lunes, 28 de junio de 2021

VACUNÓDROMOS. CANARIAS APUESTA POR LOS VACUNÓDROMOS.

 VACUNÓDROMO

En eso es en lo que estoy pensando, don Feisbuc.
Vacunódromo, vacunódromo, ..., sí, del griego dromo, carrera, de donde dromedario, pero también los compuestos heleno-castellanos hipódromo, aeródromo,canódromo, velódromo, etc.
Y,pensaba uno,¿quién corre allí? En el hipódromo,los caballos; el canódromo, creo que es claro que los canes,los perros; el aeródromo, por abreviatura, las aeronaves; etc.
Pero, en el vacunódromo,si uno mira las imágenes o uno mismo que ya estuvo allí el fin de semana, correr correr, no se corre mucho. Me refiero a las personas. Allí estábamos apaciblemente sentados, derechitos y en fila,como en aquellos tiempos del no muy lejano pasado.
Más que una carrera, nos encontramos como en la antesala del Juicio Final anticipado, esperamos que nos den el fluido salvoconducto final, preparados para el reino de los cielos inmuntarios.
Claro es ya no se nos juzga, aquello, es que hemos vueltoal principio, la situación es tal la democracia de la muerte, el ubi sunt, el submundo penoso e igualitario de los griegos. Allí estamos todos, de todas las razas y pelajes, sin juicio previo, a vivir y experimentar en comunidad, tal como llegamos al planeta.
Pero, volviendo a lo de dromo y las carreras, es claro , al poco cae uno en la cuenta de que quien corre allí, en un lugar donde no hay pista de carreras, pues todo es una inmensa sala de espera, un vestuario gigantesco, quien corre en verdad allí son las vacunas, el líquido fluido medicinal y prodigioso.
La pista atlética,de haberla, debe de ser la red de venas y arterias de cada uno, por donde el líquido elemento fluye con ligereza, una vez la descorcha habilmente el sanitario para inocularla en el organismo de la persona.
Pues entonces, sí, el vacunódromo es , bien dicho, la carrera vacunal , el hectómetro de las vacunas. Gracias que han inventado esta palabreja y reutlizado estos edificios, hangares de espectáculos antes y reconvertidos en sedes de carreras invisibles e interiores al organismo.
Nada de espectáculos competitivos compartidos entre la gente ávida de emociones colectivas, aquellos es la aceptación de una realidad inevitable.
Como quien se tomaba la eucaristía, luego iba a su asiento, esperaba unos minutos de recogimiento, y luego, con la alegría del acto realizado, se despedía del lugar sacrosantamente hospitalario, para seguir esta visda inverosímil, así hacíamos eltrance los allí convocados.
Al terminar, el sanitario, que a pesar del agobio que suponía aqul marasmo de gente transitando continuamente ante él, hizo el trance de la inoculación agradable, simpática y eficientemente. Me dio los consejos pertinentes y se despidió.
No sé por qué, pero en ese momento recordé todo esto y le di las gracias verdaderamente.
- No hay de qué, cada uno hace su tarea.
- Pero ustedes hacen y han hechomás delo que deben, le recordé.
- Sí, es verdad. Pues gracias.
Vacunódromos, Canarias apuesta por los vacunódromos.

