que tenía la película, que me dieron ganas de apuntarlos.
Uno de ellos era algo así. Dos soldados están en apuros ante una muchedumbre de indios que se les viene encima, porque alguién de ellos ha soltado un disparo y los ha puesto en pie de guerra.
- El problema es que ahora van a venir por nosotros. Si supiera alguna oración, que no me la sé, me pondría a rezar.
- No te preocupes, le dice el compañero, que es un indio que combate como guía con los americanos, yo sí sé.
- ¿y de qué me sirve?
- La mía valdrá por los dos, le refuta finalmente el indio.
Creo que era algo así, o parecido. Fort Massacre trata de un grupo de soldados, pequeño, vagando por una peligrosa zona habitada por enojados apaches que amenazan continuamente con matarlos a todos. Contra el sentido general de la soldadesca, el sargento (Joel McCrea) que ha tenido que tomar el mando inesperadamente a causa de la muerte del capitán, sufre una obsesiva tendencia asesina contra todo lo indio pues acaban de matar a su mujer y sus dos pequeños hijos.
En una de las escenas, a mitad de la película, tiene lugar una conversación interesante, hay varias a lo largo de la película, entre McCrea y un peculiar soldado que aparentemente no sabe que hacer en el mundo, Travis.
Éste es algo extraño, le explica al sargento algo de su personal historia. No supo decidirse a ser abogado o médico, pero terminó los estudios superiores, ¡¡era conocedor del griego!!, así mismo lo dice, y luego estudió en la Universidad. No se término de decidir, y acabo en el ejército a los treinta años.
- Valentía, me dice, le dice en un momento McCrea? Valentía es lo que hizo mi mujer. Cuando se vio perdida y a punto de sucumbir ante los indios, cogió la escopeta y mató allí mismo a nuestros hijos antes de que cayeran en manos de aquellos salvajes.
- ...
Una segunda Medea, esta vez en un contexto desesperado y mortífero, que prefiere perder a sus hijos antes de que sufran la muerte por otras manos o acaben secuestrados por otras gentes.
eSTE ACTOR QUE HACE DEL SOLDADO tRAVIS, EL QUE SABE griego, es conocido porque aparece en el personaje de un sherif malo en El jinéte pálido, de Clint Eastwood.
Aunque al principio trata de mantenerse al margen de lo que va sucediendo, la irracional marcha y las decisiones que va tomando el sargento al mando, solo soy un recluta, dice en algún momento, poco a poco va reflexionando más sobre algunas decisiones claramente crueles del sargento obseionado. Es el caso de cuando mata a un indio totalmente desarmado que se le rinde.
En la parte final del film, cuando el grupo se esconde en unas construcciones semideruidas alojadas en una gran cueva, se encuentran con unos personajes inesperados. Un burro y una cabra, y un anciano indio, bautizado y aficionado al whisky, y su guapa nieta. Se suceden unos acontecimientos, nuevas luchas y matanzas, contra los indios que los han perseguido.
El anciano ya se ha dado cuenta de la locura obsesiva que posee al sargento al mando, lo trata de animal, de no ser humano. En ese momento, McCrea, trastornado, levanta el rifle contra el anciano, que bien pudiera ser un Príamo pidiendo piedad y humanidad ante tanto crimen. Travis reacciona a su vez.
La soldadesca que acompaña al sargento McCrea actúa como una especie de coro griego. Algún personaje, en concreto, hace las voces de la cordura frente a las actuaciones sangrientas del sargento McCrea, pero éste, como un personaje trágico, obsesionado con su misión, aniquilar a los indios que han matado a su familia, sigue adelante como un Achab o un guerrero furioso y colérico, aunque algunas de sus decisiones parezcan que no es así.
Al final, rebuscando en el interior de la chaqueta de McCrea, Travis encontrará un pequeño medallón con la imagen de sus pequeños hijos que guardaba con él.
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