domingo, 26 de junio de 2022

CICERÓN, ZERZURA Y DALILA: NADIE Y EL PACIENTE QUE NO ERA INGLÉS.

EL CONDE ALMÁSY (EL PACIENTE INGLÉS).

            El Paciente Inglés fue una película revelación en la entrega de los Premios Oscar del año…, ganadora de nueve de ellos. 
        Está basada en una novela del escritor canadiense Michael Ondaatje.


    La trama se sitúa en Italia, en el centro, en una villa renacentista abandonada, a punto de finalizar la II Guerra Mundial. En ella se albergan dos personajes, una enfermera, Hana, y un misterioso y desconocido enfermo, al que llaman el Inglés, que está viviendo los últimos días de su vida. Su cuerpo está totalmente quemado, y yace tumbado en una cama bajo los cuidados de Hana. Durante el tiempo en el que están juntos, se les unirá otro personaje, llamado Caravaggio, y otro, un zapador indio del ejército británico.

El enfermo inglés lleva como libro de cabecera y del que no se aparta nunca las Historias, de Heródoto. En su convalecencia terminal se irá desvelando su verdadera personalidad, y su trágica historia de amor, exploraciones y espionajes en el trasfondo de la II Guerra Mundial en el norte de África. El libro al parecer ha sido su guía para moverse en el desierto de Libia en esos años de entreguerras, en los que se dedica con otros personajes a explorar y cartografiar esa parte del desierto, en busca de restos arqueológicos, de la misteriosa ciudad de Zerzura y grutas de pinturas rupestres, como la de “los nadadores”, que retratan figuras huanas de nadadores y descubren que el inmenso desierto fue no hace mucho un ingente mar.

     Será Caravaggio, a mitad de la novela, quien le advierta a Hanna de que el enfermo al que ella llama el inglés no es tal, a pesar de su perfecta pronunciación, sino casi con seguridad un explorador húngaro, el conde Ladislao Almásy, quien trabajó como espía de los alemanes en esa parte del norte de África una vez empezada la II Guerra mundial.


¿CUÁL ES LA SEÑAL DE RECONOCIMIENTO?

Al parecer, un día en el que Caravaggio le dio la dosis necesaria de morfina al enfermo y se excedió en la dosis, la charla d de éste giraba cada vez menos de Inglaterra. E hecho, unas palabras que repetía en aquella ocasión eran tres, Cicerón, Zerzura y Dalila.

“¿Y qué?” (preguntó Hana).
“Cicerón era el nombre en clave de un espía. Los británicos lo descubrieron. Un agente doble y después triple que se escapó. Zerzura es más complicado.” (Respondió Caravaggio)
“Sé que lo es. LO ha mencionado. También habla de jardines.”
“Pero ahora, más que nada, del desierto. El jardín inglés sale a relucir cada vez menos. Ese hombre se está muriendo. Creo que ahí arriba tienes al guía de espías Almásy”
“Sé que quieres a ese hombre, pero no es inglés. Al principio de la guerra, yo trabajé en El Cairo: el Eje de Trípoli. El espía Rebecca de Rommel…”.
¿Qué quieres decir con ”el espía Rebecca”?”.
“En 1942, antes de la batala del Alemein, los alemanes enviaron a un espía llamado Eppler a El Cairo. Utilizaban un ejemplar de la novela Rebecca de Daphne du Murier como libro de claves para enviar mensajes a Rommel sobre el movimiento de tropas…”.
“Sigo sin creerlo, David”.
“El hombre que ayudó a atrapar a Eppler en El Cairo llevaba el nombre de Sansón”.
“Dalila”
“Exactamente”.
“Tal vez sea Sansón”,

     En este fragmento es cuando se dan las pistas o señales de reconocimiento del paciente terminal inglés, que puede no resultar siendo inglés y con una misteriosa historia detrás suyo.

 ALGUNOS MTV.

- la bella y la bestia, en este caso, Hana y el enfermo terminal Almásy.


- el libro dentro del libro: la novela, y la película, está repleta y saturada de referencias y de libros que , a su vez, son leídos por el personaje de Hana al paciente. Se podría hacer una lista de los libros que allí aparece, como El último mohicano, Kim, …

    Al tiempo, hay algunos comentarios de estética y recepción literaria que se hacen al tiempo de su lectura.
    De hecho, encuentran una biblioteca deshecha y por los suelos en esa villa renacentista.
Incluso, llamativo, Hana utiliza varios volúmenes para apuntalar los peldaños de la gran escalera.
    Un caso aparte es, desde luego, las Historias de Heródoto. Forma parte del bagaje inseparable de Almásy, le ha acompañado como libro de referencia en sus exploraciones por el desierto y, además, va acompañado de anotaciones, dibujos personales con el que casi se convierte en un diario personal.

    Otro libro y otro uso, curioso el título: Rebecca, de Daphne du Maurier. Se convierte en el libro de claves del ejército alemán en el norte de África, nada menos.

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