viernes, 21 de julio de 2023

OPPENHEIMER: EL TITÁN PROMETEO vs. AL PRÍNCIPE ARJUNA.


OPPENHEIMER: EL TITÁN PROMETEO vs. AL PRÍNCIPE ARJUNA.

LA BIOGRAFÍA del padre de la bomba atómica, J.R.  Oppenheimer,  escrita por K. Bird y M.J. Sherwin, tiene un tratamiento y unos referentes literarios, al menos de entrada, en la literatura clásica occidental. Lo es en el sentido de vincularse a la literatura, personajes y motivos que tienen sus inicios en la literatura y la tradición grecolatina. 

El título, El Prometeo Americano, hace referencia a un personaje principal y, aunque no sea de los Olímpicos, crucial, de la mitología, el titán Prometeo.

Su figura es crucial, decimos, pues es e único de las divinidades que apoya a los humanos y roba el fuego vital para ellos.

El subtítulo, Triunfo y tragedia de J. Robert Oppenheimer, alude a los géneros clásicos y tradicionales de la literatura antigua: triunfo, épica; tragedia, el teatro clásico geiego. El esquema de épica y tragedia, pues, en el sentido clásico de la literatura griega, está bien presente desde el título, y es el que domina toda la obra.

También hace referencia este subtítulo a un esquema clásico en la historiografía clásica, el ascenso y caída de grandes personalidades.

No hay que rebuscar mucho en la historia clásica, es más, parece un motivo temático del que no se priva siempre que puede, para encontrar ejemplos del ascenso y posterior caída de célebres y renombradas personalidades.

Es un lugar común en la historiografía clásica, desde Temístocles y Alejandro Magno en la griega, hasta Escipión o César en la latina.

La tragedia ática no cesa de repetirnos, por su parte, es una de las máximas más omnipresentes en el mundo antiguo, la realidad del drama humano. 

Píndaro, en la Pítica … ἐπάμεροι: τί δέ τις; τί δ᾽ οὔ τις; σκιᾶς ὄναρ ἄνθρωπος, ¡Seres de un día! ¿Qué es cada uno? ¿Qué no es? El hombre es el sueño de una sombra.

Sófocles, πολλὰ τὰ δεινὰ κοὐδὲν ἀνθρώπου δεινότερον πέλει. (Antígona, 334), hay muchas cosas maravillosas (y terribles), pero nada más grande (y más terrible) que el hombre… 

Este mismo pensamiento, esta vez en boca del poeta lírico Simónides, Dado que eres un hombre no te he de decir lo que ocurrirá mañana; ni si ves a uno feliz, por cuánto tiempo lo será: veloz es el cambio, como el zumbido de una mosca.

En esto el modelo del film y, por lo que deducimos, también en la biografía, sigue este esquema tan clásico grecorromano. Oppenheimer, convertido en referente literario, ha venido a confluir con el arquetipo mítico que nos proporciona el mundo antiguo, el de Prometeo, y otros personajes histórico-literarios, en su ascenso y posterior .

 

Pero y sin embargo, al menos en el film, las referencias literarias o citas, al menos aquella que se repite hasta convertirse en una profecía y un mantra autocumplido, no es de un clásico griego, sino de una obra clásica de la literatura espiritual oriental, hindú, el Bhagavad-Gita. Escrita en sánscrito, es uno de los textos sagrados de la India.

En setecientos versos, se narra la conversación entre el príncipe Arjuna, apesadumbrado por entrar en batalla contra sus parientes y amigos, y Krishna-Visnú, su auriga. Ante la desazón del príncipe, Krishna-Visnú desvela este pensamiento de destrucción.

Allí, el Oppenheimer que está en la carrera por la realización de la bomba atómica se identifica más con ese referente, que se llama o dice destructor del mundo, a raíz del desarrollo de la energía atómica. Energía atómica que, podríamos decir, es la actualización, podríamos decir, tecnológica y energética, del primigenio fuego, en su vertiente bélica, como identifican los autores de la biografía y el film.

Sin embargo, y según las referencias clásicas grecolatinas, el fuego es un símbolo de la tecnología y el uso eficiente de la energía. Según el mito, Prometeo, lo roba del entorno de Zeus, dueño y guardián celoso del rayo, porque les da pena de los hombres, a los que ve indefensos en comparación a los recursos y fortaleza con que ha dotado la naturaleza a las otras especies.

El fuego va a ser el elemento complementario y vital que le permitirá a la raza de los mortales convivir y realizarse en competencia con el mundo y la hostil naturaleza.

Este mito de Prometeo humano es el de Hesíodo, y que se continúa en  la versión de Platón en el Gorgias.

Es este Prometeo un benefactor, para quien el fuego, si, energía potencialmente ambivalente, este fuego, al menos en esta tradición mítica griega, es un dador de vida y un recurso absolutamente vital para los humanos.

Sin embargo, el mismo fuego en el film, que se visualiza en imágenes bellas y al tiempo terribles, que se entremezclan en la narración, el fuego aquí, actualizado en la energía atómica, es el verdaderamente destructor de la humanidad.

https://www.youtube.com/watch?v=e2DFd0kh-Tw&ab_channel=ElPa%C3%ADs

https://www.smashmexico.com.mx/trend/oppenheimer-frase-destructora-de-mundos-bhagavad-gita/

Justo lo contrario que el Prometeo griego.

Al parecer, Oppenheimer, intelectual curioso no solo en las ciencias sino en las artes, dotado para las lenguas, era conocedor del sánscrito y el Bhagavad-Gita, se estaba identificando con el este príncipe Arjuna de la tradición hindú, este destructor del mundo, antes que con cualquier otro referente del mundo clásico, que sepamos.


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