9. EL TEMPLO DE PORTUNUS.
Evidentemente,
todas aquellas tropelías habían de acabar, como era de esperar, en la comisaría
local de la Polizei romana, sita, curiosamente, en antiguo Foro Boario,
actualmente Piazza della Veritta.
Es casi el centro originario de
la Roma en sus principios.
Allí, en medio
del coro de indignados romanos afectados por la descontrolada
circulación, un resignado comisario cumplimenta unos papeles, se los da a
firmar y los deja libres.
A las mismas
puertas de la policía, se vislumbra otro monumento de factura clásica romana.
Se trata de vetusto Templo de Portunus, o de la Fortuna Viril, un templo
que, tal como se aprecia a simple vista, responde a los cánones estéticos arquitectónicos
de los templos romanos. En verdad, vemos el templo desde su parte trasera.
Esto es,
podemos apreciar a simple vista la manifestación de las columnas adosadas,
marca inconfundible de la edilicia romana. Además, el tamaño, nada ostentoso en
comparación con sus parientes y pomposos helenos, y adivinamos más que otra
cosa su elevación sobre un pódium.
Parte
frontal del templo.
El templo de Portunus deriva, al parecer, de portus, encarnación protectora del puerto fluvial que durante siglos se encontraba allí.
También se le
denomina templo de la Fortuna Viril, aunque más o menos está establecido su
relación con lo relativo a la divinidad protectora del puerto.
Data del s. II
a.C., y construido con travertino.
Y es que los protagonistas han venido a desembocar, por las veleidades de su conducción temeraria y de la vespa, en el antiguo Forum Boarium, el mercado del ganado de la antigua y la Roma Clásica.
Es un lugar
emblemático por muchos motivos, está en la zona donde mejor se vadea el Tíber,
se asentaron los primeros mercaderes griegos allí, etc. Es decir, casi que es
el centro fundacional de lo que luego será la Roma Imperial.
De aquel Forum
o Foro Boarium sólo queda como únicos testimonios del Templo de Portunus,
o de la Fortuna Viril, y otro templo, singular éste, que se deja ver a
continuación en el film, el Templo de Hércules Víctor.
De aquí viene
pues el episodio famoso del Rapto de las Sabinas.
rapto de las sabinas, Jean de Boulogne (1579)
Que, si quisiéramos rizar el rizo, es algo parecido a lo que Bradley e Irving hacen con la inocente princesa Anne, un rapto. E, igualmente que ellas, Anne-Hepburn acaba aceptando al raptor como su primer amante.
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