EL LIBRO DENTRO DEL LIBRO o PELÍCULA.
CAPITANES INTRÉPIDOS Y LA
ISLA DEL TESORO.
La película Capitanes intrépidos, 1934, de Victor Fleming, es una emotiva película de aventuras, inspirada en la novela homónima de R. Kipling. Sin embargo, presenta varios añadidos a la novela original, el más patente es esa pequeña primera parte con que se inicia y se da muestras de la personalidad malévola del engreído Harvey Cheyne, jovencito hijo de padre millonario al que su permisividad lo ha convertido en un pequeño monstruo.
En las escenas iniciales en la que se conoce al
joven protagonista, lo vemos desenvolverse con unos amigos en su casa una noche
que los invita a dormir, y luego al día siguiente en el colegio.
Harvey y los amigos pasan una noche en la casa
de su padre Harvey, y se hacen patentes sus caprichos de niño soberbio.
Después de pasar la noche y desayunar, donde se
va viendo los caprichos, como decimos, y el engreimiento del niño, se
encuentran en la biblioteca, esperando a marchar al colegio.
Allí uno de sus amigos, el inocente Charles,
encuentra una edición muy cuidada de La Isla del Tesoro entre los
estantes. Ante la calidad, le dice a Harvey admirado.
Charles: ¡Esta Isla del Tesoro no es como la que tengo yo!
Harvey: Es que esa Isla del tesoro es
una edición muy especial
Ch: ¡Vaya! ¡Debe ser muy valiosa!
H: Ya lo creo. ¿Te gustaría tenerla?, le
pregunta Harvey con malévolas intenciones, de control a sus amigos, a su asombrado
amigo.
Ch: Pero, ¡si es de tu padre!
H: De eso nada. Es un regalo que me hizo mi padre para cuando fuese mayor. Te lo regalo.
Charles: ¡Es precioso!
Al marcharse, Harvey le hace un guiño cómplice
a otro de sus amigos que pasaron allí la noche.
Ya en el coche, Harvey sigue jugando a
manipulador con el amigo ingenuo.
H: ¡Me alegra que te guste!
A: Oye, Harvey, quizás no deba
aceptarlo, dice preocupado el amigo, consciente de lo valiosa que es la edición
de la novela.
H: ¡No digas eso! Así te demuestro mi
amistad. Tal vez algún día hagas tú algo por alguno de nosotros.
Es
entonces cuando se revela las verdaderas intenciones de Harvey. Charles es el
presidente de uno de los clubs prestigioso del colegio, el Club de los Búfalos,
al que quiere pertenecer Harvey y sus amigos. Pero el amigo le dice que no es
decisión exclusiva suya el que pueda introducirlo, sino de la junta del club,
que también dan su opinión.
A continuación, Harvey sigue presionado al amigo, esta vez como un auténtico matón, aprovechando que su padre es un cliente muy importante de la empresa del padre de Charles, y lo amenaza con despedirlo.
Ya en el colegio, Charles, preocupado y con el
libro en la mano, va a buscar al profesor, de latín para más señas, y le cuenta asustado lo que
le ha dicho Harvey.
- ¡No sé qué hacer con esto!, dice,
refiriéndose al libro. Es muy valioso. Me lo dio Harvey.
El profesor, más tarde, va en busca de Harvey.
Lo primero que le dice es lo del libro
Profesor: he dejado La isla del Tesoro
en tu habitación.
Harvey: Ah, ¿sí? Gracias.
Prof.: Es un regalo precioso, pero Charles
opina que no debe aceptarlo, y yo soy de la misma opinión.
H: No tiene importancia. Es mejor que se
lo quede.
Prof.: ¿Por qué?
H: No lo necesito...
Prof.: Esa es una contestación tonta.
H: Bueno, por amistad.
Prof.: ¿Por amistad? Querrás decir un
soborno.
H: ¿Qué es un soborno?
Prof.: Hacer un regalo deshonesto. Quien
lo acepta sabrá que tendrá que hacer algo en compensación.
Como decimos, en el texto de Kipling no aparece esta escena ni ninguna de este largo preámbulo con el que se muestra y da noticia de la maleada personalidad del joven Harvey. Por ello mismo, la presencia de la novela del tesoro de Stevenson tiene también su significado.
Harvey desconoce el valor de la novela. De
hecho, no la ha leído todavía, pues, como él dice, su padre se la ha regalado
para que, cuando se mayor, entonces la lea.
De todos es conocido que el protagonista de la
novela, Jim Hawkins, es también un joven, algo mayor que Harvey, claro, pero
que es huérfano de padre, vive con su madre que regenta una humilde posada y él
se encarga ya de hacerse responsable de muchas tareas.
Es la otra cara de Hawkins.
No en vano hay que recordar que unos años
antes, el propio V. Fleming, director de capitanes I., había dirigido la versión de 1934 de la misma Isla
del Tesoro, por lo que probablemente le viniera bien, si es fue así, esta
alusión novedosa a la novela de aventuras en su nuevo film, basado en la obra
de Kipling.
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