lunes, 3 de enero de 2022

LA MIRADA DEL ADIÓS, DE I. RANKIN: LA LITERATURA COMO FÁRMAKON, NACIONALISMO, R. BURNS, GLADIATOR, BRAVEHEART

LA MÚSICA DEL ADIÓS, DE IAN RANKIN

    Al inspector John Rebus le queda apenas una semana para su jubilación. A pesar de su inamovible dureza, no deja de afectarle su situación en tránsito. ¿A qué se dedicará después? ¿A beber , ver la tele y bajar al PUB Oxford a última hora? ¿O se dedicará a desempolvar los viejos casos que no llegó a resolver, amargándole la vida a su exayudante y ahora inminente jefe Siobhan Carter?

En cualquier caso, su futuro próximo se aventura de lo más patético que pueda imaginarse. Incluso un chivato le advierte que tenga cuidado, una vez pase a la reserva y por tanto, puedan ir en su venganza antiguos delincuentes resentidos

Hasta Siobhan en algún momento, y el mismo, notan una relación tensa entre ellos, cierta rivalidad producto de la situación en espera. Rebus siente que pierde su papel de superior, inspector jefe, mientras Siobhan se ve a las puertas de su promoción, largo tiempo esperada.

    El poder en las sombras de Edimburgo, Gerald Morris Cafferty, Big Ger Cafferty, con su cínica y cáustica poderío, lo despacha como si fuera un don nadie en vísperas de tránsito. Pero Rebus no se deja amilanar, a pesar de todo. Incluso, como a muchos le pasa, se crece ante las dificultades.

    Un cuerpo especial de la policía lleva años persiguiendo a Cafferty, conocen que Rebus es su Némesis y le avisan para que se aparte del personaje. Rebus, más al contrario, va a seguir su personal cruzada contra el emblema del crimen en la ciudad. Aunque, todo hay que reconocerlo, las actividades del gángster en los últimos años han ido encaminadas a blanquear su figura y ya no es el gángster barriobajero de su larga carrera. En un remedo casual de los lemas de Gladiator, “Fuerza y honor”, grita, al hilo de un tema musical que pone en el plato, firmemente decidido a dar guerra, la canción de John Martyn “Grace and Danger”, mientras se repiete reafirmándose “Tiene que haber jaleo, estropicio, sangre …” 

    La novela nos lleva por unos y otros derroteros, que seguimos con atención. Pero, al final, la fabulosa trama creada en la novela alrededor del poeta y disidente ruso Alexander Todorov, y otro de seguido y en aparente relación, se disuelven en los últimos pases de la novela. Como un deus ex machina, se desvela el secreto de los asesinatos que parecían ser una confabulación de mafia rusa, altas esferas económicas banqueras y el inefable Big Ger. Con cierta decepción vemos como aquella trama tan elevada y altos vuelos se resuelve por otros casos, pero, así y todo, aquellos elementos de guante blanco recibe su correspondiente pena.

    EL PAPEL DEL POETA Y LA POESÍA EN EL MUNDO.

    Queda, al final de todo, una novela que en su trasfondo y en las subtramas que reparte y de dispersa, una  la central en torno al asesinato del poeta ruso. Indirectamente su muerte saca a la luz la figura del poeta y de una de sus funciones, que el autor parece recalcar, el de la denuncia de injusticias y corrupciones.

    Pero en verdad el poema no está muy logrado, dice en un momento Siobhan. la traductora del poeta, Scarlett, no la entiende y le promete afinar mejor la traducción rápida que acaba de hacer. Es de un poema que recita Todorov casi improvisando, en un recital días antes de ser asesinado.

    Siobhan rectifica, no se refería a la traducción, sino al tema. Ah, le responde la literata, también es una de las misiones del poeta.

    En otro momento, el magnate corrupto ruso, aquel conocido de Todorov y a quien en aqeulla recitación, a la vista de él y tomando unos versos del mismo Robert Burns a propósito de la situación similar de Escocia, los llama "panda de ....". Bueno, rectifica y al final dice que las palabras textuales del oema son "panda de granujas".

    El mismo Rankin, no desde la poesía pero si en la narrativa, adquiere pues una relación con el poeta, con los otros poetas, en la misión de denuncia social que debe tener también sus obras. No en vano el propio autor escribe en un género que tienen como una de sus marcas de carácter la denuncia social y política de la la sociedad. Pero, como decíamos más arriba, los momentos personales y ajenos al mundo en los que alcanza a tomar respiro, cuando necesita el phármakon pero del espíritu, suelen venir de la mano de la música, y sí, también de la bebida hidromiélica. pero, principalmente, y con largo como exquisito catálogo de autores, temas y estilos, que le acompañan en esos momentos, tal como Cicerón confirmaba como la función elemental de la poesía.

