Repasando y releyendo son nada que hacer en el ordenador, leí el título de un libro o u artículo de un tema conocido. Trataba del perro Argos y el reconocimiento de Ulises en la Odisea.
En seguida me vino a la mente,
este por cercanía, pero se podrían encontrar muchos otros más, enseguida,
decíamos, me vino a la mente el capítulo de LOS MISTERIOS DE LAURA que emitieron
anoche, en reposición de esta serie ya de hace unos años.
En este capítulo en concreto, curioso por el tema, se trata de una situación confusa. Se titula EL MISTERIO DE LA MUJER QUE SOBRABA.
El episodio comienza con cierto individuo que es ingresado en u hospital aquejado
de una dolencia cerebral. Es intervenido y cuando despierta, su esposa, cierta
Virginia, acude junto a él, pero éste la rechaza, aduciendo que no sabe quién
es esa señora que dice ser su esposa.
Así empieza, y así continúa el capítulo durante todo el tiempo.
La verdad es que se podría titula anagnórisis mismamente, pues todo lo que
dura es una incesante lucha por adivinar a personalidad de este personaje que
parece ser que ha perdido la memoria y no reconoce a la que dice ser su esposa.
O tal vez es al contrario, y la esposa es en verdad una falsa. ¿Quién está mintiendo?
Pues bien, en uno de esos momentos en, de varios que hay, en los que se
trata de establecer la identidad verdadera del personaje, acuden a su supuesta
casa. Allí, para nos ser menos, en un momento dado, sale el perro que se supone
era del matrimonio.
El penúltimo epígono de Argos, en este caso, es una perrita, y su nombre, pues sí, es Trufa
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