Este fin de semana repusieron en no sé cuál cadena, una no generalista, la película King Kong en la versión de 1976.
No la había visto hasta la fecha.
En verdad, más que titularse King Kong, debería haberse llamado Queen Dwane, en relación a la fulgurante y esbelta aparición de la bella que le tocó en esta ocasión representar tal papel, Jessica Lange.
Pero, en fin, a lo que íbamos, nos llamó desde el principio la versión que dan sobre el film original, al menos en el principio. Ya se arranca directamente en el barco, un barco de prospecciones petrolíferas dirigido por desesperado inversor de la Bolsa.
A la bella Lange la encuentran rumbo a una isla donde se vislumbran posibles reservas petrolíferas.
Precisamente LA UBICACIÓN Y EL PARADERO DE ESA ISLA ES LO QUE LLAMA LA ATENCIÓN.
DESDE LA NESOLOGÍA O NESONIMIA, HABRÍA QUE AÑADIR ESTA ISLA YA ESTARÁ EN LOS LISTADOS SOBRE ELLAS, HAY QUE INCLUIR A ESTA ISLA DE kONG, la llamada isla Skull.
Además de desarrollar este aspecto, el otro que queremos tener en cuenta es el elemento climatológico que se refiere a ella.
Es como una isla escondida. Ya en C. Maltés se habla también de una isla, llamada directamente La escondida, que no aparece en los mapas y las cartografías.
En la Odisea, la isla Ogigia, donde vive la ninfa Calipso, literalmente la "oculta", también sigue en esta tradición.
Pues bien, esta isla Skull, la isla de Kong, ha estado oculta y desaparecida para el mundo por un misterioso y enigmático banco de nubes, que la sobrevuela y oculta. Es por ello que ha estado intacta y virgen hasta la fecha.
Así pues, vemos el efecto climático que separa , dentro de la misma ficción, el mundo de la realidad frente al mundo de lo fantástico y extraordinario.
El barco, una vez identificado el lugar, se dirige hacia la isla.
Como decimos, rumbo a ella, recogen a la aspirante a actriz Dwane desvanecida en un bote.
Al poco, llegan hasta el conocido banco de nubes, misterioso y permanente, que se sobrepone en el mar y oculta lo que hay detrás.
Ancla frente a este banco de nubes, se prepara un lancha rápida y embarcan en ella los principales de la expedición, junto con Dwane.
Han de atravesar, aquí se ve claro, han de atravesar ese espacio nublado y nimbado, misteriosos, de las nubes bajas, hasta que poco a poco a medida que se acercan, se va desvaneciendo esa capa oculta y va apareciendo los perfiles más o menos definidos de la tal isla.
Ya están en el otro lugar, el lugar de lo fantástico y extraordinario.
Recurso más o menos al que se recurre de tanto en tanto, el elemento climático, ya sean tempestades o cualquier otro efecto meteorológico extraño, indica expresamente que se está ya en lo fantástico y extraordinario, es decir, el de la isla Skull, la isla de Kong.
Y, a partir de aquí, empiezan las nuevas aventuras.
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