Una nueva amazona, esta vez sí con caballo y todo, en este caso una Harley-Davidson que es un estilo de vida más que otra cosa, pulula por las novelas policíacas. Se parece un poco a la heroína de Stieg Larsson en su trilogía Millenium,, sólo que sin un pasado tan trastornado como el de ella (el de esta nueva también tiene lo suyo), pero sin el apoyo y toda la parafernalia informático-cibernético-hackeadora de la sueca.
Un estilo de vida peculiar, unos gustos personales, una estampa atractiva, la hacen ser sin ella quererlo el centro de atención de la gente con la que se relaciona. En el mundo que se mueve, España, Barcelona, el mundo de la comisaría y sus agentes detectives, su particular familia, los mundos desiguales de una Barcelona socialmente desigual, se conjugan en ella con gran habilidad y, sobre todo, humor fino e ironía.
Las situaciones en las que se ven envueltas esta nueva protagonista, Santana, de nombre Rebeca (curiosa la utilización de los nombres propios, que van encubriéndose con los apellidos con que se tratan entre los policías), y la gente que la rodea, muy especialmente su pareja de detective Vázquez, tanto en la trama detectivesca como en la social y emocional forman como un torbellino imparable que va siendo descrito con un temple y con un cierto humor socarrón por la narradora que invita a continuar la lectura hasta el final.
Bueno, hemos dicho una nueva amazona, cuando en realidad son dos, Santana y Vázquez. Santana es la recién incorporada al cuerpo desde la academia y, además , es psicóloga que no ejerce, lo que se nota en el toque personal que imprime a sus actuaciones desde el primer momento en que entra de nuevas en ese mundo. Vázquez, la veterana y un poco malhumorada, es la otra amazona, separada desde hace tiempo, con una hija adolescente y seria casi siempre.
Las dos forman , pues , una nueva pareja, en esta ocasión made in Spain o made in Barcelona, que añadir a la saga de heroínas que siguen defendiendo el patrón mítico de las antiguas amazonas, rebelándose con gracia ante el mundo varonil.
Del que solo se escapan unos pocos, la mayoría hace un coro que se alborota al poco que entra la atractiva Santana o alguna guapa mujer comisaría adentro, formando aquello un alborto descomunal. De resto, el mundo profesional y emocional gira en torno a estas dos nuevas amazonas, de forma interesante y atrayente.
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