sábado, 4 de abril de 2020

EDIPO EN ISLANDIA: LAS MARISMAS, DE A. INDRIDASON

     En estos días inciertos, de calamidades y esfuerzos heroicos, aparte de cierto teletrabajo al que a media población han asignado, a ratos he ido leyendo otra novela del escritor islandés Arnaldur Indridason, Las Marismas. Escribió esta novela y se publicó originalmente en el año 2000. Ha pasado ya una buena temporada desde entonces.
Las Marismas: Serie Erlendur Sveinsson III eBook: Indridason ...     De todas formas, creo que tampoco pierde su actualidad, además, este autor toca temas como el de la violencia de género, cf. La mujer de verde, que sigue aún en la vida cotidiana.
    El argumento de Las Marismas, título sugerente que evoca paisajes y tierras acuáticas, no coincide con donde transcurre la novela en realidad, mal que al final aparezcan las deseadas marismas.
     La novela es de una gran trama, empieza por un crimen cometido en una vivienda de precisamente esa zona llamada Las Marismas. Aparentemente, como dicen en la novela, es un crimen típicamente islandés, que quiere decir, chapucero, sin mayor relieve. A partir de ahí, se va desarrollando el hilo argumental que va dando giros y vueltas, tras la cual el lector la va siguiendo con cierto interés.
 
     Además, la novela, según va avanzando, va tomando tintes de tragedia griega.



La familia.
      Por un lado, el argumento, en un principio que no lo parecía, va concentrándose y reduciéndose en el ámbito familiar, la trama detectivesca que investiga el, en ésta más que en otras, empecinado Erneldur va cada vez más acercándose al ámbito familiar.
      Familia, además, que siempre está presente en sus novelas. Es conocido que en las novelas negras hay cierta diferencia entre las escritas por escritores del norte de Europa, más frías, distantes, donde la familia no tiene esa presencia natural y cercana al detective, cf. las de H. Mankell,  mientras las escritas por autores del sur, como las del comisario Brunetti, la familia del comisario tienen una presencia notable.
     Al principio nos podría parecer que en las Indridasson la familia no tiene presencia. El detective Erlendur vive separado de su mujer desde hace tiempo, un matrimonio roto pues, unos hijos que han tomado rumbos torcidos, y que de cuando en cuando aparecen en la vida de Erneldur.
     Pero lo cierto es que sí tiene presencia, y más de lo que uno pudiera creer, aunque no como esperábamos. La familia del detective sufrió un divorcio temprano, los dos hijos se criaron con su madre, que a partir de determinado momento, los utilizó contra él. Con el paso de los años, los hijos, ya adultos, pasan a formar parte de la trama de sus novelas.
     La hija, Eva Lindt,  drogadicta, marginada social, tiene contactos fuertes e intensos que afectan a la vida del detective. El hijo, resentido, algo perdido en la vida, también se cruza en ocasiones con Erlendur, y sus relaciones marcan también al policía.
Las marismas: Indridason, Arnaldur     Además de esto, el propio detective arrastra una culpa, que lo ha marcado en la vida adulta y profesional. En su infancia un suceso casual hizo que perdiera a su hermano, desaparecido en una nevada y nunca encontrado.
      Así, algunos héroes griegos, marcados por una culpa de la que no son responsables, el ejemplo más conocido Belerofonte, asesino involuntario de su hermano, deben exiliarse en busca de una purificación de su culpa. De esta forma, esta culpa aparece de forma recurrente en las novelas del comisario Erlendur.
        Curiosamente, en la serie de televisión El mentalista, el protagonista también arrastra una culpa recurrente que parece que guía de modo profundo todas sus acciones.

      Por otro lado, en lo que toca también a la tragedia griega, la sucesión de violencias y muertes que se van sucediendo a medida que avanza la novela hasta su desenlace final, como era de rigor en el drama ateniense, con la que no es raro comparare con la novela negra.

El tema de Edipo.
       Cuando uno menos se lo espera, y relacionado con el tema familiar antes comentado, la novela saca el tema de Edipo en los momentos que se acercan al desenlace final Es cierto que desde casi el principio, la novela nos habla de enfermedades hereditarias pero no dejan de ser, en esos momentos, algo más en la investigación.
       Uno de los personajes carga con la maldición de un padre violento y criminal, como Lábdaco, responsable de la maldición que tiene que sobrellevar su estirpe, Layo y Edipo.
     Este personaje, además, al igual que Edipo, ha vivido durante mucho tiempo en una familia creyendo que era su familia auténtica.
     Con el paso del tiempo, descubre que no lo es, en principio piensa que es adoptado, luego descubrirá que no.

