martes, 5 de julio de 2022

TOLLERE FILIUM (o FILIAM), COMPOSICIÓN ANULAR EN CENTAUROS DEL DESIERTO (cont.)

Anochecía ya lentamente, en estas lánguidas tarde-noches de principios de verano. 
Andaba por los sofases, dándole a unos pedales mecánicos, whasappenado sin mayor interés, desprecupad.
Los lunes dela uno estaban con el ciclo del western. Más bien de John Ford y John Wayne, mejor dicho.
La semana pasada tocó Misión de Audaces.
Hoy le tocaba el turno a un clásico de lo más renombrado, Centauros del desierto.
La traducción, en clave del mito de los cantauros trasladado al westerno, no dejaba de ser imaginativa.
Sin embargo, el título orihginal, que tampoco cubria lo que la historia escondía, estaba más afinado. The Searchers.
Los perseguidores, sería la traducción más cervcana al castellano.
Una de las frases de la película, y alguna más, se lo dedicaban.
Dice Ethan, el indio no concibe que alguien pueda estar persiguiendo un objetivo continuamente, pues se cansa, no es constante.
En otro episodio más adelante, el jefe Cicatriz reconoce a Ethan y  Martin al llegar a su campamento. Le dice, yo a tí reconozco, eres el que persigue.
Y de esta forma, entre centauros y perseguidores, le dimos al mando y empezamos a ver por enésima vez el film.
No estaba muy seguro tampoco de verlo durante mucho ya conocía el film, seguro que al poco haría el zapping correspondiente.
Sin embargo, la película empezó, y al poco, aunque recordara bien el argumento, seguía viéndola.

1. LA COMPOSICIÓN ANULAR.
No tanto como el ilustre Píndaro, quizás sí, si uno la ve más veces.
La composición anular es tan clara que uno la acepta directamente.
La película empieza con una puerta que se abre y termina con otra puebla que se cierra.
Sencilla , simple pero magnífica secuencias.
Parece que abrimos un libro, además de una puerta. Parece que aeptamos ya fácilmente el hecho de que nos van a contar un relato, de eso se trata, pero con una verosimilitud que lo damos todo ingenuamente por sentado.
Lo primer, el prólogo, la ubicación geográfica de la historia.
Al abrirse la puerta al comienzo, se deja ver y se va abriendo la imagen de un  paisaje soleado, desérico, solitario. En aquella inmensa llanura de polvo limitada por crestas volcánicas como torres de un paisaje marciano, solamente se elevanta como humilde señal de visda humana la humilde casita de la familia de Aaron y Marta, y sus tres hijos.
Uno se pregunta qué hace una familia como esta en un lugar bárbaro, incivilizado, lejos de las muchedumbres de los hombres.
No sabemos muy bien.
Nos enteramos de que es un territorio con lugares parecidos, fincas más o menos cercanas, de agricultura y ganadería, donde hay una relación aunque sea a distancia entre los pequeños propietarios de estos ranchos.
La película continua y sobre el fondo se va destacando la figra y el caminar de un jinete solitario.
¿Es Ethan? Sí, es Ethan, conversan Aaron y Martha.

El final es una escena en paralelo a este comienzo. 
Desde el porche de la casa delos Jorgensesn, enfocado en perspectiva, la familia avista a dos jinetes que llegan lentamente acercándose al rancho.


                                            

Esta vez no es el solitario Ethan.
Viene esta vez acompañado del joven Martin, suponemos que ya superado su duro y salvaje rito de iniciación.
Sobre las piernas de Ethan vienen Debbie, la niña raptada años atrás, sobrina suya, joven esposa de Cicatriz, que es resacatda a duras penas de las manos del mundo indio en el que había pasado los años de su primera juventud.




