MATCH POINT: SCARLETT JOHANSSON A MERCED DE LOS ELEMENTOS.
El momento en que la atracción se hace
incontenible se muestra en una escena sobre un fondo de lluvia tempestuosa. En
esta escena, famosa escena por lo demás, por lo sugerente y sensual que se
muestra Scarlett Johansson, por lo tórrido, nunca mejor dicho, de la escena,
encontramos, más condensado, la escena principal en la que el tenista J.
Rhys-Meyers (Chris Wilton) y Scarlett Johansson (Nola Rice) sellan y
confirman su amor, presos de una pasión incontenible.
Como en los otros casos anteriores, la
escena transcurre durante una tormenta. Se nota al comienzo el fragor omnipresente
de la lluvia cayendo sobre la mansión decimonónica de campo en la que están Rhys-Wilton,
su mujer Chloe Hewett (Emily Mortimer) y Johansson-Rice.
https://www.youtube.com/watch?v=KxTO9n-84-A
Scarlett-Rice parece caminar ajena a
la lluvia, ensimismada. El agua empapa sus ropas y todavía la hacen más sensual
y sugerente.
Camina sin importarle la lluvia, pues, imbuida en sus pensamientos que la hacen inmune al temporal de agua que corre por el paisaje y totalmente empapada. En seguida, Rhys-Wilton se apresta a seguirla. Deja las cosas que estaba haciendo y sale del edificio.
En medio de esta situación, se nos muestran unos segundos a su mujer Chloe-Mortimer tranquila y resguardada en su habitación, descansando y leyendo, ignorante de lo que está sucediendo fuera de la casa, de la tempestad no solo lluviosa.
Rhys-Wilton ya fuera de la mansión,
busca por donde ha salido Scarlett-Rice, totalmente empapado. No hay música de
fondo, solo el ruido omnipresente del agua de la lluvia.
Los protagonistas, como decíamos, no
buscan resguardo, es claro que la casa está habitada, sino precisamente salen a
la naturaleza y se empapan completamente de agua sin importarle en absoluto. Se
ve que el director Allen quiere expresar lo incontenible de su pasión amorosa.
A continuación, se nos muestra a Johansson
que ha salido ya de los jardines de la mansión y camina sin rumbo, más empapada
imposible, por un descampado de cereales.
Rhys-Wilton
llega hasta ella corriendo, hablan, la cámara se acerca y va componiendo un
primer planos de ambos en actitud sugerente.
Johansson le responde, pero enseguida
se separa de él y lo mira plena de deseo pero al mismo tiempo de sorpresa.
Ajenos a la lluvia, que es lo único que se oye en todo momento, por encima de sus palabras, la pasión los hace indiferentes al agua que los lleva empapando desde hace minutos, y termina por sobreponerse, caen abrazados entre los trigales rubios y mezclados continúan con su ardoroso amor. El director Allen se recrea y exhibe a Johansson a la altura de auténtico mito erótico. Luego de unos instantes, se hace una elipsis, como en los otros casos, y se pasa a la siguiente escena.
Evidentemente, y si lo comparamos con la versión épica, mutatis mutandis, la pasión amorosa que el director Allen nos pone totalmente a la vista está totalmente elidida en la obra épica, mucho más casta, claro.
Tampoco
en Regreso al pasado se nos muestra directamente nada, aquí si se
fusionan la tempestad, el agua, la lluvia con los cuerpos totalmente fundidos
en ella y en el paisaje. En El
hombre tranquilo si se nos muestra el beso incontenible y apasionado, al
tiempo que el compromiso amoroso reflejado en sus rostros.
El director Allen opta aquí por la
manifestación erótica en su máxima esplendor, con los cuerpos mojados, el
atractivo sensual y fuertemente erótico y voluptuoso como nos expone y muestra
a todas vistas a Johansson, y se recrea en ella unos buenos instantes, dejando
rienda suelta a la pasión amorosa del encuentro.
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