El viernes pasado Classics de J.L. Garci puso en las pantallas la memorable película Casablanca.
Los invitados a la tertulia entre ellos estaba E. Torres Dulce, el juez cinéfilo. Precisamente él fue el que utilizó la expresión del esta entrada, un mundo en sí mismo.
En todos estos años he visto la película, completa opaor partes, algunas veces.
Desde luego, como la primera, ninguna.
Había oído hablar de la película de siempre. Por azares del destino, y malas decisiones o vaya usted a saber, andaba en los ochenta en los Madriles.
Una de las mejores cosas que entonces tenía la capital era el cine.
Estaban los famosos cones Alphaville, gloria del cine de autor europeo y de la pijería de entonces, como uno que los visitaba de cuando en cuando.
Es un detalle las fichas técnicas que te dervían fotocopiadas en unos buzones al tiempo que comprabas la entrada.
Uno las cogía todas.
¿Dónde andarán?
Otra cosa bien que tenía la capital eran los ciclos que reponían en algúan que otra sala.Hay que recordar que estabamos en la prehistoria, si lo miramos desde ahora.
Si no recurerdo mal, no sé si habian más cadenas que la 1 y la dos, igual sí.
Desde luego, internet, ni soñarlo. Ni youtube no nada.
Qué va! Lo que había entonces era, ahora lo ve unoa sí desde el cómod echadero del salón donde llegas a todo, era el pergrinar por metros, buses o propiamente andando, hasta aquella sal , eran unas pocas selectas, donde ponían tal o cual película y, lo más importante, ciclos.
En verdad es que al final, creo que solo fue a un ciclo, en el cine creo que se llamaba Rex, no lo sé.
Estaba en una de las transversales de la Gran Vía, al poco de empezr a caminar desde allí.
No sé qué será hoy.
Seguro que cine no.
Ponían un ciclo, no sé, o de cine negro o de Humphrey Bogart.
En verdad que no recuerdo bien, y la memoria de uno mezcla las cosas por comodidad.
En, a lo que iba, creo que fue en ese cine donde pude ver por primera vez, y en una sala de cine, no en la tele, dicha película.
El pasado viernes, cuando sabía que era la que tocaba, no mostré mucho entusiasmo. ¿Por qué? Es como que uno quiere guardar los buenos recuerdos del pasado y dejarlos con esa sensación.
Me dije, entonces, que al menos vería la primera parte, el prólogo, como emprezaba.
Y eso hice, mientras me desparramaba tan ancho era por las riberas y flancos de los sofases...
ESCAPANDO DE TROYA Y PARÍS.
En verdad,
este relato que ahora comienza a duras penas Eneas, es el similar al que Rick,
en la oscuridad de la madrugada, ante una botella de alcohol, la mirada perdida
en el vacío, empieza a rememorar.
Como dijimos,
no tienen el aliento amoroso trágico de Bogart, es más bien el relato épico
de las últimas horas de Troya.
En parte, la
imagen que refleja los famosos cuadros que representan esta huida se parecen en
algo a la escena de la estación del tren de Paris. No tiene el
dramatismo de la guerra y la destrucción, claro.
Las tropas
alemanas están por llegar y aún no se han producido destrozos y destrucciones
como las que sí ocurren en Troya, una vez los griegos entran y la saquean
criminalmente, pasando a sangre y fuego a la ciudad y la población.
Los cuadros, especialmente
algunos, sitúan esta destrucción al fondo de la escena. En el primer plano se
ve a Eneas cargando piadosamente a su padre, llevando religiosamente los Lares
y Penates para la próxima fundación, a su esposa Creúsa y con su Iulo-Ascanio a
su vera.
En París, Bogart,
digámoslo así, solamente lleva por montera un cigarrillo que sostienen en su
boca, semiabierta, casi desencajada. La ansiedad y la preocupación es
compartida. Y una maleta, los Lares los lleva en su interior, hemos de supone.
Decimos
que los lleva en su interior el pius Rick, porque no hay expresión gráfica del
mismo. Es cuando le dice al general nazi su breve itinerario personal antes de arribar a las
arenas de Casablanca, Etiopía como traficante de armas, y España ayudando al
bando republicano, Rick contesta seca e impasiblemente, camuflando sus
verdaderos pensamientos e ideales.
A su lado va
el bardo, el poeta, el aedo, Sam, convertido al tiempo en su mejor amigo
y consejero. Vámonos, señor Rick, vamos a coger el tren, mientras Bogart , atónito
es incapaz de reaccionar.
Es decir, en
la huida de Eneas, lo tenemos a él, su padre, los Lares y Penates, su esposa
Creúsa y su hijo Iulo; en la fuga de París, sólo tenemos a Rick, ciudadano del
mundo, sin Lares, una sencilla y ligera maleta, más Sam, un poeta músico, con una
sencilla maleta también.