Rankin, Todorov y Licinio Archias.

    Si hay que buscar algún paralelismo, aunque sea por omisión o por adición, tendríamos en los comienzos de la lietartura clásica la defensa del abogado Cicerón para el derecho de ciudadanía del poeta y preceptor griego Licinio, nombre latino por el que lo llama hábilmente, Arquias

    Es sabido que en este texto se contiene una de las defensas mayores de los studia humanitatis, de hecho a`parece el rótulo por vez primera. Y también la acepción y defensam, entre otras muchas de la literatura y las artes como phármakon en la vida turbulosa del ser humano y, más en concreto, del hombre de espírtu.

    RaNkin no se aproxima aquí ni por asomo a es asunto cuando defiende la postura de Todorov ante la corupción política de su país. Aunque, por su parte, el efecto farmakon de las artes, en su caso muy dispuesto en torno a la música, hace que aepte de pleno ese valor repardor y ensoñador de la parte sensible del ser humano.

Seguimo con la lietartura. En la obra aparecen a veces fragmentos de oemas, sueltos, algunos inacabados. En verdad que en principio no llaman la atención por su belleza formal o cierto romanticismo, sino por una visión más prosaica y cruda de la vida.

Otro detalle, en esta novela que parece darnos un paseo mal que bien por el mundo de la poesía y la literatura, otro detalle es cuando nos selñala la casa de Sherlock Holmes, que no lo es, sino la de su creador, A. Conan Doyle, junto con una estatua del inquisidor detective en homenaje a él erigida.
En cierta manera, parece hacerle rankin un cierto homenaje al personaje y, por un momento, reivindicar a Rebus, tan distinto a éste por otro lado, y quizá por ello mismo, decíamos, e integrar a su inspector rabietas en la estela y el modelo del famoso tetective de Baker St., padre de la detectivesca moderna a partir de entonces.

No está de mal recordar este homenaje de la ciudad a uno de sus lietartos, ahora que se está con la polémica parroquiana de si nombrar hija predilecta o no a la escritora recientemente fallecida A. Grandes.

Más adelante menciona a otro escritor tan vinculado a la ciudad como R.L. Stevenson, que veremos un pco más abajo. De todas formas, en algún momento sale el tema de los cementerios y los ladrones de cadáveres, asunto este que remite a un conocido cuento del escritos escocés.

    En otra novela de Rankin hemos comentado esta vinculación posible de Stevenson con estas novelas. Pues no de otro modo se entiende la en el fondo latente cuestión del bien y el mal, custión viva también en la del escritor de la Isla del teosro...

    En el final de la novela, que se precipita inevitable hacia un fin que no imaginamos cuál podría ser, encontramos a un Rebus resacado, al día siguiente de un jubilación, en el hospital donde se encuentra en coma Big Ger, sin pronóstico decidido.

    el bien y el mal , la justicia vindicativa del Antiguo testamento, reaparece y está detrás también de otra de las subtrmas de la novela. En este caso la que afecta a Goodyear y su familia. y en este sentido, además de bíblico, la historia aunque margunalia, tiene su buen contendio trágico. la desgracia del abuelo del personaje Goodyear, cristiano aunqe, como le evidencia Rebus, ccristiano del Antigo testamento, se ha transmitido, ya no por una surte de maldición familiar o de un alástor maléfico puesto sobre la casa, sino por las consecuencias lógicas de la desetructuración familiar que conlleva. Los nietos, dos hermanos, como Cain y Abel, Rómulo y remo, sufren las consecuencias finales de esta acción del pasado, como si la maldición de la stragedias griega reviviera y reapareciera en el fondo de estas tramas de la novela negra.

    REBUS Y ESCOCIA.

    También y sobre todo, esto en primer lugar, hay un homenaje a la ciudad de Edimburgo. pues en verdad, aquí y allá, y ampliando el marco de la novela estrictamente negra y policíaca, las novelas de Rebus son inevitablemente escocesas y, a más y en muchas de ellas, de Edimburgo.

    Cierto, un Edimburgo que él vive, disecciona y selecciona, pero es la ciudad la que vive y rellna sus tramas. la trama policíaca en sí, el peculiar carácter y personalidad de Rebus, y de los que le aciompañan, el coro de l cuerpo de policías, desde los subalternos hasta laos más altos crgos, se ubican en primer plao, pero en verdad son aquellas apostillas que el personaje saca de vez en cuando sobre la ciudad, el carácter esocés, ..., critico, sarcástico , nunca idealizado, el que rellena sius novelas.

