martes, 10 de octubre de 2023

LA LANZADA QUE NO FUE

 LA LANZADA QUE NO FUE.


(Estas palabras es en rectificación de lo que pusimos anteriormente sobre el mismo tema)


La cosa empezó, como casi siempre, de una cosa sin importancia. Hace poco repusieron Alejandro, de R. Rossen, 1956, en esa intemporal cadena de tv. por donde no parece haber pasado el tiempo.

Cogimos el film por la mitad, justo antes de la batalla de Gaugamela.

Sin tener nada que hacer, y fijándonos con más detalle que hace años, nos fijamos en la batalla, cómo se narran los acontecimientos, la falange macedonia, la estrategia de los carros falcatos, etc. 

Y, luego, ya, el punto culminante, el que marca el fin de la batalla, es decir, el  momento en que Alejandro, henchido de arrebato heroico, cabalga hacia Darío y le echa un lanzado que detiene el auriga o su hermano. Pero ya le había metido el miedo en el cuerpo del persa, quien desaloja de cualquier manera a su salvador, coge las bridas y enfila la huída más pronto que tarde.

En verdad que vi el resto de la película, y me pareció mejor de lo que recordaba. Es más, la de O. Stone seguía en muchas cosas el guión marcado por Rossen.

Por eso de pasar estos días sin nada urgente, volví a ver la batalla, esta vez en la versión de O. Stone. Repasé toda la batalla, hasta llegar al momento decisivo, que, al igual que el de Rossen, es el de la cabalgada y la lanzada de Alejandro contra Darío, y su subsiguiente fuga.

Claro, en las dos se recoge el momento estelar, la estampa del macedonio lanza en ristre, y echando la lanzada contra el rey de los persas.

Claro, clarísimo. 

Como en el mosaico.

Tal que me fui al mosaico, a reafirmar la imagen. Sí, allí se veía, se adivinaba, más bien, el momento clave que habían recogido los dos directores, el momento de la lanzada.

Así se veía bien en este fragmento de la pintura.



Esto es, Alejando encarando fieramente al rey persa, y la lanza que asoma por detrás, en alto y dispuesta a su lanzamiento.

Tan seguro, de condicionado que estaba por las películas, tan seguro que estaba de esta lanzada en el mosaico de Issos, que deduje sin duda que los dos directores se habían inspirado en el anónimo pintor del mosaico.

En verdad que si uno pone en el mismo plano las tres imágenes, es que llega a la conclusión de que Alejandro está lanzando su jabalina en los tres casos:



MOSAICO de ISSOS

R. ROSSEN

O. STONE

   


   

 

 



Así estuve varios días.

Incluso vi el mosaico reconstruido completamente, y no hacía sino reafirmar la idea de que las lanzadas de los films, estaban inspiradas en la pintura.


Para más seguridad, consulté dos fuentes, Arriano y Plutarco, para comprobar si referían este momento estelar de la batalla.

Y no, ninguna de las dos, ni en Issos ni tampoco en Gaugamela, recogían un hecho claro y manifiesto como el de la lanzada del rey macedonio.

Por lo tanto, me reafirmaba en la documentación de la que hicieron acopio y fuente de imágenes los dos directores, y concluí que, en efecto, no estaba en los textos, sino en la pintura, la memorable e icónica acción de la lanzada.


Hasta que…, hasta que, no sé cómo, una tarde, mirando mejor y más de cerca la pintura, la reconstruida y la original, hete aquí que todas esta ideas previas se desvanecieron en un segundo. 

Pues en realidad, la lanza que asoma por detrás de Alejandro no está sujeta de su brazo y mano, no. 

Y, además, Alejandro tenía que ser contorsionista para estar en esa postura imposible.

Pues esa lanza es de compañero que avanza por detrás.

En realidad, Alejandro lleva la lanza en ristre en su mano derecha, atacado desde abajo, de forma que ensarta, que no lanza, ensarta y mata a quien era el hermano de Darío, en defensa del rey.


Aquí se ve en el origuinal, 



Y aquí mejor, en la reconstrucción completa.



Por tanto, una vez arreglado esta falsa impresión inicial, así y todo seguimos con la tarea de contrastar el mosaico con los textos, por un lado, y, por otro, dejar establecido que las icónicas imágenes de los dos films no se inspiraban en el mosaico.


Bueno, aunque esto también es verdad y en gran parte, sí. Como a nosotros, la primera impresión que da la pintura es la de Alejandro sobre su montura, y la lanza en alto (bueno, esto no sabemos si es ya por influencia de los films). 

Y puede ser que hayan optado por esa falsa impresión para emplearla en el momento cumbre de la batalla como la imagen significativa del momento.

Además, aunque no esté el lanzamiento real en el mosaico, si que refleja, por su parte y muy bien, el empuje y la valentía de Alejandro, frente a susto y temor de Darío, que ya dejó inmortalizado el mosaico en su momento..


No hay comentarios:

Publicar un comentario