EL FLASH-BACK
Empezaremos como simepre, al azar.
Prescisamente el flash-back, cuando empiezan a recordar el pasado en París, hasta ahí no llegamos.
Es el famoso "¡Tócala otra vez, Sam!", frase que no se dice, por lo visto.
Ya no lo recuerdo, y como dijimos, no llegué hasta ese momento el viernes pasada.
No dejo de recordar, por otro lado, ese flash-back tan tópico y representativo, porque indudablemete, ya lo hemos comentado otras veces, ese flash-back entronca directamente con el primer flash-back de la literatura occidental. Nos referimos al de Odiseo en la corte de los Feacios.
En ese momento, alguien anima al poeta Femio a cantar algun poema o secuencia del mismo.
Femio elige el de la toma de Troya.
Es entonces cuando los facios ven que el extranjero se apena y deja caer unas lágrimas.
El poema ele ha ñlevado a rememorar suceos por el vividos, cosa que en la corte aíun no lo saben, de los que fue tristemnete portagonista de los ismos.
Luego, este mismo episdio será emulado y reutilizado por el gran Virgilio.
En el caso de Casablanca, el poeta-músico Sam-Femio es interpelado por la ilusionada Ilsa, y lo pone en un brete.
Cuando Rick llega, le recuerda airado lo que tenúa convenido, no te he dicho que nunca tocarás esa canción.
La vista de sam se gira invitando a Rick a acompañar su mirada,
Es entonces cuando, sorprendido, Rick descubre atónito a Ilsa allí.
Es decir, en los tres casos, Odiseo-Ulises, Eneas y Rick, ninguno quiere revolver sus recuerdos.
En los dos primeros casos, por motivos épicos.
En el de Rick, por un asunto amoroso.
Luego, París se convertirá en la Troya asediada por los griegos.
La huida de Paris vienen a ser un remedo de la fuga de Troya de Eneas.
En este caso, Rick se parece más a Eneas que a Odiseo.
Es más, Eneas pierde a su esposa Creusa, aunque en un momento de deseperación del propio Eneas ante la pérdida, se le aparece en sombras aconsejándole gravemente que no la busque, que abandone Troya sin ella.
Con Rick pasa lo mismo. Su Creúsa, Ilsa-Bergamn, desparece en la huida de París no llega a la cita del tren para escapar juntos.
Sólo una triste carta, unas letras apenas, leídas y desfiguradas por la lluvia, es el equivalente de la sombra de Creúsa.
Rick, como Eneas, se marcahan desolados sin su compañera amorosa.
EL FLASH-BACK DE ENEAS: PRIMEROS VERSOS:
El prólogo del flash-back de la Eneida, libro II, tiene lógicamente su carga retórica.
Es un texto escrito, para ser recitado, y expresa de forma repetida la angustia y el dolor que experimenta Eneas al recordar estos suceosos.
Conticuere omnes intentique ora tenebant 1Todos callaron y en tensión mantenían la mirada;inde toro pater Aeneas sic orsus ab alto: 2luego el padre Eneas así comenzó desde su alto lecho:Infandum, regina, iubes renouare dolorem, 3«Un dolor, reina, me mandas renovar innombrable,Troianas ut opes et lamentabile regnum 4cómo las riquezas troyanas y el mísero reinoeruerint Danai, quaeque ipse miserrima uidi 55 destruyeron los dánaos, y tragedias que yo mismo he visto
5et quorum pars magna fui. quis talia fando 6y de las que fui parte importante. ¿Quién eso narrandoMyrmidonum Dolopumue aut duri miles Vlixi 7de los mirmídones o dólopes o del cruel Ulises soldadotemperet a lacrimis? et iam nox umida caelo 8contendría las lágrimas? Y ya la húmeda noche del cielopraecipitat suadentque cadentia sidera somnos. 9baja y al caer las estrellas invitan al sueño.sed si tantus amor casus cognoscere nostros 10Mas si tanta es tu ansia de conocer nuestra ruina 10et breuiter Troiae supremum audire laborem, 11y en breve de Troya escuchar la fatiga postrera,quamquam animus meminisse horret luctuque refugit, 12aunque el ánimo se eriza al recordar y huye del llanto,incipiam …
Este verso, el 10, sed si tantus amor casus cognoscere nostros, podría equivaler al deseo ansioso de Ilsa-Bergmann para que el pianista le recuerde la canción que asocia con los amores de Rick.
En Casablanca, la jove Bergmann tiene que insistir varias veces, pese a las negativas del aedo Sam, para que toque de uevo aquella canción, As times goes by. Finalmente, y a su pesar , accede.
https://www.youtube.com/watch?v=wOxBRlWyyq8 .
LOS CANTOS DE LA MARSELLESA, como los de Tirteo, FRENTE AL HIMNO NAZI.
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