    Es un observador naro y crirtico al tiempo. En sus novelas aparecen muchísmos personajes que se cruan de manera natural, al tiempo que lugares, edificaciones, organismos públicos en verdad reales. Y muchos de ellos se llevan su doliente visión urbanística, su crítica mirada de usuario de a pie. Es ecivdente que privilegia el sector marginal, del hampa, los bajos fondos, pero al miso tiempo desvela las idserias y la doble moral del crimen de cuello blanco. esto es relevate en su obra.

    Pero, como decíamos, su obra es la ciudad de Edimburgo. En las últimas páginas, como si fuera cierto epitafio o declaración jurada y vital ante lo que podía ser el final de la trayectoria del personaje, el inspector rebus se deja vencer por cierta nostalgia y dedica unas palabras a esa ciudad que, en realidad, siempre ha estado debajo de todo.

"Muchas veces había pensado si lo mejor para él no sería largarse de Edimburgo por las buenas. Con lo que sacara del piso podría comprarse una casa aceptable en cualquier sitio, la costa de Fife; ...Pero se veía incapaz de marcharse de Edimburgo. ra el oxígeno de su sangre y aún tenía misterios por explorar. Había vivido allí desde que era policía, y las dos cosas -la profesión y la ciudad- formaban un todo. cada crimen había acrentado su saber, pero ese saber distaba mucho de ser completo. El pasado manchado de sangre se mezclaba con el presente  salpicado de sangre; los conjurados de la Aianza y el comercio, una ciudad de bancos y burdeles, de virtud y vitriolo...

El hampa en convivencia con las latas esferas.

- ¿En qué piensas?

         Era Siobhan desde la puerta. 

        - En nada importante -respondió. 

        -No me lo creo. ¿Estás listo' -añadió colgándose el bolso al hombro. 

        -Siempre lo estaré. 

        Pensó que eso sí que era verdad 

  

SEGUIMOS CON LA MATERIA LITERARIA, LA ISLA DEL TESORO.

La isla del tesoro (https://hmong.es/wiki/New_Town_Gardens)

    Y, como en la mitología, al final hay un reencuentro entre el bien y el mal, si no estamos equivocados. es como el mismo atractivo que ejerce e la Isla del Tesoro, auqnue ni muchos menos. pero se podría entender así ese gesto desesperado final con el que rebus trata de salvarle la vida a Big ger. Parece que su propia vida, así lo dice, no tendría sentido si aquel desapareciera, que sólamente así cobra sentido su existencia.

En verdad, no sabemos, probablemet se interprete de otras formas.

Aquí dejamo de forma visual los famosos jardines de Queen, que, tal como cita en la novela, las pequeñas islas que contiene parece que fueron, es una de las suposiciones, el origen y arranque de lo que luego sería la fabulosa Isla del Teosro.


Lo curioso es que esta referencia, o no tan curioso, aparece citada por boca del mafioso principal en Edimburgo, Big ger rafferty. Quizás el autor juegue a ese ambivalencia, presente siempre en esa y otras obras uyas, del bien y el mal.

 

LA LITERATURA, LA MÚSICA, COMO FÁRMAKON.

Así utiliza la música, selecta y escogida y bien citada, como al autor le gusta referir, de canciones con los solistas o grupos correspondientes, que acompañan al inspector en diversos momentos de sus peripecias. Y, también, en los que necesitan alivio o descanso, acompañado, claro es, del hidromiel de los dioses, ya sea whisky  o cerveza principalmente.


ROBERT BURNS. LA CUESTIÓN POLÍTICA EN ESCOCIA. EL NACIONALISMO INDEPENDENTISTA. DEL ESPÍRITU ROMÁNTICO A LA VIDA PARTICULAR DE LAS GENTES. GLADIATOR Y BRAVEHEART.

Este aparece a través de la figura del poeta Robert Burns, último cantor de la orgullosa Escocia antes de ceder y doblar la rodilla ante los poderes de Westminster. El poeta nacional Burns aparece al hilo de la figura del poeta ruso asesinado en la ciudad, y que es el leit motiv de la novela. El tal poeta, Alexander Todorov, representa, lo mismo que Burns para Escocia, la Rusia que pudo haber sido y no lo ha conseguido, caída en manos de gángsters, corrupción, que ha roto el sueño futuro de la nueva Rusia tras la caída del muro y todo el armatoste de la extinta URSS.