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VACUNÓDROMO
En eso es en lo que estoy pensando, don Feisbuc.
Vacunódromo, vacunódromo, ..., sí, del griego dromo, carrera, de donde dromedario, pero también los compuestos heleno-castellanos hipódromo, aeródromo, canódromo, velódromo, etc.
Y, pensaba uno,¿quién corre allí? En el hipódromo, los caballos; el canódromo, es claro que los canes, los perros; el aeródromo, por abreviatura, las aeronaves; etc.
Pero, en el vacunódromo, si uno mira las imágenes de las noticias o uno mismo que ya estuvo allí el fin de semana, correr correr, no se corre mucho. Me refiero a las personas.
Allí estábamos apaciblemente sentados, derechitos y en fila, como en aquellos tiempos del no muy lejano pasado.
Más que una carrera, nos encontramos como en la antesala del Juicio Final anticipado, esperando a que nos den el fluido salvoconducto final, preparados para el reino de los cielos inmuntarios.
Claro es que ya no se nos juzga, aquello, es que hemos vuelto al principio, la situación es tal la democracia de la muerte, el ubi sunt, el submundo penoso e igualitario de los griegos. Allí estamos todos, de todas las razas y pelajes, sin juicio previo, a vivir y experimentar en comunidad, tal como llegamos al planeta, cada uno en su momento.
Pero, volviendo a lo de dromo y las carreras, es claro , al poco cae uno en la cuenta de que quien corre allí, en un lugar donde no hay pista de carreras, pues todo es una inmensa sala de espera, un vestuario gigantesco, quien corre en verdad allí son las vacunas, el líquido fluido medicinal y prodigioso.
La pista atlética,de haberla, debe de ser la red de venas y arterias de cada uno, por donde el líquido elemento fluye con ligereza y suponemos que desbocado, una vez la descorcha habilmente el sanitario en la jeringa para inocularla en el organismo del número en clave en que te has convertido.
Pues entonces, sí, el vacunódromo es , bien dicho, la carrera vacunal , el hectómetro de las vacunas, la milla, la maratón medicinal .
Gracias que han inventado esta palabreja y reutlizado estos edificios, hangares de espectáculos antes y reconvertidos en sedes de carreras invisibles e interiores al organismo.
Nada de espectáculos competitivos, compartidos entre la gente ávida de emociones colectivas, aquellos es la aceptación de una realidad inevitable.
Como quien se tomaba la eucaristía, luego iba a su asiento, esperaba unos minutos de recogimiento, y luego, con la alegría del acto realizado, se despedía del lugar, ahora sacrosantamente hospitalario, para seguir esta visda inverosímil, así hacíamos el trance los allí convocados.
Al terminar, el sanitario, que a pesar del agobio que suponía aqul marasmo de gente transitando continuamente ante él, uno tras otro sin solución de continuidad, hizo el trance de la inoculación agradable, simpática y eficientemente. Me dio los consejos pertinentes y se despidió, para dar paso al siguiente de la lista
Vacunódromos, Canarias apuesta por los vacunódromos.
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¡Vacunódromo, Canarias apuesta por los vacunódromos!
Vacunódromo, vacunódromo, ..., sí, sí, del griego dromo, carrera, de donde dromedario, pero también los compuestos heleno-castellanos hipódromo, aeródromo, canódromo, velódromo, etc.
Y, pensaba uno, ¿quién corre allí? En el hipódromo, los caballos; el canódromo, es claro que los canes; el aeródromo, por abreviatura, las aeronaves; etc.
Pero, en el vacunódromo, uno mismo que ya estuvo allí este fin de semana, correr correr, no se corrió mucho. Me refiero a las personas.
Más bien allí estábamos resignadamente sentados, derechitos, en fila y bien separados. Cada uno era una isla.
Más que una carrera, nos encontramos en la antesala del Juicio Final anticipado, esperando a que nos dieran el fluido prodigioso, salvoconducto para el reino de los cielos inmuntarios.
Aquello, también, era el remedo del último día, tal la democracia de la muerte, el ubi sunt, el submundo penoso e igualitario de los griegos, pues todos, fuéramos quienes fuésemos, teníamos que pasar por allí.
Al poco cae uno en la cuenta de que quien corre allí, en un lugar donde todo es una inmensa sala de espera, quien corre en verdad allí son las vacunas, el líquido fluido medicinal y prodigioso.
La pista atlética, de haberla, debe de ser la red de venas y arterias de cada uno, por donde el líquido elemento fluye con ligereza y suponemos que desbocado, una vez descorchado hábilmente por el sanitario.
Pues entonces, sí, el vacunódromo es, bien dicho, la palabra apropiada, pues aquello es en realidad la carrera vacunal , el hectómetro, la milla, la maratón de las vacunas .
Pero, a diferencia de estos eventos sociales, no hay nada de espectáculo competitivo y compartido en este vacunódromo.
En realidad, es como la eucaristía, una eucaristía sanitaria y laica, claro. Uno traga el mágico fluido, va a su asiento, espera unos minutos en los que mira al techo del edificio o encorva su cuello en el móvil, y luego, con la alegría del acto realizado, se despide del lugar.
La carrera, la competición, si es que la hay, va por dentro, como la procesión, y uno ni se entera, ni tampoco los demás. Todo en una soledad interiorizada.
¡Vacunódromos, Canarias apuesta por los vacunódromos.

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