TOLLERE FILIUM, TOLLERE FILIAM.
En otra ocasión habíamos llamado la atención, haciendo paralelismos acrobáticos, claro, entre la ceremonia, el rito de aceptación de los hijos entre losromanos.
Por otra parte, es un gesto tan normal y habitual que nada hace que se relacione con el rito romano de por sí. Pero, en fin, malabarismos sin fin.
En aquella ocasión nos referíamos a las escenas casi finales. 
Ethan después de asaltar el campamento indio al amanecer, con la mirada desencajada, encientra a la india Debbie en un momento determinado. Sale furibundo tras ella, que coorre asuatda y temiendo por su vida.
Monta en su cabellao, que empieza a caracolear y hacer cabriolas.
Pawleer los ve, intuye que el colérico Ethan va a matarla, y se lanza a impedirlo.
El viejo soldado lo rpele dese la montura con el pie y con el caballo ebcabritado se dirige hacia la cueva donde la chica se ha refugiado.
Ethan no, Ethan no, grita deseperado pawleer.
Cuando Ethan la alcanza, su caballo carcoleando y encabritado a su alrededor, la arrincona.
Salta del caballo. Debbie está aterrorizada.




Cuando todo parece que va a terminar funestamente, la coge en brazos, la sostienen en la cintura y, sin  decir nada más, cambiando el gesto torvo por uno amable, el rostro de Debbie por uno más tranquilizados, la iza en brazos en una escena emocionante de entrega y acepatción final.
Entonces veíamos aquí el cermemonial, ya decimos gratuitamente , el rito del tollere filium.
Este rito, que nos acordemos ahora, lo podemos ver en El Rey León o en La rebelión de los ismios.

Volvamos otra vez a la composición anular.
(Porque a Martin Pawleer, ya es grandito, no lo acepta de ninguna de las maneras, tiene sangre cherokee, fue recogido de niño por el propio Ethan).
 Porque, al ver otra vez el film ayer noche, nos dimos cuenta, uno retardado, que también al principio se repite esta escena del tollere filiam, en el rancho de Aaron.

La escena tiene ademas su intríngulis.
En verdad que si en los coloquios bno se comenta este dato, uno lo hubiera pasado inadvertido.
Porque lo cierto es que entre Ethan y Marta, su cuuñada, hubo una historia de amor.
De hecho, lo que en otras visionadas había sido alguna mirada, ahora en verdad es toda la escena que cubre desde la llegada de Ethan hasta la partida en persecución de los indios.
En todo este prólogo nicial, las miradas y detalles, al principio inadevertidos entre los dos, si uno tienen en cuenta este dato, está más que claro.

Dejamos aquí algunas de estas imágenes entre Ethan y Martha su cuñada, que delatan el lazo que hya entre ellos.
Martha avista la primera a Ethan.
Su irada denota deleite, anhelo.

Martha mira con deleite la casaca recién lavada de Ethan

El reverendo-capitán no quiere fijarse en la tierna escena que sucede a su lado.

La despedida de los guerreros, Martha y Debbie ve como los hombres se alejan.

En medio de esta larga secuencia del prólogo, se produce de nuevo el tollere filiam, de Ethan con Debbie.
Si lo interpretamos en clave romana, se trata de la acepatción de la hija por parte del padre.
Pero el padre es Aaron.
¿O no?
Si seguimos con el hilo de que entre Ethan y su cuñada hubo lago, hasta podríamos sospechar que pueda ser hija suya.
En fin, una curiosidad sin mayor transcendencia.

Aquí dejamos la imagen de Debbie en brazos de Ethan, tollere filiam,  al principio del film en la casa.

En la composición anular que tiene el film, la ceremonia vuelve a repetirse al final. Ethan iza finalmente a Debbie.
Es como un doble aceptación o inclusión en la familia de los blancos, por decirlo de alguna manera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

AQUILES VS. IRVINE, TROYA Y EL EVEREST: UN PIE PARA LA GLORIA.

     Una bota de alpinista, un calcetín y el pie dentro de ella de cierto Irvine, compañero escalador de la cima del Everest de Mallory, y ...