El poema que aparece varias veces como un leit-motiv de la novela es el representativo "Adiós a nuestra fama escocesa".

"ADIÓS A NUESTRA FAMA ESCOCESA", DE ROBERT BURNS (s. XVIII):

Adiós a nuestra fama escocesa,
Despedida nuestra antigua gloria;
Adiós incluso al nombre escocés,
Tan célebre en la historia marcial.
Ahora el tiburón enjuaga sobre las arenas de Solway,
Un tweed se enjuaga al océano
Para marcar dónde se encuentra la provincia de Inglaterra
¡Qué paquete de bribones en una nación!

(Una nación puñado de granujas, en la traducción de RBA)

Este es el fragmento que aparece en la novela, aunque el poema sigue.


Qué fuerza o astucia no pudo dominar,
A través de muchas eras guerreras,
Es forjado ahora por unos pocos cobardes,
Para la contratación de salarios de traidores.
El stell inglés que podríamos despreciar,
Seguro en la estación de valour;
Pero el oro inglés ha sido nuestra pesadilla.
¡Qué paquete de bribones en una nación!

Oh, o hubiera visto el día
Esa traición así podría vendernos,
Mi cabeza gris tenía un gravamen en arcilla,
¡Con Bruce y el leal Wallace!
Pero médula y poder, hasta mi última hora,
Haré esta declaración;
Somos comprados y vendidos por oro inglés
¡Qué paquete de bribones en una nación!

GLADIATOR, Y BRAVEHEART, EN LA CULTURA POPULAR.

    Y EN TORNO A ESTO, VEMOS  que Rankin emplea el asunto de LA LITERATURA (o el cine, que también) DENTRO DE LA LITERATURA. Casi sin darnos cuenta, pues es un tema y asunto de la trama, la poesía, como en muchas otras obras suyas, ya sea a través de la música y principalmente, la literatura, decimos, aparece en la novela.

Así pues, y como decíamos, en este ambiente creado en torno a la figura del poeta ruso asesinado, su lucha impotente contra el establishment corrupto creado en la nueva Rusia, las evocaciones nostálgicas a la propia Escocia y su identidad nacional perdida, y ahora vuelta a recuperar por  partidos políticos nacionalistas, al hilo de esta subtrama es cuando aparece fugazmente la referencia al mundo clásico, pero no directas tampoco, sino al hilo de otro símbolo del nacionalismo escocés expandido en los últimos tiempos por obra y gracia de la industria cinematográfica. 

Nos referimos al film Braveheart, de Mel Gibson, que se cita en un momento, junto con Gladiator y unidos ambos por el discurso o arenga que ambos característicos personajes exponen antes sus hombres.

En realidad, la cita a Gladiator es mínima, y es casi para dar un refuerzo a la observación de Rebus cuando ve que uno de sus hasta ahora agentes se ha quedado arrobado e impresionado por la fácil labial que el nuevo inspector, un tal Dereck Starr que lo sustituya ha desplegado ante los medios de prensa nada más tomar el nuevo cargo.

El diálogo se produce entre dos agentes jóvenes, en incipiente relación aún sin asentar, Colin Tibbet y Phyllida (de fil-) Hawes. Ella lo anda picando a propósito del tema siempre presto a charleta, de la masculinidad del varón.

    - ¿Viste algo interesante en la tele? - preguntó él.
    - Un documental sobre hombres que se convierten en mujeres.- Él la miró tratando de         dilicidar si mentía-. De verdad -insistió ella -. Hay tanto estrógeno en el agua del grifo         que la bebes y te salen tetas… 
    - 
    - … Además están todos esos aditivos de la carne. Esas cosas modifican el químico del             organismo.
    Yo no quiero que se modifique mi equilibrio químico.

    Ella se echó a reír.

    - De todos modos, ahora me explico algo - añadió ella en broma.

    - ¿Qué?

    - Por qué ha empezado ha empezado a gustarte Derek Starr -añadió Hawes frunciendo el     ceño y riendo otra vez -. Le mirabas de una manera mientras nos largaba su arenga …            como si fuera Russell Crowe en Gladiator o Mel Gibson en Braveheart.

LAS ARENGAS DE GLADIATOR Y BRAVEHEART.

Los discursos de Crowe y Gibson son claramente conocidos, seguidos, mitificados y divulgados por las redes de una u otra forma.

