VIGÍA:
Pido a los Dioses que me libren de estas fatigas, de este velar sin fin que todo el año prolongo, como un perro, en el punto más alto del techo de los Atridas, contemplando las constelaciones de los Astros nocturnos, que traen a los vivos invierno y verano, reyes resplandecientes que en el Éter destellan, y se levantan y presentan ante mí. Y ahora espero la señal de la antorcha, el esplendor del fuego que ha de anunciar, desde Troya, la toma de la ciudad.
ΦΥΛΑΞ
Θεοὺς μὲν αἰτῶ τῶνδ' ἀπαλλαγὴν πόνων,
φρουρᾶς ἐτείας μῆκος, ἣν κοιμώμενος
στέγαις Ἀτρειδῶν ἄγκαθεν, κυνὸς δίκην,
ἄστρων κάτοιδα νυκτέρων ὁμήγυριν,
καὶ τοὺς φέροντας χεῖμα καὶ θέρος βροτοῖς 5
λαμπροὺς δυνάστας, ἐμπρέποντας αἰθέρι
[ἀστέρας, ὅταν φθίνωσιν, ἀντολάς τε τῶν].
- los dioses, Θεοὺς μὲν αἰτῶ, en la tragedia clásica, aquí soo aparecen en el bando nacional, y de la forma más ..., esto es, mirando las cosas desde muy lejos, sirviendo de consuelo o falso alivio, del que pronto uno se olvida, tal como se cita en algún momento, una vez se entra en combate en esto es parecido a Sidi); en el bando republicano, marcado en general por su escepticismo y ateísmo militante en otros casos, figura a modo de un remedo divino las directrices que desde la lejana unión Soviética, envía el camarada, que no ser divino, pero casi, Stalin. Y son llevadass a cabo no por querubines precisamente, sino por ejecutores ángeles comisarios, que cumplen con una labor inexorable pero plenamente humana, s diferencia de aquella otra providencia cristiana , que también, de otra forma, también lo era)
- que me libren de estas fatigas, τῶνδ' ἀπαλλαγὴν πόνων, es la versión poética de ese hastío que experimenta Gorguel por la vigilancia y la inútil espera a la que les han obligado a cumplir.
- contemplando las constelaciones de los astros nocturnos, ἄστρων κάτοιδα νυκτέρων ὁμήγυριν, es claro que esta, a pesar de todo visión poética de la obra griega encuentra su opuesto en la de P. Reverte, más mundana, humana y escéptica.
- καὶ νῦν φυλάσσω λαμπάδος τὸ σύμβολον,/ αὐγὴν πυρὸς φέρουσαν ἐκ Τροίας φάτιν/ ἁλώσιμόν τε βάξιν·
El lenguaje poético y transido de misterio hacia el cosmos nocturno que lorodea no existe en el mundo del soldado del bando nacional, aunque a la fuerza, de Gorguel. Sus preocupaciones son muy otras, están en la misma tierra, el mundo eterno y transido de belleza y misterio del cosmos nocturno ha sido suplantado por la realidad más mundana e inmediata. Estamos en la edad de hierro, más bien, la que sucede a esta, aún más mísera y terrible.
En la Orestíada aún estamos en la edad de los héroes y Esquilo, un autor con una carga de profunda y solemne reif¡giosidad, como era en la época, no desaprovecha esa soledad en la torre del vigía para alzar la vista hacia el cielos nocturno y poblado de estrellas, y dar como una oración a los misteriors de la vida frente al minúsculo ser humano.
- Y ahora espero la señal de la antorcha, el esplendor del fuego que ha de anunciar, desde Troya, la toma de la ciudad, καὶ νῦν φυλάσσω λαμπάδος τὸ σύμβολον,/ αὐγὴν πυρὸς φέρουσαν ἐκ Τροίας φάτιν/ ἁλώσιμόν τε βάξιν·- la señal de la antorcha, en Línea de ..., es el apenas perceptible entrechocar de maderas, suponemos que la de los pontones, que es la que pone sobrealaerta al vigía Gorguel. No es el telégrafo ígneo triunfal que avisa de de la llegada victoriodsa del rey Agamenón, no, es un pequeño ruido que delata el comienzo de una verdadera ofensiva sorpresa.. la guerra no ha acabado, como en La Orestíada, sino que está en curso.
En verdad la antorcha, el fuego anunciador serán las bombas Laffites que Gorguel lanzará al aire para deltar la funesta llegada del enemigo.
En Línea de ..., Gorguel y sus únicos cinco compañeros de vigía cubren rutuinariamente doscientos metros de río, sin casi ninguna preocupación de que vaya a pasar nada esa noche, una de tantatas como las anteriores:
Entre él y otros cinco cubren doscientos metros de orilla, lo que prueba la sangre gorda con que se lo toman los mandos de la agrupación —medio batallón de infantería, un tabor marroquí y una compañía de la Legión situada como reserva— que guarnece el sector de Castellets. Con tanto sueño y aburrimiento, imagina, como él mismo. El frente está tranquilo y los rumores sobre una ofensiva enemiga son más propios de radio macuto que de una fuente seria...
- las mismas desdichas que persiguen a Gorguel las tiene también el vigía micénico, una vez que ha dejado de lado su ensoñadora contempalcion de las estrellas:
...Aquí y allá, durante la noche, en mi lecho húmedo de rocío y no frecuentado por los Ensueños, la inquietud me mantiene en vela, y tiemblo por que el sueño me cierre los párpados. Alguna vez me pongo a cantar encontrando así un modo de no dormirme, y gimo por las desdichas de esta casa, tan menoscabada en su antigua prosperidad. ¡Acabe ya de llegar la venturosa liberación de mis fatigas!
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