La anagnóresis.
     La anagnórsesis, el reconocimiento de su realidad por la que descubre su verdadera filiación ya es algo más compleja que en la historia de Edipo. Este personaje es investigador del Centro de Genética Nacional de Islandia, organismo privado creado precisamente en este país por las excepcionales condiciones de aislamiento en que la isla se mantuvo durante mucho tiempo.
Mýrin (Icelandic Edition) eBook: Arnaldur Indriðason: Amazon.es ...       De esta forma, los estudio genetistas pueden remontarse fielmente varios siglos atrás siguiendo la rama familiar que en un principio es fidedigna,  sin cruces.

Myrin, "sangre contaminada".
       No en vano el título original de la novela, Myrin, significa literalmente "sangre contaminada", donde, no sé si tiene ese valor en islandés, pero en español la voz "sangre" se asimila bien a "estirpe, linaje, familia". En la traducción inglesa se respetó este significado original, Tainted Blood (Sangre contaminada).

Los ojos
       Hay un final dramático, no como Edipo cuando se arranca los ojos, pero lo hay, como no podía ser de otra manera.
     Curioso es que en las última página haga el autor una alusión, precisamente, a los ojos, no sé si con alguna relación con la tragedia.


       Erlendur se le acercó poco a poco y A Einar no pareció importarle.
      - Los niños son filósofos -dijo-. Mi hija me preguntó una vez en el hospital por qué tenemos ojos.        Le contesté que era para poder ver.
      Se calló un momento
       - Me corrigió- añadió como hablando consigo mismo.
       Miró a Erlendur.
       - Me dijo que era para poder llorar.

    
       Bien, no es un valor de los ojos o la vista como lo tiene en Edipo, e incluso en la propia lengua griega, con el significado de "saber". El verbo "oida" significa "ver", pero en el perfecto toma el valor de "saber", pues del perfecto "tengo visto", se pasa al significado "sé".
     Aquí Indridasson tal vez hace alusión al dolor, al sufrimiento,  máxime en las carne de seres inocentes, como es éste el caso, y en el de otros personajes que transcurren por la novela. En Edipo los ojos tienen el valor de conocimiento, entre otros.
       Alastor.
      Hay, también como en el drama griego, que aquí tiene una variante genética, un mal que conlleva una maldición, que es una enfermedad que se transmite de generación en generación, como la maldición griega que caía sobre una estirpe familiar, sobre algún predecesor, Pélope, Lábdaco, y su repercusión afectaba a toda su descendencia. Aquí ese maldición adquiere la característica del hecho genético.
       Así pues, como en un drama griego, se unen en la novela verdades ocultadas durante años dentro del seno familiar, hijos que no son de quienes creen ser, actos sacrílegos como desenterramientos de tumbas, muertes con valor de sacrificio de jóvenes inocentes, el alástor de los Atridas, esto es, la maldición hereditaria, crímenes sin resolver durante años, revelaciones finales traumáticas en torno a la familia, ...

El oráculo Marion.
     Además, está la figura de Marion , policía ya retirado, al que acude Erlendur como si asistiera a un oráculo, pues lo encamina en la dirección aproximada, expresándose, como la Pitia, de forma enigmática, entre suspiros y jadeos enfermizos.

Final.  
     A través de esta telaraña de verdades y crímenes inconfesables, el trío Erlendur, Sigurd Oli y Elingborg,  avanza dando palos de ciego , indagando en el pasado, revisando listas de posibles pistas, hasta encontrar la triste verdad.
     
       Todo se mezcla siempre en la novelas de Indridasson, la especial historia familiar de Erlendur parece que le hace conectar más con los casos a los que se va enfrentando en cada novela, y lo relacionan, como en este caso, aún más a la trágica historia familiar que en ella se contiene.

P.D.
Mirando en la wikipedia el artículo sobre la novela, allí se indica que la obra supone una crítica tajante al sistema de información genética que se creó en Islandia a finales de los noventa. De ahí que el tema de la novela, relacionado con la transmisión genética, empate con el tema griego de las culpas hereditarias y el tema de Edipo más en concreto, suponemos. Y de ahí también la crítica que hace a los personajes en la misma novela relacionados la investigación genética.

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