            El conocido de Crowe decía así:

“Dentro de tres semanas yo estaré recogiendo mis cosechas. Imaginad donde querréis estar y se hará realidad. Manteneos firmes, no os separéis de mí. Si os veis cabalgando solos por verdes prados, el rostro bañado por el sol, que no os cause temor. Estaréis en el Elíseo y ya habréis muerto. ¡Hermanos! Lo que hacemos en la vida tiene su eco en la eternidad”.

El de Wallace-Gibson , el último fragmento previo a la contienda campal de Stirling y las famosas lanzas largas esas especie sarissas macedónicas, es el siguiente:

“Luchad y puede que muráis. Huid y viviréis. Un tiempo al menos. Y al morir en vuestro lecho, dentro de muchos años, ¿no estaréis dispuestos a cambiar todos los días desde hoy, por una oportunidad, solo una oportunidad de volver aquí a matar a nuestros enemigos? Pueden que nos quiten la vida, pero jamás nos quitarán ¡¡la libertad!!”

     Es claro el gran poder efectista que tuvo y tiene este discurso por la libertad. Tanto, que la conversación lo recalca y Tibbet, al oírlo mencionar, deja de lado a Gladiator, cambia radicalmente la conversación y rememora como un hecho insólito la vez que lo oyó.

    - Ésa la vi yo en el cine - dijo Tibbet-. El público se puso en pie a dar vítores. Nunca había visto nada parecido.

AQUÍ vemos que por donde quiere llevar el argumento el autor es hacia el sentimiento nacionalista, aunque inserto en una recepción popular, de la recepción popular de la idea y el sentimiento nacionalista, fácilmente exaltable como con ocasión del film de Gibson.

Pero la situación es rápidamente desmitificada.

    - Porque los escoceses raramente se sienten satisfechos de sí mismos.
   
    Y, para acabarla de rematar, el romanticismo nacionalista se las da de bruces con la prosaica y aplastante realidad socioeconómica y política.

    - ¿Tú crees que deberíamos tener la independencia?
    - Quizá - respondió ella -. Con tal de que las empresas como el First Albannach no se             larguen al sur
    - ¿Cuánto ganaron el año pasado?
    - Ocho mil millones , o algo así.
    
    - Eso da qué pensar, ¿no?
    - Da que pensar, ¿qué?
    - Donde está de verdad el poder -respondió él apartando la vista de la carretera  para         mirarla a ella -. ¿Quieres hacer algo después
    - ¿A qué te refieres?

Tibbett se encogió de hombros.

    - Esta tarde inauguran la feria de Navidad. Podríamos ir a echar un vistazo.

    - podríamos

    - Y a cenar después.
    - Me lo pensaré.

Y así se interrumpe este breve diálogo entre esta inestable pareja de los dos jóvenes agentes.

     Como vemos, el autor ha tocado el tema tan delicado como emotivo del sentimiento de identidad nacional, sentimiento latente y en auge en la Escocia de unos años para acá, a continuación lo hace confrontar con la ruda realidad económica-financiera de la plasmación real en un mundo como el de hoy en día. Y con la misma facilidad que surgió, el asunto se disuelve como un azucarillo en la realidad personal de esta incipiente y dubitativa relación de pareja entre estos dos agentes novatos.

Una contradictoria visión del asunto nacionalista en, entre la alta emotividad, la dura realidad y el influjo real que tiene en la vida particular de sus habitantes.

Esto es, la aparición puramente anecdótica de la cita de Gladiator, viene a cuenta de la arenga, en Gladiator hay varias, quizás la más famosa es la del comienzo, cuando prepara a los jinetes de su caballería antes de entrar en la batalla, llamándoles con el desprecio a la muerte que todo guerrero debe sentir, y con la esperanza y promesa de un más allá, los Campos Elíseos, donde los guerreros muertos en combate verán recompensado su vida perdida…

Y, del mismo modo, el discurso de rabia de Wallace-Gibson ante sus paisanos escoceses, esta vez apelando al valor más alto de la vida, la libertad, en la batalla de Stirling, donde el ejército inglés sufre una gran e inesperada derrota.

Lo cierto es lo curioso de la conversión en tópico de la cultura y el cine popular de este emparentamiento de las dos secuencias de los dos films históricos, Gladiator y Braveheart, unidos por estos peculiares y fervorosos discursos de arenga.

Luego, a estos dos discursos, se les podría añadir muchos otros, el de Alejandro de Gaugamela en Alejandro Magno, una continuación y un momento tópico en la estela de este motivo del discurso-arenga del general o líder a sus seguidores. Y el del propio Leónidas en 300.

 

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